miércoles, septiembre 24, 2008

pobreza -caricatura de bonil


Trío Matamoros, la dignidad presente en 35 años

Por: Senén Suárez Hernández

23 de Septiembre, 2008


(Cubarte).- El suceso creado por los Matamoros en el año 25 del siglo XX ha sido una constante en nuestro acervo musical. De este trío compuesto por dos guitarras y un par de maracas, no se ha escrito lo suficiente, tanto por el hecho de crear un grupito con esta estructura como por la resonancia que ha tenido y tiene a nivel del espacio en que vivimos.
¿Quiénes integraban el Trío Matamoros?
Miguel Matamoros, guitarrista, compositor, y voz prima, nacido en la Ciudad de Santiago de Cuba, el 8 de mayo de 1894 y fallecido en su terruño el 15 de abril de 1971.
Rafael Cueto, guitarrista, compositor y voz de coro, nacido en la Ciudad de Santiago de Cuba, el 14 de marzo de 1900, y fallecido en La Habana el 7 de agosto del 1991
Siro Rodríguez, maraquero, compositor y voz de segundo, nacido en la Ciudad de Santiago de Cuba el 9 de diciembre de 1899 y fallecido en La Habana el 29 de mayo del 1981,
Ha sido algo que la historia recoge como insólito y nos preguntamos, ¿de quién fue la idea inicial? y resulta que de cualquiera de ellos tres porque el pueblo cubano lo recibió como un sonido novedoso y extraordinario.
De acuerdo a lo que se ha escrito, ellos tenían incrustado el bichito de la trova santiaguera, pero el son cubano los atraía grandemente. Matamoros murió con su guitarra bien cerca de él y de sus sueños.
Yo desde niño escuchaba a los Matamoros y me extasiaba con sus cantos y sus voces las cuales mantuvieron su calidad todo el período de su existencia, que duró 35 años. Es justo decir que al único de ellos que conocí personalmente fue a Rafael Cueto en el hospital Calixto García, donde los dos nos encontrábamos enfermo. Él me confesó que con 90 años se encontraba muy mal de salud. Un año después fallece quién fuera mi amigo, al que yo admiraba por su forma tan excelente de acompañamiento y por su afabilidad.
También conozco a jóvenes que en la actualidad siguen recordando aquel trío que fueron los pioneros de los que siguieron su formula musical, tanto con su repertorio como sus temas musicales.
Miguel Matamoros, rallaba la guitarra de una forma especial y rítmica muy sorprendente y estable, algunos de los temas que él puntió en la guitarra a yema de dedo, quedaron como un sello para las nuevas generaciones de trieros, sobre todo "Mama son de la Loma" tema de Miguel y "Frutas del Caney", original de Félix B. Cainet.
El trío se complementaba de forma ingeniosa, Siro Rodríguez fantaseaba con su voz de barítono de maravilla, Rafael Cueto utilizaba las cuerdas gruesas de su guitarra con una soltura magnifica y Miguel con su voz límpida y profunda, sin una sola croma de desafinación, con la que podía dar un sol o un la sin alteración absoluta.
Ellos aceptaban obras de cualquier autor siempre que le fueran viables, como es el caso de, "Cuidadito compay gallo", de Ñico Saquito, "El fiel enamorado", de Paquito Portela, y "Oriente cuna florida" del mítico Emiliano Ponciano entre otras.
Miguel Matamoros desempeñó algunos oficios como medio de supervivencia tales como, carpintero, chofer, pintor de brocha gorda etc.
El día 8 de mayo de 1925, cuando el joven Matamoros cumplía 31 años de edad comenzó los preparativos para celebrar su onomástico. En tal acontecimiento lo visitaron en su domicilio todos sus amigos, entre ellos los trovadores santiagueros
En la fiesta se encontraban Siro Rodríguez y Rafael Cueto, que entre bolero son y bolero son se unieron Siro, Cueto y Miguel, produciéndose el caso insólito de que en esos mismo momentos naciera el trío más famosos de nuestro paísEl trío Matamoros, manteniendo una vigencia de 35 años de triunfos y aplausos por todo nuestro continente y parte de Europa.
En 1928, el trío realiza sus primeras grabaciones en Camden, New Jersey, Estados Unidos, donde la disquera RCA Víctor tenía sus estudios de grabaciones. Comenzaron con dos obras de Miguel que fueron:"El que siembra su maíz" y "Olvido", rompiendo todos los record de ventas para esa época, aunque en ese mismo período grabaron muchas más obras cubanas..
Tengo en mi poder un CD, realizado en el año 1994, por la disquera. Tumbao Cuban Classic con el titulo "Trío Matamoros, La china en la rumba". Las grabaciones que aquí aparecen según CD, dicen fueron efectuadas desde el año 1928 hasta el 1951, ellas son:
La china en la rumba /guaracha son, Siro Rodríguez
Mientes / son, M. Matamoros
Tu sabes / son, M. Matamoros
Juramento / bolero son, M. Matamoros
Yo soy maraquero / guaracha, M. Matamoros
Alegre petición / son, M. Matamoros
El trío y el ciclón /son, M. Matamoros
Oye mi conga / conga, M. Matamoros
Reclamo místico / son, M Matamoros
Mariposita de primavera / Habanera, M. Matamoros
Oye el cha cha /son, M. Matamoros
Que siga el tren /son, M. Matamoros
El puerquito y la yuca / guaracha, M. Matamoros
Las maracas de Cuba / son, M. Matamoros
Sangre de conga / Conga, M. Matamoros
Hueso na´ ma / son, M. Matamoros
A la orilla del Guaso / bolero son, M. Matamoros
Te picó la abeja / son, M. Matamoros
Hojas para baños /son, M. Matamoros
Maruja / bolero son, M. Matamoros
A mis amistades / Bolero son, M. Matamoros
Mama son de la loma / son , M. Matamoros
Beso discreto / son, M. Matamoros
Frutas del Caney / pregón, Félix Benjamín Cainet Salomón
Las grabaciones de Los Matamoros volaron como el viento por todo el continente americano y parte de Europa, abriéndole el camino para sus actuaciones, las cuales fueron éxito de taquillas en cada país visitado.
En el año 1944, Miguel Matamoros firma un contrato con una empresa mexicana y marcha al hermano país con el trío agrandado por el magnifico pianista Ramón Dorca, un joven cantante desconocido llamado Bartolo Moré, devenido en años posteriores en el famoso Benny Moré, los trompetas Pepé y Quintero, un contrabajista y un bongosero, obteniendo un rotundo éxito.
Miguel comprueba que el grupo suena muy bien y graba un grupo de obras de él y otros autores con buen resultado de ventas tenemos entre ella: "Buenos hermanos", "La cazuelita", de Gelazio Deliz, "Seré Dichoso", "Me la llevo", de Siro Rodríguez, "Que será", "Penicilina" de Abelardito Valdés entre otros temas.
Miguel Matamoros creó una cantidad de obras de un alto rango que sería casi imposible de agrupar, pero la más célebre del santiaguero lo fue sin dudas "Lagrimas negras" Aquí la musa impactó tanto al músico, que utilizó una metáfora con tanta sutileza que se puede pensar inconcientemente que el bardo sufrió esa desazón.
Estando yo trabajando en el año 1949, con el conjunto del maestro Ernesto Grenet Sánchez en Tropicana, se contrató al popular intérprete español Angelillo, el más popular de España en aquellos años. Él en un momento de su descanso nos comentaba que asistió al debut de Los Matamoros en Madrid, lo cual resultó un acontecimiento inaudito, también nos contó que él quedó impresionado por aquella actuación tan emocionante del trío.
El trío se mantuvo actuando y grabando hasta el año 1960, ya para esa época los famosos santiagueros comienzan a sentir el agotamiento de los años, esos que no perdonan y lentamente van calando en la vida misma, obviamente después de la proeza de haber grabado alrededor de 300 obras o más, al igual que viajar varias veces parte del continente americano y europeo.
El trío recesa sus labores, no así Miguel, quién une su resistente animo y vida a la intérprete Ana María Casas "La Mariposa" y forma un cuarteto donde graba varias obras, ella de primo y Miguel de segunda voz, también procrean una hija llamada. Acebe.
Yo conocí a un hijo de Miguel llamado Miguel Matamoros, también compositor, y supe que de dos boleros de él titulados: "¿Que imaginaste?" y "Junto a ti esta noche". Este joven falleció en un accidente de trenes.
Ignacio Matamoros hermano de Miguel con ideas de poeta, falleció en 1961.
En la década de los 60, el documentalista Vernaza realizó un corto titulado "De donde son los cantantes".
¿Qué nos legó El trío Matamoros ?
Obras indisoluble para nuestra Cultura Nacional y un modelo de agrupación el cual ha sido repetido y continuará repitiéndose por su originalidad pudiendo mencionar entre ellos:
Trío Azul, con Rosendo Ruíz, Eusebio Vals y Rodríguez Fife, 1935
Trío Servando Díaz, con Otilio Portal y Octavio Mendoza (Cuso), 1937.
Trío Oriental, con: Pedro Feliu, Luís M. Bosch y Maximiliano Sánchez (Bimbi), 1938
Los Guaracheros de Oriente, de Ñico Saquito, en la primera etapa, con Orlando Vallejo, Tony Tejera y Senén Suárez 1946. Su segunda etapa con Félix Escobar (El gallego), Florencio Santana (Picolo), y Gerardo Macías (El chino) 1948
Trío Camagüey con Juanito Bles, Jiménez y Pedrito Hernández, 1944.
El trío Los Rodrigo, creado en 1958, por Bienvenido Rodrígo Morales, junto a Wilfredo Jiménez y José Lorenzo, los cuales con algunos cambios se han mantenido hasta los días que corren con un excelente éxito de trabajo continuado.
Sabemos que en nuestro país se han creado muchos tríos de tres guitarras y tres voces armonizadas con calidad óptimas, los cuales han sido del agrado de infinidad de personas, pero de lo que se trata es el hecho de que Los Matamoros fueron creadores absoluto de esa formación, con la diferencia ya mencionadas.
Agradecimientos
Manuel Villar Fernández. Productor, Musicógrafo y Miembro de Mérito del ICRT.
Lic. Belinda de la Caridad Suárez Pesi.
Lic Roberto Peyera Garcías

Aprender para aprehender y comprender críticamente al mundo actual


Aprender para aprehender y comprender críticamente al mundo actual III (Final) por Orlando Cruz Capote*

"[...] un complejo de conceptos que encierra el
conocimiento científico de una realidad, es el concepto de esa realidad".
Rainer M. Rilke.
Las realidades del mundo de hoy son algo complejas para ser aprehendidas y comprendidas rápidamente por cualquier ciudadano, son elementos esenciales -aunque no los únicos- de las enseñanzas y aprendizajes necesarios que corresponden asumirse como parte del ideario político, ideológico y cultural de las izquierdas. Esas realidades constituyen piezas indispensables de sus cuerpos teóricos y prácticos que, a su vez, deben ser transmitidas a todo el cuerpo societal con un lenguaje más comprensible y con el propósito de ganar conciencia en las grandes mayorías.

Ejemplos existen de cómo realizarlo, aunque las experiencias a veces no sean las mejores. Muchos canales de televisoras capitalistas internacionales, algunas con cierta seriedad en el campo de la difusión de las ciencias naturales, exactas y aplicadas, sin omitir aquellas que transmiten problemáticas acerca de la psicología en las personas, son capaces de elaborar programas científicos de manera interesante y entretenida para un amplio público, si bien otras, en ocasiones, no logran evadir simplificaciones y parcializaciones y, en no pocos casos, se enredan en laberintos muy distorsionadores.

Sin embargo, los medios alternativos de las izquierdas en el poder y los que se encuentran en la oposición difunden sus mensajes, con cierta persistencia, en la simple y unívoca línea de la agitación-propaganda ideopolítica, olvidándose de la vida cotidiana de los individuos y las colectividades, y de reflejar algunas de sus necesidades que parecieran ser intrascendentes. En otras ocasiones realizan los materiales con un didactismo esquemático que, pensando ponerlos al alcance de todos, rebajan sus contenidos hasta una vulgarización, deficiente calidad y una pobre imaginación-creadora sobre las problemáticas abordadas. Son llanamente aburridos. O, en su reverso, se embrollan en las fraseologías de moda asumiendo o copiando parte del discurso liberal y neoliberal light, sin percatarse que neutralizan sus mensajes y continúan en el peligroso filo imperceptible de la perspectiva reformista en cuanto a los valores axiológicos, la ética y la estética. Existen dudas, entonces, acerca de la vitalidad de una información-comunicativa, educativa y cultural verdaderamente alternativa.

La "torpeza" y "miopía" de los teóricos y políticos del capitalismo imperialista.

Si leemos con detenimiento las doctrinas y los ejes centrales de los posicionamientos ideopolíticos de los representantes de la cultura capitalista descubriremos que están muy conscientes de lo que escriben y cómo lo expresan. Algunos ejemplos nos pueden servir para demostrar su elaboración cientificista neo-conservadora. Dos de los padres del capitalismo neoliberal, Frederich Hayek y Thomas Friedman, plantearon que, y este es el primero, "[...] Simplemente, a la gente no le gusta pensar que ellas y sus hijos están a merced de algo que escapa a su control: el frío e invisible mercado. Como si todos no estuviésemos a merced del Frío e invisible universo. [...] Mi filosofía básica no es un plan (humano) deliberado sino la supervivencia de los grupos más aptos, lo que ha engendrado la cultura y la civilización [...]"; y, por su parte el otro neoliberal consumado expresó que, "[...] Lo que el mundo requiere ahora: para que funcione la globalización, (es que) Norteamérica no puede tener miedo de actuar como la superpotencia todopoderosa que es [...]". Metafóricos, descarnados y espinosos pero muy diáfanos en sus conclusiones.

Quizás quien mejor expresó la nueva doctrina político-militar de los Estados Unidos de América, para defender el capitalismo transnacional neoliberal mundial, fue Zbigniew Brzezinski cuando escribió, en 1998, de forma despectiva y brutal que "[...] los tres grandes imperativos de la estrategia geopolítica son impedir las confabulaciones y mantener a los vasallos dependientes en lo que respecta a su seguridad, conservar dóciles a los que pagan tributo y evitar que los bárbaros se junten". (1) Alusión vertical y sin ambages de los verdaderos propósitos de los centros de poder imperiales, en especial, del hegemónico imperialismo estadounidense, aún cuando no se había producido el ataque terrorista infringido -o auto infringido- contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. Posterior a ese hecho, tan bien transmitido -desde diferentes ángulos- una y otra vez, el "Ángel de la Guardia" y el "juzgador supremo" del bien y el mal a nivel mundial recayó, extraña casualidad, en manos de los gobernantes imperiales que, en el caso del presidente de los EE.UU., hasta "habla con Dios" y éste le indica quienes son los pecadores a los que hay que sancionar. Recientemente, la candidata republicana a la vicepresidencia de los Estados Unidos de América, Sarah Palin afirmó que las guerras que libra su país en Afganistán e Irak son mandatos divinos y señales enviadas de la providencia. Ese mesianismo expansionista -cristianismo conservador in extremis- del Destino Manifiesto ha estado reciclándose a lo largo de la historia de esa nación hasta nuestros días.

El enfoque de búsquedas estratégicas de posibles y reales enemigos antisistémicos se había forzado inmediatamente después del "Fin de la Guerra Fría" y la desaparición del bloque socialista este-centro europeo y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En ese momento los ideólogos y dirigentes del occidente capitalista desarrollado e industrial, el Norte rico, enfrentaron una disyuntiva o coyuntura que necesitaba de una reorientación ideopolítica para poder, otra vez, "justificar" y ejecutar sus planes de dominación, hegemonización y homogenización del mundo. Incluso el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU., en los inicios de la década de los 90, programaron varios posibles escenarios de guerras que abarcaron hasta algunos países de la Europa capitalista occidental. Aunque, en resumen, se transitó urgentemente de la confrontación Este-Oeste a la siempre bien definida confrontación Norte-Sur.

La pregunta de cuáles serían los nuevos enemigos fue respondida con distintas designaciones y denominaciones muy bien calculadas, desempeñando un enorme rol en la delineación de ese contexto, las novedosas técnicas del papel de los juegos de lenguaje en la vida política, la redescripciones pragmáticas, la realidad como simulacro y la semántica del engaño. El listado de los presentes y futuros tenebrosos adversarios anti-sistémicos fue confeccionado, finalmente, de la siguiente forma: el terrorismo; el narcotráfico; los gobiernos violadores de los derechos humanos; las guerrillas y las izquierdas más radicales "criminalizadas" como parte intrínsecas de los terroristas y los narcotraficantes; los grupos paramilitares enlazados, según los intereses imperiales y oligárquicos, con el tráfico de la droga y las acciones terroristas pero, repetimos, sólo si estos interesaban o no a los centros de poder del capitalismo; los "Estados fallidos, villanos, discapacitados y fracasados"; las "izquierdas irresponsables"; los gobiernos y autoridades denominados miembros del "Eje del Mal" (en sus diferentes órbitas de prioridades y movilidades determinadas por los EE.UU.), pero donde aparecen (o han aflorado por momentos), insistentemente, Irán, Corea del Norte, Sudán, Cuba, Siria, Bielorrusia, Myanmar, Zimbabwe, Libia, etc.), y la acción intelectualoide-práctica de demonizar a los intentos nacionalistas, populistas, reformistas y radicales. Y sobre todo, la oposición visceral a los nuevos movimientos sociales y políticos, organizaciones y agrupaciones que se oponen al Sistema de Dominación Múltiple (SDM) del vigente, hegemónico y unilateral capitalismo transnacionalizado y neoliberal.

Las acusaciones constantes han permitido desarrollar un procedimiento metódico de propaganda encubierta, sucia y desenfadada con vistas al adoctrinamiento de la opinión pública mundial y lanzar, sin una resistencia / oposición efectiva, la diplomacia y las represiones-guerras "preventivas, sorpresivas y humanitarias", así como las operaciones militares "quirúrgicas selectivas" y/o "masivas" con los consabidos, y enormes, "daños colaterales", para defender los "derechos humanos" y evitar la "proliferación desautorizada" de armas atómicas y de destrucción masiva en países pre-seleccionados. Las acciones punitivas y armadas contra Palestina y el Líbano (agresiones permanentes efectuadas por parte de Israel), Panamá, Iraq (en dos ocasiones en menos de 15 años), Somalia, Afganistán, Haití (en varias oportunidades), Sudán, Belgrado y, recientemente, en Osetia del Sur - este ataque ejecutado por Georgia, aliado de los EE.UU. y la OTAN, y adversario de Rusia -, demuestran el accionar de esa política.
El objetivo supremo de amenazar, al unísono, con la "guerra infinita" a "60 o más países" denominados, además, como "los más oscuros rincones del mundo", es el de restablecer la democracia occidental con la fuerza de los cañones y culminar la nueva repartición de las riquezas estratégicas del globo terráqueo, como las energéticas y acuíferas, las forestales y los recursos minerales de mayor valía para la producción de los armamentos, así como la industria científico-tecnológica de punta o de avanzada. La "guerra sicológica" como forma de lucha para ganar las mentes y las voluntades de los hombres, viejo axioma del expresidente de los EE.UU., D. W. Eisenhower, continúa vigente.

Paralelamente, en este mismo contexto de la década de los 90, hacen su aparición intencionada algunas seudo-teorías, también denominadas de pensamiento light ("blando o débil"), que tuvieron un enorme impacto ideopolítico y filosófico a escala planetaria, entre las que se encontraron: "El Final de la Historia" (2) y "El Choque de las Civilizaciones" (3), de los politólogos norteamericanos Francis Fukuyama y Samuel Huntington, en 1989 y 1993, respectivamente. Ambas concepciones hacían un llamado a la desmovilización revolucionaria al demostrar que había llegado el momento de la despolitización y la desideologización de las ciencias humanísticas y la política (¿?) que, según Fukuyama -un ex-funcionario del Departamento de Estado de EE.UU.-, estaban señalando que en la realidad global se había impuesto una "[...] universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano". Para el tecnócrata y analista político, convertido en un escritor apologista del capital, no hay alternativas y su alegato reabrió el viejo debate - al estilo hegeliano, pero nunca a la altura del gran pensador alemán - entre las posibilidades humanas de progreso infinito, muy a pesar de sus momentos de reversibilidad y de estancamiento, contraponiéndolas a las "bondades absolutas" del capitalismo.

Añadiéndose la otra proposición teórica de Huntington quien afirmó que los Estados nacionales habían entrado en una fase de declive total y que el futuro estaba ahora en las civilizaciones, entendiendo por éstas el nivel más amplio de identidad cultural de una persona, con especial hincapié en las costumbres, tradiciones, filosofías, idiomas y, sobre todo, en las religiones y en el conflicto brutal e inevitable entre ellas, -ocho civilizaciones señaló el profesor del Instituto Olin de Estudios Estratégicos de la Universidad de Harvard: la occidental, la eslava-ortodoxa, la confuciana, la islámica, la hindú, la japonesa, la Iberoamericana y una posible africana-, añadiendo que las ideologías serían sustituidas, absoluta y excluyentemente, por los conflictos que ocurrirían a lo largo de las líneas de quiebra culturales que separan a estas disímiles civilizaciones. Rematando su hipótesis con la siguiente afirmación: "[...] en el futuro, el origen de los conflictos no será ideológico, ni siquiera económico, sino cultural. Los choques se producirán entre países de diferentes civilizaciones", proponiendo que el sistema de valores de occidente debían propiciar, otra vez, una "contención" para reducir sus vulnerabilidades ante "tamaño desafío".

En esa tendencia de creación y aparición de snobismos surgió, además, una corriente denominada postmodernista de derecha (4) muy a tono con el discurso neoconservador neoliberal, las teorías enunciadas y los renovados discursos neo-reformistas de derecha. Estos postmodernistas reaccionarios, que de hecho se convirtieron en los ideólogos del neoliberalismo - consciente e inconscientemente -, rechazaron los saberes absolutos, los sistemas racionales totalizantes y coherentes de la modernidad, incluidas la filosofía y la historia, como también los metarrelatos, el decursar histórico y sus valores más inestimables, llamando a su vez a considerar o realizar una visión atomizada y fragmentada de la historia, renegando la formulación de un proyecto de transformación de la realidad social. Para el postmodernismo de derecha no hay lugar a otra alternativa de solución a los problemas de la humanidad, aspirando cuando más, a la convivencia con los conflictos, las contradicciones, los antagonismos y promoviendo la captación pragmática de ese propio entorno capitalista transnacional. "No terminamos aún de ser modernos -tanto esfuerzo que ha costado- y ya debemos ser postmodernos", podríamos exclamar los latinoamericanos y tercermundistas en general, junto al destacado intelectual de Nuestra América, Tito Escobar.

La América Latina y el Caribe a tenor con la historia.
Hoy al fin se ha reconocido la deshonesta e indecorosa labor de las dictaduras militares y civiles en las economías, desde la década del 60 y los años 70, aunque abarcaron hasta los 80 y algunas los 90, cuando comprometieron sus Estados-Naciones con el capital multinacional y luego transnacional. Fiel ejemplo de esta venta-privatización de todo fueron las tiranías brasileñas y, con mayor explicitez, las dictaduras chilenas y argentinas que fueron un patrón, muy fehaciente, del acatamiento disciplinado y temprano de los esquemas neoliberales de los Chicago Boys. Por cierto, los gobiernos mexicanos de fines de los años 80 no escaparon de esa ola privatizadora hipnotizante y tremebunda, y aunque casi todos los países fueron atraídos a ese rumbo, solo mencionamos a estos por el peso específico que tienen en la región.

También en la actualidad, se distinguen los enormes estragos producidos por los regímenes antidemocráticos en la estructura social, de la (in)-capacidad estatal de los intolerantes gobiernos para resolver o regular los conflictos sociales, de los intentos de las doctrinas de "seguridad nacional" por querer identificar el proyecto nacional con los intereses de las clases dominantes, el imperialismo y las clases dominadas, hecho irreconciliable y dicotómico. Las tiranías y los gobiernos democráticos que las sucedieron, lograron bajo un régimen de terror y represión insertar, asimétricamente, las economías latinoamericanas y caribeñas en la financiación del capital transnacional para beneficio de este último y de las "escogidas" clases oligárquicas apoderadas - peones clientelistas del imperialismo - en la región. Un producto directo de esas políticas fue el intento, en algunos momentos y países, de desmemorizar al pueblo, en especial, a las nuevas generaciones, acerca de lo sucedido con los golpes de Estado y sus secuelas: la desideologización, el adoctrinamiento político, incluido el apoliticismo, el nihilismo y el miedo-terror a la participación en una alternativa contestataria anticapitalista.
Las sociedades latinoamericanas, y otras tercermundistas, quedaron con regímenes de "democracias tuteladas, supervisadas, supeditadas y maniatadas" por reformas constitucionales que sirven, más que todo, para que los partidos de derecha o de centro-derecha se vean reciclados en los procesos electorales, salvo las excepciones que han sucedido a finales del último decenio del siglo XX y, especialmente, en la nueva centuria. La "gobernabilidad democrática" promueve, lo que Hugo Zemelman define como, "la alternancia dentro del proyecto", pero siempre sometidos al "proyecto liberal único", (5) que no pueden modificar ni sustituir nada más allá de muy estrechos y estrictos márgenes.
En esa orgía neoliberal, y bajo los efectos del derrumbe del socialismo, la izquierda en el subcontinente fue duramente golpeada por las divisiones, subdivisiones y escisiones, así como las decepciones, las traiciones y las deserciones. Solo quedó como una luz pequeña, pero inextinguible, la Cuba revolucionaria y socialista en el denominado hemisferio occidental. Todo ello y muy a pesar de los llamados de algunos escritores y pensadores progresistas de no participar en el sepelio de ese comunismo europeo oriental. El escritor uruguayo Eduardo Galeano, lo expresó de esta manera "[...] Estamos todos invitados al entierro mundial del socialismo. El cortejo fúnebre abarca, según se dice, a la humanidad entera. Yo confieso que no me lo creo. Estos funerales se han equivocado de muerto". (6)

La explosión revolucionaria que vivimos hoy - generalización vs. excepciones, según el ángulo desde donde se miren concienzuda y analíticamente - que son portadoras de diferentes espectros ideopolíticos, denotan fehacientemente que hay un nuevo auge de las luchas emancipatorias. No obstante, no han resuelto, definitivamente, el dilema de "quién ha vencido a quién", definición leninista que supone la destrucción total del viejo aparato estatal-represivo y la construcción de uno nuevo. El optimismo no debe hacernos bajar la guardia.

Las derechas y sus continuados propósitos.

Entonces, volviendo a los 90 del pasado siglo y los inicios del presente milenio, las oligarquías burguesas transnacionales y sus profesionales a sueldo nos quisieron obligar a la renuncia de la utopía y el sueño de los tercermundistas progresistas, imponernos una impotencia que nos llevaba a la inercia, el conformismo y la paralización de la lucha revolucionaria. Evocaron insistentemente el fin de la crítica a la realidad circundante haciendo de la filosofía política una abstracción especulativa y, por lo tanto, promoviendo la edulcoración complaciente del presente. Horkheimer y Adorno lo plantearon de la siguiente forma, "[...] las metamorfosis de la crítica en aprobación no dejan inmune ni siquiera el contenido teórico, cuya verdad se volatiliza". (7) Además, "[...] erosionan y fragmentan el mito, la ideología, la racionalidad histórica, los sistemas, las síntesis, el sujeto histórico, y todo aquello que conlleve a la formación de modelos, arquetipos, paradigmas." (8) Es, en ese sentido, que el concepto de desconstrucción, de Jacques Derrida, es una clave para la caracterización de la postmodernidad.
Con los supuestos teóricos del "fin de la historia", "las ideologías", (9) "las utopías" y "el choque de las civilizaciones", se encubren o desaparecen, como por arte de magia, el papel de las vanguardias políticas, el rol de las fuerzas motrices, las clases o agentes sociales dinamizantes de la sociedad y propiciadores de la Revolución Social. A su vez, se eclipsan los cambios radicales y se omite el imperialismo, sus esencias, con las consiguientes secuelas de explotación, enajenación / alienación y opresión socioeconómica hacia los trabajadores (los desposeídos) y los pueblos. La lucha de clases, los combates nacional-liberadores y sus antagonismos con los centros imperiales pasan a un nivel secundario o no están en el libreto de la obra. Fue y es tanto el peso del ataque ideológico enmascarado o totalmente abierto de tales presupuestos que ya no somos lo que éramos y ya no tenemos los mismos objetivos de lucha. La historia rebelde y la política subversiva han perdido legitimidad y representatividad. Como lo reflejara el escritor uruguayo Mario Benedetti: "Es [...] la No-historia (la) que nos quieren vender". (10)

La Revolución, en ese discurso postmodernista y conservador, desaparece del vocabulario político - por ende de la práctica - y todo lo que se parezca a un salto en la historia es considerado un accidente y/o un azar histórico anormal que pudiera endeudar el futuro. La evolución paulatina, las reformas dentro del status quo son el esquema a seguir. Se generaron y se producen discursos en donde proclaman al neoliberalismo como la única alternativa y al pensamiento único como el único posible; y estos cooptan para sí a otros intelectuales originariamente vinculados de alguna manera a las luchas políticas y sociales, logrando una estratégica victoria a favor de la hegemonía del capital transnacional.

La disertación acerca de la posthistoria ha determinado las barreras absolutas entre lo público y lo privado, difuminando lo primero, puesto que sugiere que, incuestionablemente, el Estado-Nación ha agotado todas sus potencialidades como principal agente organizado del desarrollo económico social y que el mercado es uno de los referentes históricos, el otro sería la democracia occidental burguesa, de la legitimación de la dominación transnacional neoliberal. Ello también ha fragilizado la Identidad Nacional en el mundo contemporáneo. Por eso, "[...]El resultado de [tal] estrategia política [neoliberal] para la instrumentación del Estado y de sus aparatos, conduce a sospechar que la humanidad en su conjunto - en cuanto que toda ella [supuestamente] se encuentra inmersa y afectada en diverso modo y grado por un irrefrenable proceso de globalización mundial -, es prisionera de un dilema mayúsculo, pues debe decidir entre ampliar los horizontes de acción, participación, deliberación y decisión democrática, o someterse de una vez por todas al círculo hipnotizador que produce el mercado a partir de la seducción creada por el mundo maravilloso de las mercancías." (11)

Los pensadores, filósofos y científicos sociales acríticos, preocupados cuando más por la semántica, los valores estéticos vacuos y apartados de la realidad sociopolítica se convierten en profesores e investigadores con grandes salarios y hasta posibles fortunas, mecenazgo que le tributa la burguesía transnacional en el poder. En esa línea ideologizante, estos representantes intentan despojar a naciones y pueblos enteros de su historia y su memoria; no existe experiencia anterior y todo hay que comenzarlo de nuevo y de cero (más bien de menos cero), convocan al desmantelamiento del Estado-Nación-Soberano-Popular (el último epíteto se adapta al caso cubano) frente al otro Estado Nación-Imperial para de esa forma imponer y consolidar la vieja-nueva dependencia, la soberanía limitada, la ilegitimación de la identidad y el poder nacional.
La guerra es ideológica-política y cultural.
Las esencias y manifestaciones fenoménicas, con mediaciones incluidas, no son más simples en la esfera cultural, terreno en el cual se desarrolla la gran batalla contemporánea de las ideas. El estudioso Germán Rey ha escrito categóricamente que "[...] Ya la cultura no es lo valiosamente accesorio, el "cadáver exquisito" que se agrega a los temas duros del desarrollo [...] sino una dimensión que cuenta decisivamente en todo proceso de desarrollo tanto como el fortalecimiento institucional, la existencia de tejido y capital social, y la movilización de la ciudadanía". Cualquier estudio que se realice del mensaje cultural del Primer Mundo es síntoma de que sus líderes, intelectuales, tecnócratas y especialistas de la propaganda ideopolítica y el marketing publicitario sí conocen diáfana y profundamente todo lo expuesto en los párrafos anteriores.
Un "inofensivo" spot comercial, en la entrada de un restaurante McDonalds, en Indonesia, lo confirma cuando sugiere que: "Alá el Compasivo, el Misericordioso, McDonalds de Indonesia es propiedad de un nativo indonesio musulmán". Otra valla de la Coca-Cola, enclavada en plena selva de La Lacandona, en territorio zapatista de Chiapas, "deslumbra e invita" ante la miseria y los intentos de reorganización liberadora de los "caracoles" indígenas de la zona. Estos son signos más que evidentes de la capitalización transnacionalizada del planeta a través de la imagen simbólica y real de la "MacDonalización", la "Disneylandización" la "Cocalización" y la "waltmarkterización" (Walt-Mark), el McWorld de la vida cotidiana frente a toda forma de autonomía, soberanía y democracia. Obsérvese, por demás, cómo en cada película estadounidense se expone al público, más de una vez, la bandera de ese país, constituyéndose todas estas imágenes y mensajes, en verdaderos caballos de Troya, inmiscuidos constantemente en las culturas de los demás países y pueblos. (12)
Por su parte, una famosa estilista en los años 90, Dona Karen, explicaba con una naturalidad-virtual espantosa que era necesario crear consumidores a través de la promoción, la publicidad, la persuasión cultural con miras a absorber la oferta de los industriales, pero no centrándose solamente en el cuerpo sino en el verdadero blanco de la nueva economía de servicios inmateriales que vienen a ser la cabeza: el cerebro y su intelecto. Esa realidad ella la expresaba de la siguiente forma: "No quiero que los clientes tengan la impresión de que deambulan por una tienda de ropa, quiero que piensen que se están paseando por un ambiente nuevo, que los saco de su cotidianidad para hacerles vivir una experiencia que no tiene nada que ver con la ropa y que expresa su identidad como individuos". El pasaje, que no deja de ser conmovedor, es un artificio holliwoodense de la espectacularidad de la vida porque la apariencia se convierte en una suerte de ideología alienante, que pretende convertirnos en consumidores natos, en unos enajenados de la realidad, extraños a las identidades que nos recorren, al país que vivimos, a nuestra localidad, nuestro pueblo, nuestro barrio, a nuestro propio género, raza y la clase a la que pertenecemos objetivamente. En ese imaginario pero realista supermercado todos somos virtualmente iguales, aunque solo entremos a ese "paraíso" para mirar, soñar o comprar lo más insignificante y barato.

La unidimensionalidad del hombre, de la que escribiera con suma antelación Herbert Marcuse, (13) adquiere un ambiente geoespacial que se palpa en las galerías comerciales lo cual, muy al contrario de lo expresado por la estilista renombrada, está al margen de la mayoría de la sociedad - "esa vulgar, multirracial y peligrosa gente" -, semejando un universo ajeno, calmado, porque está resguardado por un cerrado y eficiente sistema de seguridad. Todo es un efecto de la videología (video-ideología) que nos induce, a base de sonidos e imágenes, la insistente repetición del idioma inglés, las marcas, los logotipos, los filmes, los video-clips y los anuncios publicitarios como únicas alternativas para ingresar al mundo más actualizado y que se convierten en una maquinaria de mezclar y comercializar todo. Síntesis inconclusa y confusa (fusión dirían unos y dis-fusión otros) de varias culturas, idiosincrasias y psicologías sociales, pero donde predominan los productos de los gigantescas transnacionales capitalistas.

Y para re-imponer esa hegemonía cultural no fue casual que, sin esperar ni siquiera un segundo, los gurús de derecha arremetieran ofensivamente contra los "restos" del marxismo y el leninismo, el pensamiento social crítico, la filosofía de la liberación y todas las doctrinas sociopolíticas revolucionarias - incluso aquellas que provenían del Renacimiento, la Ilustración y la Revolución Francesa -, las cuales fueron cuestionadas fuertemente, como la Revolución de Octubre, la China y la Cubana, y "puestas entre paréntesis", tal como expresara Husserl. El marxismo, como ciencia / saber filosófico, se vio sometido a una pérdida de prestigio y de legitimidad sin precedentes en la historia. Insólitamente bajo los escombros del Muro de Berlín intentaron sepultar los socialismos europeos y, al mismo tiempo, la teoría original y creadora que poco tuvo que ver con esa hecatombe. No querían simplemente oposición práctica orgánica y sistémica ante su modelo dominador hegemónico, sino una destrucción y parálisis del pensamiento de izquierda.

Pero aun, en ese instante de triunfalismo y apología sin límites de la burguesía y, cuando muchos intelectuales y personalidades de izquierda y progresistas se sumaron al desencanto y diagnosticaron la "enfermedad del marxismo" o "la muerte de Marx", los centros intelectuales imperiales y de la derecha mundial se mostraron mucho más cautelosos y si se quiere realistas. El Times Literary Supplement, de Londres, en 1998, en ocasión del aniversario del Manifiesto Comunista, publicaba una foto del "Prometeo de Trèveris" y una leyenda que decía: "Not dead yet" (Todavía no está muerto), y la revista estadounidense New Yorker culminó su cobertura, en ese mismo año, sobre el creador del fantasma que recorrería el mundo con una pregunta dubitativa, propia de una inquietud pasmosa pero al mismo tiempo diagnosticadora: "¿No será Marx el pensador del siglo XXI?".

La perplejidad de estos artículos - sin mucha difusión - no tanto por la posible ironía sino por la lucidez de esas mentes rivales en las que casi nadie creyó, son partes de los ingredientes más sutiles de la batalla ideopolítica y cultural.

Una dura realidad para transformar.

En la actualidad, pudiera ser que Fukuyama haya perdido sus falsas apuestas porque las historias no terminaron y regresaron; que Huttington haya cedido espacio porque las ideologías están provocando guerras incesantemente y continúan superando la susodicha confrontación absoluta de culturas y civilizaciones; que las utopías hayan retornado nuevos bríos, fundamentalmente, por las tierras de Nuestra América; que el neoliberalismo esté en tránsito de un rotundo fracaso; que sea inminente una crisis económica del sistema capitalista, entre otros signos de debilitamiento del modo de producción explotador. Pero, ¿qué sucede y acontecerá cuando estamos conscientes que la iniciativa cultural se perpetúa en las manos y en esas mentes adversarias?
Los medios de comunicación masiva prosiguen en poder del capital y los alternativos, muchas veces, son escenarios de batallas bizantinas y querellas entre las diferentes escuelas, tendencias y corrientes de las izquierdas. La cultura predominante sigue siendo la de los centros imperiales, aunque hayan llegado al gobierno de algunos países, líderes que representan a las masas populares oprimidas. Una mirada a la Venezuela de hoy, muestra que el verdadero partido de oposición, proimperialista además, existente contra el presidente Hugo Rafael Chávez Frías y su proceso hacia un socialismo del siglo XXI, son el terrorismo mediático de las televisoras - incluidas las de cable -, las radios y los periódicos que no están dominados por el proceso revolucionario. Y es tan evidente esa realidad, que son capaces de dar la imagen de un golpe de estado - no tan virtual - que casi le cuesta la vida al dirigente bolivariano, como el ocurrido el 11 de abril de 2002.

Por otra parte, el destacado politólogo argentino Nestor Kohan ha disertado sobre la complejidad de la lucha actual escribiendo recientemente "[...] ¿Qué hacer cuando los segmentos más lúcidos de la burguesía intentan resolver la crisis orgánica de hegemonía, legitimidad política y gobernabilidad apelando a discursos y simbología "progresistas", poniéndose a la cabeza de los cambios para desarmar, dividir, neutralizar y finalmente cooptar o demonizar a los sectores populares más intransigentes y radicales? (14).

¿Cómo cambiar las reglas del juego en el campo cultural? La respuesta siempre ha sido única para los verdaderos revolucionarios: luchar con audacia y valor, con la verdad, la integridad y la inteligencia, con la conciencia, la convicción y la voluntad irreductibles, sumándose a ese catálogo de principios y virtudes, las grandes experiencias y las enseñanzas que la historia les ha brindado en este largo camino de éxitos y derrotas. Las herencias están ahí para convertirlas en fortalezas.

Hay que dar un vuelco radical a esa situación de dominio y hegemonía cultural que pretende volverse eterna. La originalidad y creatividad del socialismo que construyamos, o estemos construyendo, tiene que abandonar esa lógica-racionalista con un trabajo ideopolítico, educativo y cultural integral para sembrar nuevas ideas, principios, valores éticos y morales, construir una nueva cultura o contracultura anti-hegemónica. Muy diferente a las armas melladas del capitalismo que de poco servirán para esta larga, paciente y persuasiva batalla, quizás la más larga y difícil de todas las guerras por ganar las conciencias de millones de personas. Ganémosla a pensamiento.

Notas y referencias:

(1)
(1) Zbigniew Brzezinski The Grand Chessboard: American Primacy and Geostrategic Imperatives (El gran tablero de ajedrez: la primacía norteamericana y sus imperativos), Basic Books, New York, 1997.
(2) Francis Fukuyama ¿El final de la Historia?, The National Interest, No. 16, 1989; y; The End of History and Last Man, Peguin Books, USA, 1992.
(3) Samuel Huntington El Choque de las Civilizaciones y la reconfiguración de un nuevo orden mundial, Ediciones Paidos, Ibérica, S.A., Barcelona, 1997.
(4) Frederic Jameson Postmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío, en revista Casa de las Américas, No. 155-156, may.-jun., La Habana, 1986; La Política de la Teoría. Posiciones ideológicas en el debate sobre el postmodernismo, Revista Criterios, No. 25/28, La Habana, enero de 1989-diciembre de 1990; Ensayos sobre el Postmodernismo, Imago Mundi, Buenos Aires, 1995; El Postmoderno, el postmodernismo y su crítica, Selección de Desiderio Navarro, Centro Teórico-cultural Criterios, La Habana, 2007.
(5) Hugo Zemelman Enseñanzas del gobierno de la Unidad Popular en Chile, en Gobiernos de Izquierda en América Latina: el desafío del cambio, Beatriz Stolowicz (compiladora), Plaza y Valdés Editores, México DF, 1999.
(6) Eduardo Galeano Un niño en la intemperie, en Interrogantes de la Modernidad, Ediciones TEMPO, La Habana, s/f.
(7) Mark Horkheimer y Theodor W. Adorno Dialéctica del Iluminismo, Editorial Sur, Buenos Aires, 1994.
(8) Alejandro Serrano Caldera El Doble Rostro de la Postmodernidad, Editorial Amanecer, S. A., San José, Costa Rica, 1994.
(9) Daniel Bell El fin de las ideologías. Sobre el agotamiento de las ideas políticas en los años cincuenta, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1992.
(10) Mario Benedetti El capitalismo ha ganado un partido, pero no el campeonato, en Interrogantes de la Modernidad, Ediciones TEMPO, La Habana, s/f.
(11) Jorge Velásquez Acosta Democracia y Mercado ¿Nuevos modelos de legitimidad?, en Globalización y fin de la historia, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México DF, 2005.
(12) Benjamin Barber Hacia una sociedad universal de consumidores. Cultura McWorld contra democracia, en La Gaceta de Cuba, No. 6, Nov-Dic., La Habana, 2001.
(13) Herbert Marcurse El hombre unidimensional, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1968.
(14) Nestor Kohan Crisis orgánica y revolución pasiva: el enemigo toma la iniciativa, en Rebelión, 22 de agosto de 2008.

*Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba

"Todo lo que sé lo aprendí en los cafés"

Eduardo Galeano
"Todo lo que sé lo aprendí en los cafés"

El escritor uruguayo, cuya obra ha indagado el pasado latinoamericano en
busca de las claves que explican el conflictivo presente de la región, toma
en Espejos, su nuevo libro de misceláneas y ensayos breves, el punto de
vista de los excluídos para reflexionar sobre personajes históricos y
problemas actuales. En esta entrevista habla de su pasado como periodista,
de los autores que lo marcaron y confiesa que, aún hoy, le teme a la página
en blanco

Por Jorge Urien Berri

Mil historias guardan los 131 años del Café Brasilero, y la que cuenta
Eduardo Galeano antes de empezar la entrevista calza como metáfora de su
obra. Para sus entrevistas impone invariablemente este café de la Ciudad
Vieja, que desde 1877 fue una confitería elegante que decayó en antro
portuario y cerró hace 26 años. "El último de los mohicanos de los cafés
donde me formé. Yo no tuve educación formal. Seis años de primaria -cuenta
el escritor uruguayo- y uno de liceo [secundaria]. Todo lo que sé lo aprendí
en los cafés que ya no están, escuchando a los narradores anónimos, que me
enseñaron a contar lo que ocurrió de tal manera que vuelva a ocurrir. Sólo
el Brasilero sobrevivió." Sobrevivió gracias al recuerdo y la voluntad.
"Quienes lo compraron durante la dictadura hicieron lo mismo que la
dictadura: lo vaciaron y se llevaron todo, hasta las maderas del piso se
llevaron. Pero este café tiene la singularidad de que después fue
reconstruido con las viejas fotos y los recuerdos de sus clientes de antes.
Los recuerdos son nuestros."

Un rescate similar emprendió Galeano hace cuarenta años con la dolorosa
historia de América latina, con sus mitologías y leyendas, para explicar y
dar sentido desde el pasado a nuestro convulsionado presente. Esa
reconstrucción literaria del pasado en función del presente ocupa los
mejores de sus casi cuarenta libros y empezó en 1971 con Las venas abiertas
de América Latina , un ensayo documentado atravesado por la narración. A
partir de 1982, los tres tomos de Memoria del fuego lo muestran en posesión
de un estilo propio y de un género aun más propio que transforma una enorme
masa documental y bibliográfica en textos muy breves que amalgaman
narración, ensayo y poesía.

En Espejos. Una historia casi universal (Siglo XXI), su último libro y best
seller como los anteriores, ese estilo alcanza la perfección, y el rescate
del pasado con miras al presente se extiende a la historia, las religiones y
las mitologías de todo el mundo. Pero, como siempre en la literatura, el
punto de vista importa mucho, y en Espejos y sus antecesores la perspectiva
y el factor de selección de las historias son, como desarrolla en la charla,
"lo no dicho, la historia de los nadies, de los ninguneados, que es donde
están las voces que más vale la pena escuchar. El punto de vista de los
excluidos, de los no nombrados, de las mujeres, los negros, los indios, el
Sur del mundo, los judíos, los gitanos, los despreciados y perseguidos.
Viendo la historia desde ese punto de vista, te enterás de una cantidad
asombrosa de historias que hay que contar".

Galeano venía al Café Brasilero todos los días desde sus 19 años, cuando ya
era jefe de redacción de Marcha , legendario semanario de izquierda fundado
y dirigido por Carlos Quijano, que funcionaba a una cuadra de aquí. A los 68
años, hoy ostenta el carné de Socio n° 1 del Brasilero, con derecho a un
café gratis por día, y su foto cuelga en la pared junto a la de otros
uruguayos ilustres. Durante la entrevista lo fotografían con celulares desde
las mesas y algunos se acercan a saludarlo. Galeano es una celebridad que no
tiene reparos en confesar que, pese a sus cuarenta libros, aún sufre de
pánico a la página en blanco.

-¿Guarda buenos recuerdos de Quijano y de Marcha?
-Aprendí muchas cosas con él. Nunca vi algo igual, era el director y
fundador de Marcha y se enojaba cuando venían avisos.

-¿Por qué? ¿Robaban espacio?
-Robaban espacio a la expresión de las ideas. Cada vez que venía un aviso
seductor, Quijano se ponía furioso y lo echaba a los escobazos. En Marcha
estuve en dos períodos, porque en el medio dirigí dos años y pico un diario
de la izquierda independiente, ...poca , y volví a Marcha pero ya sin un
trabajo fijo allí. Quijano me llamaba el hijo pródigo. "Mi querido hijo
pródigo", encabezaba las cartas desde su exilio en México, donde murió de
pena. Se había enojado muchísimo cuando me fui a dirigir ...poca .

-Además del periodismo, ¿escribía ficción?
-Publiqué una novela a los 21 años, bastante mala, Los días siguientes , muy
pavesiana, y dos o tres libros que son como una prehistoria literaria, pero
no me lo tomaba en serio porque me sentía periodista, amaba el mundo de las
redacciones y las imprentas. Yo era jefe de redacción de Marcha y suena de
lo más impoluto, pero yo me enchastraba de tintas de la cabeza a los pies
porque armábamos Marcha al viejo estilo: hierro, linotipos, plomo. Fue a
partir de Las venas abiertas de América Latina cuando me empecé a tomar en
serio este asunto de escribir libros y ahora me gusta más que escribir
artículos.

-¿Cuánto tardó en escribirlo?
-Tres meses. Pero estuve recogiendo materiales durante cuatro años. La
escritura me llevó noventa noches y litros de café.

-¿Sólo escribía de noche?
-Sí, porque de día trabajaba en otras cosas. Cuando los libros son
verdaderos te escriben, nacen de adentro hacia afuera. El libro se fue
armando dentro de mí y la verdad es que no me costó mucho la escritura.
Ahora, con el paso del tiempo, soy cada vez más exigente y puedo llegar a
suicidarme si puse una coma fuera de lugar. ...se fue un libro hecho con las
urgencias del trabajo periodístico.

-¿Y el trabajo del día no lo desconcentraba para escribir a la noche?

-Tenía muy clara en la cabeza la arquitectura de ese libro, como también me
pasó después con los otros. Cuando uno tiene resuelta la estructura básica,
mágicamente los ladrillitos van cayendo en su lugar. No se sabe cómo ocurre,
pero ocurre y las palabras encuentran su sitio. Pero me cuesta muchísimo
escribir, eso sí. Cada vez más.

-¿Por qué?
-El tiempo no me ha facilitado la escritura, sino que me la ha hecho más
difícil porque me he puesto más exigente.

-¿Corrige mucho?
-Muchísimo, reescribo una cosa diez, quince veces. Cada uno de esos textos
chiquitos es el resultado de un proceso muy complicado de sacrificios
sucesivos, de palabras que mueren y caen en el camino.

-Se nota.
-Una noche, Juan Carlos Onetti me dijo que las únicas palabras que merecen
existir son las palabras mejores que el silencio. Y eso para mí ha sido
siempre una especie de lema. Onetti me decía que era un proverbio chino. Yo
pensé que era un invento suyo porque el viejo era muy mentiroso y, para dar
prestigio a sus palabras, invocaba siempre fuentes inobjetables: "En la
Grecia antigua...". Pero hace poquito descubrí que es un proverbio hindú.

-¿Entonces eran mucho más largos esos textos breves?
-Muchísimo. Se va de decir poco con mucho a decir mucho con poco. Al revés
de los que creen que ya que no somos profundos tenemos que ser complicados,
lo mío es un viaje hacia la desnudez del texto y la palabra, la palabra
desnuda.

-Es interesante cómo funde historia, ensayo, ficción y poesía. ¿Emprendió
ese proceso adrede o se fue dando?

-Se fue dando, en la medida en que uno también a lo largo de la vida va
tratando de reunir sus pedazos. Padecemos un sistema del desvínculo que nos
ha condenado a la especialización, a la fractura, al divorcio de las partes
que a uno lo integran. Durante mi infancia, por ejemplo, el divorcio del
cuerpo y el alma. Tuve una infancia muy católica, me enseñaron a no
confundir la bella con la bestia, el alma con el cuerpo. Y me costó unos
cuantos años enterarme de que somos "almuerpos" o "cuerpalmas", y que tal
divorcio no existe o no debería existir.

-¿Los católicos lo formaron?
-Sí, yo era muy católico y muy místico de chico. Después fui descubriendo
otros desvínculos obligatorios, como el pasado y el presente. Espejos está
escrito para demostrar que el pasado y el presente son barajas que vienen
muy mezcladas y que todo lo que ocurrió remite a lo que ocurre, y lo que
ocurre proviene de alguna parte.

-Es permanente en su obra la vuelta o remisión al presente.

-Claro, el libro fue escrito para tratar de comprender un poco mejor el
mundo en el que vivimos y para tratar de recuperar los espléndidos colores
del arco iris humano, mutilados por culpa del machismo, racismo, elitismo,
militarismo y no sé cuántos "ismos". Y lo mismo con los géneros literarios.
A medida que iba avanzando en este oficio de escribir, me daba cuenta de que
lo que iba haciendo era cada vez menos clasificable porque trataba de
integrar lo que estaba desintegrado, de borrar las fronteras entre los
géneros literarios y no darles bola a los guardias aduaneros que son los
especialistas en literatura, los expertos, los ideólogos.

-Mientras lo hacía, ¿sabía que transitaba un camino nuevo?

-Nunca tuve mucha conciencia. Lo hacía, y era lo que más se parecía a lo que
quería decir. Fui buscando cómo salvar la distancia entre el deseo y el
mundo, entre lo que quería decir y lo que podía decir. Iba redescubriendo un
lenguaje que era el mío e integraba todos los lenguajes.

-Se supo escritor con Las venas abiertas...
-Sí. Como te digo, estaba muy enganchado con el mundo mágico de las
imprentas y las turbulencias de las redacciones, me encantaba ese ambiente
fraternal que se vivía. Ahora es más frío, cada uno delante de su
computadora. Cuando dirigí ...poca , era un diario de chiquilines. Fui su
director a los 22 años y nadie cobraba.

-¿No?
-No, todos vivíamos de otras cosas. Yo hacía todo, la página editorial, el
horóscopo, a veces la crónica deportiva, policial, lo que viniera, y cuando
terminábamos a las dos de la mañana, separábamos los escritorios y nos
poníamos a jugar al fútbol en la redacción. Evoco esos años como una fiesta
incesante. A veces terminábamos con el fútbol y si estábamos de humor, nos
íbamos a beber unos tragos por ahí y a ver amanecer a la rambla. Y después
cada uno se tenía que ir a trabajar a algún lado porque el diario no pagaba.
Ahí aprendí cosas que me marcaron para siempre. El viejo Quijano, que tenía
un estilo de hidalgo caballero y por eso lo llamaban don Quijano de la
Marcha, una vez me dijo una frase que me sonó retoriquísima: "Vos tenés una
cara que ya se ve que vas a morir pecando. Hacé lo que quieras, pero nunca
peques contra la esperanza, porque todos los pecados tienen redención, menos
el pecado contra la esperanza". Con los años aprendí cuánta razón tenía. Ese
consejo maravilloso debería figurar como una orden en los despachos de los
políticos y periodistas, de los que tenemos algo que ver con la influencia
sobre la opinión pública o el poder.

-¿Cómo fue la convivencia del periodismo y la literatura?

-Nunca distinguí el periodismo de los libros. Son formas de expresión
literaria. El periodismo escrito es una forma de literatura, pero la
diferencia fundamental entre el género periodístico y el literario es el
tiempo de elaboración. El periodismo tiene urgencias que a veces son
enemigas de la calidad, y el libro te permite trabajar los textos con más
tiempo y cariño.

-Para sus libros, maneja primero una enorme masa documental y de
información. En Espejos aclara que de haber incluido las fuentes
bibliográficas, el volumen se habría duplicado.

-A veces son documentos o información que tienen que ver con la historia y a
veces con el presente. Pero cada historia que escucho -porque en general
cuento cosas que han ocurrido, que ocurren-, trato de confirmarla o de
explorarla más a fondo, y proviene de esta libretita enana que siempre llevo
en el bolsillo. ¿Ves? [Muestra una libretita ínfima.] Anoto cosas que leo o
que me llaman la atención. Mirá qué hermoso esto del escritor gallego Álvaro
Cunqueiro sobre el exilio: "Cada hombre lleva una isla en la nostalgia a la
que sueña con regresar. Cuando en esa isla llueve, llueve en su corazón".
También comentarios de fútbol, soy muy futbolero: "Las lágrimas riegan las
mejillas del Titán Palermo", de una transmisión de un partido en el que ganó
Boca. Muchas de esas cosas después se convierten en textos. Otras no.

-Acá empiezan sus libros.
-Acá, y después van al papel y después a la computadora en versiones donde
vuelvo a reelaborar. Esto es de ayer, un grafiti en la playa del Buceo: "No
pegues a los niños, ahora portan armas".

-¿Cómo selecciona el material?
-Trato de entrar en el pasado sólo cuando lo siento presente, cuando en lo
que ocurrió siento vibraciones que no son pasadas sino presentes. El desafío
es: a ver cómo hago para contar esto que ocurrió y lograr que ocurra cuando
lo cuento. Es el hígado el que me lo dice, no un criterio racional. Siento
que eso me da un golpecito en la espalda y me dice: "Oiga, oiga, ¿no le
gustaría contarme?"

-¿Y su obra de ficción?
-Poca cosa, te digo. Ya me siento muy lejos de eso.

-¿Por qué?
-Me siento mucho más cómodo trabajando con la realidad y tratando de revelar
las realidades que la realidad esconde, porque la realidad es real en la
vigilia y también en el sueño y la pesadilla. Hay muchas realidades dentro
de la realidad y el desafío de revelarlas me atrae más que la imaginación
pura y desprendida. Hice, sí, libros de ficción, pero no es en lo que más me
reconozco.

-¿Por eso no regresó a la ficción?
-Me parece que la realidad humilla a la ficción. La realidad es una señora
tan loca y tan capaz de poesía que no se puede competir con ella. Es preciso
tratar de conversar con ella para que te cuente lo que le pasa y uno es un
intérprete. Yo no cuento las cosas como las recibo, las reelaboro muchísimo,
las recreo. En lo que escribo desde hace ya unos años siempre hay un
material de verdad, de cosa ocurrida o que ocurre. A veces es historia, a
veces es tiempo presente, sin que los separe una frontera.

-De la ficción le quedó el trabajo del texto y la cadencia poética.

-Sí, pasé por todos los géneros antes de intentar un género de géneros, una
síntesis del lenguaje humano. Es mi lenguaje más mío, sí. Y Espejos es mi
espejo también. De todos mis libros es el que quizá siento más redondo,
pero...

-¿Más que Memoria del fuego?
- Memoria del fuego es una obra más trabajada y trabajosa, fueron casi diez
años, tres tomos y mil y pico de historias hasta el presente. Fue una
tentativa de abarcar la historia de América y la mamá de Espejos, que trató
de abarcar aquello que me llamara y me dijera algo, y, sobre todo, el
desafío de revelar lo escondido, lo no dicho, la historia de los nadies, de
los ninguneados, que es donde están las voces que más vale la pena escuchar.

-¿Usted escribió poesía?
-No, poesía como verso, no.

-Porque en Espejos hay una poesía latente.
-Está como metida en la prosa, el hálito poético proviene de la poesía que
la realidad contiene. Es un modo de expresar las cosas para que puedan ser
compartidas en un acto de comunión entre iguales.

-¿Por qué entre iguales?
-Porque ésa es una de las pocas cosas en las que no coincido con Julio
Cortázar, que fue mi amigo entrañable y maestro. ...l hablaba del lector
hembra y todas esas cosas. Y no, nada de eso, el lector no es pasivo nunca.
Cuando es verdadero, el lector crea contigo, es un diálogo que después
convierte el libro en cosa de él o de ella, ya no tuya. El libro deja de
pertenecerte y se incorpora al que lo lee, y dentro del que lo lee se va
convirtiendo en otra cosa.

-Regalamos un libro que nos gustó como si fuera propio y nos expresara.

-Seguro, es una parte de mí: me doy. Al libro le encanta que lo regalen y
hasta que lo roben.

-¿Está trabajando en algún libro o proyecto?
-No. Ahora estoy en el puerperio, como una recién parida. Uno queda atado al
libro por un tiempo. Después ya vendrá otra cosa, no sé. La sensación al
principio es de pánico al vacío. Cuando estás muy enganchado con una tarea
creadora y el libro que creció dentro de vos ya salió, lo mirás desde afuera
como algo que te pertenece pero ya no, que es tuyo pero no del todo, y eso
te produce un poco de pánico, ¿sabés?

-¿Después de haber publicado casi cuarenta libros?
-Sí, sí, igual. Pánico, pánico: ahora no voy a poder escribir nada más, me
quedé vacío, para qué voy a vivir. Ese pánico quizás es la prueba de que
estoy de veras vivo. Como el pánico que siento ante la hoja en blanco...

-¿En serio?
-Es el mismo pánico que sentí a los 14, 15 años, cuando empecé a intentar
escribir y a publicar alguna cosita en los semanarios socialistas. Me daba
un pánico tremendo la hoja en blanco, me hacía temblar las rodillas. Y ahora
también. Y es la prueba de que, más allá de la edad, sigo teniendo esa
energía juvenil, porque el miedo indica que uno está muy metido en lo que
hace, si no, no tendrías miedo de no poder hacerlo. Hay una responsabilidad
en el oficio de escribir que no depende de si se escribe un artículo, una
canción, un guión, una novela, sino del hecho de que esas palabras, si se
imprimen, se dirigen a otros e influyen en otros.

-En el periodismo ya no está muy generalizada la conciencia de esa
responsabilidad.

-No, y tampoco en algunas formas de expresión puramente literarias, por
ejemplo, en las ciencias sociales.

-Y en algunas obras de ficción.
-Sí, eso es una regla de juego del mundo moderno, donde todo existe por un
ratito. Ya no hay la intención de escribir para después, se escribe para el
instante y eso en periodismo es legítimo e inevitable, pero en otras formas
de expresión literaria ya no funciona.

-¿Qué opina del periodismo actual?
-Los espacios de independencia se han ido encogiendo muchísimo. Hubo una
concentración de poder enorme en el mundo periodístico. El derecho de
informar está cada vez en menos manos y eso implica un nivel de manipulación
que antes no existía y que lo practica la televisión más que la prensa
escrita. Pero también en la prensa se manipula. Hugo Chávez y Evo Morales
triunfaron en plebiscitos revocatorios, Evo por más del 67% de los votos, y
eso contradice lo que la prensa más influyente del mundo dice de los dos
personajes: que son dictatoriales e impopulares. Imaginate si Bush hubiera
hecho un plebiscito revocatorio.

-¿Cómo ve el proceso uruguayo? Usted firmó hace poco en contra de la ley de
caducidad para juzgar los crímenes de la dictadura.

-Sí, y hace ya muchos años fui miembro de la comisión que promovió el voto
contra la misma ley y perdimos por muy poquito. Era un país recién salido de
la dictadura, todavía enfermo de miedo. Esperemos que haya cambiado. La ley
de caducidad contradice la ley internacional y algunos principios éticos en
el Estado, porque autoriza el crimen siempre que se obedezca la orden de los
mandos.

-Obediencia debida.
-Una especie de obediencia debida, con el agravante de que aquí, bajo ese
manto, han metido incluso atrocidades. ¿Quién puede haber ordenado
secuestrar a la nuera de Juan Gelman, traerla embarazada al Uruguay y
matarla después de parir para entregar a su hija a un policía? Ésa fue una
de las muchas atrocidades incluidas en la ley. Y el principio de que pueda
caducar la pretensión punitiva es inmoral porque la impunidad estimula al
delincuente.

-Uruguay no tenía tradición de dictaduras.
-Y fue la gran cámara de torturas de la dictadura.

-¿Por qué?
-Por la proporción de torturados.

-¿En relación con la población?
-Sí, en eso sí que fuimos campeones mundiales. Ojalá lleguemos a impedir que
el Uruguay sea un santuario de impunidad.

-Cuando lo nombraron primer Ciudadano Ilustre del Mercosur, el único
presidente que no lo felicitó fue Tabaré Vázquez. ¿Hay alguna enemistad?

-Que yo sepa, no. Ahora, por qué el gobierno uruguayo fue el único ausente,
habría que preguntárselo al gobierno uruguayo. No tengo la menor idea.
Bueno, los tiempos de la Santa Inquisición han quedado atrás. No sé, no
entiendo.

-¿Tal vez porque usted fue crítico de la pastera Botnia?

-Sí, y no sólo de Botnia. Me parece que no funciona ese modelo de convertir
a Uruguay, que es un país pequeño, en un centro de producción de celulosa de
empresas gigantescas para el mercado internacional. Eso reproduce el viejo
esquema de explotación que ha sido la triste historia de estas tierras
latinoamericanas, que han vivido al servicio de las necesidades ajenas,
donde la explotación de los recursos naturales no ha dejado más que agujeros
y fantasmas porque cuando se agotan, se van sin decir adiós y si te he visto
no me acuerdo. ¿Qué pasa con este proyecto celulósico? La materia prima
devora el agua, y envenena la tierra y el aire, y eso a cambio de empleos
que se prometen y nunca aparecen. Desde el principio estuve en contra porque
no creo en el deber de obediencia sino en la libertad de conciencia, y si
eso me crea problemas con mi gobierno, lo lamento por mi gobierno. Mil y una
vez he expuesto discrepancias con Cuba y eso les ha caído muy mal a algunos
camaradas excitados en el deber de obediencia, y no es lo mío. Si no les
gusta, paciencia. Lo mismo con la ley de caducidad, porque el gobierno no
apoya este movimiento por la derogación.

-¿Qué piensa del presente argentino? Usted vivió allí.
-Viví allí y además dirigí una revista.

-Crisis, que hizo historia.
-Estoy muy ligado a ese país y... preferiría no vender hielo a los
esquimales, así que no voy a hablar a un medio argentino sobre la Argentina.

-A diferencia de la Argentina, el Uruguay es un país racional.

-Más o menos, no creas. Aquí somos locos que disimulan ser cuerdos. Este
país tiene una capacidad de locura, pero todos nos disfrazamos. Es un país
muy loco, loquísimo.

-¿Por qué?
-Loquísimo en la vida cotidiana y hasta en las actitudes del gobierno,
porque ahora se le ha ocurrido la energía nuclear, y es un acto digno del
manicomio porque al Uruguay le sobra viento y le sobra sol, ¿y nos van a
instalar una central nuclear? ¿No ves que es un acto de locura?

-La Argentina las vende y puede hacerles precio.
-Y bueno, de loco a loco. Es como cuando entró un visitante al manicomio y
se encontró con un señor que tenía el brazo sobre el pecho y aseguraba que
era Napoleón Bonaparte. "¿Y quién se lo dijo?" "Me lo dijo Dios." Y otro
loco que pasaba que por ahí protesta: "Yo jamás dije eso, jamás".

-De los escritores que usted trató en Uruguay, ¿cuál es el que más lo
impresionó o marcó?

-Unos cuantos. Sería injusto mencionar a uno. En los primeros tiempos me
instruyeron y ayudaron mucho Onetti, Benedetti, Martínez Moreno, Paco
Espínola, la poesía de Idea Vilariño, tan poderosa y tan desnuda, ese
lenguaje despojado. Y los de afuera.

-¿Quiénes?
-Rulfo. Creo que es el que más me influyó, es increíble ese hombre que supo
callar.

-Y sólo escribió dos libros.
-Que además son libros finitos, pero en muy pocas páginas dijo todo lo que
tenía que decir. Hizo el amor de la más alta manera y después se quedó
dormido.

-Habrá sido horrible.
-Para él, sí. Se las arreglaba mintiendo. Fue un gran amigo y un gran tipo,
y era imposible estar con él sin que se arrimara algún periodista a
preguntarle qué estaba escribiendo. Entonces él mentía y así iba inventando
novelas que no existían para sacárselos de encima. Pero no estaba
escribiendo nada. Hay una dignidad del silencio. Es tan difícil competir con
el silencio.

-¿Onetti lo influyó mucho?
-Sí, y me enseñó también, aunque yo hago un tipo de literatura muy diferente
de la suya. Pero tengo una enorme admiración por él. Un gran escritor y un
personaje insólito. A los 17, 18 años, le llevaba cosas que escribía y él
tenía la paciencia de leerlas. Me decía: "Mirá, pibe, si Beethoven hubiera
nacido en Tacuarembó, habría llegado a ser director de la banda del pueblo".
Como para que yo me suicidara a la salida. Era un tiernito disfrazado de
puercoespín, de falso puercoespín.

-Creó un personaje hosco.
-Claro, él tenía que decir cosas así porque su personaje era ése, el que
fuma mirando las manchas de humedad del techo, el que toma vinos ordinarios
que me hacían mear violeta. En la época en que yo iba a su departamento, era
un peligro, porque eran vinos de cirrosis instantánea, y beber con Onetti
era beber muchas horas. Decía barbaridades pero en el fondo era un tiernito.
Siempre fue muy cariñoso conmigo y le estoy muy agradecido. Bueno, a él y a
todos, Julio Cortázar ni que hablar, un amigazo y un tipo bárbaro, tan
generoso. Cortázar y Mario Benedetti son casos raros, son los dos escritores
más generosos que conocí. Porque en el zoológico humano, los escritores
habitamos la jaula de los pavos reales y cuando te encontrás con un colega y
te pregunta cómo te va, vos tenés que decirle "más o menos", porque si le
decís "muy bien", en el acto el colega se va poniendo amarillo, verde y cae
desplomado con un ataque al hígado. Hay que tener cuidado de no afectar la
salud del prójimo. En cambio, Julio y Mario son excepcionalmente generosos y
capaces de alegrarse cuando al otro le va bien. Y eso está prohibido en el
mundo moderno, que te enseña a ver al prójimo como un competidor o un
enemigo, como una amenaza, no una promesa. No sólo en la literatura. Pero
bueno, yo escribo y me refiero a mi sindicato.

-¿Cómo es que un país pequeño y con poca población ha dado tantos y tan
buenos escritores?

-Son los dos milagros: la literatura y el fútbol. ¿Cómo puede ser que un
país que tiene la población de un barrio de Buenos Aires o San Pablo haya
ganado dos campeonatos olímpicos y dos mundiales y tenga 247 jugadores
jugando en distintos países del mundo? Es inexplicable.

-¿La melancolía del montevideano tendrá que ver con la propensión al arte?

-No sé, también con un fútbol más quieto. El jugador uruguayo recibe la
pelota y medita, recuerda, piensa en su infancia. Claro, cuando hace el pase
es tarde.

-¿Por qué con tantos buenos jugadores a su seleccionado le va tan mal?

-Porque se conocen en el avión. El fútbol es un deporte asociado y por eso
Enrique Pichon-Rivière, que era un genio, descubrió y practicó el fútbol
como terapia de la locura, porque el loco, desvinculado del mundo, se
revinculaba en los equipos de fútbol que Pichon-Rivière organizaba con sus
pacientes. Y él jugaba con ellos.

-¿Está leyendo algún libro ahora?
-Leo todo lo que me cae en la mano, leo las cosas más diversas y varios
libros a la vez. De chico me gustaba Salgari, me lo sabía de memoria, y
Onetti también, ése era un espacio común muy importante porque
reconstruíamos historias de Sandokán o del Corsario Negro y entre los dos
las íbamos delirando, él en la cama y yo sentado al lado.

-¿Fue a un colegio de curas?
-No, pero tuve una infancia muy mística. Conversaba con Dios como si
fuéramos amigos. Y un día se me cayó por un agujerito del bolsillo. Creo que
empecé a reconocerlo en los demás, o sea, que soy religioso a mi manera.
Perdí la fe en la adolescencia. El sexo, el cuerpo, ¿no? Porque en aquel
tiempo la enseñanza religiosa divorciaba completamente el cuerpo del alma.
Creía, creía muchísimo, y de algún modo eso está; me reconozco en las
religiones llamadas primitivas, las que tienen más comunión con la
naturaleza.

-Se nota en su obra.
-Sí, soy un pagano. Una cosa es la religión como acto de fe legítimo y, para
mí, respetabilísimo, porque yo también fui del gremio, y otra cosa es la
religión como poder material y terrenal: religión es la mía y las demás son
supersticiones. Cuando terminó la persecución de los cristianos en Roma, los
cristianos empezaron a comerse a los leones y la Iglesia se convirtió en un
poder imperial que en la Edad Media fue dueño de la tercera parte de las
tierras de Europa.

-Se lo ve feliz.
-A veces soy, sí.

-O satisfecho.
-No, satisfecho no, eso nunca, pero feliz sí. A veces se me cae el optimismo
al suelo y después lo levanto, y con la felicidad pasa lo mismo. Es una luz
que te visita, se va, después vuelve.

-¿Qué siente cuando mira atrás y ve su obra? Sinceramente.

-Contesto honestamente: soy consciente de que he hecho una cosa que me
parece que está bien y que di lo mejor de mí. Fui muy honesto en todo lo que
escribí y dejo. Pero también estoy seguro de que el mejor de mis días es el
que todavía no viví y el libro mejor es el que me está esperando en algún
lugar escondido, misterioso.

-¿Es así, realmente?
-Sí, y nunca tuve, como tuvo Rulfo, la certeza de que ya había dicho lo que
tenía que decir.

-¿Rulfo eso lo expresaba?
-Era muy complicado el tema, delicadísimo. Además, él había tenido un
período de alcoholismo agudo en el que se caía por la calle y después pasó a
la Coca- Cola. No se sabía nunca muy bien, pero creo que él tenía esa
certeza por un lado muy satisfactoria y por el otro terrible, porque
significaba que lo que había escrito valía la pena y lo que había sufrido
para escribir aquello no había sido en vano, y terrible porque eso lo
convertía en un... un muerto en uso de licencia, porque si ya había escrito
lo que tenía que escribir, y él vivía para escribir, ¿qué le quedaba por
delante? ¿Qué le quedaba?

-Tremendo.
-Eso era una fuente de angustia que lo atormentaba mucho y por eso me parece
tan admirable la dignidad de su silencio, porque no era fácil. Podía haber
escrito, tenía todas las editoriales a sus pies, y nunca cayó en la
tentación y se mantuvo callado y dolido. Dolido del silencio que al mismo
tiempo era un ejercicio admirable de la dignidad, una forma de creación,
porque él escribía para adentro, ¿no? Para mí es el gran escritor
latinoamericano del siglo XX, el mejor de todos. Y personalmente era un
hombre que uno no se esperaba así, tímido, inseguro, chismoso. Le encantaba
chismear.

-Como a casi todos los escritores.
-A él le encantaba, sí. Y a veces era muy temeroso. Pero bueno, yo siempre
siento a la mañana que lo mejor que me puede ocurrir es lo que todavía no me
ocurrió, y debe de ser por eso que me conecto muy bien con los jóvenes en
las lecturas que hago. Me gusta escribir para los que vienen. ¿Viste la onda
de desprecio a los jóvenes? Me repele profundamente. Hay una encuesta que
indica que los jóvenes creen cada vez menos en la democracia en América
latina, salvo en la Argentina, Uruguay y Costa Rica. Es muy fácil
satanizarlos y decir que son unos cabezas huecas a los que todo les importa
un carajo, incluida la política. ¿Y qué les ofrece la política? Es un
ejercicio profesional de mentirosos, de acróbatas de circo, de lo que Luis
Alberto de Herrera, un caudillo del Partido Nacional [Blanco] y un viejo muy
pintoresco, llamaba "los redondos". [Lo imita con voz gangosa.] "No, ése no
porque es redondo." Redondos eran los que de tanto darse vuelta habían
quedado redondos. Y la política está llena de redondos. ¿En quién van a
creer los muchachos si lo que se promete nunca coincide con lo que se hace y
si se practica el doble discurso continuo? No creen porque les mienten, y
los que les mienten después se enojan porque no les creen. El descrédito de
la política nació de una realidad bastante deprimente. Los chicos se
encuentran con un mundo donde no rige el sistema de valores que nos formó a
nosotros y que no despreciaba a los perdedores y creía que la pobreza era
fruto de la injusticia. Ahora, el perdedor y el fracasado son dignos del
desprecio colectivo, falta que los escupan. Hoy es obligatorio el éxito y
los chicos sienten esa presión exitista de que tienen que ganar. Aquella
visión del mundo, común a mi generación, a la tuya, no demonizaba a los
pobres, pero ahora resulta que son ineficientes y merecen su destino porque
la ineficiencia tiene que ser castigada. Los jóvenes se asoman a un mundo
implacable donde cada uno que está en la escalera empuja con el pie al otro
para que se caiga. Es un mundo del desvínculo donde nadie se encuentra con
nadie. A los jóvenes los acusan de vivir romances con las maquinitas. Será
porque con la gente es complicado.

-¿Y qué hay que hacer?
-Hay que recuperar el sentido sagrado de la palabra. Vengo del Paraguay, que
es un rarísimo caso en el que los vencedores hablan el lenguaje de los
vencidos. El guaraní, la lengua de los indios, se convirtió en la lengua de
la sociedad entera, y en lengua guaraní hay una palabra, ñe é , que
significa a la vez alma y palabra. O sea: el que miente la palabra traiciona
el alma. Esta identidad entre la palabra y el alma era y es la identidad
central de la cultura indígena guaraní. En la parte del libro sobre la
Triple Alianza digo que lo que sobrevivió a la hora del exterminio del
Paraguay es la lengua, y según su leyenda mítica, esa lengua y los
paraguayos nacen de la palabra que los nombra. Ellos son hijos de la
palabra, y la palabra es sagrada. Los políticos, los escritores y todos los
que trabajamos con la palabra tenemos que tener conciencia de ese carácter
sagrado. La gran tarea de los políticos tendría que ser recuperar la
honestidad necesaria para que les crean lo que dicen. No es lo que ocurre,
lamentablemente.

-En la Argentina hasta los datos oficiales de la inflación son falsos.

-El lenguaje que usamos es un lenguaje de los poderes dominantes en el
mundo, un lenguaje traidor de las palabras que emplea. Cuando se dice
comunidad internacional, es un club de grandes banqueros y jefes guerreros.
Para mí es terrible el descrédito de las palabras. Libertad, aquí, sigue
siendo el nombre de una cárcel.

-Sí, en la localidad de Libertad.
-Es como una metáfora de todo.

-Orwelliano.
-Sí. Un gran poeta catalán, Salvador Espriu, tiene un poema muy hermoso
dedicado a los jóvenes, que dice que él escribió "para guardaros el
verdadero nombre de cada cosa". Hay que recuperar el verdadero nombre de
cada cosa, y uno escribe tratando de hacerlo, porque si no, estás condenado
a la mentira incesante.

-Se dice que la ficción es una especie de mentira...

-El arte siempre es así, una mentira que dice la verdad, y es curioso,
porque es una paradoja.

-Sí, y en su obra es interesante cómo eso pega una vuelta. Usted parte de la
verdad, le da forma literaria con la narración y termina en la verdad.

-Recupero lo que creo que es la verdad verdadera desde mi punto de vista,
porque hay muchísimas verdades posibles dentro de cada verdad. Todo depende
del punto de vista. Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de
espaguetis es una orgía. Espejos intenta ver la historia -el tiempo que pasó
y el que ocurre- desde el punto de vista de los excluidos, de los no
nombrados, de las mujeres, los negros, los indios, el Sur del mundo, los
judíos, los gitanos, los despreciados y perseguidos. Viéndola así, te
enterás de una cantidad asombrosa de historias desconocidas que vale la pena
contar, como si estuviéramos alrededor del fuego.

-¿Su interés por los desposeídos y los fracasados nace por algo en especial?

-Porque a lo largo de los años no he hecho más que confirmar que toda esta
filosofía del éxito obligatorio impuesta por los amos del mundo nace de una
gran mentira que consiste en suponer que ganan los mejores, y eso no es
verdad. Ni han ganado ni ganan los mejores. Y mucha de la gente que tenía
razón perdió, y mucha de la gente que decía la verdad terminó atada a un
palo y quemada viva por la Inquisición. Cuando Giordano Bruno decía que la
Tierra giraba alrededor del Sol y que el Sol era una de las estrellas, fue
quemado vivo. La razón la tenía él y no los quemadores.

-Después se lo reivindicó.
-Sí, la historia siempre hace eso. Con cuatro siglos de atraso.



FUENTE:

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1050495

"RESISTIR, CON LA FRENTE EN ALTO, EL TIEMPO QUE SEA NECESARIO."




Queridas compañeras y compañeros:
Arribamos al décimo Aniversario del arresto de los Cinco en un momento crucial de nuestro proceso legal (...así le llaman aunque tal vez sería más apropiado decir «proceso ilegal»). El Onceno Circuito de Apelaciones radicado en Atlanta acaba de dar por terminada nuestra apelación. Quiere decir que, si por ellos fuera, todo se quedaría así, y algún día mis huesos tendrían que ser enviados a Cuba, cuando la muerte me libre de las dos cadenas perpetuas.
La referida corte ha dado señales inequívocas del tipo de «justicia» a la que los Cinco podemos aspirar en este país. Cuando hubo una decisión 3-0 a nuestro favor, con 93 páginas de sólidos argumentos en las que un panel de tres jueces calificó como «The perfect storm» (La tormenta perfecta) lo ocurrido en nuestro juicio, la corte en pleno, contra todos los pronósticos no solo aceptó revisarla, sino que la revocó sin muchas explicaciones. La tormenta perfecta, de pronto, se convirtió en una simple lloviznita. Sin embargo, esta vez, cuando la decisión fue 2-1 en contra de los Cinco, con obvios errores legales, con una jueza argumentando en 16 páginas que la Fiscalía no presentó absolutamente ninguna prueba que sustente el cargo de conspiración para cometer asesinato, con un juez que —aun al votar en contra nuestra— reconoció que se trata de un «very close case» (un caso muy cerrado, o muy reñido) y con varios argumentos de la defensa que ni siquiera fueron debidamente analizados, el Onceno Circuito se niega rotundamente a revisarla. Como decimos en Cuba: «Más claro ni el agua». Hemos dicho una y otra vez que este es un caso Político, y quien aún no lo vea así, es porque no quiere verlo.
Alguien mencionaba recientemente que ahora la última palabra la tiene la Corte Suprema. Yo diría que es —en todo caso la penúltima—. La última palabra en el caso de los Cinco la tienen ustedes, nuestras hermanas y hermanos de Cuba, de los Estados Unidos y de todo el mundo, que a lo largo de estos años han sido nuestra principal fuente de aliento.
Nuestras esperanzas no están depositadas en ninguna corte. Diez años son más que suficientes para habernos curado de cualquier ingenuidad. Nuestra esperanza son ustedes, quienes a base de sacrificios y nadando contra la corriente, han logrado que hoy en todos los continentes se conozca la injusticia cometida contra los Cinco. Ustedes, que hoy no andan de paseo, ni están descansando en sus casas, sino que nos honran con su presencia en diferentes actividades, conmemorando el décimo aniversario de nuestro encarcelamiento. A ustedes corresponde continuar luchando para desenmascarar la doble moral de un gobierno que invade a otros países supuestamente para combatir el terrorismo, al tiempo que alberga y protege a connotados terroristas, y encarcela a quienes trataban de impedir sus actos criminales. En ustedes confiamos para poner al descubierto la hipocresía de las grandes corporaciones de la información y de ciertas organizaciones internacionales, que convierten en sufridos presos políticos a mercenarios que traicionan a su pueblo por un puñado de dólares o una visa, mientras silencian miserablemente el caso de dos mujeres que han sido privadas durante una década del derecho elemental de visitar a sus esposos en prisión.
Sabemos que la razón está de nuestra parte, pero para que se haga verdadera justicia necesitamos un jurado de millones de personas en todo el mundo, y los necesitamos a ustedes, defensores de las causas justas, para dar a conocer nuestra verdad.
La injusticia cometida contra los Cinco nos ha mantenido por diez años alejados de la Patria, pero no ha impedido que acompañemos a nuestro pueblo en las alegrías y también en los sufrimientos. Hace apenas unos días el huracán «Gustav» causó grandes daños en Cuba, principalmente en la Isla de la Juventud y en Pinar del Río, dos territorios desde donde hemos recibido en estos años numerosas muestras de apoyo y de cariño. Estamos seguros de que los pineros y pinareños, junto a las autoridades locales y nacionales, con la solidaridad de todos los cubanos dignos y de muchos amigos del mundo, sabrán crecerse en estos momentos difíciles y —como caracteriza a los revolucionarios— convertirán el revés en victoria. Aunque no pueda ser físicamente, hoy más que nunca los Cinco estamos, de corazón, junto a nuestros hermanos de la Isla de la Juventud y de Pinar del Río, que tanto han aportado a la lucha por nuestra liberación.
Compañeras y compañeros:
A diez años de aquel 12 de septiembre de 1998, les damos una vez más las gracias por haber andado este largo y accidentado camino junto a nosotros. Sabemos que, para continuar la marcha, podemos seguir contando con ustedes, y también ustedes podrán contar siempre con nuestra firme disposición de resistir, con la frente en alto, el tiempo que sea necesario.
¡Hasta la Victoria Siempre!
Gerardo Hernández Nordelo
Prisión Federal de Victorville
California, septiembre 2008

1RA Parte: El asesinato de Che en la guerrilla boliviana

William Gálvez • La Habana

Las siguientes crónicas se referirán a lo sucedido en los últimos momentos de la guerrilla boliviana comandadas por el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara hasta que, cercado en la Quebrada del Yuro por fuerzas enemigas muy superiores, es herido en una pierna y su fusil inutilizado por un disparo. Fue capturado y al otro día fue asesinado en una humilde escuelita de La Higuera.

8 de octubre, día fatídico

Debemos señalar que luego de la emboscada del 26 de septiembre, en la que caen Miguel, Coco y Julio, y se produce la deserción de Camba y León, quedaban aún 17 guerrilleros (aunque solo 14 tenían disposición combativa), suficiente para mantener y revivir la lucha de haber encontrado algún lugar seguro para dejar al Médico, o llegado a la zona donde pudiera contar con cierto apoyo. Che había pasado por similar experiencia en Cuba, más de una vez, y sabía que era posible continuar la lucha y triunfar con un pequeño grupo de combatientes.

El enemigo había iniciado un cerco operacional, pero le faltaba el táctico; que, por supuesto, para desplegarlo, tenía que conocer dónde se encontraban los guerrilleros; no es sino hasta el amanecer del 8 de octubre, a doce días de la emboscada del 26 de septiembre, cuando los militares dan con ellos. Hasta esa fecha Che y sus hombres los había evadido, a pesar de las pésimas condiciones del terreno y la impedimenta de los enfermos, y lo hubieran logrado de no haberse encontrado con aquella infeliz viejita campesina, en quien confiaron de que no informaría al Ejército de su presencia: "pero con pocas esperanza de que cumpla a pesar de sus promesas..." escribió premonitoriamente Che ese día. El análisis realizado por Harry Villegas, el Pombo de la guerrilla, es esclarecedor:

"Por lo ocurrido hasta llegar al día 7 de octubre y lo que conocimos tiempo después, consideramos que si aquella noche no nos detenemos a descansar, de seguro que habríamos quedado fuera del cerco táctico que los guardias estaban tirando alrededor de la Quebrada del Yuro. Hemos conocido por la prensa que el ejército nos detectó por dos vías: una, por la viejita, que informó al alcalde, y éste más tarde confirmó lo anterior por lo que le dijo el hijo, que recogía papas en su tierra alumbrado por un candil, quien al sentir bulla (imposible de evitar cuando se camina de noche), el campesino nos vio. No cabe duda (de) que la luz que vieron los compañeros era esa. Deducimos que el campesino abandonó el candil y corrió a contarle a su padre, lo que había visto.

Ahora bien, ¿cuál es la razón (por la) que nosotros paramos a descansar a las dos y media de aquella madrugada y dejamos de seguir la marcha? Primero, porque todos estábamos totalmente agotados, y segundo, (por) las condiciones deplorables del Chino, que nos obligaba (a) detenemos cada cinco minutos, debido a que se le caían los espejuelos, pero además, los espejuelos habían perdido un cristal y el Chino no veía nada sin ellos de noche".

Por otro lado, Che describe la situación que están originando los tres enfermos, aunque la del médico es cada vez más grave, lo que da lugar a que la movilidad del grupo sea cada vez más lenta, y de noche, peor: "El Chino se convierte en una verdadera carga cuando hay que caminar de noche".

Lo cierto es que a pesar de disponer fuerzas muy superiores a los guerrilleros, y de todas las ventajas de que disponían, los militares no pudieron detectarlos a no ser por la delación de la viejita; que de no haber informado su contacto con los guerrilleros, los militares le hubieran impuesto un fuerte castigo. En el caso del recogedor de papas, no cabe duda de que estaba obligado a la delación, pues aunque en ínfima escala, era un funcionario del gobierno, y el castigo por el silencio hubiese sido mucho peor. Veamos ahora cómo se desarrollaron las acciones.

Al percatarse Che que estaban rodeados en la quebrada, pero que el enemigo desconocía su ubicación, lo organiza todo, no dejó nada al azar; dispone la defensa y manda a realizar la exploración para tratar de detectar por donde podría penetrar el enemigo. Seguidamente señaló el lugar a donde dirigirse y reagruparse si ocurría una dispersión.

Comienza el combate. Las primeras bajas enemigas

Según leemos en el libro escrito por el capitán Gary Prado, jefe de la compañía que realizara el cerco mencionado, que por supuesto trata de demostrar que él actuó correctamente y que no tuvo nada que ver con el crimen de Che y otros combatientes. En relación con ese hecho relató:

"Como los guerrilleros podían, haberse desplazado en las horas transcurridas desde que fueron vistos por el campesino, dispuse que... la Compañía A ingresen por la parte superior la quebrada del Churo mientras la 3ra. Sección la Compañía B, al mando del sargento Huanca, debe hacer lo mismo por la de La Tusca hasta registrar ambas... Para evitar la fuga de los guerrilleros, si estos aún permanecen en el interior, establecí el puesto de comando y la posición de bloqueo con morteros y ametralladoras en la confluencia de ambas quebradas.

Cuando percibimos que debido al taponamiento efectuado por el subteniente Pérez en la parte superior del... El Churo, los guerrilleros intentarían salir por nuestra posición, en la confluencia de ambas quebradas, dispuse que el mortero 60 sea emplazado y preparado para lanzar granadas a 100 yardas, al interior de la quebrada y que la ametralladora ligera sea apuntada a misma zona, un claro en la quebrada, lleno de piedras con alguna vegetación, por donde tendrían que pasar necesariamente si querían salir de la encerrona que habíamos preparado.

(...) a los pocos minutos observamos algunos bultos, sombras entre la vegetación que se acercaban al claro, que observaban y se preparaban para cruzarla. Manteniendo absoluto silencio, esperamos, cuando de pronto, desde la parte superior una ráfaga de arma automática estrelló sus proyectiles cerca de nuestra posición, al mismo tiempo que otras armas nos obligaban a cubrimos. Era el fuego destinado a permitir el movimiento, por lo que ordené que el mortero y la ametralladora abrieran fuego y apoyando su acción con nuestras armas individuales conseguirnos rechazar el primer intento de salir.

En el momento en que los primeros soldados de la sección del Subteniente Pérez intentan ingresar a la Quebrada del Churo por la parte superior, Pombo y Urbano inician el fuego, matando a dos hombres y deteniendo momentáneamente el movimiento, realizándose un intercambio de disparos mientras ambas fuerzas tratan de maniobrar en busca de mejores posiciones, con las tropas taponando efectivamente la salida hacia arriba, pero impedidas de internarse en la quebrada..."

Según Prado, los rebeldes inician el fuego y en el primer relato sitúa esta acción "alrededor de las 12:30 horas, al iniciarse la operación de registro". Es posible que pudiera haber sido así, pero con quienes choca el personal del registro, debió ser con Antonio, Chapaco, Arturo y Willy, pues lo escrito por Pombo e Inti, no se ajusta a lo narrado por el oficial castrense. Además, ellos no trataban de salir en esos momentos.

POMBO: "… A la una y treinta de la tarde aproximadamente, comenzó un tiroteo general (Inti también señala esa hora) en que Che nos mandó a relevar con Ñato y Aniceto. Ellos fueron descubiertos moviéndose en la quebrada y el fuego se generalizó por todos los flancos, excepto por el izquierdo. De acuerdo con esa situación no prevista, en la que el ejército dominaba la quebrada y era muy difícil caminar, decidimos pedir instrucciones a Che y enviamos a Aniceto..."

INTI: "...Para cruzar hacia esa posición debían atravesar un claro que era dominado por el ejército..."

POMBO: "...Aniceto fue al puesto de mando, no encontró a Che y regresó, se lo informó a Ñato, y cuando intentaba llegar a donde estábamos nosotros, fue alcanzado por un proyectil en un ojo y muere inmediatamente..."

INTI: ... El primero en intentarlo fue Aniceto, (Reinaldo Gordillo, boliviano) pero una bala lo mató. La batalla había comenzado. Teníamos la salida cerrada. Los soldados gritaban: Cayó uno, cayó uno...
CONTINUARÁ