viernes, noviembre 06, 2009

Mundo analógico y Mundo digital: dos cuerpos diferentes con un mismo espíritu

Fotografiar música

Nuestro hermano y colaborador Juan Miguel Morales presentó esta semana en el marco del X Salón y Coloquio de Arte Digital la exposición Caminos. La fotografía analógica y la digital tras un fin: la comunicación. Este es el texto de su conferencia de presentación.
05/11/2009




Autoretrato
© Juan Miguel Morales

El trovador y artista plástico Luis Eduardo Aute escribió para el prólogo de mi libro Retratos de Cantantes, que editó el Centro Andaluz de la Fotografía en el año 2000, que la música era lo intangible y la fotografía, aparentemente, su contrario. Decía que mientras la música genera emociones siendo un “cuerpo” invisible, la fotografía parece estar asociada a la “veracidad”, a la expresión material de esas emociones. Pero que en realidad no están tan lejos la una de la otra. La música es misterio, pero la buena fotografía —y él se refería específicamente al retrato— es la que muestra lo “no visible”, lo intangible, la que va más allá de la apariencia. La que muestra el “alma”. Ahí, música y fotografía se encuentran.

Yo llegué a la fotografía a través de la música en los años setenta del pasado siglo, cuando aún era un niño. La cultura pop ya estaba bien asentada y el mundo discográfico vivía su gran apogeo. La música y la imagen del cantante o grupo en cuestión, impresa en las carátulas de los discos sugerían ideas, estilos de vida, filosofías, actitudes...

A veces, en los peores casos, era más importante la imagen del artista que su propia música. De hecho, la industria discográfica fue apostando equivocadamente por la imagen —el icono, el “póster”— por encima de lo esencial, la música que teóricamente representaban. Así, fueron potenciando el producto por encima del artista. Las discográficas, hoy en dura crisis, siempre tuvieron, en general, vocación de especuladores más que de gestoras de arte y pensamiento.

En todo caso, volviendo a mi infancia, recuerdo cuando llegaron a mis manos los primeros discos del movimiento de trova catalana conocido como Nova Cançó. La música de Raimon, Serrat, Lluís Llach, Maria del Mar Bonet, Pi de la Serra, Ovidi Montllor, Joan Isaac, Marina Rossell... Era espectacular, pero, además, la imagen que mostraban era rompedora. No imitaban la cultura pop anglosajona, aunque había cierta influencia, ni calcaban la estética de la canción francesa —tan importante en ese momento para Europa—, aunque también estaba presente. Representaban una gran ruptura con la imagen de falsa normalidad que quería imponer el régimen fascista de Franco y sugerían la llegada de nuevos tiempos. Unos nuevos tiempos con valores éticos y sociales —colectivos— mucho más interesantes.
Supongo que entonces, seguramente sin saberlo, decidí que quería ser fotógrafo.

A principios de los años noventa comencé a estudiar fotografía en el Instituto de Estudios Fotográficos de Catalunya, en Barcelona, aunque ya era un aficionado desde mucho antes. Y pronto empecé a tomar, modestamente, el relevo de los grandes fotógrafos que habían ido forjando la imagen de la música popular, o la trova catalana.

Nombres gigantes como el de Oriol Maspons, Colita, Toni Catany o Pilar Aymerich, entre otros. El mío, menos grande, se sumó a la lista de esos fotógrafos que a lo largo de los años habían dejado testimonio de la existencia de ese movimiento de nueva canción, e incluso —como decía antes— había ayudado a construir una imagen potente del mismo.

Cuando yo llegué había un vacío y mi trabajo fue importante para seguir narrando la evolución de los grandes de la Nova Cançó y la aparición de los nuevos nombres.

Mis fotos han servido en muchas ocasiones para portadas de CD, para imprimir en carteles, para promocionar a los artistas y para la prensa.

¿CÓMO FOTOGRAFIAR “MÚSICA”?

Supongo que cada fotógrafo tiene su método. Personalmente, me parece de una gran responsabilidad.

La imagen de un músico o un grupo ha de comunicar su mundo.

A la hora de trabajar una sesión fotográfica para un CD, por ejemplo, es fundamental poder hablar con antelación con el artista y escuchar algo de lo que va a publicar. Entender sus referencias estético-musicales, si su propuesta en ese momento es más íntima o extrovertida, acústica o eléctrica... etc. Estos datos son importantes para decidir el entorno y la ropa —el estilismo— que marcarán la sesión fotográfica. Porque la imagen se tiene que elaborar tanto como el artista lo hace con su sonido y su mensaje.

Elaborar o definir una imagen no es engañar a nadie —como algunas personas puedan pensar—, es ayudar a entender mejor un proyecto. El artista —repito— hace exactamente lo mismo cuando graba sus canciones en un estudio: busca y encuentra.

Tanto el músico o cantante como el fotógrafo tenemos que lograr COMUNICAR.

Si no hay presupuesto para producción —cosa cada vez más habitual—, es importante que conozcamos bien los rincones de nuestra ciudad, del entorno donde vivimos y trabajamos, los locales, los edificios... Todos esos lugares en cualquier momento pueden convertirse en nuestro plató.

A menudo, con medios económicos, se recrea en un estudio entornos que si miramos bien y con imaginación podemos encontrar en una calle o en el comedor de la casa de un amigo. Igualmente pasa con la iluminación. Si no tenemos equipo, tenemos que aprender a observar la luz accesible —la natural o la de una bombilla— porque ésta nos ofrece prácticamente todas las posibilidades.

Es importante saber qué queremos, qué necesitamos. Una vez más: qué pretendemos COMUNICAR.

Para mí, fotografiar la música popular ha significado también una forma de conocer a los pueblos y su historia. Comenzando por el mío propio (o en el que vivo).

La música popular, la trova, es un género musical siempre comprometido con su tiempo y espacio. Con las raíces de los pueblos que la ejecutan, con su realidad... Incluso cuando toca temas como el amor y el desamor huye de fórmulas vacías. Por eso, hacer trabajos fotográficos relacionados con la trova ha sido una manera de conocer —de estudiar— a los pueblos en cuestión, de acercarme antropológicamente a una comunidad.

Así lo viví cuando, a finales de los años noventa, trabajé el tema andino, centrándome en el sur de los Andes peruanos y el territorio próximo boliviano.

La comunidad quechua y aymará me fascinó. La vida cotidiana, los paisajes que rodean a los campesinos... Y los cantos populares de trovadores como Manuelcha Prado, Walter Humala o Isaac Vivanco, entre otros. Las canciones de esos artistas me ayudaron a entender su historia reciente, sus anhelos, sus esperanzas, sus tristezas y sus alegrías...

Las imágenes que hice en los Andes en aquella época tienen la banda sonora de todos esos trovadores.

No es extraño que pusiera como título a ese trabajo dedicado a los Andes “Camino del Indio”, como la canción del maestro Atahualpa Yupanqui. De hecho, el trabajo proponía un paseo que partía desde Lima y se adentraba por el sur andino peruano, como explicaba antes, para cruzar el Titicaca y pasar por Tiawanaco, El Alto, La Paz, Oruro y Potosí, en Bolivia, en busca de los pequeños gestos de la vida cotidiana de los pueblos indígenas. Siempre con el mágico sonido del huayno y de la Nueva Canción Peruana de fondo. Y siempre con las imágenes potentes del fotógrafo cuzqueño Chambi en la mente, que a principios del siglo XX desarrolló un trabajo fotográfico imprescindible para entender la vida social y política de los Andes de su tiempo. Una realidad que, desgraciadamente, no ha cambiado tanto como debiera en la actualidad.

También fue una experiencia excepcional desarrollar, junto al periodista catalán Omar Jurado, un trabajo sobre el gran trovador Víctor Jara y Chile a comienzos del siglo XXI.

Tuvimos la ocasión, contando con el apoyo y la complicidad de la viuda y las hijas de Víctor Jara, de conocer en profundidad —yo de fotografiar— la vida del gran trovador. Sus amigos y familiares, sus compañeros del mundo artístico y de la política... Conocimos y narramos el Chile de los días de su vida —tan sumamente interesante— y pudimos hablar del Chile de la dictadura pinochetista y del más actual. Porque la música y el ejemplo de Víctor Jara nunca ha dejado de estar presente en Chile. Es curioso observar como muchas de las canciones de Víctor —para mal o para bien— siguen siendo útiles para narrar el Chile de los humildes de hoy.

Sobre esta experiencia que jamás olvidaré publicamos dos libros: “El Chile de Víctor Jara”, editado en Chile por la editorial Lom en el 2003, y “Víctor Jara. Te recuerda Chile” editado en el Estado español por Txalaparta en el mismo año. También montamos una exposición en Barcelona, en el 2003, de fotografías y breves testimonios impresos que titulamos como uno de los libros, “El Chile de Víctor Jara”.

Animados por el resultado de ese trabajo, Omar y yo repetimos algo similar con la figura del trovador catalán Lluís Llach.

Llach comenzó su trayectoria artística en 1967, dentro del movimiento de la Nova Cançó catalana y es autor de una de las canciones antifranquistas (y antifascistas) más emblemáticas dentro de la música, como es “L'Estaca”. Su desarrollo artístico, desde sus inicios hasta el año 2007 (cuando decidió retirarse para vivir sin la presión de los escenarios) representa, a su vez, la evolución de la izquierda, y la sociedad catalana en general de estos cuarenta últimos años. Su compromiso, siempre al lado de los gestos más revolucionarios —a principios de los 70 le dedicó un tema instrumental al Che, titulado “Comandante”—, con el anti-imperialismo y con los movimientos juveniles lo convertían, para Omar y para mí, en uno de los trovadores ideales para explicar nuestro tiempo y espacio. Y así lo hicimos.

De ese trabajo publicamos dos libros donde se complementaban, como en el caso de Víctor Jara, los testimonios y las fotografías. Además, también montamos una exposición que se pudo ver de modo itinerante por Catalunya y también en París.

Para mí es, ha sido, un reto excitante poder explicar largos periodos de la historia reciente apoyándome en la obra de los trovadores y a partir de fotos tomadas en la actualidad.

De alguna manera, esto me ha demostrado la vigencia de la obra de los buenos trovadores. Y que los rastros del pasado se pueden encontrar en el presente. En definitiva, que pasado, presente y futuro conviven. A veces para mal y a veces para bien. Es dramático constatar que ciertos conflictos nunca acaban de superarse.

Mi acercamiento físico a Cuba fue también a través de una mirada “fotográfica” a la isla a partir de los protagonistas de sus géneros musicales. He tenido la posibilidad de charlar y de fotografiar en su entorno a figuras como Esther Borja, Lázaro Ros, Richard Egües, Noel Nicola o Compay Segundo, entre muchos otros.

Como se puede observar, ésta ha sido y es la constante de mi trabajo fotográfico: la música.

Enamorado de la fotografía en blanco y negro de autor, he trabajado normalmente con una Nikon FM2 y una Hasselblad 500C, y he utilizado distintos objetivos.

Siempre sentí que el rito del trípode y el disparador podía “hechizar”, dicho de algún modo, al “modelo” en cuestión y que se podía dar la magia. La foto, el retrato, comenzaba a gestarse con el encuentro con el personaje en el lugar escogido. La luz y el entorno que me encontraba marcaban muchísimo. Había que saber mirar.

Con la era de la foto digital las cosas cambiaron en un principio. Pasé a trabajar con la Canon EOS 5D y, primeramente, el método de trabajo varió. Para empezar, con la cámara digital uno tiende a hacer más tomas y de una manera mucho menos reflexiva. Por lo menos, eso me pasó a mí. La sensación de poder disparar sin tener el tope que marcaba el “carrete”, la película, hacía que tomar fotos fuese más compulsivo. Uno tenía la sensación de que cuantas más fotos tomaba, más posibilidades había de “cazar” la buena. Después me encontraba con muchas imágenes para trabajar, la necesidad de mucho tiempo para dedicarles y no siempre el resultado esperado.

Obviamente, no por captar más imágenes consigues un resultado más óptimo.

Así que tuve que reeducarme. Entender que el hecho de cambiar de tecnología no cambiaba lo sustancial: el hecho fotográfico. Y aunque no siempre lo consigo, intento disparar con mi cámara digital como lo hacía antes con las analógicas.

Primero intento visualizar la foto a partir del personaje y su entorno y después, en muchas ocasiones, el trípode y el disparador me ayudan a tirar con cierta mesura. Creo que los resultados son mejores.

Casi sin darme cuenta de si era una cámara analógica o digital, he ido desarrollando con mi Canon trabajos como la colección “Camino Jondo”, donde intento reflejar ciertos rasgos de la identidad gitana y flamenca a partir de una serie de retratos tomados a grandes artistas del flamenco que desarrollan su trabajo desde Catalunya.

Aparte del hecho tecnológico, que sí ha variado y que me importa relativamente —me plantea nuevos problemas: en qué formato disparar, cómo archivar y conservar el material digital...— la fotografía sigue siendo el mismo misterio de siempre.

En mi caso, llegar al personaje y comunicar algo de éste. Encontrar ese momento en el que contenido y estética se alían para conseguir una toma que valga la pena. Grano o píxel poco importan.
Juan Miguel Morales
Fotógrafo

Para citar esta página: http://www.cancioneros.com/co/866/2/fotografiar-musica-por-juan-miguel-morales

jueves, noviembre 05, 2009

“Es algo hermoso ser embajadora de buena voluntad”, dice Omara Portuondo


3 Noviembre 2009

La renombrada artista cubana Omara Portuondo, nominada a un Grammy Latino este jueves, aseguró hoy en entrevista con Efe que “es algo hermoso ser embajadora de buena voluntad” entre Cuba y Estados Unidos, y con eso busca “contribuir a la paz”.

“Es una palabra tan pequeña, con tres letricas, pero que significa mucho: lo importante que es la paz, lo necesario que es la paz”, dijo Portuondo en entrevista telefónica, días antes de presentarse el jueves próximo en el escenario de los Grammy Latino, en el Centro de Eventos de Mandalay Bay, en Las Vegas (Nevada).

Portuondo, de 79 años, 60 de los cuales ha dedicado a una fructífera carrera musical, figura entre los candidatos a un Grammy Latino en la categoría tropical, con su álbum más reciente, “Gracias”.

Además, la legendaria Portuondo hará historia como primera artista residente en Cuba en subir al escenario de los Grammy Latino. Estará allí no sólo para posiblemente recibir un premio, sino también para presentar uno de los galardones.

“He tenido un camino bien bueno, he tenido muchas posibilidades que me han enriquecido, y por todo eso doy gracias. Aunque es difícil resumir 60 años de carrera en un álbum, quise destacar algunos de los éxitos”, explicó Portuondo.

La diva del Buena Vista Social Club considera que con sólo estar nominada por segunda vez al Grammy Latino “ya eso es bueno” y con eso siente “mucha satisfacción”.

Para la artista la música “es algo muy importante, es intangible pero lo sientes, es importante para el alma y para unir a los pueblos, sin importar fronteras y políticas”.

Así, su participación en los Grammy Latino “es una coincidencia especial, no fue nada rebuscado, pero si eso sirve para la paz y para seguir compartiendo nuestras costumbres y culturas”, siente que “es una cosa muy hermosa”.

En ese sentido, Portuondo elogió los esfuerzos del cantante colombiano Juanes, quien ofreció un concierto por paz en la frontera entre Colombia y Ecuador y, más recientemente, otro en la Plaza de la Revolución en La Habana, junto a otros cantantes de alto calibre.

“Juanes lo hizo de corazón, no ganaba ningún dinero… ese es un muchacho que, dentro de los seres humanos, nos demuestra que no todo es dinero, que la paz es importante”, señaló.

Portuondo ha viajado por el mundo entero y en su extensa carrera frente a los micrófonos ha compartido escenarios con los mejores talentos de Cuba y del mundo, entre ellos Chucho Valdés, Nat King Cole, y la recién fallecida cantante argentina Mercedes Sosa.

Sin embargo, la “novia del feeling”, como se le conoce, asegura que su mayor satisfacción la deriva “de la aceptación del público, de sus aplausos, de la asistencia a los conciertos, donde el idioma no es impedimento”.

Recordó con alegría y un poco de nostalgia su participación en Buena Vista Social Club, grupo que a finales de la década de 1990 popularizó de nuevo a nivel internacional la vieja trova cubana y que ganó un Grammy en 1997.

Portuondo asemeja su trabajo, impulsado por los padres musicales que tuvo, al de un pintor, porque, de hecho, cuando está cantando también va “pintando los espacios, los personajes y los paisajes”.
La música, continúa, puede conmoverla hasta las lágrimas -como sucedió al grabar “Gracias”-, porque aún sin vivir las experiencias de las que hablan sus temas en ese momento dice asumir “ese personaje y lo que expresa a través de la melodía”.

Portuondo no oculta su orgullo de abuela al señalar que en el álbum “Gracias”, que en sus 15 canciones combina lo tradicional con la innovación, su nieta de ocho años la acompaña a capella con el tema “Cachita”, y lo hace con toda la “frescura de la naturaleza que tienen los niños”.

Portuondo consiguió finalmente la autorización para viajar a este país, después de seis años de barreras.

Desde su llegada, la gira ha sido un torbellino de entrevistas y presentaciones, incluyendo una en el Festival de Jazz 2009 en San Francisco, y otra en el recinto de la Universidad de California en Los Ángeles.

(Con información de EFE)

Convocan cantata para Silvio Rodríguez en Puerto Rico


Cantantes y artistas puertorriqueños han organizado una cantata dedicada Silvio Rodríguez, que tendrá lugar el próximo 21 y 22 de noviembre en Corozal, una región al norte de la isla caribeña.

En la convocatoria, llaman a todas las bandas y artistas independientes que conozcan el repertorio de Silvio, para rendirle homenaje al artista cubano con versiones de sus temas más conocidos.

“Si eres músico, independiente o con banda, estás cordialmente invitado a participar de esta noche y de paso nos regalas algunas piezas de Silvio para nuestro deleite musical”, dice el comunicado que llegó a la redacción de Cubadebate.


En escena uno de los artistas plásticos más importantes de Puerto Rico y natural de Corozal, José Luis “Chegui” Rodríguez, quien “pintará en honor a la Cantata de Silvio, simultáneamente con todos nosotros allí en vivo”.

El Café Museo “El yagrumo” es la sede del encuentro, que tendrá lugar, sin costo alguno, el sábado 21 de noviembre, a partir de las 7 de la tarde, y el domingo 22, desde la 1:00 pm. Los interesados pueden contactar a los organizadores en la siguiente dirección en Facebook.

http://www.cubadebate.cu/noticias/2009/11/02/convocan-cantata-para-silvio-rodriguez-puerto-rico/

Rafael Amor dice que le quisieron reconvertir pero «preferí cruzar el desierto»


El trovador argentino Rafael Amor ha regresado a España, donde residió durante 35 años, para presentar su último disco, "El cantavidas".
25/10/2009 AGENCIAS

Lola Camús/EFE - Cuando los cantautores empezaron a volverse rockeros, a Rafael Amor le propusieron reconvertirse, pero prefirió "cruzar el desierto" y seguir siendo él mismo, "un juglar que le canta a la vida y sus contradicciones".

En esos momentos difíciles compuso "Corazón libre", uno de los grandes éxitos de Mercedes Sosa.

"Corazón libre", que da título al disco con el que "La Negra" ganó un "Grammy latino" en 2006, se ha vuelto a escuchar mucho estos días en Argentina, que acaba de despedir a la cantante tucumana, uno de sus mitos nacionales.

"Esa canción ha sido un ariete, ha abierto muchas puertas en la voz de La Negra", afirma Rafael Amor, que ha regresado a España, donde residió durante 35 años, para presentar su último disco, "El cantavidas", con una gira de conciertos que le lleva a Santander (CASYC) y el 5 de noviembre a Madrid (Galileo Galilei), entre otros escenarios.

Nieto de emigrantes cántabros que buscaron otra vida en Argentina e hijo de un cantor, Francisco Amor, se exilió en Madrid en 1976. Cuenta que escribió "No me llames extranjero" en el papel de la solicitud de residencia, cuando hacía cola junto a otros muchos latinoamericanos de su generación.

"Esa canción se ha convertido en un himno y lamentablemente ahora tiene más vigencia que cuando la escribí. Las xenofobias se han disparado curiosamente en la pretendida globalización. Y el hambre legaliza a todo el mundo en el planeta. Tienes hambre y emigras a donde hay comida", sentencia.

Rafael Amor ha retornado a su tierra, donde "la clase dominante se pelea para ver quién se queda con el queso y abajo el pueblo lucha para ver cómo sobrevive a eso, e incluso sueña con una nueva independencia".

Argumenta que en las últimas elecciones la fuerza mayoritaria, con nueve millones de votos, fue la abstención, algo "apabullante en un país donde votar es obligatorio", antes de declararse "un demócrata convencido, que cree en la democracia profunda y popular".

Fue cantante de folclore argentino hasta que la influencia de los cantautores franceses, como Brel o Brassens, hizo de él "un cronista de lo cotidiano", como le gusta definirse.

Su vida se cruzó con la de Mercedes Sosa cuando era un joven de dieciocho años y ella una mujer de treinta, "muy flaquita, muy guapa, una criolla muy atractiva". Recuerda su generosidad y cómo, en muchos de sus conciertos, "La Negra" armaba grandes revuelos en la platea cuando se levantaba de su butaca para subir al escenario a cantar con él.

"Es una estrella, una figura inconmensurable y el pueblo argentino la adora. Es la madre voz", dice.

Llegó un momento en el que la llamada canción protesta ya no estaba tan de moda y los "genios" de su discográfica quisieron reconvertir a Rafael Amor "en una especie de Demis Roussos", porque su barba y su melena les recordaban al cantante griego. Y empezó una época dura, en la que el teléfono nunca sonaba.

Fue en esa etapa, en los ochenta, cuando escribió "Corazón libre" y grabó una primera versión discográfica con Mercedes Sosa y Alberto Cortez, otro de los artistas con los que tantas veces ha compartido escenario.

"Salimos de eso y muchos están ahora reconvirtiéndose otra vez, de cambio en cambio", explica el músico argentino, quien defiende que los juglares como él siguen "a su ritmo, paralelamente a otros que corren más a los mundos que propone la prepotencia del dinero".

Sabe que tiene un público fiel, que seguirá escuchando las canciones de "El cantavidas", que recorre su larga trayectoria y que forma parte de la colección que ha publicado la Fundación Autor dentro de la colección «El canto emigrado de la América Latina», para que no se pierda el legado de los artistas latinoamericanos que, al igual que Amor, se exiliaron en España en los setenta.

Y aunque cada vez le resulta más difícil escribir porque los años le han vuelto más exigente, en su gira ha estrenado una nueva canción, "Independencia", inspirada en la Argentina que está a punto de celebrar el bicentenario "de su primer grito libertario".

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Para citar esta página: http://www.cancioneros.com/co/850/2/rafael-amor-dice-que-le-quisieron-reconvertir-pero-preferi-cruzar-el-desierto-agencias

ENTREVISTA: Pedro Guerra: ''No tengo don para las relaciones sociales''


24/10/2009 - Sabela Corbelle / El Progreso (Lugo)

Acaba de estrenar disco, 'Alma mía', y está en plena promoción. Por eso resiste pacientemente las entrevistas, que considera una parte más de su trabajo. Tímido —especialmente fuera del escenario, como bien se encarga de aclarar— pero cercano, Pedro Guerra contesta a las preguntas manteniendo siempre su visión humilde de la vida. Con resignación y sin ningún tipo de ostentaciones pese a ser uno de los cantautores de más éxito en España, tanto entre el público como entre otros intérpretes, que no dudan en hacerse eco de sus canciones y reinterpretarlas en los escenarios.

PREGUNTA: En muchas ocasiones, fueron los demás quienes cantaron sus canciones. Ahora, en este disco, pasa al revés: deja sus propias composiciones por las de los demás. ¿Se ha arrepentido en algún momento de cantar, por una vez, temas que son de otros?
RESPUESTA: No, en absoluto. Al contrario, es algo que disfruto y, aunque la gente no lo sepa, yo lo hago de toda la vida. Siempre he vivido rodeado de canciones, desde niño hasta hoy, y disfruto mucho cantando aquéllas que me gustan aunque no las haya escrito yo, porque lo importante no es quién es el autor sino que la canción te llegue al alma.

P: Habrá quien vea en esta idea quizás una falta de imaginación o de inspiración. ¿Se agotan alguna vez los recursos de un compositor?

R: No, tampoco. Simplemente, me gustan estas canciones y me apetecía grabar un disco cantando estos temas que no son míos. Nada tiene que ver, en absoluto, con una falta de inspiración. Al contrario. Es un disco que hice por puro disfrute personal y nada más, no hay ninguna otra cosa de por medio.

P: En 'Alma mía' hay tangos, boleros, rancheras, coplas... ¿podría escoger alguno de estos géneros?, ¿con cuál de ellos se quedaría?

R: Podría, pero no sé si es necesario porque es que, además, los géneros no me importan mucho. Yo creo que por encima de ellos estamos hablando de grandes canciones. Por otra parte, en ningún caso hago los tangos como tangos, los boleros como boleros ni las rancheras como rancheras... simplemente las trato a todas como canciones que son y las interpreto a mi manera, eso sí, ahí va mi apuesta personal.
P: Tampoco es fácil imaginarlo cantando una ranchera ni un tango al estilo tradicional.

R: Pues en mi música hay algo de eso. Tanto el tango como el bolero o la ranchera no son estilos alejados de mi música. Hago alguna canción con sabor tanguero o abolerado. ¿Por qué? Pues porque estas canciones forman parte de mi formación como músico y como persona, yo no soy completamente ajeno a estos estilos musicales.

P: Cambió de música, pero sigue asido a su guitarra. ¿Son un matrimonio bien avenido?
R: La guitarra es el instrumento de trabajo más preciado que tengo. Desde los 14 años, edad en la que empecé a componer, fue el instrumento con el que he creado todas las canciones y con el que he cantado. Yo compongo con un papel o un ordenador —para las letras— y con una guitarra, así que se puede decir que este instrumento es determinante en mi carrera.

P: ¿Le dedica muchas horas al día a la composición?

R: Depende del momento en el que esté. Cuando estoy en época de componer, sí, todos los días. Vivo la composición como un trabajo. Me levanto por la mañana, me siento a trabajar, estoy hasta el mediodía y, luego, vuelvo por la tarde a ponerme con la faena. Pero también hay épocas, como ahora, en la que estuve grabando y de gira de promoción, en las que no dedico nada de tiempo a la composición porque no puedo. Simplemente, no tengo tiempo para ello. Entonces, ésta sería una época de sequía.
P: En este nuevo disco canta las canciones que, de pequeño, le oía a su padre. ¿Se puede decir que de casta le viene al galgo?

R: Sí, supongo que en mi infancia he desarrollado un amor por la música y la literatura que me llevaron al mundo de la canción. En mi casa había un ambiente muy propicio que hizo que me dedicara a la música y a las cuestiones artísticas en general.

P: ¿También le canta canciones a sus dos hijos?

R: Sí, les canto. No todo el día ni a todas horas, pero les canto distintos tipos de canciones.

P: ¿Canciones suyas o de otros autores?

R: Más bien de otros, las mías, fuera del escenario, no las suelo cantar mucho. Las dejo para cuando estoy actuando.

P: ¿Y de quién son las canciones que les canta a sus hijos?

R: Son de estilo muy diverso. Les canto desde canciones de cuna hasta algunas de las que aparecen en este disco, por ejemplo. No hay una canción especial, sólo nos gusta cantar.

P: ¿Los niños han heredado su afición artística?, ¿ya hacen sus pinitos cantando?
R: ¡Huy, sí! Hasta el punto de que el que tiene tres años canta muchísimas canciones para niños.

P: ¿Colaboró también en este disco su hijo?

R: [Sonríe]. Bueno, de alguna manera sí.

P: Su padre fue el primer presidente del Parlamento canario. ¿Se dedicaría también usted a la política como lo hizo él?

R: Heredé de él que también a mí me preocupa lo que pasa en la sociedad, estar informado... Lo que no tuve nunca fue la intención de dedicarme a la política, porque no me interesa mucho, pero sí me interesa la política como ciudadano.

P: Estuvo próximo, en alguna ocasión, al independentismo canario. ¿Cree todavía posible que su archipiélago sea independiente?

R: En realidad, al independentismo canario no estuve próximo nunca. Tuve posturas cercanas al nacionalismo canario, pero como una defensa de la cultura e idiosincrasia de los canarios. En cuestiones independistas entro menos. No sé ni siquiera si es necesario. En todo caso, con los años, adopté una posición internacionalista, lejos de crear nuevas fronteras, hay que romper las que ya hay.

P: En su carrera tuvo oportunidad de contactar con gente muy importante en el mundo de la música como Joaquín Sabina o Luis Eduardo Aute, ¿fue cuestión de suerte o es que tiene don para las relaciones públicas?

R: No, don para las relaciones públicas en absoluto, porque soy tímido. Digamos que las circunstancias hicieron que, en un momento dado, Aute y Sabina conocieran mi trabajo, les gustara y me propusieron hacer cosas juntos. Pero yo tengo bastante poco don para las relaciones sociales, francamente.

P: ¿Es real esa imagen de chico tímido que da en el escenario?

R: En el escenario es donde menos tímido soy y en el ambiente cercano tampoco soy tímido, pero no soy una persona que tenga don para las relaciones sociales.

P: ¿Y esa pinta de chavalito que todavía tiene a sus 43 tacos?

R: ¿Sí?

P: ¿Es así por genética o es que, de alguna manera, ha buscado esa imagen?

R: No, en absoluto, yo soy así. La apariencia física me preocupa bien poco. Si sigo pareciendo joven es que soy así.

P: Su segundo apellido es Mansito, ¿se metieron mucho con usted por este motivo?

R: No, la verdad es que no mucho, aunque tuvieran ocasión de hacerlo.

P: ¿Y, realmente, es usted mansito o no?

R: Soy más Mansito que Guerra, sí.

P: Aparte de la música, ¿qué otras aficiones tiene?

R: El cine me gusta mucho.

P: ¿Cuál fue la última película que fue a ver?

R: La última fue una titulada 'Déjame entrar', es una película de vampiros pero moderna.

P: ¿Es un hombre de mitos cinematográficos?

R: Hay directores que me gustan muchísimo. El italiano Federico Fellini, por ejemplo, me encanta.

P: Colaboró con el grupo gallego Luar na Lubre. También sorprende ese vínculo, ¿tiene alguna relación su forma de ver la música con el folk gallego?

R: Sí, porque en mi tradición cultural y mi formación musical tuve una relación con el folk muy grande. Trabajé en Canarias en un grupo que se llamaba Taller Canario, que estaba a medio camino entre el folk y los cantautores. Cuando Luar na Lubre nos llamó para que yo participara, no me pareció una idea del todo descabellada. También colaboré con grupos de folk vascos como Oskorri y la verdad es que he hecho una percusión y he cantado una canción muy bonita y lo disfruté mucho. Así que tengo muchos vínculos con la música folk.

P: ¿Qué recuerdos guarda de cuando, de muy joven, tocaba en las fiestas de los pueblos?

R: Son recuerdos bonitos, pero fue la época más difícil. Era muy joven, tenía mis propias canciones y las intentaba defender, pero me movía en un ambiente de asociaciones de vecinos en un pueblo. El tipo de música que yo proponía no era la que más se escuchaba, eso me creaba dificultades pero, por otro lado, me sirvió para aprender y para rodarme.

Cintio Vitier: Adiós a un poeta



Daniela Saidman (Desde Venezuela. Colaboración especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Nacido en Cayo Hueso, Florida, Estados Unidos, el 25 de septiembre de 1921, el poeta Cintio Vitier falleció en La Habana, Cuba, el 01 de octubre de 2009. Cubano de hablares y sentires, de amores trascendentales y palabras hondas, Vitier es una de las voces latinoamericanas más arraigadas en el imaginario poético de estas tierras y estas gentes.

Todo en él era y será poesía, su mirada del mundo, sus sudores, compromisos, sus pasos por esa ciudad de mares y calles de olores dulces y libertades. Cintio Vitier late siempre vivo en cada uno de sus versos y en los ojos de los amantes que detendrán la caricia para evocar el deseo, trémulo en el papel que los aguarda y los nombra.

“Y no hay reposo para ti, / única almohada / donde puede mi cabeza reposar. Y yo / me vuelvo / de las alucinantes esperanzas / que son una sola, / de los actos infinitos del amor / que son uno solo, / de las velocísimas palabras devorándome / que son una sola, / despegado eternamente de mí mismo, / a tu seno indecible, ignorándolo todo, / a tu rostro sin rasgos, a tu salvaje flor, / amada mía”. (Palabras a la aridez, fragmento)

Cuba es territorio poético y Vitier supo amarla y armarla, tantearla y transcribirla, hacerla suya y crearla. Abonó el país con sus palabras y se creció sobre Nuestra América, con esa honda mirada de las desgarraduras del alma y también de las otras. Por eso su partida, es una herida y la hoja en blanco no alcanza para nombrarlo.

“Mirándome está el deseo, / nocturno, solo, infinito; / callada va la nostalgia / llameando eternos vestigios. / No llega nunca mi gesto / a la tierra del destino; / la vida acaba inconclusa, / quedan los sueños en vilo”. (Algo le falta a la tarde, fragmento)

Fue él con sus trepidantes fuegos y sueños, sus adjetivos y sobre todo sus verbos en juego, el que supo contarse y contarnos las esquinas de La Habana, el contorno de la piel amada y el sonido metálico y tañido de las olas contra la corriente. La poética de Vitier fue capaz de enumerar las carencias y sobre todo volar amorosamente sobre ellas para darse cuenta de que la revolución es poesía en la medida en que es divinamente humana y perfectible.

“Estás / haciendo / cosas: / música, / chirimbolos de repuesto, / libros, / hospitales / pan, / días llenos de propósitos, / flotas, / vida, / con tan pocos materiales. / A veces / se diría / que no puedes llegar hasta mañana, / y de pronto / uno pregunta y sí, / hay cine, / apagones, / lámparas que resucitan, / calle mojada por la maravilla, / ojo del alba”. (Estamos, fragmentos)

Cintio Vitier aunque nació lejos, en la otra orilla, siempre estuvo y estará cerca, porque eligió el vértigo de saberse próximo y libre, optó por las pequeñas derrotas cotidianas que al final resultaron ser una gran victoria y terminó por anclar sus pasos a la ciudad de los ecos y echó sus velas a volar con los amantes.

“Lejos, lejos nací, / lejos de mi alma: / separada la vida / de la mirada. / Lejanía que fue / toda la patria, / como una cicatriz / que no cerrara. / No pude atravesar / la tarde rara: / lejos, lejos de mí, / no me abarcaba. / He visto, comprendiendo, / la mar morada, / el confín misterioso, / la doble playa”. (Lejos)

Se fue el poeta, como quedándose, como instalándose sobre la arena a contemplar un atardecer encendido de anhelos. Se fue sin haberse ido, porque vive en los labios de los que lo pronunciaremos en los venideros futuros y en todas las voces que lo bienvendrán en cada página.

“Nada serán mis palabras / si no encuentran otra boca / que las cante y las olvide / y las devuelva a la sombra. / (…) / Nada será lo que soy / si en los otros no se apoya: / mi presencia en otro hombro, / mi esperanza en su congoja”. (Nada serán mis palabras, fragmento).

La ideología de la estupidez


Edgar Borges (Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Con el cuento del fin de las ideologías y de que las ideologías eran asuntos exclusivos de fanáticos, buena parte de la población del planeta ha terminado militando en la ideología de la estupidez. Sé que esto parece un mal trabalenguas (lo siento); cierto es que me puede generar antipatías (no soy candidato a nada). Ya escucho la voz metálica de un zombie: ¡Éste se cree el menos estúpido de todos! Y yo le respondo que se equivoca, pues, yo también me asumo estúpido. Y zombie (el otro día no sabía muy bien para qué me había despertado). No tiene sentido negarlo, en este día a día de estupideces, hasta los más críticos tenemos que simplificar los contenidos. Y aquí me tienen repitiendo hasta el cansancio la palabra estúpido. Menos mal que los estúpidos nunca nos hastiamos de la estupidez.

Hace poco un amigo (también estúpido) me decía que de tanto repetir eso de que “formamos parte de un tiempo estúpido” nos estamos resignando a la idea, perdón, a la realidad. No olvidemos que, según los estúpidos que más generan opinión, ya no existen ideas (lo que impediría la sustentabilidad de ideología alguna).

No obstante, a diferencia de muchos estúpidos (debe ser porque no genero opinión), yo creo que la estupidez (aunque muchos de sus militantes no lo sepan) es una ideología. Caminamos sin saber hacia dónde vamos porque simplemente queremos andar así, a la deriva, rápido, a paso disperso, sin objetivo claro, furtivamente a la deriva; en ese mismo ritmo orgullosamente atropellado despreciamos el verbo (y subestimamos la inteligencia) por un asunto de felicidad, ¿quién desea complicarse la vida?; y, en la privacidad del hogar, nos observamos la pinta (y evadimos los ojos) frente al espejo para no empantanar el presente perfecto. Después de todo, para un estúpido, la memoria podría ser el enemigo más íntimo y peligroso. Por esas (y otras muchas) razones afirmo que la estupidez es la ideología más discreta (invisible y económica) de todas las que el ser humano ha (hemos) practicado. Lo que ocurre, creo, es que aún no se ha estudiado académicamente la estupidez como una ideología.

Lo respiro: socialmente, cada vez más, es aburrido hablar de filosofía o de literatura seria. ¿Literatura seria? Pues sí, la cosa está llegando al punto de que clasificamos la literatura en dos grandes (por lo del volumen de publicaciones) bloques: la seria y la entretenida. Mal (?) trabajo hizo Franz Kafka (y sus maestros y sus discípulos) que no pudo dejarle una literatura entretenida a los ciudadanos del siglo XXI; buena labor (¡bravo por ti, muchacho!) la del señor Dan Brown (y sus maestros y sus discípulos) que amenizan la fiesta (por no llamarle biblioteca) de este aún naciente nuevo milenio (¿ya despertamos?). Y así, segundo a segundo, vamos relativizándolo absolutamente todo, menos la estupidez (mis saludos a la BBC por la estúpida entrevista que le realizó al ultraderechista Nick Griffin).

No voy a escribir más; dejo este artículo a medio camino antes de que los señores del Premio Nobel (mis respetos a Camus, maestros y discípulos del autor de “La peste”) fijen su atención en mi candidatura gracias a semejante bodrio de artículo.

Edgar Borges es venezolano residente en España.

Países no respetan derecho a la educación de personas con deficiencias


21.10.09 - AMÉRICA LATINA
Karol Assunção *

Adital -
Se estima que 600 millones de personas presentan algún tipo de deficiencia en el mundo. Además de los cuidados especiales, estas personas poseen derechos que, así como los de cualquier otro ciudadano, necesitan ser respetados. Sin embargo, no es eso lo que sucede. A causa de esto, organizaciones internacionales presentarán, el próximo 6 de noviembre, una denuncia formal a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La idea es exponer la violación del derecho a la educación de las personas con deficiencia en América Latina y en el Caribe. En la ocasión, estarán presentes: el Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Derecho a la Educación, Vernor Muñoz; el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil); y la Campaña
Latinoamericana por el Derecho a la Educación (Clade).

De acuerdo con la coordinadora general de la Clade, Camilla Croso, el objetivo principal de la reunión con la CIDH es sensibilizar a los comisionados en la cuestión de la discriminación de las personas con deficiencias. "Espero que a partir de esta sensibilización los comisionados puedan ser más enfáticos en los Estados de América Latina y el Caribe para garantizar el derecho", comenta.

Además, la coordinadora subraya que ésta es una oportunidad para dar mayor visibilidad al problema de la violación de los derechos de las personas con deficiencia en la región. "Esta es una cuestión que aparece poco en el debate educativo", destaca.

Prueba de esto es la dificultad para sistematizar los datos de estas faltas de respeto en los países latinoamericanos y caribeños. Según Camilla, todavía hay poca información de estas naciones en cuanto a la situación de la educación para las personas con deficiencias. Y, de acuerdo con ella, ésta también es una demanda que las organizaciones llevarán a la CIDH. "[Queremos] poner el énfasis en la sistematización de estos datos por país", afirma.

Para la coordinadora de la Clade, la principal violación del derecho a la educación para esa parte de la sociedad está en el "acceso en sí". "[Todavía hay] resistencia para incluir a las personas con deficiencias en la enseñanza pública regular", afirma. Ella explica que, durante muchos años, se priorizó una educación segregada - "educación especial" - para las personas con deficiencias, lo que constituye una "discriminación gravísima".

De acuerdo con Camilla, la legislación ya avanzó mucho en el derecho al acceso de todos a la educación, pero en la práctica, esto no sucede con frecuencia, porque muchas veces, la escuela niega la matrícula al alumno con deficiencias. "Las personas con deficiencias tienen derecho a la educación como cualquier otra", comenta.
Ésta tampoco es la única forma de falta de respeto a los derechos de esa parte de la sociedad. "Garantizado el acceso, ocurren otras violaciones, como [cuando] la escuela no consigue hacer los ajustes necesarios para acoger a esa persona con deficiencias", explica. Material didáctico no adaptado, profesores mal preparados y falta de adaptación física para recibir a los alumnos con deficiencias son sólo algunas de las violaciones que ocurren en el ambiente escolar.

Pocas consiguen estudiar

Debido a esta serie de faltas de respetos, pocas personas con deficiencias consiguen frecuentar la escuela y completar sus estudios. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estima que el 35% de los niños en el mundo que no frecuentan la escuela poseen algún tipo de deficiencia y, de ésas, sólo el 2% conseguirán concluir los estudios.

En los países latinoamericanos, la situación no es muy diferente del resto del mundo. En Perú, por ejemplo, el Censo de 1993 mostró que el 84,9% de las personas con deficiencias no frecuentan o nunca fueron a la escuela, siendo la tasa de analfabetismo de esta población de 41%. En Chile, sólo el 8% de las personas con deficiencias están estudiando, y una de cada dos, no consigue completar la educación básica.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

lunes, noviembre 02, 2009

Dos versiones de la libertad de soñar (+ Fotos)



31 Octubre 2009
Cubarte

No sé cómo empezar estas reflexiones. Acabo de ver el estreno de “Y sin embargo, se mueve (…desde Silvio Rodríguez)”, una puesta escénica de La Colmenita para adolescentes y jóvenes, en su sede, la Sala Teatro Orden Tercera del Convento de San Francisco en La Habana Vieja. Sé que no es tiempo aún de escribir, que las emociones deben asentarse. Pero compartiré algunas impresiones con ustedes, porque quiero después hablar de otro espectáculo, para nada artístico, que presencié unas horas antes de la obra teatral. La puesta de La Colmenita alude directamente a Galileo, lo hace de forma explícita en el título y en algunos diálogos, y de cierta forma a la obra de Bertold Brecht que aborda el trágico final que tuvo el extraordinario hombre de ciencias. Recuerdo aquella obra con afecto, la leí con fruición en mis años escolares, algo raro, pues entonces uno solía despreciar las lecturas obligatorias, y la disfruté en las tablas, creo que por Teatro Estudio, hace también muchos años.
Pero esta es una interpretación diferente del viejo dilema: salvarse o no, de un castigo, de la incomprensión o de la tortura y la muerte como en el caso de Galileo, en defensa no de la verdad, sino de la fe, de los sueños, de la fantasía. Salvarse o no de la utopía de poder hallar, construir, otros mundos posibles. Siempre existirán tribunales inquisitoriales para decretar, en nombre de Dios, o, paradójicamente, de la Ciencia o de la Libertad, cuáles deben ser los límites de la fantasía, de la justicia, del conocimiento. Siempre existirán hombres y mujeres de alma mutilada, que se asusten ante los sueños “locos” de sus contemporáneos, no porque desconfíen de la veracidad o de la justeza de esos arrebatos cósmicos, sino por una razón más simple, y también más convencional: porque necesitan preservar la “normalidad” de sus vidas. La obra de Cremata se apoya en la música (y en las letras) de Silvio Rodríguez y no puede hallar mejor asidero. De regreso a casa, pensaba en que la fantasía, los sueños, la fe en el ser humano, en la posibilidad de lo imposible, es el rasgo distintivo de los revolucionarios. Que las Revoluciones se producen cuando se rompen los diques que contienen los sueños, cuando se desbordan las esperanzas. De ahí la incomodidad de los espíritus conservadores, el cansancio que provoca en ellos la eterna navegación por mares ignotos en busca de utopías.

Y recordaba el espectáculo que presencié por la tarde en los ya habituales debates de la revista Temas. Se trataría esta vez el tema de Internet. Llegué un poco tarde, y ya el panel de expertos había iniciado su exposición. Me hallé de repente tras las rejas exteriores del local, junto a un grupo de jóvenes y no tan jóvenes, entre unos y otros, encontré a los mismos ciber-politiqueros de siempre, cámaras de películas y de fotos en mano, que como yo, no habían podido entrar. Entre los que pujaban por hacerlo estaban algunos estudiantes colombianos, que nos obsequiaron ejemplares de una revista rústica, combativa. Como todos los estudiantes universitarios, parecían un poco locos, y es evidente que sueñan con transformar el mundo: por eso la revista recorre temas internacionales (el derecho del pueblo palestino a la tierra y a la paz, por ejemplo, o el hambre de los pobres), e internos (la represión del estado capitalista colombiano). Asumí entonces que era un buen momento para repartir también algunos ejemplares de La Calle del Medio que traía en mi mochila. Estuve a punto de marcharme, pero finalmente dejaron entrar a la mayoría de los retrasados.

Muchos ciber-politiqueros entraron conmigo. Visten como los universitarios colombianos, con esa estudiada dejadez que entremezcla aires hippies y poses intelectuales, todo en ropa de marca. Parecen estudiantes franceses de los sesenta.

Pero hay algo raro: Yoss habló en nombre de ellos, y los calificó como cubanos de a pie. Frase linda, de moda. Y sin embargo, traen sofisticadas cámaras de video y de fotos, celulares satelitales, sostienen blogs personales en Internet. Son jóvenes graduados en universidades cubanas, que están cansados de tanto sacrificio: quieren que dejemos de soñar. Aunque parecen de los sesenta, se asemejan más a los franceses de los noventa. No gritan en las paredes: “seamos realistas, hagamos lo imposible”; ellos no son realistas, son pragmáticos. Su rebeldía consiste en repudiar, en maldecir la rebeldía. Son rebeldes extrañamente promocionados por el sistema que más le teme a la rebeldía. Tienen la apariencia de ser “hijitos de papá”, no importa cual sea el origen real de cada uno de ellos; son hijos adoptivos de un Papá ajeno y solvente, que los exhibe y premia como ejemplos a seguir. Ellos quieren ser personas “normales”. Normales, por supuesto, de los barrios altos de cualquier otra sociedad. No normales de las favelas de Río, de los cerros de Caracas o del Bronx neoyorquino. Visten como los revolucionarios de los sesenta y piensan como los neoconservadores de los noventa. Aman la Coca Cola y la comida chatarra.



Alguien me susurró al oído: “mira a Yoani disfrazada”. En una esquina estaba Yoani Sánchez, con una fea peluca de rubia teñida, y un vestido negro ajustado. Las cámaras de sus colaboradores, y probablemente la pluma de algún corresponsal extranjero, recogerán la escena: mientras todos se divertían en el local a costa de la peluca, los reporteros dirán que pasaba inadvertida. Pero el detalle es más significativo: despojada de su indumentaria habitual de muchacha sencilla, aquel disfraz se acoplaba mejor a sus aspiraciones de paz holgada. Alguien dijo que se había vestido de alemana, y quizás el símil es más exacto en sus afanes ideológicos que físicos. El verdadero disfraz de Yoani es su apariencia cotidiana. Cuando fue llamada por su nombre y apellidos para intervenir, el espectáculo mediático alcanzó su paroxismo: frente al micrófono, se arrancaría la peluca en gesto farsesco, para supuestamente descubrir su identidad. ¿Qué importaba entonces lo que dijera? El habitual escenario académico se transformaba en la plataforma de un show mediático contrarrevolucionario, en el espacio de un estéril ciber-chancleteo. Era una pésima puesta en escena, pero una puesta, al fin y al cabo.

Hay burócratas que son inquisitoriales, por falta de alas para volar. Se reconocen enseguida. Hacen daño, pero uno sabe que existen, porque en una sociedad humana, existe todo tipo de ser humano, y los sortea. Estos jóvenes “rebeldes”, sin embargo, viven disfrazados. Son inquisidores posmodernos. Hablan contra todos los dogmatismos, contra los que cercenan sueños, para acabar de una vez con la Imaginación, con la Esperanza, con la Fe. Exponen sin recatos los sueños permitidos: una casa, un carro, una buena vida. Cuando dicen que la Revolución los ata, no se refieren a inexistentes pretensiones de vuelo: quieren decir que la Revolución no los deja ocuparse de sí mismos, hacer mucho dinero, divertirse en fiestas privadas. Que los acosa instándolos a volar.

Ayer en la tarde no lo comprendí bien, aunque lo intuía. Pero los niños de Cremata me lo aclararon, entre risas, lágrimas y canciones de Silvio. Esos jóvenes y algunos mayores, elegantes, sofisticados señores, conforman un oscuro e inadvertido tribunal que, en nombre de los sueños, condena el acto de soñar; que en nombre de la Libertad, quiere que regresemos a una época en la que los sueños no rebasaban el espacio de un hogar. Ayer fue el día inaugural del Festival de Teatro de La Habana, y casi de casualidad se enfrentaron, como arte y como farsa, dos visiones del futuro: la que apela a la libertad del espíritu y la que no trasciende los límites del cuerpo.




La Colmenita en la obra de Silvio Rodríguez "Y sin embargo, se mueve" (Foto: Raúl Pupo)




La Colmenita en la obra de Silvio Rodríguez "Y sin embargo, se mueve". (Foto: Raúl Pupo)

Estrenan la obra teatral Y sin embargo, se mueve

31 octubre, 2009


Dirigida por Carlos Alberto Cremata, la muestra cerró la jornada inaugural del XIII Festival Internacional de Teatro de La Habana José Luis Estrada Betancourt

por
estrada@juventudrebelde.cu

30 de Octubre del 2009 0:07:57 CDT

No pudo haber tenido mejor colofón la jornada inaugural del XIII Festival Internacional de Teatro de La Habana que el estreno, por La Colmenita, de Y sin embargo, se mueve, original de Alexander Jmélik, y dirigida formidablemente por Carlos Alberto Cremata.

La magnífica puesta en escena de Y sin embargo... tuvo lugar en el Teatro de la Orden Tercera, donde fue ovacionada por un público que rió, lloró, pero, sobre todo, reflexionó, y en el que se encontraban el titular de Cultura Abel Prieto Jiménez y el cantautor Silvio Rodríguez, cuyas canciones les fueron tomadas «prestadas» al autor de El problema y La maza.

Finalizada la función, Silvio se acercó a esos pequeños que juegan de una manera muy seria al teatro, y los felicitó. «Es muy importante decir cosas como estas. Si lo dicen los mayores o aquellos que son un poquitín más jóvenes que ustedes, levanta sospecha. Pero, de los niños... ¿quién va a desconfiar?»

Y sin embargo..., que estará en cartelera en ese propio espacio hasta el próximo lunes, siempre a las 6:00 p.m., excepto este domingo (4:00 p.m.) se estrenó después que el XIII Festival abriera oficialmente en el Centro Cultural Bertolt Brecht, donde primero la Ópera de la Calle convocó a un público entusiasta para luego dar paso a un sobrio espectáculo que tuvo como centro a Carlos Pérez Peña, premio nacional de Teatro 2009.

Pocos minutos bastaron para que jóvenes y consagrados actores nos mostraran cómo permanece muy viva la escena cubana; cómo acoge desde lo más universal hasta lo indiscutiblemente cubano.

Abiertas están ya las más de 15 salas capitalinas y las de Matanzas, Villa Clara y Cienfuegos, que convidan a apreciar las cerca de 60 obras del patio y foráneas que evidenciarán que a 50 años de Revolución, el teatro cubano —tema del coloquio que comienza hoy— se mueve... ¡y de qué manera!


Magníficas las actuaciones del pequeño Olito Tamayo y de Yanín Penalba en Y sin embargo, se mueve. Fotos: Raúl Pupo

domingo, noviembre 01, 2009

DAMARYS FIGUEROA Una voz desde Villa Clara, Cuba.




... es una de las voces jóvenes más talentosas de Cuba. Nacida el 4 de Junio de 1973 descubrió desde niña su afición por la música. En 1998 obtuvo el Premio a la mejor interpretación de la canción tradicional cubana y el primer lugar en el Festival Nacional de Jóvenes Intérpretes. Desde entonces su carrera en Cuba, y especialmente en Villa Clara, ha ido en permanente ascenso.
Hoy llega a nosotros mucho más profesional, profunda y sensible, con una voz que eriza la piel y endulza los oídos. Una voz desde Villa Clara, una nueva voz... digna de ser escuchada y tenida en cuenta.

A partir de 2010, Damarys se instalará por 6 meses en Buenos Aires para presentarse en diferentes escenarios de ConoSur y Europa, grabando su segundo material discográfico.

WebSite Official www.damarys.info

MySpace Official www.myspace.com/damarysfigueroa

Facebook Page de Damarys
hacete fans - become fans
http://www.facebook.com/pages/DAMARYS-FIGUEROA/180208010776


PRENSA: ar.prensa@armanagement.info
Gracias por Difundir.

pablo milanés en chile / tomado de nuestr canto





PABLO MILANES EN CHILE
NOTICIAS - CHILE
Sábado, 31 de Octubre de 2009 18:11

Cantautor cubano hará una única actuación en el Movistar Arena el próximo 23 de noviembre.

En plena vigencia artística se encuentra Pablo Milanés, quien actuará en Chile el próximo lunes 23 de noviembre junto a una banda de estupendos músicos, en el Movistar Arena, donde revisará parte de su amplia discografía que incluye clásicos inolvidables como Yolanda, Para vivir y Yo no te pido, además de las composiciones de su más reciente trabajo “Regalo”, editado en 2008.

El artista -que acaba de inaugurar el pasado 3 de septiembre con localidades agotadas el Festival Internacional de Folk de Getxo, País Vasco, España-, presentará su show en Chile a partir de las 21:30 horas del día lunes 23 de noviembre en el MoviStar Arena, acompañado de una banda de doce músicos escogidos entre los mejores artistas del ambiente musical latino.

Los inicios de Pablo Milanés están en su infancia en su natal Bayamo, Cuba, donde nació el 24 de febrero de 1943 y comenzó a cantar como aficionado en radios y televisión, obteniendo numerosos premios. A comienzos de los '60 se convierte en profesional junto a conjuntos como Los Armónicos, La Sensación y el Cuarteto del Rey, donde se transformaría en la revelación interpretando especialmente negro spirituals.

En sus comienzos estuvo muy influenciado por la música tradicional cubana y por el Feeling, un estilo musical cubano que data de los años cuarenta y suponía una nueva manera de afrontar la canción. En éste, el sentimiento define la interpretación incorporando elementos del jazz.

Como compositor, Pablo Milanés ha tenido entre sus inspiraciones los temas sociales, políticos y amorosos desde aquellos años en que, junto a Noel Nicola, Sergio Vitier, Eduardo Ramos y Silvio Rodríguez dieron vida a la Trova Cubana. Bajo la tutela de maestros como Federico Smith y Leo Brouwer, Milanés creó más tarde temas inolvidables como Yolanda, Pobre del cantor, Para vivir y Yo no te pido. Gran parte de esta trayectoria la revisará el próximo 23 de noviembre en su concierto de Movistar Arena. En cuatro décadas de trabajo, Milanés ha publicado 40 discos, siendo el más reciente de ellos "Regalo", editado en 2008. En 2005 recibió el Premio Nacional de Música de Cuba.


23/11/09 a las 21:30 Horas
MOVISTAR ARENA, Accesos por Av. Viel, Av. Rondizzoni y Av. Tupper.
Santiago - Chile


Entradas a través de Feriaticket