jueves, junio 10, 2010

Encuentro Internacional de Cantautores / Ecuador


Estimados amigos escribo para hacerles una cordial invitación el Teatro Nacional Sucre a Organizado el Evento:

Encuentro Internacional de Cantautores, evento en el que participare el día Sabado 12 de Junio de 2010 junto a
la Cantautora Estadounidense Dayna Kurtz sera un evento genial en el que cada uno de nosotros vibraremos con la música
de varios exponentes nacionales e internacionales, aquí les dejo la información de los conciertos los espero para que cantemos.

http://trovandoandoweb.blogspot.com/

http://www.myspace.com/pedronicolaldeecuador

Programación

Del 9 al 13 de Junio.

Un espacio de reflexión frente a la palabra y la labor del Cantautor.

Teatro Nacional Sucre
20h30 / General: $10,00 / Abono en Palcos: $25,00 / Estudiantes: $5,00

Teatro Variedades
Charlas de música y poesía / 18h30 / Entrada gratuita

Fiesta de cierre
13 de junio / Plaza del Teatro / 11h00 / Acceso gratuito

Junio 9 / Teatro Nacional Sucre / 20h30
JOANNE VANCE (Ecuador): Letras vibrantes, texturas sonoras y armonías sugestivas.
LENINE (Brasil): Fusión brasileña de vanguardia.

Junio 10 / Teatro Nacional Sucre / 20h30
ISMAEL CHÁVEZ (Ecuador): Con una máquina de tiempo en su guitarra.
MANUEL CAPELLA (Uruguay): Un cantante por la unión.

Junio 11 / Teatro Nacional Sucre / 20h30
LUIS VILLAMARÍN (Ecuador): Neo música nacional ecuatoriana de vanguardia.
SANTIAGO FELIÚ (Cuba): Sentir la vida, existir en lo humano.

Junio 12 / Teatro Nacional Sucre / 20h30
PEDRO NICOLALDE (Ecuador): Advierte lo extraño que se ha vuelto el mundo.
DAYNA KURTS (EE.UU): Ten cuidado con lo que deseas.

Junio 13 / Plaza del Teatro / 11h00
JORGE VILLAMIZAR (Colombia-Ecuador): Un olor a tabaco y chanel.
MARTA GÓMEZ (Colombia): Trae cantos de agua dulce.
CHRISTINA ROSENVINGE (España): Renovada y fresca.

Att: Pedro Nicolalde
Canción de Autor Ecuatoriana.
Telf: 084 687 661
Gracias por difundir esta información.

Ramón, René, Gerardo, Antonio y Fernando

Un abrazo desde Borinquen para Ramón en su cumpleaños. Un abrazo para René, Gerardo, Antonio y Fernando.

Quisiera compartir con ustedes una postal en homenaje a Ramón y otra en homenaje a los Cinco compañeros. Las postales fueron preparadas como parte de la campaña que mantiene la Fundación Filiberto Ojeda Ríos por la liberación de cubanos y puertorriqueños injustamente encarcelados por el gobierno de Estados Unidos.

En el Instituto Pedagógico Juan Marinello, en Matanzas, está la Plaza de los Cinco, en honor a los cinco compañeros cubanos. El artista es Manuel Guillermo, quien ha hecho unas tarjas conmemorativas de mosaicos en cerámica, honrando a los Cinco. Incluyo una composición gráfica de la obra, la cual preparé de las fotos que tomé durante mi viaje a Cuba en septiembre de 2009, cuando participé en la Jornada de Solidaridad con la lucha del pueblo puertorriqueño, auspiciada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.

Esa siempre presente hermandad entre cubanos y puertorriqueños se refleja también en el Instituto, donde se encuentra la Plaza Estudiantil Latinoamericana José Rafael Varona, en honor a un destacado dirigente estudiantil, mártir de la lucha por la independencia de Puerto Rico. Fefel representaba a la Federación de Universitarios Pro Independencia (FUPI) de Puerto Rico y a la Organización Continental y Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) en una misión de solidaridad con el pueblo vietnamita, cuando fue herido en un ataque perpetrado por fuerzas militares estadounidenses. Durante once meses batalló por su vida, muriendo el 24 de marzo de 1968.

Para Ramón, en este día tan especial, y para René, Gerardo, Antonio y Fernando, desde Puerto Rico, en eterna SOLIDARIDAD, este mensaje.

Incluyo también el enlace a un video sobre Ramón, ”Libertad para los Cinco, Ramón Labañino Salazar (tomado de youtube) y el texto de una entrevista a Elizabeth Palmeiro, su compañera: “Te amo como el primer día” (tomada de Juventud Rebelde). Son regalos de energía para fortalecer esta lucha por su libertad.

Un abrazo y un beso para Ramón y para René, Antonio, Fernando y Gerardo, así como para las compañeras y todos los familiares,

Elma Beatriz Rosado

Fundación Filiberto Ojeda Ríos


Frei Betto dice que esperanzas de humanidad están en Cuba


9 Junio 2010

Frei BettoEl teólogo brasileño Frei Betto aseguró hoy que las esperanzas de la humanidad por crear un mundo mejor están depositadas en Cuba.

“Ustedes los cubanos no tienen derecho a decepcionar a la humanidad, no tienen derecho de volver atrás en este esfuerzo de construir un pueblo solidario, un pueblo feliz”, afirmó Betto al intervenir en el plenario de un encuentro sobre preservación de la naturaleza.

Estoy convencido de que no van a ser las conquistas materiales los factores principales para traer felicidad a este país, señaló el líder religioso en el II Coloquio internacional “José Martí por una cultura de la naturaleza”, que sesionará en La Habana hasta el viernes.

Las conquistas materiales, continuó, son muy importantes pero jamás pueden ser miradas como prioritarias, lo más importante son las conquistas espirituales, las que permiten a la gente en medio de sus dificultades ir hacia delante.

Así sea Cuba, subrayó el cura dominico al recordar que el filósofo griego Sócrates iba a las tiendas de Atenas para descansar la cabeza y cuando lo invitaban a pasar decía que estaba mirando cuánto no necesitaba para vivir feliz.

En su exposición el teólogo brasileño dijo que tener en cuenta la idea del Héroe Nacional cubano José Martí (1853-1895) de que patria es humanidad, puede ayudar a la búsqueda de paradigmas de socialización alejados de la lógica del mercado.

Ética y medio ambiente, Política y educación ambiental, Por un mundo sostenible, además del Ambiente desde una perspectiva interdisciplinaria e histórica encuentran espacio en la cita en el habanero Palacio de Convenciones.

Paralelo al encuentro internacional se realizó este miércoles el seminario sobre el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares y sus recursos costeros, y mañana lo hará el foro juvenil Un mundo por delante.

(Con información de Prensa Latina)

Alejandro García Virulo: “Los humoristas somos gente seria”


9 Junio 2010


Vrulo y Amaury en "Con 2 que se quieran". Foto: Peti

Alejandro García Virulo y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran" Fotos: Petí

Amaury. Muy buenas noches, estamos, como cada semana, en Con 2 que se quieran, aquí, en el corazón de Centro Habana, en el barrio de Lezama, en Prado y Trocadero, en los legendarios Estudios de Sonido del ICAIC.

Hoy tenemos como invitado, me da risa hasta presentarlo, me da risa él siempre, es una persona muy simpática; uno de los más grandes humoristas, el padre del humorismo inteligente de los últimos 50 años en este país.

Trovador, compositor de canciones hermosísimas de amor, que me va a contar por qué no las hace, por qué no las canta, por qué no las graba. Mi querido amigo, fraterno, casi somos de la misma edad, él es un poquito menor que yo, Alejandro García, Virulo. Bueno, es un gusto tenerte aquí.

Virulo. Gracias, para mí también es un gusto estar aquí.

Amaury. Esta pregunta siempre te la quise hacer: ¿Cómo atreverse, formando parte del Movimiento de la Nueva Trova, a hacer canciones humorísticas en un momento donde la solemnidad imperaba?

Virulo. Chico, creo que yo no decidí nada, la vida me llevó pa’ allá. Tengo un amigo humorista venezolano que dice una cosa que es muy graciosa, él dice que los humoristas somos gente seria, pero que la gente se ríe con lo que decimos y finalmente siento que eso fue lo que a mí me pasó. Trataba de buscar un camino, de decir lo que yo quería y a mi manera, y salió el humor de una forma totalmente natural. Es cierto que en el momento en que empecé a hacer esas canciones todo era muy solemne, pero yo estaba en el Pre y los socios míos del Pre lo que querían oír era otra cosa también y entonces yo hice lo que quería mi generación de alguna manera también. Querían divertirse, y fui parte de todo eso.

Amaury. ¿Pero en el Pre fue que empezaste a hacer canciones, o antes, en la secundaria?

Virulo. En la secundaria todavía no hacía canciones humorísticas. En la secundaria tenía un grupo ahí loco que se llamaba los Sioux, ¿no te acuerdas?, que era un grupo de Rock and Roll. Después fue en el Pre que empezamos en la Nueva Trova y a hacer las canciones en ese corte.

Amaury. ¿La de Superman, no?

Virulo. La de “Superman” y “Acuaman”, la de “Manolito”. Una serie de canciones y a partir de ahí me fui definiendo en ese camino.

Amaury. Pero nunca dejaste de hacer canciones serias. Bueno, las canciones de humor tuyas son muy serias, son muy pensadas, pero las canciones románticas…

Virulo. Románticas… mira, yo siempre digo, que tengo mi corazoncito y hay cosas que no puedo resolver a través del humor y tienen que irse a través de otras canciones, tengo que contar cosas de otra forma, y siempre he seguido haciendo canciones.

Amaury. Pero no las cantas habitualmente.

Virulo. Habitualmente no las canto. Hace tres años decidí hacer un disco donde metí algunas de esas canciones, que se llamaba “El mundo está nuevecito”, que fue cuando nació mi hijo -el más pequeño, Sebastián-, y entonces hice una canción que se llamaba “El mundo está nuevecito”, hablando de esa capacidad de los niños de verlo todo nuevo, que es una capacidad que desgraciadamente los adultos vamos perdiendo con el tiempo.

La canción más o menos lo que dice es, que qué bonito sería volver a ver el mundo, pero con los ojos de mi hijito, que se asombra ante todas las cosas sencillas de la vida.

En ese disco metí algunas de esas canciones, digamos, más reflexivas, no humorísticas.

Amaury. ¿Cómo la gente las recibe cuando las cantas, cómo pueden separar al Virulo que están esperando, el del chiste? ¿Cómo puedes introducir al público en una canción de esas?

Virulo. Hay una canción que se llama “El Colibrí”, que es la historia de un colibrí, empieza como una canción humorística, pero después se convierte en una canción muy seria. Es un colibrí que tiene alergia por las flores y estornuda cada vez que llega a los jardines. Él se tiene que mudar a la ciudad y en la ciudad se empieza a deprimir y acaba metiéndose en una biblioteca y en la biblioteca, de repente ve que alguien abre un libro y ve las páginas de colores y se empieza a interesar y aprende a leer y comienza a meter el piquito en todos los libros y a polinizarlos y se empiezan a mezclar todos los conocimientos de la humanidad.

Amaury. Eso es una novela, es un buen tema para una novela

Virulo. Pues sí, hice una canción que es esa historia, ese cuento y mira, de una manera muy curiosa, es la canción con la que acabo casi todos mis conciertos.

Amaury. Virulo, yo te conocí estando tú en el Pre, pero el Virulo niño ¿tú naciste en el Vedado?

Virulo. Yo nací en el Vedado, 23 entre 8 y 10.

Amaury. ¿En la casa adonde yo iba?

Virulo. En la casa adonde tú ibas.

Amaury. Cuéntame del Virulo niño.

Virulo. ¡Chico, ya no me acuerdo mucho!

Amaury. No hace tanto.

Virulo. Hace un poquito. Era un niño tranquilo, quizás un poquito… me gustaba jeringar a mis primas, a mi hermana. Aparte de ser un niño tranquilo, era un niño un poco jodedor, en otras palabras.

Me acuerdo, todos los muebles de la casa quedaron desbaratados, porque siempre agarraba los muebles los viraba al revés y hacía unas naves espaciales, entonces jugábamos. Desbaratábamos todo, yo creo que es clásico de todos los niños.

Amaury. A mí me hubieran matado…

Virulo. Los míos me lo están haciendo ahora.

Amaury. Si yo le rompo un mueble a mi mamá me hubiera arrancado la mano. ¡Óyeme, tu abuela, yo recuerdo siempre a tu abuelita!

Virulo. Mi abuelita Emma. Mi abuela era un personaje que escribía, pintaba a los setenta y tantos años. Escribió unos poemas extraordinarios. Tenía una gallina. Yo no sé si te acuerdas del apartamento ese de 23, que había un pasillo largo, largo, y al final había como una terraza y allá atrás estaba mi abuelita sentada en un balance con una gallina puesta en la cabeza, cualquiera que llegara y veía eso, qué locura, ella tenía esa gallina que ponía huevos en sus poemas. Era una cosa…, la relación de mi abuela con la gallina era la cosa más absurda del mundo.

Amaury. Tu abuela prácticamente te crió.

Virulo. Mi abuela fue la que me crió y la relación con mi abuela era una relación de amistad, pero ella me trasladaba su mundo loco también. Una vez hubo un problema, una crisis familiar alimentaria y hubo que meterle mano a la gallina. Mira, fue el único disgusto que he tenido con mi abuela. Estuvo seis meses sin hablarme, me dijo que yo era un antropófago. Parte de eso fue mi infancia y creo que el humor iba a aparecer de alguna manera.

Amaury. Y la cercanía de tu casa con el ICAIC, tu papá…

Virulo. Mi papá trabajó en el ICAIC, fue fundador del ICAIC; era del Departamento de Trucaje de dibujos animados donde trabajó toda la vida. Yo me la pasaba colado en todas las exhibiciones del ICAIC, y le robaba el carné y me metía en la Cinemateca a ver las proyecciones que eran para los empleados.

Y fíjate, una cosa muy interesante: como mi papá dirigía el Departamento de Trucaje, hacían muchas exhibiciones de películas de ciencia ficción y a mí me encantaban. Vi una cantidad de películas de ciencia ficción desde niño, que yo creo que alimentaron mucho mi fantasía, y eso es una cosa que no me ha abandonado, el deseo ese de fantasear, de imaginar un mundo distinto del que vivimos. Eso no me ha abandonado nunca.

Amaury. ¿Quién te puso Virulo?

Virulo. Virulo me lo dicen desde tercer grado, una profesora me puso en una lista de asistencia; mi nombre es Alejandro García Villalón, y me puso Alejandro García Virulo, y pasó la lista de asistencia así.

Creo que era porque yo jeringaba mucho, hablaba mucho en clases. Virulo en Cuba no significa absolutamente nada, después he sabido que, en Argentina, Virulo es darse un golpe.

Amaury. ¡Ah, no sabía!

Virulo. Darse un virulo, darse un golpe. Virolo en México es ser bizco, pero Virulo, yo no sé por qué me puso lo de Virulo en la lista de asistencia y pasó la lista.

Amaury. O será que leyó un error al pasar la lista.

Virulo. Pero de Villalón a Virulo, ¡coño!.., yo no me la he vuelto a encontrar, si me la encuentro le preguntaría ¿por qué?

Amaury. Pero de todas maneras es un término sonoro también.

Virulo. A mí lo que me lo empezaron a decir y no me gustaba y con eso sellé mi destino, entonces me decían más Virulo hasta que ya. Un día llegué a mi casa y mi mamá: ¡Hola, Virulo!

Amaury. ¡No, no puede ser!

Virulo. Y ya me olvidé del asunto.

Amaury. ¿Cuándo fue tu debut? No tu debut en las fiestas del colegio, de la secundaria, del Pre. No, no, el debut donde había un público que no te conocía. ¿Cuándo fue?

Virulo. Fue en la Sala Hubert de Blanck, cuando estaba en 12 grado. Digo que ese fue el debut porque fue la primera vez en una sala profesional, para un público que pagaba, claro. La mitad del auditorio era de socios del Pre, pero bueno, alguien que no nos conocía entró, supongo.

Amaury. ¿Pero cantaste ya canciones humorísticas?

Virulo. Canté como dos canciones, ya tenía la de Superman.

Amaury. ¿Y dónde estalla entonces el momento de popularidad? ¿Cuándo es que de repente todo el mundo reconoce a Virulo?

Virulo. Con la canción del Chevy en un festival de la FEEM creo que fue que la estrené, y ya después de eso se hizo un disco de esa canción, se empezó a popularizar y me empezaron a llamar para hacer televisión ¿Te acuerdas de Televisión Universitaria?

Amaury. ¡Claro, cómo no!

Virulo. Tenía un programa que se llamaba “Siempre en Domingo”, que lo dirigía Jorge Gómez: la gente le decía “siempre los mismos”, porque éramos como cuatro que siempre íbamos al programa.

Amaury. Pero recuerdo a los trovadores de aquella época, que cuando se hacían los órdenes de los conciertos, todo el mundo decía: “Yo no voy detrás de Virulo”. ¿Qué tú recuerdas de esa época?

Virulo. Bueno, Silvio me invita muy generoso, Silvio siempre ha mantenido un constante batallar con presentar a gente nueva y de alguna manera todos hemos disfrutado de esa generosidad de Silvio, de presentarnos.

Amaury. ¡Sí, sí, sí!

Virulo. Y entonces él me invita. Yo, muy sorprendido de hacer una gira por Venezuela y con Silvio Rodríguez. Entonces en un concierto donde estaba malanga y su puesto de vianda, de pronto Virulo para cerrar y nadie sabía quien era el Virulo aquel y ahí, yo, para cerrar, entonces anuncian: ¡Y ahora Virulo! La gente se empezó a levantar, y yo me paro y empiezo a meter mi trova. Una cosa muy tensa, porque imagínate, la gente en un estadio, yéndose todo el mundo. Me acuerdo que estaba haciendo una cosa del Génesis, ¡chico!, y empezó la gente a regresarse y la gente a regresarse y creo que es de las actuaciones más emocionantes que he tenido en mi vida, porque además era una cosa totalmente inesperada, que la gente no solamente no se fuera, bueno, algunos se fueron, vamos a no exagerar, pero los que se quedaron, se quedaron contentos, pidieron otra, y tuve una muy buena crítica en Venezuela, me acuerdo, en El Nacional, salió una página entera. Ahí yo creo que empezó mi carrera fuera de Cuba.

Amaury. ¿En Venezuela?

Virulo. En Venezuela.

Amaury. Recuerdo que la gente decía: trovador cubano que se conoce en Venezuela (por supuesto, Silvio y Pablo siempre están distinguidos); Venezuela es de Virulo. Virulo es Venezuela. ¿Ese vínculo se mantiene todavía?

Virulo. Mira, el tiempo que me fui a México, que estuve trabajando en México, me distancié de Venezuela, pero estoy tratando de recuperar esos vínculos. Todos los años voy alguna vez.

Amaury. Saliendo del Pre, ¿tú estudiaste una carrera?

Virulo. Estudié Arquitectura. Eso fue un compromiso familiar de que los viejos míos me dijeron: ¡bueno, lo que tú quieras, pero tú terminas la carrera! Yo voy a hacer la carrera, no te preocupes. Y bueno, pues, hice la carrera.

Amaury. Y colgaste el título.

Virulo. Después colgué el título y más nunca. Y ahora ni me acuerdo.

Amaury. ¿Pero nada, ni siquiera dibujas todavía?

Virulo. Dibujo. Mira, el gusto por la arquitectura me queda y me queda la organización. La arquitectura es el arte de organizar los espacios en función de necesidades, de expectativas, etc. Eso hace que organices tu forma de pensar, cómo tú obtienes más resultados con menos elementos, con menos dinero, con menos esfuerzo.

Lo mismo puede suceder para todo. Cómo tú puedes expresar más cosas con menos palabras en menos tiempo, la síntesis. Eso es aplicable a la Literatura, es aplicable a todo. El organizar tu pensamiento para llegar a un resultado, eso es una cosa que a mí me sirvió muchísimo de la carrera y lo sigo haciendo, y lo sigo aplicando.

Amaury. ¿Y esa cosa que la gente dice como en broma, de que un arquitecto es un tipo que no fue lo suficientemente hombre como para ser un ingeniero?

Virulo. Bueno, hay parte de realidad, no es mi caso. Yo era trovador, llegué ahí de casualidad. Sí, pero los arquitectos por otro lado decían que eso era fruto de la envidia, porque las mujeres más lindas que había en esa CUJAE estaban en la escuela de Arquitectura, y los ingenieros se morían de envidia.

Amaury. ¿Cuándo fundaste el Conjunto Nacional de Espectáculos?

Virulo. El Conjunto Nacional de Espectáculo, la verdad, ya existía. El Conjunto Nacional de Espectáculos lo fundan Alberto Alonso y Sonia Calero.

Amaury. Que eran grandes profesores.

Virulo. Eran grandes profesores, muy bien formados y se suma Sara González, estaba Carlos Montezuma, Carlos Más.

Amaury. Carlos Ruiz, Natalia…

Virulo. …Natalia Herrera, Carlos Ruiz de la Tejera, de ese Génesis…

Amaury. … Que lo bajaban…

Amaury. …Carlos Ruiz bajaba como un Dios con dos angelitos en biquini, pero en el Carlos Marx, allá arriba -eso la gente no lo sabe- hay una pila de murciélagos y durante toda la primera parte de la obra uno oía a Carlos Ruiz dando gritos allá arriba: “¡Bájenme, bájenme! ¡Acaben, acaben!” Nosotros estábamos actuando para el público, y él gritando, la gente no se daba cuenta de eso, hasta que sonaban unos acordes y entonces bajaba Carlos Ruiz, el Dios.

Amaury. ¿Cuántas obras hiciste ahí?

Virulo. ¿En el Carlos Marx? ¡Oh, una pila, hice muchísimas! El primero fue Génesis, después hicimos La candela; El Bateus de Amadeus; La Esclava contra el árabe. Hacíamos dos obras todos los años.

Amaury. ¿Cómo era lo de Sara González? Que es tan cómica en su vida personal.

Virulo. Creo que Sara estuvo en el Conjunto y siempre estuvo en la dicotomía de por un lado la canción revolucionaria, “La victoria” y no sé cuánto, y por otro lado la jodedera que implicaba estar allí en el Conjunto y hacer Eva, porque salía Sara con un maillot amarillo que aquello había que mandarse a correr ¿te acuerdas? Sara era Eva y Tatica, Adán.

Amaury. Que lo hacía bien, porque Sara hubiera sido una buena actriz cómica.

Virulo. Creo, que como lo han hecho muchos actores, muchos grandes actores, ella podía haber llevado las dos carreras juntas.

Amaury. ¿Y cuáles son los riesgos? ¡Fíjate! Yo estaba pensando en todas esas obras y esas obras tenían, sí, un componente humorístico grande, pero también había una parte intelectual muy trabajada. En el país del choteo, ¿cuál es el riesgo que corre un tipo que trata de hacer un humor inteligente?

Virulo. Nosotros teníamos que buscar un equilibrio siempre de decir cosas, pero que la gente también gozara y se divirtiera mucho. Incluso, como parte de la programación, siempre pensamos hacer un espectáculo universal, con otros planteamientos y hacer un espectáculo nacional de la gozadera, ya de la actualidad.

Amaury. Y los guiones, ¿los hacías tú solo?

Virulo. No, yo tenía un equipo de gente. Trabajábamos básicamente los guiones Jorge Guerra (que desgraciadamente falleció a principios del año pasado, mi hermano de Chile), Héctor Zumbado que sigue vivo (creo que de este año no pasa que le organice un homenaje, alguna cosa), y yo.

Amaury. Hay que hacérselo, se lo merece.

Virulo. Se lo merece porque además, creo que es el más grande escritor de humor de los últimos 50 años en Cuba, sin lugar a dudas. Hacíamos los espectáculos básicamente entre nosotros tres. Hay espectáculos como el Génesis que escribí yo, pero después a la hora de adaptarlo para teatro, nos metíamos a trabajar en conjunto.

Amaury. ¿Y quién dirigía la puesta en escena de todo eso?

Virulo. Pues hubo muchos directores, desde José Antonio Rodríguez, hasta no sé, Nelson Dorr. Yo contrataba para cada espectáculo a un director.

Amaury. De prestigio.

Virulo. De prestigio…, eran cosas maravillosas, que a mi me gustaría, fíjate, volver a hacer una experiencia de ese tipo. Que se diera la posibilidad, porque ahora las cosas están organizadas como de otra manera. Cuando aquello era muy fácil decir: ¡bueno, vamos a llamar a un, qué se yo!… Hubo coreografías ahí, que las hizo ¡hasta Alberto Méndez!

Amaury. Sí, sí.

Virulo. Nosotros llamábamos a coreógrafos de primerísima línea. Directores de primera línea. Era un trabajo…

Amaury. …Sí, y no estamos hablando tampoco de hace tantos años.

Virulo. Trata de hacer una cosa así ahora para que veas que difícil se vuelve porque todo el mundo está como en su lugar. Hace falta volver a hacer cosas donde se fusionen diferentes artes para bien de la gente.

Amaury. El que lo puedes hacer eres tú.

Virulo. Génesis, eso poca gente lo sabe, el diseño de los muñecos y del vestuario de Génesis, ¿adivina tú de quién era? De Tomás Sánchez.

Amaury. ¡Madre santa, del maestro Tomás Sánchez!

Virulo. Del gran maestro Tomás Sánchez. Por ahí te digo de la gente que acababa trabajando con el Conjunto Nacional de Espectáculos. Y bueno, fue un privilegio y una suerte que yo tuve de caer ahí y de poder manejar esos hilos y de poder llamar a todos esos personajes a trabajar con nosotros.

Amaury. Recuerdo que eran espectáculos críticos, pero que no era criticar por criticar. ¿Tú crees que el humor tiene que ser siempre crítico para que funcione?

Virulo. No. Creo que el humor siempre es un estado comparativo. En el humor alguien va a salir apaleado de todas maneras, es decir hay un estado de criticar una situación, la manera en que se haga es la que puede cambiar los términos de la jugada, porque puede hacerse de una manera agradable, donde nadie salga ofendido.

Amaury. Lastimado.

Virulo. Que nadie salga lastimado, que nadie se moleste. Creo que eso es perfectamente posible. Y ahí está el trabajo de “Les Luthiers”, de más de 40 años.

Amaury. ¿Cuánto sabes tú del humor que se hace en Cuba ahora?

Virulo. Pues estoy más o menos informado, hay muchos a quienes conozco de primera mano, que son mis amigos, que estuvieron con nosotros en el Conjunto Nacional de Espectáculos, que estuvieron después en el Centro Nacional de Promoción del Humor, que ese centro fue como la última cosa que yo fundé en el año 88 en el Acapulco. Ahora hay mucha gente que no sé, ya no los conozco, que los he ido conociendo, el mismo guajiro Antolín. A Antolín lo conocí gracias a Doimeadiós, primero lo vi por televisión y fui una vez a verlo a un show y hay mucha gente posterior que no tuve con ellos contacto de primera mano, como sí con Doime, con Ulises, con Churrisco, como toda esa gente que sí trabajaron conmigo, mucho.

Amaury. Y no son tampoco tan jovencitos, lo que pasa es que son eternos.

Virulo. Sí, tienen una pila de años, no son unos niños.

Amaury. Hay humoristas que dicen que el género del costumbrismo, del vernáculo ya está pasado de moda, que eso no tiene ningún sentido rescatarlo. Ahora Eusebio Leal está haciendo la gran obra de rescatar el Teatro Martí y tratar de volver a poner aquellas obras de Candita Quintana. ¿Tú crees que algún género del humor es viejo?

Virulo. Yo creo que no, todo depende cómo se haga Amaury, depende del enfoque del que dirija, claro, tú puedes hacer teatro museable. Lo que tendría que cambiar son los temas, porque es un teatro que para que esté vivo la gente tiene que sentirlo que está escrito por un tipo que se bajó de la guagua cinco minutos antes que él, y que está viviendo las mismas cosas que está viviendo él. Entonces sí hay que hablar de la realidad. De hecho el vernáculo es un teatro de la cotidianidad y el teatro costumbrista, ¿qué es el teatro costumbrista? El teatro que habla de las costumbres, y las costumbres se hacen día a día. Es decir, a lo mejor ahora tenemos costumbres diferentes de hace 30 años, hace 40 años, pero no cambia el hecho de que necesitemos hablar de lo que estamos viviendo todos los días.

Amaury. ¿Por qué en Cuba hay tan pocas mujeres humoristas?

Virulo. No sé, pero en el Conjunto había.

Amaury. Yo me pongo a pensar y digo Aurora Basnuevo…

Virulo. Tu mamá que era una delicia, Consuelito para mí ha sido de las más exquisitas humoristas.

Amaury. Bueno, gracias.

Virulo. La verdad, porque era una ricura oírla, una mujer tan simpática, sin tener que decir groserías. Creo que a lo mejor últimamente las mujeres le tienen un poco de miedo a la carga de grosería que ha agarrado el humor, eso es una cosa que a mí, por lo menos, me lastima, no me gusta, es innecesario. Creo que hay que rescatar la gracia natural que tiene este país que te encuentras gente graciosísima en todas partes, donde menos te imaginas. La gente es graciosa de una manera natural, sin que haya groserías.

Amaury. Sí, ahora se meten con el público, es una cosa de lo más rara porque he estado en algunos espectáculos y he visto a un humorista que de pronto le dice una grosería al público y el del público se ríe.

Virulo. Se ríen de nervios, porque eso también es un juego desleal, porque tú estás con un micrófono delante de una gente, te metes con alguien ¿qué hace el tipo? Si pierde los estribos meterte un botellazo por la cabeza o si no, pues se hace el bobo, se hace el que, ja, ja, ja y se rió. Creo que es una risa que tiene más que ver con el nervio que con que el tipo esté disfrutando, o al menos, hay gentes tan imbéciles que pueden disfrutarlo, que bueno, felicidades. Ese es su problema.

Amaury. Tú sabes que aquí no se admite la cámara escondida, en todos los países del mundo la gente termina riéndose, pero aquí trataron de hacer una vez un programa y la gente se puso brava. ¿Por qué tú crees que el cubano que es tan humorista, tan risueño, tan jodedor -sería la palabra en cubano-, y sin embargo, no soporta que le tomen el pelo? ¿Por qué tú crees que pasa eso? Yo no le encuentro explicación.

Virulo. Yo me acuerdo un programa de cámara escondida que a mí me robaban un Lada, que yo estaba llegando a La Cecilia ¿tú te acuerdas?, me robaron el Lada y yo estaba preocupado de verdad, figúrate. Y eso todo el mundo lo gozó mucho.

Amaury. Pero nada más se hizo aquella vez.

Virulo. La gente lo gozó muchísimo y la gente se divertía muchísimo con esos programas. Recuerdo uno que se hizo con un enano y Chucho Valdés, que el enano era el contador de la luz y Chucho Valdés tenía que cargarlo para leer el reloj… ¿Tú crees que Chucho se puso bravo? Yo no me puse bravo, yo lo que cuando me di cuenta lo gocé muchísimo.

Amaury. Óyeme, Virulo, tú estuviste muchos años en México. ¿Cuántos, muchos?

Virulo. ¡Uff, como 17 años!

Amaury. ¿Ahí conociste a tu actual esposa, no?

Virulo. La conocí en México, pero vinimos para acá a vivir aquí, es mexicana con la que llevo ya 20 años de casado y sigo feliz, creo que sí encontré el amor de mi vida ahí. Vinimos a vivir para acá, y cuando estábamos aquí, ella quería estudiar cine y le dan a ella una beca del CCC (Centro de Capacitación Cinematográfico) de allá de los Estudios Churubusco en México. Yo tenía dos opciones: separarme de mi mujer, que ella se fuera para México, y yo quedarme aquí y ver lo que pasaba… Y coincide, felizmente, esta situación con que a mí me proponen hacer una cosa con Imevisión.

Amaury. Lo que hoy es Televisión Azteca.

Virulo. Lo que es hoy Televisión Azteca… Para mí era una aventura, para ella era empezar su carrera y fuimos para México. Esto fue antes del Período Especial, no fue una decisión por nada que no fuera absolutamente personal. Empiezo a trabajar con Televisión Azteca que acabé haciendo una serie que se llamó “Virulencia modulada”, que estuvimos al aire como un par de años en México.

Amaury. ¿Y la serie de HBO?

Virulo. Me llaman un día en México para decirme que estaba seleccionado dentro de un grupo de humoristas que HBO quería filmar.

Amaury. ¿Era HBO Latino?

Virulo. Sí, era HBO Latino, que se hacía en Venezuela. Fíjate, viene por Venezuela. Y entonces hago dos programas: uno que fue como una entrevista con otros tres humoristas y el otro fue un concierto mío en el Aula Magna de Caracas. Amigos míos lo han visto en Inglaterra traducido. En China con subtítulos y yo le decía: ¡compadre, consígueme una copia!, a mí me encantaría tener una copia con los subtítulos en chino. Ese programa se ha puesto en todas partes del mundo y todavía se pone.

Después iba a hacerse la segunda parte y empecé a trabajar en los Siete pecados capitales, pero después de eso ya no se hizo más, se fue HBO de Venezuela, regresaron a Estados Unidos, desapareció HBO Latino como tal y ese proyecto quedó truncado.

Amaury. Está tu hija Rocío que ya es una mujer.

Virulo. Ya es una mujer, tiene 24 años.

Amaury. Se mete conmigo en la computadora y tenemos una relación que me parece increíble tener una relación con tu hija de escribirnos por la computadora y además tienes otros dos hijos chiquitos.

Virulo. Tengo dos, mis dos mexicanitos.

Amaury. Fue una historia bien complicada que nacieran esos muchachos.

Virulo. Sí, pasamos muchísimo trabajo y fue gracias justamente a un doctor cubano, a Nelson, que además le gusta cantar, hace sus guarachas y todo eso, y que dirige el departamento de Fertilidad del (Hospital) González Coro. ¡Ay, Amaury! Creo que es el proceso más difícil por el que puede pasar un matrimonio. El querer tener hijos y no lograrlo. Eso se llevó el tabaco mío que fumaba, se fue en esa corrida, dejé de fumar y operaciones van, operaciones vienen… un tratamiento que yo compadezco a la gente que está pasando por eso, nosotros estuvimos muchos años con eso, estuvimos como cinco años.

Amaury. ¿Y cómo conociste al doctor Nelson?

Virulo. Al doctor Nelson yo lo conocía como cantante, por las guarachas, pero yo no sabía que era un especialista tan grande y un día él está en México, y me llama. Le digo, ¡ven a comer a la casa! Lo voy a buscar y estamos en la casa conversando y le contamos que estábamos tristes por lo que estábamos pasando y él dice: ¡Tráeme la radiografía esa! Entonces se pone a ver. “Oye, pero esto no es nada”. Y yo, pero, compadre, ¿cómo que no es nada? Y me dice: “Vete para Cuba, yo opero a tu mujer y vas a ver”.

Efectivamente, vinimos aquí, se operó y me dijo: en seis meses se embaraza; a los dos meses estaba embarazada.

Amaury. ¿Y cómo te sientes de papá? Digo, tú todavía estás joven y estás rozagante.

Virulo. No tanto, no tanto.

Amaury. ¿Tú eres del 55?

Virulo. Tengo 55 años.

Amaury. ¡Ah, no, yo llevo la cuenta, yo sé que tú eres menor que yo!

Virulo. Pero poquita cosa, un año.

Amaury. ¿Cómo es eso? Ya Rocío grande y de repente dos niños chiquitos, o sea, empezando nuevamente.

Virulo. Claro, lo que pasa es que son dos hijos muy queridos, muy buscados, que nos llenaron de felicidad, a mi mujer y a mí. Nosotros estamos vueltos locos con los niños, gozándolos, disfrutándolos. Mi vida se ha convertido en que mis hijos sean felices.

Amaury. ¿Cuántos más vas a tener?

Virulo. No, ya. Oye, si esos dos me tienen noqueao. Tú no sabes lo que es volver a las malas noches, Amaury. Llevamos cinco años de dormir más o menos. Es volver a agarrar la pelea, es un tren de pelea que no es fácil. A mí me tienen vuelto loco los dos chiquitines esos.

Amaury. Volvemos a la carrera. ¿Tú sientes que hay continuadores en Cuba para el tipo de humor que tú haces con la guitarra, la música, la voz?

Virulo. Sí, creo que el género este que hago, que es en definitiva de alguna manera lo que hacía Ñico Saquito, lo que hacía el Guayabero, con sus diferencias naturales del nivel cultural, del tiempo, de la época, de todo eso… Sí, hay muchachos jóvenes haciendo cosas… Jorge Díaz es muy simpático lo que hace, las canciones que hace. Creo que es un género difícil en el sentido de que hay pocos músicos que se dediquen a hacer humor, pero está presente tal vez en la obra de mucha gente, desde Formell, que tiene mucho sentido del humor en algunas de las cosas que hace.

Desde todos los salseros que de alguna manera está presente el humor. Creo que hasta en el reguetón está presente el humor. Hay un grupo por ahí que se llama Cola Loca, creo que es de unos santiagueros que están arrebataos, que tienen lo de “quítame la sal, padrino”, muy gracioso, muy simpático. El humor en la música yo creo que es una cosa que nunca va a morir, siempre va a estar presente y va a haber una continuidad de lo que yo hago, quién sabe de cuántas maneras.

Amaury. Cuando tú estás tanto tiempo fuera de Cuba -y has estado un tiempo en Venezuela y un largo tiempo en México-, ¿has sentido que le pierdes el pulso a la realidad cubana, a la manera de reírse del cubano? ¿Tú sientes que va cambiando?

Virulo. De repente hay cosas que no entiendo, porque aquí las cosas cambian muy rápido, la realidad callejera, estar en la calle en Cuba, tú tienes que estar en Cuba, esa es una cosa que sí, de repente cuando te metes mucho tiempo fuera, después te cuesta trabajo. Ya sabes más o menos por donde van las reglas del juego, pero es muy difícil, porque esto cambia diariamente de acuerdo a cómo cambia la vida y de acuerdo a cómo cambian las cosas.

Y para mí es muy importante sentir ese pulso. Buscar, porque tú lo que haces como humorista es hacer un consenso y eso es lo que de repente extraño. Esas mismas herramientas yo las uso en México, las uso en Venezuela, en España. Las antenas esas que se dicen que tú subes a un escenario y tienes que estar con las antenas para saber qué siente la gente y por dónde lo siente, y qué cosa darle y qué cosa no darle.

Amaury. Bueno, aquí en esta última pregunta, yo soy el vocero del sentido popular, ¿dónde tú vives?

Virulo. Yo vivo en Cuba, yo vivo ahí en el Vedado, no voy a dar la dirección.

Amaury. No des le dirección porque te caigo ahí por las noches y yo hablo tanto, tanto, que ni a mí me la des.

Virulo. Yo vivo aquí en Cuba desde el año 2008, mi esposa y yo decidimos venir a residir aquí en Cuba. Tengo muchas cosas en México y voy mucho a México, fueron muchos años, 17, 18 años en México. Dejé muchas cosas ahí, muchos trabajos.

Amaury. Además está la familia de tu mujer, que es también tu familia.

Virulo. Y está la familia de mi mujer, mi familia y vamos a mantener esa cercanía con México que no se va a perder nunca y vamos a estar temporadas allá y temporadas aquí, pero básicamente estamos viviendo aquí, en Cuba.

Amaury. ¿Y por qué tomaste esa decisión?

Virulo. Tomé esa decisión… ¿por qué no?, de la misma manera que estuvimos un tiempo viviendo fuera de aquí, ¿por qué no estar viviendo aquí?

Amaury. ¿Es tu derecho, no?

Virulo. Es mi derecho y además me siento muy bien en mi país, me siento muy bien en Cuba. Necesito ese pulso que durante tanto tiempo no sentí, volverlo a sentir. Y sentirlo con toda la intensidad y responder a lo que necesite mi gente también.

Amaury. Bueno, pues te doy las gracias, mi socio. Todo mi cariño, te agradezco que hayas venido, tú sabes que te quiero mucho.

Virulo. Yo también te quiero mucho, Amaury.

Amaury. Hay muchas historias compartidas.

Virulo. Muchas historias.

Amaury. Gracias, Virulo.



Vicente Feliú, Alejandro García "Virulo" y Amaury Pérez

Vicente Feliú, Alejandro García "Virulo" y Amaury Pérez. Foto: Peti
Alejandro García "Virulo" en "Con 2 que se quieran". Foto: Peti


Alejandro García "Virulo" con el equipo de realización de "Con 2 que se quieran". Foto: Peti



Alejandro García "Virulo" y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran". Foto: Peti


Alejandro García "Virulo" y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran". Foto: Peti



Alejandro García "Virulo" y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran". Foto: Peti




Virulo, Amaury, el camarógrafo Yamil y Rafael Solís, director de Fotografía. Foto: Peti

Ramón Labañino pasa su cumpleaños en celda de castigo


9 Junio 2010

Cinco heroes - Ramon LabaninoRamón Labañino, uno de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros en Estados Unidos, cumple hoy 47 años, pero permanece confinado en una celda de aislamiento desde el 27 de abril último.

Labañino se encuentra en un calabozo de castigo en la penitenciaría de máxima en Kentucky, en espera de su trasladado a una prisión de mediana seguridad.

El cambio le corresponde tras ser resentenciado a 30 años de privación de libertad en la Corte Federal de Miami en diciembre pasado, en ocasión en la que también le fue impuesta una nueva sanción a Fernando González (17 años y nueve meses).

Con anterioridad, en octubre, Antonio Guerrero tuvo una reducción de su pena a 21 años y 10 meses.

Durante un breve intercambio con Prensa Latina, Elizabeth Palmeiro, esposa de Labañino, explicó que su compañero está “en las mismas condiciones de aislamiento que en aquellos 17 meses después del arresto en 1998″.

En esta oportunidad lo “metieron en el hueco, aduciendo supuestas razones de seguridad para él, pues no puede ser estar junto a la población penal de una cárcel de máxima si ahora es de mediana”.

El asunto es, dijo, que mientras se decide su reubicación de la cual se ignora el destino “Ramón sigue en el hueco”.

Labañino, González, Guerrero, Gerardo Hernández y René González fueron arrestados el 12 de septiembre de 1998 en la ciudad de Miami y sometidos posteriormente a un proceso político que derivó en largas y desmesuradas sentencias.

Los Cinco, como los conoce el mundo, penetraron organizaciones violentas de origen cubano asentadas en la Florida y su delito fue poner al descubierto el historial terrorista que se ha fraguado desde Estados Unidos contra la isla caribeña.eE

(Con información de Prensa Latina)

11 cantautores se reúnen en Quito


Un cantautor no es solo aquel que aparece en la tarima con una guitarra, un sombrero y le pone ritmo a sus poemas, sentado sobre una silla. También es aquel que salta sobre el escenario y entona sus letras al ritmo del hip-hop, baladas y hasta reggaetón.

A ritmo de ese último género la letra de la canción Llegó el momento, de Macano, se escucha así: “Llegó el momento de decirte adiós/ porque no quiero ya estar a tu lado/lo que tú hiciste a mí me dolió/ ahora es por esto que llores, supliques (...)”.

Mientras que en los acordes de la guitarra de Santiago Feliú, trovador, la letra de la canción ‘Ay la Vida’ suena así: “La vida es una sola, entre todas las vidas/ una esperanza gris/ un pestañar y un beso/una melancolía/ un niño de regreso”.

Precisamente, esa fusión de géneros se escucha desde ayer en el I Encuentro Internacional de Cantautores, en el Teatro Nacional Sucre, desde las 20:30.

Con ello, los organizadores del evento intentan generar un debate entre el público acerca del verdadero concepto de cantautor.“La gente se imagina al cantautor como un hombre que entona sus letras con melodías suaves. Pero eso no siempre es así”, dijo Fabiola Pazmiño, productora.

Pazmiño evitó dar un concepto personal de cantautor. Sin embargo, aclaró que esa distinción se lo lleva el artista que compone e interpreta sus canciones.

El trovador Fabián Jarrín coincidió con esa versión. Pero hizo una aclaración. “Julio Iglesias y Fausto Miño son cantautores. Pero la canción de autor es distinta. Allí, los autores dan especial cuidado a la poética de la canción. Eso sucede con Lenine y Santiago Feliú”.

Precisamente, esos dos artistas de Brasil y Cuba, en ese orden, están en la velada que finalizará el 13 de junio en el Teatro Sucre.

En ese encuentro también participan artistas de Ecuador, Uruguay, EE.UU., Colombia y España. Joanne Vance es una de las representantes ecuatorianas. La cantautora ganó el premio Mejor artista en proyección, en la categoría pop alternativo, en ‘Mis bandas nacionales’. Mientras que Jorge Villamizar, de Colombia, ganó dos Grammy latinos.

El precio de la entrada a general es de USD 10 y están a la venta en el Teatro Nacional Sucre y en el Ticket Center Diners del CCI.

La clausura del evento será el domingo. Allí, los cantautores darán un concierto en la Plaza del Teatro. El ingreso será gratuito.

Para discutir el concepto de cantautor, los organizadores han preparado conversatorios con los protagonistas del evento. Las charlas se inician a las 18:00, en el Teatro Variedades.

Cristina Rosenvinge
Nacionalidad: Española.
Presentación: 13 de junio/ 11:00/Plaza del Teatro.

Debutó como cantante y compositora en el grupo Ella y Los Neumáticos en 1980, mientras que en 1991 creó la banda Christina y Los Subterráneos. Su primer disco se llamó ‘ Que me parta un rayo’.

Joanne Vance
Nacionalidad : Ecuatoriana.
Conversatorio: 12 de junio/ 23:30/ Café Libro.

Esta cantante y compositora ecuatoriana estudió música en la Universidad de Michigan. Allí escribió sus primeros temas, los mismos que han sido interpretados en EE.UU, Canadá, Chile y Ecuador.

Pedro Nicolalde
Nacionalidad: Ecuatoriano.
Presentación: 12 de junio/ 20:30/ Teatro Sucre.

En el 2003 creó la banda Trovando Ando y junto a ellos ha fusionado sus canciones con toques de rock, blues, bolero, son, ska, reggae, entre otros. En el 2009 lanzó su disco ‘Verde Anahata’.

Santiago Feliú
Nacionalidad: Cubano.
Presentación: Mañana/ 20:30/ Teatro Sucre.

Nació en La Habana en 1962 y toca la guitarra desde los cinco años. A los 14 años compuso sus primeras canciones que lo llevaron a integrar el prestigioso movimiento de la Nueva Trova Cubana.

Dayna Kurtz
Nacionalidad: Estadounidense.
Presentación: 12 de junio/ 20:30/Teatro Sucre.

La escritora estadounidense retorna a los escenarios tras un año sin realizar giras y después de tres años de haber presentado su último trabajo discográfico denominado ‘Another Black’.


Ismael Chávez
Nacionalidad: Ecuatoriano.
Presentación: Hoy/ 20:30/ Teatro Sucre.

Su carrera musical comenzó a finales del 2006. Ha compartido escenarios con cantautores latinoamericanos de la nueva generación de trovadores. Su discografía es corta y la promociona en la web.

Lenine
Nacionalidad: Brasileño.
Conversatorio: Hoy/ 18:30/ Teatro Variedades.

Cantante, arreglista y productor. A lo largo de su carrera ha compuesto cerca de 500 temas. Sus canciones están llenas de alusiones a la literatura de ciencia ficción y los problemas actuales.

Marta Gómez
Nacionalidad: Ecuatoriana.
Presentación: 13 de junio/ 11:30/ Plaza del Teatro.

La cantautora desarrolló su carrera artística en los Estados Unidos. Eso le ha ayudado ha posicionarse como una de las compositoras e intérpretes más destacadas del género ‘world music’.


Manuel Capella
Nacionalidad: Uruguayo.
Presentación: Hoy/ 20:30/ Teatro Sucre.

Se inició como cantor en su Uruguay en 1960 y debutó como compositor y ejecutante de sus propios temas en 1969. En 1970, grabó dos LP, con los que realizó giras por Latinoamérica y Europa.

Jorge Villamizar
Nacionalidad: Colomboecuatoriano.
Presentación: 13 de junio/ 11:00/ Plaza del Teatro.

A los 14 años actuó como telonero de un concierto de Soda Stereo, mientras que a los 20 se mudó a Londres. Allí, el metro y las calles se convirtieron en sus primeros escenarios.

Luis Alberto Villamarín
Nacionalidad: Ecuatoriano.
Presentación: Mañana/ 20:30/ Teatro Sucre.

Estudia música desde los 15 años y se especializó en producción de imagen y sonido en el Centro de Artes Audiovisuales de Madrid. Actualmente, produce Esto es Eso, un proyecto ecuatoriano.

Silvio Rodríguez: "Las críticas prefiero hacerlas desde Cuba"


por
BÁRBARA CELIS - Nueva York - 01/06/2010

El visado ha tardado 30 años en llegar. Pero después de esa larga espera que casi le hizo "perder la fe", el cantautor cubano Silvio Rodríguez ha podido por fin subirse a un avión rumbo a Estados Unidos para embarcarse en un gira que arrancará el próximo viernes en el Carnegie Hall de Nueva York y después le llevará por diversas ciudades estadounidenses.


No ha llegado acompañado de Pablo Milanés, como en aquel mítico viaje de 1979 donde sus voces sonaron al unísono en pro de la revolución cubana. Su amistad se rompió hace años por motivos aún no claros. Esta vez Rodríguez, de 63 años, llega solo después de múltiples intentos frustrados -el último fue en febrero, para el homenaje a Pete Seeger, "entonces el visado llegó, pero demasiado tarde"- y con una maleta ideológica algo cambiada respecto a la de entonces puesto que ni la isla ni 'el imperio' son los mismos que hace tres décadas.

"Estoy muy contento de poder regresar a los EE UU, que es un país, al que, aunque muchos no lo crean, admiro en muchos sentidos". Así ha abierto hoy una rueda de prensa en Nueva York en la que música y política se han dado la mano, como en sus canciones. Con la misma sutileza poética que caracteriza sus letras, ha repetido la necesidad de que algo cambie en la isla pero sin comprometerse con peticiones concretas porque "las críticas prefiero hacerlas desde Cuba".

Ha clamado por el final del embargo y ha reconocido que con Obama la relación ha mejorado. "La situación entre ambos países ha vuelto a donde estaba antes de Bush, pero no ha avanzado más". Ha lamentado que Obama tenga tantos problemas porque eso le impide pensar en Cuba. "Tiene las manos llenas y creo que solo podrá cambiar la política hacia la isla unilateralmente un presidente que no tenga tantos frentes abiertos como Obama", ha dicho refiriéndose a la crisis económica, la disputa por la sanidad pública y el vertido de BP. "No confío en que llegue a levantar el embargo, pero... ojalá!" ha proclamado.

En cuanto a lo musical, ha sorprendido declarando su admiración hacia la música de las películas estadounidenses de los años 50. "Mi familia era muy cinéfila y con 20 días mi madre me llevó al cine. Las partituras para películas en la década de los 50 fueron magistrales y algunas composiciones se han quedado como referencia en la memoria colectiva de mucha gente. Recuerdo muchas películas que aunque no fueron musicales se te quedaban en la cabeza. La música de Vértigo (de Alfred Hitchcock) no te abandona, lo mismo que la de de Duke Ellington en El hombre del brazo de oro (protagonizada por Frank Sinatra). Ese contacto con el cine de los Estados Unidos, que fue un gran transmisor de música, es lo que incorporé a mi trabajo. Eso, unido a la amalgama musical que escuchaba cada día en Cuba es lo que hizo de mí el músico que después fui".

martes, junio 08, 2010

segunda cita: la noche estrellada y la noche estrellada II

domingo 6 de junio de 2010
la noche estrellada
Hoy vi por segunda vez La noche estrellada, de Vincent Van Gogh. La primera fue hace 32 años, también en un día caluroso.

Cuentan que el pueblo que yace bajo la danza de estrellas es imaginario, una suerte de evocación de Holanda, porque Van Gogh ya se había ido a buscar lo que soñaba que le esperaba en Francia. No sé si será por lo alucinado de la escena, pero esta pintura me recuerda las imágenes que acompañan a Una noche en la árida montaña, la obra de Modesto Mussorgsky que Disney escogió para su película Fantasía. Siempre me parece que los diseñadores del episodio deben haber estudiado La noche estrellada. La iglesita con la que dicen que Van Gogh evoca a su país, se parece al campanario que atraviesan aquellos espectros desvanecidos. Y el caos entre infernal y tierno de los diablos recuerda el universo atormentado del holandés, que iba como alma en pena por un país que no era el suyo.

Don McLean hace años escribió una canción llamada Vincent, sobre Van Gogh y La noche estrellada. Los que no la conozcan, búsquenla, porque es maravillosa.

Hoy, caminando hacia el MOMA, entre el gentío neoyorquino encontré cuatro damas cubanas y nos pusimos a conversar. Me contaron que habían venido a escucharme desde Miami y que no llegaron a tiempo al concierto. Les comenté que el 10 había otro, que por qué no se quedaban. Una de ellas, una negra bien puesta, arqueó las cejas y me dijo: "Ay, mijito, mañana es lunes y tenemos que regresar al pan nuestro de cada día". Yo no tenía ni un disco a mano, así que nos hicimos unas fotos frente a la catedral de San Patricio.

Con todo respeto por el imponente patrón de Nueva York, creo que aquel grupo sonreía a la cámara pensando en cierta Virgencita de un remoto pueblito llamado El Cobre, donde las noches suelen ser fantásticamente estrelladas.

Publicado por Silvio Rodríguez Domínguez en 18:27

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lunes 7 de junio de 2010

la noche estrellada II


La noche estrellada. 1889
Óleo sobre lienzo, 73,7 x 92,1 cm
Adquirido a través del legado de Lilie P. Bliss

[…] El artista escribió sobre su experiencia a su hermano Theo: "Esta mañana vi el campo desde mi ventana mucho antes de que amaneciera, sin otra cosa que el lucero de la mañana, que parecía muy grande". Ese lucero de la mañana, o Venus, puede ser la gran estrella blanca que hay a la izquierda del centro en La noche estrellada. El pueblo, por otra parte, es ficticio y la torre de la iglesia evoca el país natal de van Gogh, Holanda. Esta pintura, como su compañera diurna Los olivos, tiene sus raíces en la imaginación y la memoria. […]

Fragmento del catálogo "MOMA Higlights", edición de 2008, página 35.

(Foto hecha sin flash, respetando regulaciones del museo)
Publicado por Silvio Rodríguez Domínguez en 15:39 en http://segundacita.blogspot.com/

Eduardo Galeano: “Messi es el mejor del mundo porque sigue jugando como un chiquilín en su barrio”


Eduardo Galeano

Tanto el astro argentino como Diego Maradona, la selección de Uruguay o sus candidatos al título surcaron esta extensa entrevista con el escritor uruguayo, confeso amante del fútbol que, según reconoce, durante la Copa del Mundo se muda “al Planeta Pelota, igual de redondo, pero más chico”.

Por Julio Boccalatte y Marcos González Cezer

A partir del sábado que viene y hasta la finalización misma del Mundial Sudáfrica 2010, como viene sucediendo desde hace muchísimo tiempo y cada cuatro años exactos, Eduardo Galeano exhibirá un cartel en la puerta de su casa: “Cerrado por fútbol”. El gesto, más divertido y diplomático que el “no molestar” de los hoteles (y al que podría acompañar con un “estoy trabajando para ustedes”, ya se verá), de todas maneras parece innecesario: “Durante los mundiales directamente me voy del Planeta Tierra. Me mudo al Planeta Pelota, igual de redondo pero más chico. Me dedico a ver todos los partidos, o al menos a intentarlo, porque siempre pasa que alguno me pierdo. Pero lo que quiero decir es que me siento con una cervecita bien fría delante de la TV y me meto en una pelota. Y de ahí no salgo hasta que el Mundial se termina. Así de sencillo”.

Pero el Mundial todavía no empezó. Y el escritor uruguayo, antes de perderse en el laberinto de fixtures y horarios, esas coordenadas particulares del Planeta Pelota cuando la escena ocurre lejos, habló de todo (en el programa De Puntín, de Ediciones Al Arco, AM 970, radio Génesis, sábados de 13 a 14). Habló de Lionel Messi: “Es el mejor del mundo porque sigue jugando como un chiquilín en el barrio”. Habló de Diego Maradona: “Ha sido injustamente atacado, y aunque una cosa es ser jugador y otra técnico, todavía hay que darle tiempo y espacio”. En definitiva, habló de fútbol.

-¿Sigue teniendo con el fútbol la misma relación de siempre?

-Absolutamente. No podría estar alejado del fútbol. Soy fútbol-adicto. Y esto viene de la infancia más remota, porque mi padre me llevaba al estadio cuando yo todavía era un bebé. Y luego, claro, toda mi vida jugué al fútbol.

-¿Jugaba bien?

-No. Mal, muy mal. Era entreala derecho, lo que hoy sería un volante ofensivo, pero siempre fui un chambón, un pata de palo. Así que al final me resigné, acepté mi destino y terminé intentando escribir para ver si podía hacer con la mano lo que con los pies no pude hacer nunca.

-Pero esos intentos fueron apenas eventuales hasta la aparición de El fútbol a sol y sombra.

-Es verdad. Hasta ese libro yo había escrito muy poco de fútbol, pero después me tomé el tema más a pecho. Por fin hice lo que quería: jugar al fútbol con las palabras y a mi manera. A este libro lo voy actualizando luego de cada Mundial, y eso también tiene que ver con aquello de “Cerrado por fútbol”.

-El ejercicio de unir literatura y fútbol, por cierto, parece cada vez más aceptado, o al menos es más practicado.

-Celebro que haya gente que escribe muy bien y que no oculte su pasión futbolera. Cuando tenía 20 años, dirigí en Uruguay un diario independiente de izquierda. Se llamaba Epoca y tenía buena resonancia, con 35 mil ejemplares. Eramos todos muy jóvenes y capaces de esa locura, una experiencia maravillosa en la que nadie cobraba y de la que todos los militantes, unos 5 mil, éramos accionistas. Así que recuerdo muy bien lo que eran las asambleas, con 200 o 300 personas hasta las siete de la mañana, en las que yo tenía que dar la cara y defender las páginas dedicadas al fútbol. Era la pelea más feroz de todas, porque para los militantes de izquierda aquello era dilapidar cinco o seis páginas de un vocero de la clase trabajadora, de un diario antioligárquico, para consagrar al fútbol, el “opio de los pueblos”. Recién ahora la izquierda se está curando de esa enfermedad en la que acusa al fútbol de que la gente no piense. Ahora los intelectuales no tienen vergüenza.

-¿Y qué espera de este Mundial, como hincha y como intelectual?

-Que me ofrezcan una fiesta para los ojos. Ese prodigio de hermosura que el fútbol es. Obviamente que quiero que gane Uruguay, y si no es Uruguay que sean la Argentina o Brasil, los países que siento más próximos. Pero antes que nada soy un fanático del buen fútbol.

-Más allá de los colores…

-Más allá de los colores. De chiquilín era hincha rabioso de Nacional. Iba al talud (la popular), detrás del arco, es decir la tribuna más pobretona y más violenta, porque en aquel tiempo yo también me fajaba como cualquier hijo de vecino. Era bastante peleón. Tenía 11, 12, 13 años. Pero con el paso del tiempo fui descubriendo que lo mío es el fútbol, sobre todo cuando alguien me ofrece esa fiesta, la del fútbol bien jugado. Cuando ocurre ese milagro, lo agradezco sin importarme el equipo o la selección. Y más todavía: incluso en partidos de Nacional, confieso que muchas veces quiero, secretamente, que gane el menos poderoso, el más pequeño. Como me dijo una vez un amigo español: “Estás condenado, porque vas a estar siempre de parte del toro”. Nunca del torero. Por eso me hizo feliz el título de Argentinos Juniors, la posibilidad de que se rompa el monopolio, más allá de que tengo amigos que son hinchas.

-¿Sigue yendo a la cancha?

-Sí, sigo yendo. Es curioso, hasta masoquista diría, porque el fútbol rara vez me devuelve en el estadio algo que se parezca a la expectativa que me lleva. Espero ver un espectáculo bello y muy rara vez ocurre.

-¿Y a qué le atribuye la insistencia?

-Primero, a la diferencia que existe, por ejemplo, entre el cine y el teatro. Una cosa es ver el partido en el estadio, donde se escucha la respiración de los protagonistas, y otra cosa diferente es verlo por televisión. Pero también creo que tiene que ver con algún residuo de mi formación católica.

-¿Cómo es eso?

-Tuve una infancia muy católica. Creía en Dios y creía que Dios creía en mí. Ahora no creo más en el cielo, ni en el dolor, ni en ese elogio del dolor que la Iglesia Católica me metió adentro, pero me debe haber quedado algún efecto residual de aquel aprendizaje: que todo lo que sufras en la Tierra será recompensado en el cielo. ¡Debe ser eso lo que me lleva a la cancha! Pero también me lleva el espectáculo del público, el fervor, esas oleadas de entusiasmo que sentís cuando la gente está a tu lado y no cuando lo ves por televisión o te lo cuentan. ¡Y las ocurrencias de la gente! Recuerdo que había un jugador de Nacional, Escalada, que de 90 veces que pateaba al arco, apenas una era gol. En las restantes le gritaban: “¡Con la herradura no, con la herradura no!”. Eso también es parte de la fiesta del fútbol y es algo que yo, que siempre fui un escuchador, disfruto de manera especial.

-De aquella infancia católica y futbolera, ¿qué cosa recuerda con cariño particular?

-La pared de mi pieza, en la que tenía un crucifijo rodeado de figuritas. Ahí estaban Rinaldo Martino, aquel de San Lorenzo, y tantos otros que jugaron en Nacional. Era toda la pared pegada de figuritas alrededor del crucifijo. Y abajo, como para que no se vieran mucho porque eran “enemigos” de Peñarol, también había pegado a (Juan) Schiaffino o a (Julio) Abbadie. ¡Me gustó tanto verlos jugar! Abbadie era capaz de hacer que la pelota fuera rodando por la línea lateral y con puros amagues, sin tocarla, iba eludiendo a sus rivales. Me gustaría escribir como Abbadie jugaba. Me gusta ese fútbol, el de las orillas, el del wing, que en inglés significa ala. Abbadie era un hombre con alas.

-Como Garrincha.

-Exacto. Tuve la suerte de verlo jugar dos veces en Río. Era como ver a Chaplin en la cancha. Garrincha disfrutaba tanto que terminaba una jugada y se sentaba arriba de la pelota, después de dejar a todos sus rivales en el camino, provocando, como diciendo “a ver si me la sacan”. Después algunos lo querían degollar porque a veces ni siquiera hacía el gol.

-¿Messi tiene ese perfil de jugador “orillero”?

-Yo creo que Messi es el mejor del mundo porque no perdió la alegría de jugar por el hecho simple de jugar. En ese sentido no se profesionalizó. Están los que escriben por placer y están los que escriben por cumplir con el contrato o ganar dinero. Messi juega como un chiquilín en su barrio, no por la plata. Cómo se mete, cómo engaña, esa picardía que es tan linda de ver en los potreros. Cuando el fútbol profesional me desengaña demasiado, me voy por la rambla de Montevideo a ver a los chiquilines jugando en los campitos.

-¿Y a Diego? ¿Cómo lo ve en su función de director técnico?

-Creo que ha sido injustamente atacado. Una cosa es ser jugador y otra director técnico, pero hay que darle tiempo y espacio, ver qué pasa. Lo que ocurre es que Maradona tiene que cargar con una cruz muy pesada en la espalda: llamarse Maradona. Es muy difícil ser Dios en este mundo, y más difícil comprobar que a los dioses no se les permite jubilarse, que deben seguir siendo dioses a toda costa. Y el de Maradona es un caso único, el deportista más famoso del mundo, a pesar de que hace años que ya no juega, esa necesidad de protagonismo derivada de la popularidad mundial que tiene.

-En su último libro, Espejos, habla de Diego como un “dios sucio”.

-Pero no en un sentido insultante. Quiero decir que es el más humano de los dioses, porque es como cualquiera de nosotros. Arrogante, mujeriego, débil… ¡Todos somos así! Estamos hechos de barro humano, así que la gente se reconoce en él por eso mismo. No es un dios que desde lo alto del cielo nos muestra su pureza y nos castiga. Entonces, lo menos que se parece a un dios virtuoso es la divinidad pagana que es Maradona. Eso explica su prestigio. Nos reconocemos en él por sus virtudes, pero también por sus defectos.

-¿Usted lo considera capaz de llevar a la Argentina hasta la Copa del Mundo en Sudáfrica?

-La Argentina es uno de los favoritos a ganar la Copa por la riqueza de su plantel, con esto no estoy descubriendo la pólvora. Pero hablar de Maradona en esos términos me parece una desproporción, porque hoy se les da a los técnicos una importancia que para mí no tienen y que termina perjudicándolos: de hecho se los hace casi únicos responsables de una derrota. Es otra de las deformaciones del fútbol: se le da al técnico un aura científica, como si fueran colegas de Einstein. Antes ni se sabía quiénes eran los entrenadores. El mejor que conocí fue un señor que se llamaba Cóppola, que dirigía al equipo de un pueblito muy chiquito de Uruguay, Nico Pérez. Era peluquero, un día se sacó la grande y puso un cartelito en su local: “Cerrado por exceso de capital”. La cosa es que toda la táctica y toda la estrategia de Cóppola se reducía a lo siguiente: acompañaba a sus jugadores a la cancha, los palmeaba en la espalda a medida que iban saliendo y les decía, sencillo: “Muchachos, ¡buena suerte!”.

-Por afuera de lo estrictamente deportivo, ¿podría perjudicar el camino de la Argentina en el Mundial esta presencia tan mediatizada de algunos barras en Sudáfrica?

-Sería una pena, teniendo la Argentina tanta calidad de jugadores, que se embarrara la cancha por un tema así. En principio, el hecho de que viajaran junto con el plantel me generó preocupación. Pero espero que no ocurra ningún desastre, que no empañen lo que creo será un alto lucimiento, que no haya episodios de violencia por estos fanáticos que no aman al fútbol del mismo modo que los borrachos no aman el vino. Entre muchas otras cosas, Da Vinci escribió un libro en el que recogió fábulas de la región toscana de Italia, y ahí hablaba de eso: de la ofensa de una botella de vino por la mala manera en que la tomaba el borracho. Siempre pensé que era una fábula muy justa y es la misma relación entre el fútbol y los fanáticos de la violencia, ese desahogo que hacen de lo peor que el alma humana tiene.

-¿Y a Uruguay? ¿Cómo lo ve?

-Creo que mejoró mucho con relación a tiempos no tan pasados. Lo que ocurre es que Uruguay sigue siendo un país exportador de “pie de obra”. Vendemos mano de obra y, en el caso de los futbolistas, pie de obra. Hay más de doscientos jugadores uruguayos en el exterior. Tener esa cantidad afuera, en un país cuya población entraría en Avellaneda, habla de que estamos muy desangrados. Al período de esplendor de nuestros futbolistas lo vemos por la TV. De todas maneras, en función de esa calidad de jugadores, porque por algo son convocados de las ligas más importantes del mundo, yo tengo la ilusión de que Uruguay juegue lindo, juegue bien. Aunque ya no somos los que éramos.

-¿En qué sentido?

-Hay una parte de la historia que parece inexplicable: cómo un país despoblado y pequeñísimo pudo ganar la medalla de oro en fútbol de los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, el Mundial de Uruguay de 1930 y pudo vencer en el Maracaná, en el Mundial de Brasil de 1950, contra todo pronóstico. Pero eso tiene explicación: el papel fecundo que tuvo el Estado uruguayo en los albores del siglo XX. Uruguay estuvo en la vanguardia del mundo en educación libre, laica, gratuita y obligatoria, con un papel creativo, y allí estuvo integrada la educación física. Sembró campos de deportes en todo el país. Por no hablar de muchas otras cosas: las ocho horas laborales antes que en los Estados Unidos, el voto femenino antes que en Francia, la ley de divorcio 60 años antes que en España… cosas así. Eso explica cómo un país minúsculo pudo llegar tan alto. Pero el Estado perdió esa energía de cambio, se fue desinflando, y esa falta de continuidad en la vocación creadora del poder público se reflejó en el fútbol. Por eso digo que ya no somos los que éramos.

-El futbolista tampoco es lo que era.

-Eso es verdad. La gente deposita en ellos una carga enorme. Esto engorda el ego de quienes reciben el elogio multitudinario, pero a la vez representa una carga muy pesada. Hay una cosa muy perversa ahí.

-¿Cuál es, puntualmente?

-Fabricar ídolos para después voltearlos. Es un cuchillo de doble filo, en definitiva. La gente se reconoce en la alegría de un jugador, cuando gana o juega bien. Pero también los hace responsables de la desdicha colectiva cuando pierde. Porque allí el alma de mucha gente se de-sinfla.

(Tomado de Página 12)

Patricio Manns contra teleserie de Chilevisión: «Manuel Rodríguez pasa culeando y ni dispara»

Patricio Manns encuentra una “estupidez” El Guerrillero del Amor y no le gusta la versión rockera de su canción El cautivo de Til-Til que usaron para musicalizar la teleserie. Tras siete años de silencio, el escritor y cantautor saca nuevo disco y, acá, habla de su pasado como dependiente de una farmacia, de la odiosidad que le tiene Camilo Marks, de su rol en el FPMR y de literatura chilena.

07/06/2010 MEDIOS

Por Macarena Gallo para The Clinic


Patricio Manns
© Alejandro Olivares

¿Por qué tardaste siete años en sacar un disco?¿Qué estuviste haciendo, musicalmente, todo este tiempo?

-Nuestros sellos están todos quebrados. Tengo contrato con Alerce y está incapacitado de producir discos nuevos. Así que nos presentamos a uno de estos concursos, no sé cuál, y uno de ellos nos pasó cinco millones para hacer andar el proyecto. Junté a los músicos y la cosa anduvo medio rápido. En este tiempo he estado trabajando en dos libros, trabajando en una Cantata Bolivariana para la cosa del Bicentenario en Venezuela y en este disco que tiene canciones nuevas. Le dimos un cáracter un poco ecológico.

Tiene una canción sobre Pascualama.

-Los ríos de Chile tienen dueño y La araucarita, también. Me gusta que los discos tengan una personalidad propia y una temática con cancha rayada. Aquí vamos a hablar de tal cosa y listo.

Ahora cae de cajón pues están de moda los temas medioambientales.

-No sé si en la música. Los chicos que componen ahora no se preocupan de eso. Se preocupan de “I love you, I love you, I love you”. Y eso. Yo también le pongo su “I Love You” de repente, pero en dos canciones de diez, para equilibrar un poco y que haya de todo.

ANTICUMBIA

¿Hay grupos o movimientos musicales tan potentes como lo que pasó hace 40 años con la Nueva Canción Chilena (NCCH)?

-Ah, no, eso no se va a producir nunca más. Ni la calidad de las composiciones ni nada. Además, soy uno de los últimos exponentes de ese movimiento. El resto ya murió. Eso no se ha vuelto a reproducir. Es una pena. Porque no hay movimientos potentes.

Pero, ¿qué te parece la música ochentera que sepultó un poco a la NCCH, con grupos como Los Prisioneros?

-Tanto como sepultarla, ¡no! Ellos eran más bien un grupo, a mi modo de ver, que se publicitaba mucho y sabía promocionarse. Y hacían pequeños escándalos para llamar la atención. Nosotros no hicimos eso. Vamos al grano con nuestro trabajo. Yo no me empeloto en la calle. No hago ninguna cosa que no sea estrictamente musical. Lo mío es levantar polémica con mis propios temas.

Tu tema más reconocido, sin lugar a dudas, es Arriba en la cordillera. A estas alturas, ¿es una sombra tener que cantarla siempre o es un orgullo tener un Poema 20?

-Me siento orgulloso de la canción, de que lleve 50 años ahí en los primeros lugares en cualquier país del mundo, no solamente acá. Por eso la toco siempre en los recitales, si no lo hago, me empiezan a pifiar.

¿Qué te parece los nuevos aires que está tomando la cumbia con Américo y Leo Rey? Has dicho que daña la creatividad para poder fabricar música nacional con buen ritmo.

-Es que la cumbia es ajena a Chile. Ellos cantan lo mismo que otros chorrocientos mil en Centroamérica, Colombia, Costa Rica, Cuba, en todos lados. Cuando estoy curado, me encanta la cumbia. Y bailo. Pero, si la tomo seriamente, como música, digo que es excesiva. Me gustaría que hubiera más de otra cosa, más boleros por ejemplo, otros tangos. Siempre ha habido gente que se va por lo fácil, y prefiere la cumbia a otras cosas, gente que le cuesta pensar, le molesta pensar, para los cuales jamás Silvio Rodríguez tendría auditorio, porque Silvio es un tipo totalmente expositivo de ideas.

LA BOTICA

Fuiste dependiente de una farmacia. ¿Cómo era esa pega?

-Estuve como ocho meses en Concepción, a fines de los 50.

En ese tiempo eran boticas.

-No, era una farmacia como las de ahora, una gran farmacia que tenía una cadena.

¿De estas que se coluden?

-Jajaja, me imagino que sí. Sólo me dedicaba a vender medicamentos, desde preservativos hasta agujas hipodérmicas. Cuando me echaron de la farmacia, me dediqué a otras cosas. Pero estas cosas, como la colusión, son nuevas. A mí me han colgado muchas cosas.

¿Sí? ¿Cómo qué?

-Bueno, han dicho que soy proxeneta, qué sé yo. Es por echarme mierda encima.

¿Quién te ha dicho eso? ¿músicos, escritores?

-Gente que escribe. Tengo una leyenda negra. Dicen que desayuno vino y no es así. Mira, son las doce del día y no he tomado nada. Pero es así mi historia. Hay gente que no me quiere bien e inventa cosas, gente que está celosa de que me vaya bien. La envidia es una cosa… ¡uufff! Eso viene de los mismos músicos, de escritores, de gente que me conoce vagamente. Hay críticos literarios que se han dedicado a buscar lo más malo de mi literatura.

¿Te refieres a Camilo Marks?A él tú le dedicaste un personaje, Camila Marcos, una puta travesti en el libro Buenas noches los pastores.

-Eso lo puse porque me enojé con él. No lo conozco, no soy amigo suyo, nunca lo he saludado. Pero él no sé por qué me tira tanta mierda. Le da lo mismo qué novela realice, todo para él vale lo mismo y son Manns, por lo tanto, hay que pegarle. No sé cómo un tipo que escribe tan mal, como él, critique libros. Los propios colegas le han sacado la cresta.

EL FRENTE

Fuiste vocero del FPMR. ¿Cómo llegaste a serlo?

-Porque me lo pidieron. Llegó un grupo de comandantes y me dijo que necesitaban una vocería en Europa, debe haber sido por el año 84. Hice giras por Europa dando discursos. Tenía que explicar lo que el Frente estaba haciendo, y lo que no: porque de repente ponían una bomba en una parte, pasaba un gallo y quedaba sin piernas. Había que decir que no era el Frente, y no había sido el frente. Tenía que explicar por qué se ponían bombas, porque se apagaban las luces. Era una lucha contra la dictadura.

¿Sigues creyendo que la vía armada es la única manera de conseguir algo?

-No es la única. Es una posibilidad. Éramos capos en ese entonces. Teníamos una idea grandiosa. Sin nosotros no se habría caído la dictadura. Después del primer atentado, Pinochet flaqueó mucho y se dio cuenta que era vulnerable. Y eso no lo ha reconocido la gente de la Concertación, porque no quiere. Pinochet conquistó este país por la vía armada. Entonces, sigue siendo una vía.

¿Contra qué te rebelarías hoy día y por qué?

-Me levanto en la mañana en contra de todo. Apenas pongo el pie en el suelo, ya estoy pensando a quién le voy a sacar la chucha. Creo que hay que corregir cosas. Me molesta, por ejemplo, que la Concertación le haya entregado el poder a la derecha.

¿Qué pasa con el rodriguismo hoy día? ¿En qué están?

-Están insertos un poco en la Concertación, otros están por la libre. Pero no son un movimiento. Ahora a uno no le queda más remedio que ser partidario de personas, ya no de movimientos. Del Partido Comunista se ha ido mucha gente valiosa. Está quedando en las últimas extremas posiciones. Nunca ha estado más bajo.

Pero ahora tiene tres parlamentarios.

-Sí, pero con el auxilio de la Concertación. Sin eso, no habrían llegado ni a la esquina.

¿Tienes contacto aún con rodriguistas?

-Sí, claro. Vienen acá, comemos. Pero son amigos, nomás. No hablamos del rodriguismo, porque esa etapa pasó y está superada.

¿Qué te parece que la figura de Manuel Rodríguez esté de moda hoy en la tele?

-El Guerrillero del Amor es una estupidez. Me río cuando canto en los conciertos y digo “¿cómo se llamará esta canción ahora?, ¿se llamará el Guerrillero del Amor?”. Y la gente se ríe a gritos. Porque fue una estupidez farandulizarla tanto. Además, uno ve un pedazo de la teleserie, aparece Rodríguez y está culeando, entra a una pieza y la mina se saca la ropa apenas lo ve. Y el tipo, hasta aquí, no ha peleado nada, no ha pegado ni un tiro, no ha llevado ni un mensaje a San Martín. Vive entre faldas, nomás.

¿Qué te parece la versión de El Cautivo de Til-Til que hicieron para la teleserie?

-No me gusta. Pero con tal que respetaran la letra, todo bien. Hay otras versiones mucho más lindas. Ésta es una cosa rock que hicieron por ahí y el tema mío era el menos que se prestaba para hacerlo rock. Y lo hicieron.

ENA, LA ZURCIDORA

Sigues pensando, como has dicho, que Chile es una dictadura militar permanente. ¿En qué fundamentas eso?

-Ahora no. La fuerzas armadas han retrocedido mucho. Están muy bajo perfil. Tengo un libro, Las masacres, donde decía que cada gobierno, cuando se veía en apuros, sacaba las fuerzas armadas a la calle y mataba a la gente que estaba en huelga. Paraba una salitrera en el norte, y la fuerza armada se metía a cañonazo limpio. Cuando se podía hacer, se hacía a cada rato. Pinochet sacaba por cualquier cosa a los militares. En la Araucanía sigue pasando lo mismo. Convirtieron el conflicto en guerra. En vez de mandar abogados, mandaron milicos. Ese fue un error de la Michelle. Militarizó el conflicto.

¿Qué te parece que la derecha haya sido elegida democráticamente?

-Siempre pensé que habría una alternancia. Pero, para mí, no pasaba por Piñera el asunto. Él no tiene carácter ni estatura de estadista.

¿Por quién pasaba, entonces?

-Por una figura en la derecha que no tuviera las connotaciones de Piñera. En un momento dado, me pareció positivo el gesto de Longueira cuando negoció con Lagos. Me dio la impresión en ese momento que el tipo tenía nociones de estadista. Además, pensé en su momento que sería el candidato a temer de la derecha. Pero, obviamente, después se mandó cagadas y ahora está metido en el montón de nuevo. Está criticando a Piñera, está celoso.

¿Cómo ves a Piñera en el poder? ¿Qué piensas del ejército de chaquetas rojas, de sus condoros cuando habla?

-Es bien lamentable este gobierno. Pensaba otra cosa. Que iba a llegar la eficacia, una nueva manera de gobernar, pero ¡no es ninguna otra manera de gobernar! Están haciendo lo que pueden. No tienen idea de gobierno. Han estado mucho tiempo fuera del poder real. No tienen dedos para el piano. Los ministros andan dando vuelta. Hasta la Von Baer se cae con las cosas que dice. Ella que tendría que ser la zurcidora japonesa del asunto, no zurce ni siquiera su propio plan de trabajo.

¿Y la Concertación crees que pueda ser una nueva alternativa? Tomás Moulián dijo en The Clinic que la Concertación debía reformularse.

-De acuerdo, pero cómo, con quiénes, quién va a dirigir la operación. Pienso que la Michelle puede hacer eso. No veo otra figura. Necesitamos crear una oposición fuerte, eficaz, digna, decente, para sacar a la derecha del poder. Ella se saltó su partido e hizo una cosa bien personal. Se nota mucho que era mejor gobernante que Piñera, que está con las manos a cuatro patas, haciendo unos enredos y toda la culpa es del terremoto y de la gobernación anterior. Pero todos tuvimos administraciones anteriores. Y Michelle se defendió bien en los 4 años que estuvo. Si se repostula estaré con ella hasta que haga una cagada grande y me enoje. Es lo mejor que hay en Chile.

¿Qué te pareció el discurso del 21 de mayo?

-Lo encontré prepotente, porque Piñera es prepotente. Es un tipo que cree que se las sabe todas, que está preparado para todo. Si le pasan un chuteador se lo pone y tira la patada. Si le pasan un casco minero, se lo pone y se pega cabezazos en el techo. Anda haciendo el rídiculo vestido de todo, menos de presidente.

EL NACIONAL

¿Qué estás leyendo? ¿Qué escritores chilenos te gustan y disgustan?

-Una biografía de Carlos Marx y a Engels con su Dialéctica de la Naturaleza. Leo puras huevadas, jajaja. Para empezar, en Chile no hay literatura. Los grandes poetas no están. No hay un recambio. Aquí hay fetiches, gente que se proclama mucho. En América Latina pasa lo mismo, las grandes figuras van desapareciendo. No se ven nuevas capas de escritores. No se ven nuevos Huidobros, nuevos Nerudas, nuevas Mistral.

Fuiste amigo de Carlos Droguett. ¿Es cierto que tenía un carácter de mierda?

-Sí. Una vez dijo “traigánme al mono para acá y le pego un puñete”. El mono era yo y estaba picado por algo que había hecho yo. Quería sacarme la cresta. Tenía un carácter fuerte. Me hice amigo cuando yo tenía 18 años. Me corregía las novelas a mano. Me decía “esto no, esto lo podría escribir Lafourcade”. Disparaba mierda para todos lados.

Otra que tenía un carácter de mierda, dicen, era la Violeta Parra.

-Terrible. Pero todos los Parra tapan el carácter de la Violeta. Creen que diciendo que tenía un carácter de mierda se achicará una parte de ella y no será la figura así de grande que es. Pero es una tontera. Además, le decíamos la Dolly Pen, porque no se bañaba nunca, jajaja.

¿A quién le darías el Premio Nacional de Literatura? ¿O te lo darías a ti mismo?

-A Isabel Allende. Es una mina muy reconocida, universalmente, es traducida a 30 idiomas. Sus temas incluyen muchas cosas de la dictadura. Ha llevado a Chile a un mapa y está de moda poner en mapa el nombre de Chile. Es un tema pendiente con ella. Mi turno vendrá después. Si es en cuanto a la calidad literaria, no he dicho nada. Porque en cuanto a calidad, me lo daría a mí mismo.

No te falta modestia.

-Es que aspiro a ganármelo. Ahora, en estos momentos, lo encuentro prematuro. Prefiero esperar un poco más. También me están debiendo el de música hace años. El año pasado se lo dieron a un afinador de órganos, porque no tienen a quién dárselo. Y eso no está bien.

domingo, junio 06, 2010

Silvio Rodríguez felicita a Gerando Hernández por su cumpleaños



Gerardo Hernández y su pájaro Cardenal

Hoy es el cumpleaños de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los 5 héroes cubanos que sufren injustas condenas en cárceles de los Estados Unidos. A través de mi blog quiero felicitarle y mandarle un fuerte abrazo de hermano. Como ñapa, vayan otros cuatro abrazos para René González, Fernando González, Ramón Labañino y Antonio Guerrero.

En su defensa, Gerardo Hernández expresó: “La Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán (…) Pero si así no fuera, me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo: ‘Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria”.

Silvio triunfa en el Carnegie Hall (+ Fotos y Video)






Silvio al final del concierto en el Carnegie Hall. Foto: Reuters

Un público eufórico recibió a Silvio Rodríguez la noche del jueves en el Carnegie Hall de Nueva York, donde el músico cubano deleitó a las 2.800 personas que acudieron a verlo tocar en Estados Unidos por primera vez en 30 años.

Con tres décadas más en la piel pero la voz intacta, el pionero de la nueva trova arrancó gritos y aplausos sostenidos, coros y continuas ovaciones, al ritmo de “El papalote”, “Son desangrado”, “Óleo de mujer con sombrero” o “La Maza”, además de temas de su más reciente disco, “Segunda cita”, como “Carta a Violeta Parra”.

“Buenas noches”, expresó Rodríguez tras inaugurar el concierto con “En el claro de la Luna”, tras una breve introducción instrumental del trío de cuerdas pulsadas Trovarroco. “Perdonen que no hable inglés. Nada personal. Es una limitación que tengo”, bromeó entre las risas y los alaridos del público.

“(Estamos) felices de estar aquí y de que ustedes, este público tremendo, increíblemente entusiasta, esté compartiendo un ratito de sus vidas (con nosotros)”.

Rodríguez, una de las principales voces de la revolución cubana, suele escribir canciones con trasfondo político y como era de esperarse no faltó –ni dentro ni fuera del teatro– algún comentario o manifestación.

“Hoy es el cumpleaños de Gerardo Hernández, un hombre que lleva más de 10 años preso a mi parecer injustamente“, dijo el artista de 63 años en referencia a uno de cinco cubanos presos en Estados Unidos desde 1998. “A él y a sus cuatro compañeros a quienes nosotros cubanos consideramos nuestros cinco héroes les quiero dedicar esta canción“. Y tocó la “Canción del elegido” en lo que se convirtió quizás en el momento cumbre del evento.

Clásicos como “Te doy una canción”, “Unicornio” y “Ojalá” fueron sin duda recibidos con gran emoción, y decenas de personas se abalanzaron por los pasillos del emblemático teatro hacia el escenario para fotografiar o apreciar un poquito más de cerca al legendario cantautor. También interpretó “Citas con ángeles”, cuya letra hace referencia a Central Park, las Torres Gemelas y el edificio Dakota donde vivió y fue asesinado John Lennon.

Desde niños que vinieron con sus padres hasta jóvenes y abuelos, una masa multigeneracional mantuvo por dos horas y media una sonrisa indeleble mientras Silvio cantaba, acompañado por Trovarroco, el baterista y percusionista Oliver Valdés y su esposa, la flautista y clarinetista Niurka González, que con sus dulces solos también fue generosamente aplaudida.

Algunos vinieron desde Miami sólo por el concierto, pues aunque Rodríguez se presenta próximamente en Orlando “no es lo mismo verlo en el Carnegie Hall”, dijo Patricia Vila, una cubanoestadounidense de 41 años radicada en Florida. “Esto es muy histórico, que Silvio esté aquí en Estados Unidos”, añadió su amigo y compatriota David Figueroa, de 24 años; ambos sentados en primera fila.

También hubo quienes arrojaron rosas rojas hacia el sencillo escenario, apenas decorado con unas delicadas luces proyectadas en el fondo en forma de plantas o flores. Del resto eran sólo los músicos, cada uno sentado en una silla con su respectivo instrumento, partitura en frente, dándole total protagonismo a cada canción.

Rodríguez, quien tocó la guitarra en algunos temas, se mostró evidentemente complacido con los continuos coros del público. “Están contratados”, declaró en una ocasión. Y en otra se puso de pie para aplaudirlos, generando una ovación aún mayor.

Afuera decenas de policías velaron a grupos de manifestantes pacíficos que se congregaron a pocos minutos de comenzar el espectáculo en los alrededores del Carnegie, algunos con banderas y una que otra pancarta.

Un grupo en favor de las esposas de los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos recopilaba firmas para que el gobierno estadounidense les otorgue la visa a estas mujeres cubanas, que no ven a sus maridos desde hace 11 años. “Libertad para los cinco”, decía una pancartas, mientras cerca de una docena de cubanos y estadounidenses cantaba: “Cuba sí, bloqueo no” y “Free the five” (Liberen a los cinco).

Un norteamericano pidió que el presidente Barack Obama permita que estadounidenses visiten la isla. “¡Es maravilloso ver a Silvio en Nueva York! ¿Por qué no en La Habana?”, decía el panfleto que repartió.

El levantamiento de restricciones a las visitas de artistas de Cuba a Estados Unidos ha permitido presentaciones recientes de figuras como el compositor Juan Formel y su orquesta Los Van Van, la “Diva del Feeling” Omara Portuondo y la bailarina Alicia Alonso, quien esta semana fue homenajeada en Nueva York por sus 90 años.

Tras ofrecer un segundo concierto en el Carnegie el próximo jueves 10 de junio, Rodríguez llevará su música a Oakland, California, el día 12, Los Angeles el 17, Washington el 19 y Orlando, Florida, el 23.

Su última gira en Estados Unidos había sido en 1980, con su compatriota Pablo Milanés. (Con información de AP y el Diario La Prensa de Nueva York. Fotos de Reuters)

nueva york

Por Silvio Rodríguez
Segunda Cita

El Carnegie Hall está vivo. El sonido camina inquieto cuando está vacío, pero las frecuencias encuentran su lugar cuando se llena. Uno puede salir desconcertado de una prueba sonora, pero lo que sucede cuando los cuerpos humanos completan el teatro es algo así como el destino de la música. Ahora me explico por qué tantos grandes insistían en tocar allí. Es un lugar donde el sonido tiene la oportunidad de organizarse y encontrar sentido. Dicen que Horowitz trasladaba su piano hasta el teatro por el placer de escucharlo entre aquellas paredes. Y es que la caja acústica del Carnegie realiza el milagro de reproducir los más insólitos matices. Cuánto deben haber disfrutado talentos como Stokovsky o Berstein, gozando a fondo las posibilidades de una acústica que roza lo perfecto.

Otra cosa que no me esperaba fue el entusiasmo de la gente. Cuánta sed acumulada había en los seres que estuvieron allí. Algunos lloraban y se bebían sus lágrimas. Creo que lloviznó por todas partes. Bendita tierra, pues.




Silvio en el Carnegie Hall de Nueva York, 4 de junio de 2010. Foto: Reuters