lunes, marzo 23, 2009

Quilapayún-Carrasco y Vicente Feliú: recta final del BarnaSants

El pasado jueves se presentaron en rueda de prensa conjunta los conciertos del Quilapayún-Carrasco y el de Vicente Feliú. Salvo honrosas excepciones no es demasiado común ver juntos a miembros de la Nueva Canción Chilena y de la Nueva Trova Cubana.

21/03/2009


Cuando el jueves llegaron a la sede de la SGAE los miembros históricos del Quilapayún Carlos Quezada, Hugo Lagos y Hernán Gómez se saludaron con Vicente Feliú con la cordialidad de los que se admiran, pero con la distancia de los que no se conocen personalmente.

A la salida intercambiaron teléfonos. Ya no queda nada de los antiguos recelos entre el Quilapayún y la Trova Cubana y es buen momento para emprender relaciones. Es por eso que la fotografía que ilustra este artículo tiene un excepcional valor simbólico.

Malas relaciones

Tradicional y paradójicamente las relaciones entre los dos movimientos de canción más importantes de Latinoamérica han sido escasas. Apenas dos excepciones. La primera Isabel Parra que fue la primera en introducir las canciones de Silvio y Pablo en Chile, que incluso gravó un disco con el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, y cuya excelente relación con Silvio Rodríguez ha dado lugar a celebradísimas colaboraciones como por ejemplo el CD Colores.

La segunda el grupo Manguaré, fruto de la capacidad “visionaria” de Fidel Castro. “Fidel es sordo para la música” —comentó Vicente Feliú— “pero al ver el entusiasmo de los chilenos y la épica de su textos quiso enviar un grupo de muchachos a Chile para que aprendieran a hacer lo mismo”. Así nació el grupo Manguaré —con Pancho Amat en la dirección— que fueron además, como recordó Vicente, los que popularizaron la Cantata Santa María de Iquique por toda Cuba.

Sobre esas “malas relaciones” ya habló uno de los fundadores y miembro histórico del Quilapayún, Eduardo Carrasco en su libro “La Revolución y las estrellas” (1989): “Puedo recordar que durante nuestra estadía (en Cuba), algunas de las personas que nos atendían, nos sugirieron que no entráramos en relaciones con Silvio Rodríguez, porque en ese momento, él estaba políticamente cuestionado. (...) Lamentablemente, nosotros no podíamos actuar de otro modo, y eso ha enlodado no poco nuestras relaciones con la Nueva Trova.”

Más explícito fue Silvio en una entrevista concedida a Jaime Saruski y publicada en Revolución y Cultura el octubre de 2000: "Quilapayún en ese momento no se acercó porque creyó lo que les dijeron: que éramos un grupo de indisciplinados, de desviados políticamente porque lo que nos gustaba era el rock. También les dijeron que éramos drogadictos. Eso ellos lo repitieron en terceros países. Y de ahí salió que dijeran irónicamente de que era curioso que algunos en Cuba hicieran canciones con textos revolucionarios y con música imperialista; que en vez de ser una cultura roja era una cultura rosa. Cuando leímos aquello inmediatamente empezamos a redactar una respuesta contundente, como derecho de réplica, para que se publicara en el propio Caimán. Esto llegó a la dirección del ICAIC. Y parecía que a causa del conflicto se iba a desbaratar el grupo. No nos amenazaron con hacerlo pero nos prohibieron responder aquellas declaraciones. Y establecieron que las leyes del juego las ponían ellos. Me deprimí tanto que llegué a pensar que la fraternidad podía ser un préstamo, que no era tan así tampoco..."

A la vista de estas últimas declaraciones, Eduardo Carrasco manifestó: “Había una distancia de apreciación estética con respecto a la Trova: los textos nos parecían algo rebuscados, por eso nunca los cantamos. Había también distancias de apreciación: nunca hubiéramos cantado algo como "La vida no vale nada" de Milanes, que a nosotros nos parecía un horror, pues si hay algo que vale y tal vez sea lo único que verdaderamente vale, es la vida. Valorar un ideal por encima de la vida, nos parecía algo monstruoso. Es cierto que había distancias políticas, nosotros éramos comunistas y los cubanos eran más bien partidarios del MIR. Por otra parte es cierto que las personas del gobierno de Cuba nos presentaron a Silvio como un disidente y nos sugirieron no verlo. Acababa de suceder el asunto con Edwards, de modo que hicimos lo que nos pidieron. Reconozco que fuimos injustos con él.”

La historia de Carrasco concuerda con aquella visión de Frank Delgado en su canción Chilenos:
y a veces no hay concilio el parlamento en el exilio
tiene mesas separadas por partidos, casi nada.
Muchas veces no concuerdan
y mi mente nunca llega a comprender esos matices de la izquierda.
Los dos conciertos

Parece ser que estos “matices” no sólo se dan en la izquierda sino también en la concepción misma del Quilapayún: desde setiembre de 2003 existen dos “matices” distintos o lo que es lo mismo, existen dos Quilapayún. Uno liderado por Rodolfo Parada y otro por Eduardo Carrasco.

Es este último el que se presenta este sábado en el Auditori de Sant Cugat —sin la presencia de Carrasco— en lo que será su segunda visita a Cataluña desde su reencuentro. Presentarán la Cantata Santa María de Iquique —según reconocieron su pieza más representativa— en la primera parte y “canciones fundamentales del grupo y alguna nueva” en la segunda.

Recordaron el concierto histórico del Quilapayún en 1974 en Barcelona con Franco todavía vivo. "Fue un encuentro de una humanidad magnífica, de una emoción enorme", manifestó Hernán Gómez. Mucho ha llovido desde entonces y las cosas han cambiado: "Antes luchábamos por un futuro mejor. Ahora los jóvenes no tiene siquiera futuro”, comentó Hugo Lagos.

Por último anunciaron la aprobación reciente de un fondo para la conservación y digitalización de legado gráfico y documental del Quilapayún por parte de la Universidad Católica de Chile con el fin de ponerlo a disposición del público.



Vicente Feliú
© Xavier Pintanel

Al día siguiente, domingo, Vicente Feliú se encargará de clausurar el Festival BarnaSants 2009. “Si el año pasado clausuramos el Festival en la Habana, este año es un cubano quien viene a clausurarlo aquí” manifestó Pere Camps.

Entre otras cosas en este concierto de clausura se recordará la figura de Quintín Cabrera, recientemente fallecido.

Vicente terminó diciendo que la mejor definición de Canto Nuevo la dio Víctor Jara: “canto que ha sido valiente siempre será canción nueva”.
Xavier Pintanel
Director de CANCIONEROS.COM
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