miércoles, noviembre 14, 2007

Abel Santamaria: el alma del Movimiento 26 de julio



Abel Santamaria: el alma del Movimiento 26 de julio
(Charla con Celia Hart Santamaría)

De Ida Garberi *


El 20 de octubre del 1927, nació en Encrucijada (provincia de Las Villas) Cuba, Abel Santamaría Cuadrado, un ángel de la Revolución cubana, o "el alma del Movimiento 26 de julio", como el Comandante, Fidel Castro Ruz lo define.

Abel, espíritu celeste, como lo llama su sobrina, Celia Hart Santamaría, hija de la hermana mayor de Abel y una de las heroínas del ataque al Cuartel Moncada, Haydée Santamaría, llamada cariñosamente Yeyé, cumpliría 80 años en el 2007.

He visitado a Celia en su casa en La Habana para conversar con ella y de alguna forma conocer y honrar a este joven que inmoló su vida a los 25 años porque estuvo convencido que hacía falta cambiar la situación política de su país.

"Creo que la primera vez que escuché hablar de Abel Santamaría, fue justo de los labios del comandante Fidel Castro, yo tenía 4 años y fui a verlo con Celia Sánchez Manduley a su apartamento del Vedado, en la calle 11, y me reconoció diciendo que tenía la mirada inconfundible de mi tío, que no podía ser otra que la hija de Yeyé".

"Mi madre no quiso contar mucho sobre los hechos dolorosos del Moncada, yo miré siempre hechizada las fotos donde mi tío aparecía sonriente con toda la familia.

El hecho que haya muerto tan joven, así entusiasta, tan generosamente dispuesto a sacrificarse para salvar lo que él mismo definió "el hombre de Cuba", es decir Fidel Castro, me lo ha hecho siempre ver cómo un ángel protector de esta Revolución".

Abel Santamaria nació en el Central Costancia (que hoy lleva su nombre) de dos emigrantes españoles a Cuba, (su papá fue jefe carpintero en el central); de pronto su vida se desarrolló conociendo la triste situación de los campesinos y de los obreros de la época, en un entorno rural e industrial al mismo tiempo y vislumbra la urgencia de cambio, escuchando en las reuniones sindicales las palabras del famoso "General de las Cañas", Jesús Menéndez.

De este gran ejecutivo sindical, Abel supo absorber su inteligencia natural, su exigencia profunda de justicia.

Ávido de conocer más profundamente aquella Juventud Ortodoxa (sección juvenil del llamado Partido del Pueblo Cubano), que él sabe está obrando en La Habana, decide ir en la capital cubana para estudiar y trabajar.

Este fue el único partido que trató de hacer oposición a la corrupción de la partidocracia de la época y con el que se identificó la mayoría de la juventud cubana; Abel también empieza a participar en las actividades del grupo y convence a su hermana Haydée a seguirlo a La Habana.

Bien pronto alquilan un piso en 25 y O, que se transforma en un centro de reunión muy activo de la Juventud Ortodoxa , absolutamente decidida a poner punto final a la estructura podrida de la república neocolonial.

Abel y Fidel estaban hablando el mismo idioma, la necesidad de una revolución nacional libertadora. Sin conocerse y sólo después del golpe de estado del 1952 de Fulgencio Batista, se encuentran en sepelio de un compañero en el "Cementerio Colón" de La Habana.

Enseguida Abel reconoce en Fidel el líder, "el hombre de Cuba", el único que podía regalar a su país la condición de libertad.

"Lo impresionante del carácter de mi tío fue su gran sentido de justicia, el pensamiento martiano casi natural, innato".

"El dinero de la época de la casa del Vedado era muy poco, si se compraban los libros o las municiones y los fusiles, no se podía comer todos los días".

"Pues no estamos hablando de revolucionarios cultos y preparados desde el punto de vista literario, fueron jóvenes puros, con un fuerte sentido de la justicia social, que fueron marcados por las evidencias del vivir cotidiano, por la corrupción generalizada; ellos llevaron dentro el deseo de cambiar las cosas con equidad". Así Celia me habla del segundo hombre del Movimiento 26 de julio.

Sólo Fidel y Abel supieron todo el proyecto del ataque al cuartel, prepararon minuciosamente todos los detalles y justo para proteger a los otros compañeros no le dijeron nada hasta el último instante.

"Mi mamá me contó que aunque no supieron exactamente que este era el primer acto de su Revolución, fueron preparados para afrontar este paso, antes o después, y Abel dijo que después del primer acto habría sido más difícil vivir que morir, que ella tenía que vivir mientras probablemente a él le tocaría morir".

"Y a pesar de las torturas que ella tuvo que padecer, el horror de ver los ojos de mi tío Abel sobre una bandeja, utilizados como chantaje para que denunciara a los compañeros, Haydée afirmó que los hombres no eran malos, ella en el Moncada entendió que era el sistema aquel que tenía que ser cambiado, no el hombre".

Celia añade que Abel y los otros mártires del Moncada han quedado como almas protectoras de la Revolución, corazones enormes con grandes potencialidades que no se han podido realizar, figuras notables tronchadas al nacer.

"Y a pesar de que mi tío Abel haya sacrificado su vida, cumplió su objetivo de empezar la lucha, de abrir un camino y permitir que Fidel continuara vivo".

"Mi mamá, también supo afrontar su dolor sacando de este una fuerza enorme, como afirma en la carta escrita a sus padres desde la prisión de Guanajay, dándole ánimo a mi abuela diciéndole que es una madre privilegiada, que tendrá siempre a un hijo joven que no envejecerá, que continuará siempre siendo bonito, con su fuerza y su ternura infinita".

"Le dice que hace falta pensar en Abel de modo diferente, que él sigue estando junto a todos nosotros porque Fidel está vivo y puede hacer de Cuba lo que Abel deseó, que mi abuela deberá perpetrar lo que él estaba buscando, querer lo que tanto quiso y dedicarse a la defensa de aquellos que fueron la razón de su vida, es decir los trabajadores del Central y no sus dueños explotadores".



Mientras Celia habla de este chico del Moncada no puedo dejar de pensar que Abel, Fidel, Haydée, Melba, esta descendencia preciosa del pueblo cubano han dejado la vía, con el ataque al cuartel Moncada, a una lucha permanente que continua después del 1959, después del triunfo de la Revolución Cubana, se ha reflejado en las luchas del Che Guevara y ahora más que nunca presente en la obra grandiosa de esta América Latina que está naciendo. Ellos, los iluminados de la suerte ya representaron aquel hombre nuevo que trató luego de enseñarnos el Che Guevara.

Cómo italiana y europea sólo puedo esperar que lo más pronto posible este germen rebelde pueda sacudir también los corazones y las almas de mi país, porque también en el seno de la Vieja Europa podemos darnos cuenta de que el neoliberismo ha fracasado, que sólo una consciente justicia social es el futuro de nuestro planeta, que para defender la revolución socialista es necesario luchar por la revolución mundial.

Quiero cerrar esta conversación con Celia sobre Abel con una frase del otro ángel protector de la revolución mundial, también muerto joven y siempre vivo, como Abel, puro y sin miedo, el Che Guevara, que nos recuerda que "vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra".



*l'autora es la responsable del sitio en italiano de Prensa Latina

EL CONDOR VUELVE A VOLAR...


El Cóndor vuelve a Volar
Por: Asociación de Cabildos del Norte del Cauca, ACIN


Actualidad Étnica, Cauca/Colombia, 30/10/2007. "Cóndores no entierran todos los días", la historia del pájaro Luis María Lozano quién actuó desde Tulúa durante la violencia de los años 50, escrita por Gustavo Álvarez Gardeazábal y puesta en cine por Francisco Norden tiene una actualidad escalofriante a tal punto que leer la novela o ver la película sin más comentarios hoy, podría ser interpretado como un cuestionamiento al Gobierno y un señalamiento al régimen presidido por Álvaro Uribe Vélez.

Esto a pesar de que "Cóndores" relata una época pasada sobre personajes y conflictos que supuestamente quedaron atrás. Pero no han quedado atrás. Por el contrario, uno ve que el mismo fenómeno y las mismas dinámicas se han profundizado, extendido y fortalecido. El uso de la fuerza y de la propaganda desde el Gobierno para cerrar los espacios de debate y asfixiar la oposición democrática a través del terror, el boleteo, la propaganda y el llamado fanático a definirse con el poder y en contra de "bandidos", es un llamado a la sangre y a la muerte. En cada pueblo y barrio de este país se impone el terror y se promueve la guerra.

El Presidente de la República hace explícita una intención perversa: cerrar todo espacio de oposición e imponer su proyecto de guerra y sometimiento. Toma partido por sus candidatos y abiertamente acusa a sus opositores políticos de ser guerrilleros. Advierte a la ciudadanía que votar por el PDA es votar por la guerrilla, a sabiendas de que esto es falso. Con estos planteamientos a gritos y repetidos por todas partes, llama a la guerra. A una guerra desde el bando del proyecto paramilitar no solamente por los vínculos de co-partidarios, congresistas, funcionarios y mandos de la fuerza pública con el paramilitarismo, por la agenda legislativa que favorece este proyecto, por la recurrente y creciente evidencia de conocimiento y participación del propio Presidente con este proyecto, sino porque además, el Presidente ha tomado partido de manera clara y directa a favor del paramilitarismo al que no denuncia y asevera haber desmantelado mientras le declara la guerra a la oposición a la que pretende desdibujar como terrorista.

Nos advierte que "no nos equivoquemos", nos recuerda amenazándonos las consecuencias de no apoyar sus órdenes. Sus amenazas tienen el respaldo de pájaros en todas partes que ejecutarán sus amenazas. Sabemos que no son palabras vacías. Alrededor nuestro están los agentes del odio y de la muerte.

En el momento preciso en que todas las evidencias y las investigaciones lo involucran y amenazan con exponer sus relaciones con el proyecto paramilitar, se aprovecha de las elecciones para reemplazar la acción de la justicia por la contundencia del respaldo popular. Pretende abiertamente que las elecciones lo pongan por encima de la ley y le concedan el poder para no ser cuestionable, ni cuestionado de modo que la justicia y la democracia se convierten en innecesarias pues él, el mandatario, cree consolidarse desde las urnas como el poder único e indivisible sobre el pueblo. Para qué justicia si la justicia es el Presidente, para qué democracia si el tiene razón, para qué paz y debate si las armas tienen la palabra, para qué derechos si el concede lo que cada cual se merece.

En últimas, durante este proceso electoral el Gobierno en cabeza de Álvaro Uribe Vélez ha anunciado sin ambages que el establecimiento es paramilitar, que el pueblo debe someterse "voluntariamente" al proyecto autoritario, que los intereses del Capital transnacional no tienen discusión y que quienes no se sometan, cuestionen o insistan en el debate de ideas y en la defensa de los derechos colectivos, no son opositores sino enemigos y sufrirán las consecuencias. Hay un llamado a la sangre y a la muerte, a menos que nos sometamos "a las buenas" al poder usurpado por élites transnacionales y escuadrones de la muerte. Poder que encarna el Presidente.

La intención clara es desplazar la contienda política a la guerra. Llevar a la oposición y al pueblo a salvar la vida de cualquier manera. Obedecer o someterse son presentadas como las únicas alternativas. Mantener abiertos los espacios para el debate político, para la resistencia civil y la lucha de las ideas, defendiendo la soberanía, los derechos y servicios fundamentales, la justicia, la libertad y un proyecto de país donde la libertad y la democracia sean posibles, constituyen la amenaza mayor para este régimen. El Gobierno prefiere la guerra, provoca el terror. Lo convoca, lo impone, lo reclama.

El Gobierno le teme a la conciencia, a los planes de vida, a la fuerza colectiva de una agenda de los pueblos que no se someten a existir para ser expropiados, explotados y manipulados con discursos enardecidos que llaman a "combatir, combatir y combatir". A pesar de que hay varios partidos políticos en realidad solo hay dos sectores en contienda en estas elecciones. Uno de ultra derecha, unificado ideológicamente pero hecho de fragmentos y retazos con las distintas facciones Uribistas y otro, fragmentado, de oposición en construcción desde posturas diversas que impulsa alternativas. De antemano sabemos que el Gobierno va a sumar los resultados de sus facciones como respaldo al proyecto único respaldado por el terror autoritario. Lo que viene es el control territorial y poblacional por la vía del terror y de la propaganda para que el proyecto económico de despojo avance.

Más allá de los partidos, hoy hacen falta los pueblos movilizados y activos en resistencia. Nos hablarán de libertad mientras nos esclavizan, de democracia mientras nos niegan la palabra, de justicia mientras la usan para perseguir a las víctimas y de desarrollo mientras nos roban y explotan para enriquecerse. En vez de dedicar nuestras energías a sumar fuerzas y a defender nuestra dignidad nos meterán en las colas para pedir limosna al Mesías en Familias en Acción y en los Consejos Comunitarios mientras nos reclutan para el terror y la guerra.

Los medios de propaganda harán eco a la verdad de guerra del régimen y nos habrán derrotado si nos la imponen. Uribe y el régimen solamente toleran y promueven un contrincante: "bandidos terroristas en armas" que merecen ser exterminados.

Resistir. Derrotar desde comunidades y pueblos concientes movilizadas este proyecto de muerte, impedir que nos asfixien en la guerra y que nos sometan al engaño es el desafío. El Cóndor vuelve a volar con su sombra de muerte; amenaza y anuncia más sangre y silencio. El terror, el hambre y la mentira son sus herramientas.

Resistir. Los Pueblos estamos llamados a ser concientes y a movilizarnos alrededor de una agenda común por la vida y la dignidad o a someternos al terror y al camino de la guerra. Resistir, somos todos, pero no somos nadie mientras no despertemos. Son nadie pero lo tienen todo mientras nos asusten y sometan.

Resistir. Si dejamos que nos cierren los espacios, el régimen autoritario tendrá lo que está buscando para robarnos y sembrar la muerte y el silencio. El cóndor ha anunciado su propósito de muerte. Por la vida y la libertad, desde la fuerza colectiva de las conciencias hay que cortarle el vuelo y que se haga justicia en derecho cuando deba responder por sus crímenes. Resistir, no dejarnos comprar ni engañar, no hacer acuerdos con este régimen que nos aplasta.

Resistir desde todos los espacios, en todas las actividades, a toda hora. Resistir abriendo los ojos, cuestionando, creando, negándonos al terror el engaño y la explotación. Resistir: entendiendo y compartiendo el dolor colectivo para poder decir ¡basta! y caminar en consecuencia la palabra incontenible de todas y todos. Resistir, desde el ejemplo de tantos años de lucha, de tantas víctimas, de tantos procesos que a pesar de todo no desisten y son sabiduría, ejemplo, experiencia y camino.

HASTA EL TOPE...

Hasta el tope .......



¿ Pero es que ha pasado la edad de las grandes hazañas?

¿ Vuestros brazos han caído también en la trampa de

las lamentaciones?

¿ Es que podríais deponer vuestra raza de cataclismos

por las insinuaciones de una confusión, a lo más

digna del sonrojo?

Sabedlo:

no servís para renegados,

no tenéis el lúgubre, torvo valor de los traidores.

Cualquier señal de asco en torno vuestro os mataría pronto,

después de algunos balbuceos.



Roque Daltón

NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS


Recrudecen asesinatos de periodistas en América Latina
Ernesto Carmona
22/10/2007


Con el asesinato de Carlos Salgado, de la emisora Radio Cadena Voces de Tegucigalpa, Honduras, asciende a 20 el total de periodistas muertos en Latinoamérica y el Caribe durante el año en curso. El reportero fue baleado al salir de la emisora el 18 de octubre

También en Honduras fueron amenazados de muerte los periodistas radiales Geovanny García y Martín Ramírez. El Presidente de ese país, Manuel Zelaya Rosales, mantiene una agria disputa con los medios informativos argumentando que no difunden adecuadamente su obra de gobierno.

Según el informe de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) ante el X Congreso de la Federación Latinoamericano de Periodistas (Felap), efectuado en Villa Gessel, Argentina, a comienzos de octubre, 19 periodistas habían muerto en 9 países de la región, 16 asesinados y tres durante la cobertura de un gran incendio en México. Entre las víctimas de asesinato se incluyó al estadounidense Chaucey Bailey, acribillado el 2 de agosto en una calle de Oakland, California.

Morir por la noticia

El lunes 15 de octubre fue asesinado en Irak el periodista Dhi Abdel-Razak al-Dibo, de 32 años, victimado en la ciudad petrolera de Kirkuk, a 180 kilómetros de Bagdad, mientras el domingo 14 habían muerto al corresponsal iraquí del Washington Post, Salih Saif Aldin, también de 32 años. Desde que comenzó la invasión de EEUU a Irak, en marzo de 2003, han muerto asesinados 205 periodistas.

Según la UNESCO, en los últimos 10 años han muerto más de 1.200 periodistas, la mayoría en zonas de conflicto, aunque las mafias de la corrupción y los tráficos ilícitos también matan en países que no están en guerra. 'En lo que va de año, ya han fallecido 130 periodistas, la mayoría en Irak, mientras que otros son objeto de constantes amenazas', dijo un comunicado de la organización.

También hay un periodista ilegalmente preso en Guantánamo, Cuba, donde el gobierno de EEUU posee una base naval también ilegítima: Sami Al-Haj, reportero de la agencia Al-Jazira nacido en Sudán y detenido por soldados norteamericanos en Afganistán, en enero de 2001, quien nunca ha sido sometido siquiera a un proceso, al igual que el resto de los prisioneros de ese lugar, y en enero se declaró en huelga de hambre. Su abogado británico Stafford Smith, quien lo visitó en julio de 2007, dijo que se encontraba en pésimas condiciones de salud, había perdido 18 kilos y sólo quería morir.

Nómina de periodistas asesinados en 2007

Brasil: Luis Carlos Borbón Filho, muerto el 5/5/07

El Salvador: Salvador Sánchez Roque, tiroteado el 20/9/07 en Soyapango.

Guatemala: Mario Rolando López, tiroteado el 3/5/07 en Ciudad de Guatemala, y Alejandro Castañeda Martínez, reportero gráfico, caído también en la capital guatemalteca el 5/7/07

Haití: Jean-Remy Badio, tiroteado el 19/1/07 en Puerto Príncipe, y Francois Latour, secuestrado y muerto el 25/7/07

Honduras: Carlos Salgado, 18 de octubre.

México: Rodolfo Rincón Tarracena, desaparecido en Tabasco el 20/1/07; Amado Ramírez, el 6/4/07 en Guerrero, tiroteado; Saúl Martínez Ortega, cuyo cadáver se encontró el 23/4/07 en Agua Prieta (Sonora); Oscar Rivera Izunza, el 5/9/07 en Culiacán; Mario R. López, el 3/5/07, periodista de Radio Sonora. Además, perecieron en México Andrés Ramírez, Carlos Ballesteros y David Herrera mientras cubrían una explosión el 11 de septiembre.

Paraguay: Tito Palma Godoy, de nacionalidad chilena, el 22/8/07, acribillado.

Perú: Miguel Pérez de Julia, el 17/3/07 en Jaén, provincia de Catamarca, y Hugo Bustíos, acribillado en Huantla.

Venezuela: Nelson Alvarez Narváez, el 19/5/07, tiroteado en Maracay (Fuente:Ifex)

la otra cara de la luna


LA OTRA CARA DE LA LUNA

Walter Saavedra.



Era niño cuando comencé a interesarme en la luna. Me llamaba la atención la luna llena, como a todos los niños que conocía. Cuando jugábamos en la noche, levantábamos la mirada al cielo y en medio de las infinitas estrellas se erguía imponente la luna llena. Chimbote tiene un cielo limpio de nubes, nos permite ver las estrellas ampliamente.
Tantos cuentos nos contaban nuestras madres acerca de la luna llena: que había una mujer hilando, que la luna era de queso. Era un mundo mágico. Nosotros mismos podíamos hacer crecer ese mundo mágico dentro de nuestro pecho, abrigados por la voz hermosa que nos contaba lo que, anhelantes, escuchábamos; esa voz hermosa que nos contaba aquello que sentíamos habitar en los ojos de quien nos abrigaba con su amor radiante. La versión que más nos gustaba era aquella que decía que la luna era de queso.
Los muchachos nos echábamos en las veredas, delante de nuestras casas, mirábamos fijamente la luna y comenzábamos a gritar:
"Luna, luna, dame queso".
Nuestra vista se quedaba fija en la luna, que ejercía una fascinación indefinible en nosotros; nos daba paz, nos permitía soñar en aquello que seríamos en el futuro, cuando creciéramos: Simplemente grandes. A nadie le llamaba la atención ver a los niños, de menos de ocho años, echados en las veredas mirando la luna, gritándole a la luna, pidiéndole que les diera queso. Era seguramente una práctica corriente. Fue en esas condiciones en que me puse a contar las estrellas y... nunca pude terminar porque, luego de varias horas, me di con la sorpresa de que eran infinitas.
Jamás se nos ocurrió pensar que la luna tenía un lado que no se veía, un lado oscuro. No existía para nosotros sino ese lado que veíamos y que nos llenaba de alegría, que nos permitía contemplar la noche de manera clara, para poder jugar a las escondidas (al ampay), para escondernos con las amiguitas, tratando de no ser descubiertos, jadeando de temor, y no sé si de anhelo por estar con una chica a nuestro lado, porque a temprana edad habíamos descubierto ya, aunque no lo comprendiéramos plenamente, el misterio de la sexualidad. Por eso nos gustaba escondernos por parejas. En esos juegos íbamos descubriéndonos, sabiéndonos diferentes, conociéndonos...
Corríamos a escondernos, pues, por parejas cuando jugábamos al ampay. La luna llena permitía esa mágica relación, la propiciaba, nos amparaba entre sus rayos con los cuales veíamos los lugares apropiados para escondernos y estar un momento a solas, mirándonos, hablando de si nos podrían encontrar, de si... y nos tomábamos de las manos, y nos mirábamos y palpábamos nuestros seres en un abrazo que pretendía ser de protección para no ser encontrados, ampayados. En ese tiempo, la luna llena era nuestra amiga, nuestra protectora.
En la sierra andina he visto que en los juegos infantiles, como el ampay, participan también jóvenes mayores y adultos... que llevan sus consecuencias –en las chacras-, a aquellos extremos que nunca pudimos llegar nosotros, los niños. Y entonces, en ellos, la palabra "juego" adquiere otra dimensión, una dimensión abiertamente sexual, que tiene aún la inocencia de las culturas que están cercanas a la naturaleza, y que carecen de la mirada culpable, "pecadora", de las ciudades grandes.
En Chimbote, vivíamos en un lugar donde la urbanización recién se estaba produciendo, donde los migrantes éramos la mayoría, aunque unos fuéramos migrantes de aquisito nomás y, los otros, de más allá del horizonte, de donde se levanta el sol en medio de los picos nevados reverenciados y adorados aún hoy en día.
Por donde yo vivía, había un coliseo, hoy desaparecido para siempre: El coliseo Chimbote, donde el folclor estaba a la orden del día. En mi casa, que colindaba con el coliseo, la música se escuchaba nítidamente. Cuando era fin de semana no precisábamos entrar para escuchar, ni siquiera para ver, porque, si nos encaramábamos, desde nuestro techo podíamos verlo todo.
El sol moría en Chimbote, moría en el mar, aquel mar que daba vida y alimento a los pescadores quienes le tenían un reverencial respeto y que las fábricas de harina de pescado estaban mancillando horriblemente con el aceite que lanzaban a sus aguas. Había ocasiones en que el mar tenía hambre, entonces sucedían los naufragios.
Nuestros padres no querían que fuésemos pescadores. Ellos procuraban sacarnos de Chimbote en cuanto tuvieran ocasión... más antes que tarde. No se podía vivir de la mar, una mar que estaba siendo tan profanada. El sol moría en Chimbote, donde nosotros vivíamos...
De niños, pues, jamás pensamos que la luna tuviera un lado oscuro. Era como en los cuentos de hadas, donde lo bello es bello y lo bueno es bueno solamente, sin que estuviese contaminado con lo feo o con lo malo. Es que en nosotros no había ni fealdad ni maldad.
La luna nunca tuvo un lado oscuro para mí, nunca lo tendrá. Simplemente será su otra cara, aquella en la que nunca pensé, ni cuando me lo dijeron en el colegio. Ni cuando llegaron los astronautas.
Realmente, nunca, nunca lo pensé. Nunca lo pensaré. Es más encantador tener esa luna que mamá nos mencionaba en sus cuentos infantiles, aquella luna que podía (siendo solamente un reflejo en el río) ayudar al conejo en las persecuciones de que le hacía objeto el zorro, ese conejo que terminaba siendo mas astuto que el zorro.
La otra cara de la luna... ha de ser aquella que tienen todas las cosas redondas donde no se sabe realmente de qué cara estamos hablando porque es indiferenciable la anterior de la posterior y fácilmente se intercambia la una con la otra. Y todos tenemos esa cara que nunca mostramos, que queremos que quede en medio de la nada para que no la pueda ver nadie. Entonces... la otra cara de Blancanieves no es sino su madrastra, la bruja.
Más allá de nuestros deseos de niños, se levanta, y se impone, la realidad que vivimos, muy lejos de la edad que hoy recordamos y... nos vemos obligados a luchar contra la otra cara de la luna, aunque no queramos verla. Por esto es que no quiero pensar en la otra cara, no quiero... aunque sé lo que significa y siempre estoy precavido contra sus acciones negativas, lo que no impide que sufra sus consecuencias de cuando en cuando.
Hace algún tiempo, no mucho, regresé, por primera vez, a aquella casa donde viví esos años que he relatado. Calle llena de casas grandes, calle inmensa que guardaba las habitaciones de todos nosotros, donde vivíamos los amigos y familiares que jugábamos juntos. Éramos todos casi de la misma edad.
Regresé a ese lugar, conservado en el recuerdo, buscando lo que dejé ha tantos años ya: Nunca lo pude encontrar. Las casas eran las mismas, la calle era la misma (ni siquiera estaba asfaltada), pero nada era igual. Lo que vi de niño, lo que viví de niño, no lo pude encontrar.
La calle donde me encontraba era pequeña, las casas eran insignificantes, ya completamente descoloridas por el paso del tiempo y el descuido que se observaba en algunas de ellas.
Sabía que aún vivían allí algunas personas que conocí, pero no quise buscar a nadie y me alejé, sin querer destruir del todo las imágenes que guardaba de mi niñez, imágenes que surgían de ese lugar ya inexistente, de ese lugar hoy sin encanto alguno.
"Luna, luna: dame quesooooo".
Quizás estas palabras evoquen esos momentos de carencias que ya se han borrado casi por completo de mi mente. Mi infancia no fue pletórica de cosas, pero sí de fantasías.
¿De qué será la luna para aquellos niños que tienen de todo? ¿De qué será la luna para aquellos niños que no carecen de nada material? Sé que los niños son, ante todo, niños.
Ellos son felices a pesar de las carencias, a pesar de las opulencias... son los mayores quienes les enseñan que "son infelices".
Los adultos ya no podemos, aunque queramos, ver las cosas con los ojos de los niños. Demasiadas cosas hemos vivido... La inocencia del adulto nunca será la misma inocencia que la del niño. Yo, no quise ver la otra cara de la luna... No quiero...

La guerra "invisible" de Estados Unidos en Colombia


La guerra "invisible" de Estados Unidos en Colombia
Jacobo Quintanilla

[To read English translation, go to The "Invisible" U.S. War in Colombia


Millones de estadounidenses se conmovieron con la historia de la soldado Lynch, capturada en marzo de 2003 por las tropas iraquíes. Tras su liberación, pocos días después, Jessica Lynch regresaba a su casa de West Virginia convertida en heroína y en icono de la lucha de Estados Unidos por la liberación del pueblo iraquí.

Pero en Estados Unidos muy pocas personas han oído hablar de Thomas Howes, Marc Gonsalves o Keith Stansell. Tres estadounidenses que llevan ya dieciséis meses secuestrados en las selvas colombianas por los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia—FARC. El relativo anonimato de estos tres secuestrados no causa sorpresa. No eran miembros activos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, sino contratistas de dos subsidiarias de Northrop Grumman—una empresa privada que presta servicios al Departamento de Estado norteamericano en la lucha antidrogas en Colombia y en Afganistán—derribados de su pequeño avión el 13 de febrero de 2003 cuando sobrevolaban la provincia de Caquetá, al sur del país.

"Compare el impresionante despliegue que los medios han dado al episodio de Jessica Lynch con la cobertura de estos tres hombres en Colombia, que llevan meses en cautiverio," afirma Peter Singer, analista del centro de estudios Brookings Institution y autor del libro Corporate Warriors (Guerreros empresariales). "Eso ilustra una de las claras razones de por qué a los gobiernos les gusta emplear a estas compañías de contratistas, porque cuando las cosas fracasan no hay titulares," explica Singer.

El número de civiles estadounidenses que apoyan los programas antidrogas en Colombia se ha duplicado en los últimos dos años. Cuando el financiamiento del Plan Colombia fue aprobado en julio de 2000, el Congreso de Estados Unidos fijó un límite en el número de militares y contratistas civiles estadounidenses que podrían "apoyar" el Plan Colombia. Pero viendo el "excelente" rendimiento de estos contratistas, en mayo de este año, Washington ha decidido aumentar de 400 a 500 el número de efectivos estadounidenses en el país, y eliminar el límite para la presencia de contratistas privados. El salto cualitativo en la implicación estadounidense en Colombia es por tanto claro.

En el país andino hay varias empresas privadas, algunas de ellas íntimamente relacionadas con los círculos de poder de Washington, trabajando para el gobierno de Estados Unidos (Lockheed Martin, ARINC, Northrop Grumman, MPRI...), pero por el volumen de negocios, el paradigma lo representa DynCorp. Sus contratistas rocían campos de coca, operan aviones y helicópteros del Departamento del Estado, organizan programas de desarrollo alternativos, reparan las avionetas y asesoran en materia de inteligencia al Ministerio de Defensa colombiano. Este mini ejército norteamericano, proporciona además pilotos, técnicos, y casi cualquier clase de personal requerido para realizar la guerra en Colombia, incluyendo personal administrativo.

DynCorp Aerospace Technologies [tiene] contratos con más de 37 agencias federales [y] con las que trabaja le reportaban el 98 porciento de su negocio. En 2001, la compañía firmó un contrato de 600 millones de dólares con el Departamento de Estado para realizar tareas de fumigación de coca en Colombia, Bolivia y Perú.

DynCorp tiene un amplio historial de operaciones por todo el mundo. En Colombia, según Peter Singer, los hombres de esta compañía se han ganado la reputación de "arrogantes y dispuestos a luchar." Poco importa el carácter moral de estos 'profesionales' en el desempeño de sus funciones, pero sí importan sin embargo, las acusaciones que se les han imputado durante su participación en la guerra en los Balcanes, donde varios empleados de esta compañía se vieron implicados en un escándalo de tráfico sexual, prostitución de menores y tráfico ilegal de armas en Bosnia.

En Afganistán, DynCorp también ha recibido su parte del pastel. Ya durante la propia guerra, la CIA puso parcialmente en manos de contratistas particulares los vuelos de sus aviones Predator. Pero será una vez ''oficialmente'' acabado el conflicto cuando DynCorp—que vela por el mantenimiento del avión presidencial, el Air Force One—consiga un contrato para la protección privada del presidente afgano, Hamid Krzai, y otro para entrenar al Ejército afgano una vez que los Boinas Verdes abandonen el país. Hasta Mesopotamia también ha ido esta empresa para hacer negocio: 40 millones de dólares se va a embolsar esta compañía por preparar a la policía de Irak.

La extendida utilización en Colombia de contratistas en lugar de personal militar significa que pocos estadounidenses son conscientes del nivel de implicación de su país en el Estado andino, y la escalada en la implicación—hasta el punto de que Colombia es el tercer receptor de ayuda militar estadounidense tras Israel y Egipto— muestra a las claras que al igual qué ocurre en el sector energético, múltiples empresas militares tienen intereses en Colombia y acuerdos millonarios con la administración Bush.

Privatización de la Defensa

Esta "guerra invisible," protagonizada por las "Corporaciones Militares Privadas" y financiada por el Pentágono, está provocando un conflicto entre los negocios privados y los recursos públicos. Hoy, más del 48 porciento del presupuesto de Defensa ha sido repartido entre compañías privadas, lo que supone una transferencia directa de los impuestos de los estadounidenses a estas corporaciones.

Más de un año después, familiares de los tres secuestrados de Northrop Grumman por las FARC dicen no haber recibido todavía una explicación completa de lo ocurrido. Las familias demandan negociaciones. Washington se niega a negociar con una guerrilla a la que ha incluido en su lista de grupos terroristas, aunque sí ha ofrecido para solucionar la crisis "efectivos," 340.000 dólares de recompensa y la posibilidad de una visa a Estados Unidos a cambio de información que lleve a la liberación de los rehenes.

Los críticos con la utilización de contratistas privados dicen que para los estadistas americanos los riesgos políticos que rodean una implicación más profunda de Washington en el conflicto de Colombia hacen que utilizar contratistas sea preferible a colocar fuerzas u oficiales de la inteligencia en un peligro similar. Los contratistas no están sometidos a ningún estricto código de conducta, Washington no responde directamente por ellos y a sus bajas por muerte o captura no se les da gran publicidad. "Cuando matan a los contratistas privados, nosotros simplemente podemos declarar que ellos no forman parte de nuestras fuerzas militares," admitía Miles Frechette, embajador en Bogotá con Bill Clinton.

"La opinión pública norteamericana se muestra muy susceptible a contar el número de muertes," afirmaba el general colombiano ya retirado, Néstor Ramírez, agregado de Defensa en Washington entre enero de 2002 y enero de 2003. "Imagine si 20 militares americanos murieran aquí. Sería el final del Plan Colombia." Desde 1998, más de 20 contratistas privados han muerto en Colombia, y sus muertes apenas han sido declaradas.

Jacobo Quintanilla es un periodista de la Agencia de Información Solidaria.

la luna..




La luna vivía en el cuerpo de un gran shamán. Cuando éste murió, ella
salió a vagar por el cielo, pero regresó a la tierra para comer la
ceniza de sus huesos. Cuando la vieron, los parientes del shamán le
dispararon flechas, pero las flechas caían a tierra sin hacerle daño.
La luna las evadía escondiéndose tras las nubes. Pero al fin una
flecha le dio, y empezó a derramar sangre que caía sobre la tierra.
De estas gotas de sangre nacieron los yanomami.


De todas las etnias de la Amazonia venezolana, los yanomami son sin
duda una de las más estudiadas y conocidas. Yanomami, significa
hombre, gente o especie. Quien no sea yanomami es nape, es
decir, "extraño, gente de cuidado, gente peligrosa". Con este término
califican a los demás indígenas y a los criollos.

En 1758, ya se sabía de la existencia de los yanomami en la Sierra
Parima y en el Alto Orinoco. Para el momento de los primeros
contactos con los europeos, los yanomami se encontraban al parecer en
un proceso de crecimiento demográfico y de expansión geográfica, que
los había llevado a explorar nuevos territorios, como las riberas del
Orinoco, el Padamo y el Mavaca. Pero en las zonas norte y oeste de su
territorio, los yanomami chocaron con los Ye'kuana, que lograron
detener su avance.

Los yanomami que viven en Venezuela habitan entre la Sierra Parima y
el Orinoco, particularmente las cuencas de los ríos Ocamo, Manaviche
y Mavaca. Otros grupos de esta etnia viven en las zonas aledañas de
Brasil.

Al parecer los yanomami se han dedicado a la agricultura de conucos
desde hace mucho tiempo, aunque no se sabe a ciencia cierta cuando
comenzó esta práctica. Fueron persistentemente descritos por los
primeros visitantes de la región como "cazadores-recolectores", pero
la idea pudo provenir de una visión un tanto romántica que los hacía
aparecer como un pueblo desconocido y remoto .

La agricultura es un trabajo fundamentalmente masculino, sobre todo
las tareas de limpieza, tala y quema. La siembra y cosecha son
actividades practicadas por ambos sexos, al igual que la recolección.
Los hombres trepan a los árboles para alcanzar frutos, insectos u
otros alimentos, mientras las mujeres recogen y cargan lo recolectado.

En sus conucos, los yanomami cultivan una gran variedad de plátanos y
bananos, yuca amarga y dulce y otros tubérculos. El comercio con los
ye'kuana los provee de sebucanes y ralladores para procesar la yuca
amarga. Siembran también una serie de plantas con propósitos
rituales, colorantes y alucinógenos.

Aunque a veces participan las mujeres, caza y pesca son actividades
sobre todo masculinas. Los yanomami distinguen dos tipos de cacería:
una llamada "rami", con la que aseguran las necesidades diarias de
carne, y otra llamada "heniyomou", que realizan todos los varones de
la comunidad cuando preparan una gran celebración o quieren agradar a
algunos huéspedes especiales.

Cuando el heniyomou se hace por un funeral, la cacería ritual se
inicia en las primeras horas de la noche con la entonación de una
serie de cantos sencillos y poéticos llamados heri y danzas
ejecutadas por adolescentes de ambos sexos. El rito dura varias
noches. Los jóvenes improvisan sus cantos en medio de una alegría
desbordante de risas y bromas obscenas.

En la celebración del rito mortuorio o reahu se acostumbra, aunque no
es imprescindible, el consumo colectivo de las cenizas de los
muertos, previamente molidas en un mortero funerario. Mientras las
mujeres lloran, los hombres, parientes y amigos del difunto, se
colocan en círculo para tomar una sopa de plátano en la que se han
mezclado las cenizas. Si el difunto ha sido muerto a manos de un
enemigo, los hombres claman venganza.

Durante las ceremonias es frecuente el consumo ritual de tabaco y
yopo. Así entran en contacto con el mundo sobrenatural, curan
enfermedades y transmiten su memoria colectiva.

Los yanomami viven desnudos. Los hombres se atan el prepucio con un
cordón de algodón que rodea la cintura, para mantener el pene alzado
y adherido al vientre. Más como prenda decorativa que de vestir, las
jóvenes utilizan guayucos de algodón.

Hombres y mujeres se cortan el pelo negro y lacio en forma redondeada
y se tonsuran. Acostumbran pintarse el cuerpo con una serie de
colorantes. Para obtener el color rojo usan principalmente onoto,
mientras que para el morado mezclan onoto con una resina llamada
caraña.

En las expediciones guerreras, los hombres se pintan de negro humo,
color que simboliza la noche y la muerte. Cuando una mujer está de
luto deja de pintarse de rojo, y usa pintura negra sobre los pómulos
durante un año. Para algunas fiestas se untan la piel de arcilla
blanca.

Los hombres se adornan con brazaletes multicolores confeccionados con
el plumaje de algunos pájaros, como el tucán, el paují, el gavilán y
el loro. Se suelen hacer agujeros en los lóbulos de las orejas para
ponerse trozos de caña verada, plumas y flores. También se perforan
el tabique nasal y la comisura de los labios y se colocan finos
palillos de bambú.

Los adornos femeninos son de mayor sutileza, hechos con cogollos de
palmeras, flores o manojos de hojas perfumadas que introducen en
cilindros vegetales colocados en los agujeros de las orejas.

Hilan algodón en usos rudimentarios. Tejen chinchorros de algodón en
rústicos bastidores hechos con palos clavados en el suelo. Durante
los viajes en la selva, usan fibra descortezada de bejuco mamure para
hacerse un chinchorro, el marakami-toki, que después se desecha.

La cestería es realizada por las mujeres, que tejen guaturas, guapas
y manares con bejuco mamure descortezado. El tejido de la guatura,
principal cesta de carga, suele ser un trenzado muy tupido.

A pesar de que en el pasado la alfarería fue una actividad importante
en la cultura yanomami, ha desaparecido casi por completo. Sólo en
muy pocas comunidades se fabrica aún con arcilla blanca la típica
hapoka, olla en forma de campana, sin ningún tipo de decoración, asas
o patas.

Referencias

Luis Cocco, Iyeweiteri: Quince años entre los Yanomamos

UNA SAGA DE CANTANTES LÍRICOS ESPAÑOLES A LO LARGO DEL SIGLO XIX



UNA SAGA DE CANTANTES LÍRICOS ESPAÑOLES A LO LARGO DEL SIGLO XIX

Por José Enrique Peláez Malagón. Doctor en Historia del Arte (Universidad de Valencia).

Viardot



A lo largo de toda la historia de la música y del bel canto, no ha sido extraño encontrarse con familias cuyos componentes se han dedicado al mismo ejercicio musical, incluso a lo largo de varias generaciones. Tal es el caso de la familia García a la que hacemos alusión en este artículo. Si bien, esta saga de cantantes destaca sobre cualquier otra por su antigüedad y por la trascendencia que su obra ha dejado no sólo desde la perspectiva del canto lírico, sino además por la docencia, la composición y de la investigación vocal, circunstancias todas ellas que la sitúan sin ningún género de dudas en la saga familiar más importante de toda la lírica española.

La historia de esta familia comienza con el tenor y compositor Manuel del Pópulo García (cuyo verdadero nombre era Manuel Rodríguez Aguilar) nacido en Sevilla en el año 1775 y muerto en París en 1832. A este compositor se le reconoce universalmente haber sido el introductor de la ópera de Mozart y de Rossini en los Estados Unidos y por extensión en toda América. A la vez que fue el tenor preferido de Rossini a quien recurría a la hora de estrenar sus obras. Circunstancias ambas que lo sitúan como uno de los mejores tenores, sino el mejor, de toda Europa durante el primer tercio del siglo XIX.

El futuro tenor realizó sus primeros estudios en el coro de la catedral de Sevilla desde los seis años, teniendo como maestros a A. Ripa y a Juan Almarca. A los diecisiete años debutará en 1792 en el Teatro de Cádiz con La tonadilla. Desde ese momento se dedicará a cantar por diversas ciudades andaluzas hasta que decide dirigirse a Madrid.

En la capital española, en donde lo podemos situar a partir del año 1798, además de actuar en el Teatro Real de Madrid, compuso varias óperas representando algunas de ellas como por ejemplo: El posadero, El preso por amor, Quien porfía mucho alcanza, El velón de madera, El criado fingido, El hablador, El tío y la tía, El cautiverio aparente, Los ripios del maestro Adan, El hablador, Florinda y por último El poeta calculista. En esta misma época y a consecuencia de la Real Orden de 1799 que prohibía las representaciones de obras que no fuesen en lengua española, comienza a la traducción de los libretos de algunas óperas francesas. Éstas recibirán el nombre en España de operetas, Del Pópulo a diferencia de otros traductores, les dará un aire hispánico (en algunos casos próximos a la canción andaluza) que hacen de ellas verdaderas piezas originales.

A principios de 1809 se instalará en París, convirtiéndose pronto en un tenor destacado en su ópera bufa. Y a partir de 1811 se trasladará a Italia en donde de la mano de Anzani completará sus estudios musicales, debutando poco después, en 1812 entre otros, en los teatros de Turín, Nápoles y Roma.

Es durante estos años en Italia, cuando ocurrirán dos hechos importantes. Por un lado el estreno de su ópera El califa de Bagdad (1812) por la que obtuvo un reconocido éxito internacional como compositor. Por otro será elegido por Rossini para estrenar sus obras Otello y El barbero de Sevilla. Circunstancia que lo situó en la época como uno de los mejores tenores de su tiempo.

A partir de 1817 regresa a París convirtiéndose en el primer tenor del teatro de los italianos hasta el año 1824, a la vez continúa componiendo y representado sus óperas cómicas como Le prince dé ocasión (1817); Le grand lama (1818); L´origine des Graces (1820); La mort du Tasse (1821); Florestán (1822); Il Fazzoletto (1823) y La meuniere (1823).

Tal vez a consecuencia de la expulsión de los españoles de Francia, hacia finales de 1823 se trasladará a Londres para convertirse en el primer tenor del Teatro del Rey. Debido a diferentes tensiones y problemas con la dirección del teatro, decide abandonar este puesto para dirigirse a Nueva York un año después, en 1825. Allí, además de poder estrenar sus propias obras (como L´amante artista y La figlia dell´aria, ambas de 1826), pudo estrenar otras de Mozart y de Rossini (inéditas en América), a la vez que se hacía cargo de la dirección del Teatro de la Ópera de aquella ciudad. En 1827 se trasladará a México en donde se dedicó no sólo a representar obras rossinianas, como El barbero de Sevilla y a componer propias como Abufar (1828); Semiramis (1828); Alendi (1829); El gitano por amor (1829); Los maridos solteros (1830); Una hora de matrimonio (1830); sino también se dedicó a la traducción de obras francesas e italianas al español con el fin de que el público mexicano las aceptase.

De regreso a París en 1830, a consecuencia de la política de expulsión de los españoles de aquellas tierras, decide celebrar sus últimas actuaciones antes de retirarse de la escena a los cincuenta y cinco años de edad, fundando una academia de canto y dedicándose a la docencia hasta su muerte acaecida en la capital francesa en el año 1832.

El tenor estará casado en primeras nupcias con la actriz y cantante Manuela Morales (nombre artístico de Manuela Aguirre Pacheco) (1777-después de 1836), esta artista, nacida en una familia de actores, seguirá a su marido desde su matrimonio en 1797 en su periplo español, actuando en muchos casos en las mismas obras que su marido. La cantante será a partir de 1803 y hasta 1807 paulatinamente suplantada tanto en el plano artístico como en el privado por la soprano Briones. Situación personal y profesional que llegado un momento se hace insostenible por lo que decide abandonar a su marido y regresar a Cádiz. Allí solicitará trabajar en varias compañías regionales como soprano, actuando hasta 1811, fecha en la que decide retirarse de los escenarios. Su rastro se pierde definitivamente en 1836, año probable de su muerte.

La verdadera compañera del tenor hasta su muerte será Joaquina Briones (nombre artístico de María Joaquina Sitches) (1780-1864), ésta convertida en su amante desde 1803, acompañará a Manuel del Pópulo García en todos sus traslados de residencias (París, Milán, Londres, Nueva York, México) representando papeles de diferente categoría en todas las obras de su compañero sentimental, tanto en las compuestas por él como en las del repertorio de Mozart y Rossini. Por sus representaciones fue ampliamente reconocida por la crítica en su momento con independencia de su relación con el compositor y tenor. Tras la muerte de Manuel García, en 1832, la soprano se retira de los escenarios para hacerse cargo de la educación musical de sus hijos. Cuando éstos forman sus propias familias, ella permanecerá al lado de su hija Pauline, acompañándola en todas sus giras hasta su muerte acaecida en 1864.

Su primera hija, fruto de su primer matrimonio, será Josefa Ruiz García (nombre artístico de Josefa garcía Morales) (1803- después de 1845). Los primeros años de su vida los pasará al lado de su padre, quien además será su maestro de canto. Debutará a los veintinueve años en el Teatro de Bolonia con la ópera Tancredi de Rossini, al lado de María Malibrán, a la sazón su hermanastra. Sus posteriores representaciones europeas en obras como Norma, Esule di Roma, La sonámbula... las siguió realizando al lado de su hermana, hasta que en 1939 decidió realizar, de una manera independiente, giras por America, estableciéndose en Santiago de Cuba hasta finales de 1840. De vuelta a España, se convertirá en la abanderada y "musa" de la causa moderada burguesa absolutista. Actividad política que la va alejando paulatinamente de los escenarios. Cinco años después, en 1845, se le pierde el rastro y ya no vuelve a aparecer en la escena pública. Ocurriendo tal vez su fallecimiento hacia finales de esa década. La soprano, en palabras de su padre, estaba dotada de una voz excepcional superior a la de su hermana, si bien aquella ganaba en dotes dramáticas.

Josefa Ruiz García, contrajo matrimonio a mediados de la década de los años treinta con el violinista y director de orquesta Rafael Ruiz , del que adoptó su apellido como nombre artístico.

El hijo varón de Manuel del Pópulo García será Manuel Vicente García, (nombre artístico de Manuel Vicente Patricio Rodríguez Sitches) nacido en Madrid en 1803 y muerto en Londres en 1906. Apreciado como barítono, profesor y sobre todo como el padre del laringoscopio.

Manuel García (hijo) pasará sus primeros años en Madrid en casa de sus abuelos maternos, ya que sus padres se encontraban en París trabajando y sólo cuando éstos se trasladan a Nápoles, en 1814, llevan a su hijo con ellos, al considerar Italia más segura políticamente. Una vez allí comenzará sus estudios musicales de la mano de su padre quien a través del método Porpora logrará que su hijo aprenda las diferentes disciplinas musicales.

Seguirá al lado de su familia en Nápoles, París, Londres y Nueva York, ciudad donde debutó con éxito como barítono en 1825, con la obra El Barbero de Sevilla. Decidido a convertirse en profesor de canto, volvió a Europa dejando a su familia e instalándose en París. Allí, en 1830, a consecuencia de la revolución que se está produciendo en estos momentos, ha de abandonar la idea de la docencia para entrar a trabajar en un hospital militar, donde se ocupó especialmente de los enfermos de garganta, interesado como estaba por el estudio de la laringe y la producción de la voz humana. Posteriormente, comenzó su dedicación a la enseñanza, y en 1840 presentó ante la Academia de Ciencias su Memoria sobre la voz humana. Fue profesor del Conservatorio de París hasta que se trasladó a Londres, donde fue nombrado profesor de la Real Academia de Música en 1848, cargo en que permaneció hasta el final de su vida.




En 1854, interesado por poder visualizar la laringe como único medio apropiado para estudiar su fisiología y su relación con la emisión de la voz, consiguió verse la suya propia mediante un pequeño espejo dental sujeto a un mango doblado adecuadamente al que dirigía la luz solar con la ayuda de un espejo de mano. Un año después comunicó a la Royal Society de Londres los resultados de sus experiencias, en una memoria que llevaba por título Observaciones fisiológicas sobre la voz humana, memoria, que se publicó en el boletín de dicha sociedad. En ella describe la técnica utilizada y analiza el mecanismo de producción de la voz mediante los movimientos de la glotis, así como la participación de la laringe y músculos del cuello en la modificación del timbre. Este trabajo despertó poco interés en Londres y hubiese quedado en el olvido, como había ocurrido con los aparatos que con el mismo fin se habían ideado, si no hubiera merecido la atención de Ludwig Türck, quien lo utilizó inmediatamente como método de exploración en el Hospital General de Viena. Poco después, Johann Czermk solucionó definitivamente el problema de la iluminación mediante la aplicación de luz artificial, utilizando el espejo oftalmoscópico de Theodor Ruete, origen del actual espejo frontal.

Manuel García, considerado en Europa como el padre del laringoscopio, fue objeto de un caluroso homenaje organizado por la Royal Medical and Chirurgical Society en Londres, en 1903, con motivo de la celebración de su centésimo aniversario.

Entre otros méritos, recibió el nombramiento de Comendador de la Real Orden Victoriana, la Gran Medalla de la ciencia alemana y la Gran Cruz de Alfonso XII, doctor honoris causa por diferentes universidades europeas, así como el título de maestro y fundador de gran número de sociedades laringológicas.

Manuel Vicente García estaba casado con la soprano Eugenia Meyer (1818-1880), quien permaneció a su lado actuando y cantando en aquellas óperas en donde su marido se encontraba. Al decidir éste trasladarse a Londres, la soprano le abandona dedicándose desde entonces a la enseñanza del canto en París hasta su muerte.

Hijo de Manuel Vicente será Gustav García, dedicado a la docencia y llegando a convertirse en un destacado profesor de canto del Royal College of Music de Londres, casado con la soprano Emily García, fue padre de Albert García, célebre barítono de finales del siglo XIX y principios del XX.

La mayor de las hijas de Manuel del Pópulo García era la mezzosoprano María de la Felicidad García Sitches, conocida como La Malibrán al adoptar el apellido de su marido.

La mezzo nació en París el 24 de marzo de 1808, y con tan sólo 6 años se presentó en público con la obra Agnese de Paer en Nápoles. Si bien continuó sus estudios musicales de la mano de su padre. Se dice de ella que a los ocho años sabía hablar perfectamente español, francés, italiano y alemán, idiomas que aprendió en las sucesivas estancias de su familia en estos países y que más tarde le serían de gran ayuda a la hora de poder cantar ópera en estos idiomas.

Debutó con tan sólo diecisiete años, el 5 de junio de 1825 en el Teatro Real de Londres en el papel de Rosina de El Barbero de Sevilla de Rossini, obra que se representó ese mismo año en el Teatro de la Ópera de Nueva York, dirigido por aquel entonces por su padre. En aquella ciudad se casó con el banquero Eugene Malibran, a quien posteriormente abandonó en 1827 y regresó a Francia.

Tras una breve estancia en México acompañando a su padre, en enero de 1828 debutó en París en el transcurso de una gala en la ópera de esta ciudad, donde cantó Semiramide de Rossini. Contratada en el Teatro de los Italianos, fue hasta 1832 la principal intérprete Rossiniana en Europa, a pesar de las rivalidades con la soprano Sontag. Este último año triunfó en los grandes escenarios de Italia.

Fue una actriz muy temperamental que supo adaptarse, tanto musical como dramáticamente, a los cambios de su época. En 1835 consiguió el divorció de su marido y se casó con el violinista y compositor belga, fundador de la escuela de Bruselas, Charles de Beriot (1802-1870). Un año después, estando actuando para los teatros de Londres, el 23 de Septiembre de 1836, un fatal accidente montando a caballo acabó con su vida cuando tan sólo tenía 28 años.

Las características de la voz de la mezzo eran resaltadas por todos sus contemporáneos, especialmente por Rossini, quien la llegó a calificar de "única", ya que era capaz de alcanzar tesituras de soprano aguda a la vez que otras de contralto, todo ello dentro de una misma representación; además poseía un fuerte temperamento que la hacían una inmejorable intérprete en los papeles dramáticos que se le asignaban. En definitiva la Malibrán se convirtió en un símbolo del Romanticismo que perduró a lo largo de todo el siglo XIX.

Además de cantante también es notable su faceta de compositora, nos ha dejado una amplia serie de nocturnos, romanzas y canciones, entre ellas cabe destacar: La reveil d´un beau jour, La voix qui dit, Je t´aime, La village, La tarantelle, Les réfrains, Rataplán, La boyadére, La résignation, Le ménestrel, Enfants armes y Le retour de la Tyrolienne, entre otras muchas obras elogiadas por Berlioz, Schumann, Liszt y Debussy.

Otra de las hijas de Manuel del Pópulo García dedicada al canto, era la soprano Paulina García Sitches, conocida como La Viardot, al adoptar el apellido de su marido el director de teatro Luis Viardot (1800-1883).

Nació en París el 29 de Agosto de 1821 y siguió a su familia en su periplo europeo.

Su padre, siguiendo la tradición familiar, le procuró una magnífica educación musical desde muy niña, incluidas clases de piano primero en México de la mano de Marcos Vega, organista de la catedral y más tarde, de regreso a París, con el compositor Franz Liszt y de canto con su propio hermano Manuel.

Tras la muerte de su padre en 1832, cuando contaba once años de edad, se retira a Bruselas con su madre y continuará allí sus lecciones de canto.

Comenzó cantando como concertista, para realizar más tarde su debut en el género lírico con la ópera Otello, en la que interpretó la parte de Desdémona en el año 1839. A continuación pasó al Teatro de los Italianos de París, dirigido en aquel entonces por Luis Viardot, con quien contrajo matrimonio y de quien adoptó el apellido como nombre artístico. En dicho escenario (donde también triunfó su padre) ratificó su condición de artista con gran clase y sensibilidad, al margen de la completa formación musical recibida, que incluía el dominio del francés, el italiano y el inglés.

A partir de 1843 realizó una serie de giras por diferentes escenarios europeos, representando en la Gran Ópera de San Petersburgo La sonnambula , de Bellini, y del mismo compositor cantó la menos conocida I Capuleti ed I Monteschi en el Covent Garden de Londres. Este teatro se convirtió en uno de sus preferidos, y apareció regularmente en él hasta su retirada artística. Pero fue en París donde realizó sus actuaciones más importantes, entre las cuales destacan su personaje de Fides en Le prophète y el de Eurídice en la homónima ópera de Gluck, así como varios estrenos de los entonces jóvenes compositores franceses Saint-Säens y Massenet.

Se retiró de los escenarios en 1860, en pleno esplendor de su carrera y se estableció en su casa de París dedicándose a la composición, convirtiéndose con el tiempo en la amante y la musa del escritor Iván Turgueniev. Murió en la capital francesa en el más completo anonimato, un 18 de mayo de 1910 a los ochenta y nueve años de edad.

Las características de su voz eran extraordinarias debido al extenso registro de la misma que hacían de ella una cantante polifacética apta para la representación de cualquier papel que se le encomendase. Cantó como mezzosoprano, como soprano y contralto gracias a estar dotada de una voz de gran calidad que abarcaba una extensión de dos octavas y media, comprendiendo el registro que alcanza desde el Fa grave hasta alcanzar el Do agudo.

Además de cantante fue también compositora, como su hermana y su padre y nos ha dejado varias operetas, mazurcas (como Plainte d´amour, Faible coeur o Berceuse) y canciones líricas (como Adieu les beaux Jours, Aime-moi, Bonjour mon coeur, Déserpoir, Grands oiseaux blancs, La dance o Seize ans entre otras muchas obras).

Junto a las facetas de cantante y de compositora, es destacable su interés por la docencia, ejercido no sólo en la enseñanza privada a la que se dedicó tras su abandono de los escenarios, sino también a nivel teórico, escribiendo diversos libros sobre el canto entre los que destaca École classique de chant, publicado en 1861.

Hija de Pauline será la soprano Louse Pauline Marie (1841-1918), quien también supo encontrar un hueco entre las más destacadas sopranos francesas del último tercio del siglo XIX.



Bibliografía:

Si bien en cualquiera de las referencias bibliográficas, en líneas generales, podemos encontrar referencias a todos los miembros de la familia, hemos creído conveniente estructurarla entorno a cada uno de sus miembros.

Sobre Manuel del Pópulo García:

1. Alonso, C., Manuel García (1775-1832). Canciones y caprichos líricos, ICCMU, Madrid, 1994

2. Alonso, C., La música española en tiempos de Goya, RNE, Madrid, 1996

3. Alonso, C., La canción lírica española en el siglo XIX, ICCMU, Madrid, 1997

Sobre Josefa Ruíz García:

1. Pino Chica, E., Historia del teatro en Málaga durante el siglo XIX, Arguval, Málaga, 1985

Sobre Manuel Vicente García:

1. García Tapia, A., Manuel García, su influencia en la laringología y en el arte del canto, Madrid, 1905

2. Anónimo, Homenaje del ayuntamiento de Madrid a don Manuel García, Madrid, 1924



· Sobre La Melibrán:

1. Reparaz, C., María Malibrán (1808-1836). Estudio biográfico, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1976.

2. Fitz-Lyon, A., Maria Malibran: Diva of the Romantic Age, Souvenir Press, London, 1987


Sobre La Viardot:

1. Zekulin, N.G., The story of an opereta: Le denier sorcier by Pauline Viardot and Ivan Turgenev, Otto Sagner, Munich, 1989.

DE VOCES Y HUELLAS


De voces y huellas

Gerardo Alfonso
Son los sueños todavía

Tú surgías desde el Cono Sur
y venías desde antes,
con el amor al mundo bien adentro.
Fue una estrella que te puso aquí
y te hizo de este pueblo.
De gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tú,
no querían que te fueras
y son otros desde entonces.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad
seguimos para siempre
este camino largo, largo,
por donde tú vas.
El fin de siglo anuncia una vieja verdad,
los buenos y los malos tiempos
hacen una parte de la realidad.
Yo sabía bien que ibas a volver,
que ibas a volver de cualquier lugar,
porque el dolor no ha matado a la utopía,
porque el amor es eterno
y la gente que te ama no te olvida.
Tú sabías bien desde aquella vez
que ibas a crecer que ibas a quedar,
porque la fe clara limpia las heridas,
porque tu espíritu es humilde
y reencarnas en los pobres y en sus vidas.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad...
Son los sueños todavía
los que tiran de la gente
como un imán que los une cada día.
No se trata de molinos,
no se trata de un Quijote,
algo se templa en el alma de los hombres,
una virtud que se eleva por encima
de los títulos y nombres.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad...

HASTA SIEMPRE COMANDANTE




la foto muestra una obra artística en técnica Mosaico , amorosa y laboriosamente adosado al muro que se yergue en el espacio bautizado por sus vecinos como Plazoleta "Che Guevara" sito en el Barrio General Mosconi de la Ciudad de Ensenada, en la Provincia de Buenos Aires.



Carlos Puebla
Hasta siempre Comandante
Aprendimos a quererte
desde la histórica altura
donde el sol de tu bravura
le puso un
cerco a la muerte.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Tu mano gloriosa y
fuerte
sobre la historia dispara
cuando todo Santa Clara
se
despierta para verte.
Aquí se queda la clara,
la entrañable
transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Vienes quemando la brisa
con soles de primavera
para plantar la
bandera
con la luz de tu sonrisa.
Aquí se queda la clara,
la
entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che
Guevara.
Tu amor revolucionario
te conduce a nueva empresa
donde
esperan la firmeza
de tu brazo libertario.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che
Guevara.
Seguiremos adelante
como junto a ti seguimos
y con Fidel te
decimos:
hasta siempre Comandante.
Aquí se queda la clara,
la
entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che
Guevara.

NICOLÁS GUILLÉN - CUBA - CHE GUEVARA


Nicolás Guillén
Cuba
Che Guevara

Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura,
así Guevara, el gaucho de voz dura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.
Huyó la muerte. De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
sólo el recuerdo bárbaro perdura.
Hecha de dos un alma brilla entera,
como sin San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.



Nicolás Guillén
Cuba
Lectura de domingo

He leído acostado
todo un blando domingo.
Yo en mi lecho tranquilo,
mi suave cabezal,
mi cobertor bien limpio,
tocando piedra, lodo, sangre,
garrapata, sed,
orines, asma:
indios callados que no entienden,
soldados que no entienden,
señores teorizantes que no entienden,
obreros, campesinos que no entienden
soldados teorizantes que no entienden.
Terminas de leer,
quedan tus ojos fijos
¿en qué sitio del viento?
El libro ardió en mis manos,
lo he puesto luego abierto,
como una brasa pura,
sobre mi pecho.
Siento las últimas palabras
subir desde un gran hoyo negro.
Inti, Pablito, el Chino y Aniceto.
El cinturón del cerco.
La radio del ejército
mintiendo.
Aquella luna pequeñita
colgando suspendida
a una legua de Higueras
y dos de Pucará.
Después silencio.
No hay más páginas.
Esto se pone serio.
Esto se acaba pronto
termina.
Va a encenderse.
Se apaga
Va a nacer.

EL HOMBRE NUEVO


El hombre nuevo
Marzo de 1965


Ernesto Che Guevara. El Hombre Nuevo - Cuba - 1965 - Resumen: Texto dirigido a Carlos Quijano, del semanario Marcha, Montevideo, marzo de 1965. Leopoldo Zea, Editor. Ideas en torno de Latinoamérica. Vol. I. México: UNAM, 1986.

Estimado compañero: Acabo estas notas en viaje por el Africa, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos.
Es común escuchar de boca de los voceros capitalistas, como un argumento en la lucha ideológica contra el socialismo, la afirmación de que este sistema social o el periodo de construcción del socialismo al que estamos nosotros abocados, se caracteriza por la abolición del individuo en aras del Estado. No pretenderé refutar esta afirmación sobre una base meramente teórica, sino establecer los hechos tal cual se viven en Cuba y agregar comentarios de índole general. Primero esbozaré a grandes rasgos la historia de nuestra lucha revolucionaria antes y después de la toma del poder.
Como es sabido, la fecha precisa en que se iniciaron las acciones revolucionarias que culminarían el primero de enero de 1959, fue el 26 de julio de 1953. Un grupo de hombres dirigidos por Fidel Castro atacó la madrugada de ese día el Cuartel Moncada, en la provincia de Oriente. El ataque fue un fracaso, el fracaso se transformó en desastre y los sobrevivientes fueron a parar a la cárcel, para reiniciar, luego de ser amnistiados, la lucha revolucionaria.
Durante este proceso, en el cual solamente existían gérmenes de socialismo, el hombre era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado.
Llegó la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental. Cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias, tiene una historia de hechos notables en su haber.
En base a éstos lograba sus grados.
Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban por lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro.
En otras oportunidades de nuestra historia se repitió el hecho de la entrega total a la causa revolucionaria. Durante la crisis de octubre o en los días del ciclón «Flora», vimos actos de valor y sacrificio excepcionales realizados por todo un pueblo. Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.
En enero de 1959 se estableció el gobierno revolucionario con la participación en él de varios miembros de la burguesía entreguista. La presencia del Ejército Rebelde constituía la garantía de poder, como factor fundamental de fuerza.
Se produjeron en seguida contradicciones serias, resueltas, en primera instancia, en febrero del 59, cuando Fidel Castro asumió la jefatura de gobierno con el cargo de primer ministro. Culminaba el proceso en julio del mismo año, al renunciar el presidente Urrutia ante la presión de las masas.
Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.
Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.
La masa participó en la Reforma Agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la crisis de octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo.
Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de la supeditación del individuo al Estado; la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la Revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento.
Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar.
Así sucedió en marzo de 1962 ante la política sectaria impuesta al partido por Aníbal Escalante.
Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con la masa. Debemos mejorarlo durante el curso de los próximos años, pero, en el caso de las iniciativas surgidas en los estratos superiores del gobierno, utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados.
Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo sólo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y de victoria.
Lo difícil de entender para quien no viva la experiencia de la Revolución es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes.
En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En ésta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de su comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de su vida, va modelando su camino y su destino.
Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que éste se percate. Sólo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito. Así lo presenta la propaganda capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller —verídico o no—, una lección sobre las posibilidades de éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud, no aparecen en el cuadro y no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar estos conceptos. (Cabría aquí la disquisición sobre cómo en los países imperialistas los obreros van perdiendo su espíritu internacional de clase al influjo de una cierta complicidad en la explotación de los países dependientes y cómo este hecho, al mismo tiempo, lima el espíritu de lucha de las masas en el propio país, pero ése es un tema que sale de la intención de estas notas.)
De todos modos, se muestra el camino con escollos que, aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. El premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros.
Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.
Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas.
El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación.
La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual, en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este periodo de transición, con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia.
En el esquema de Marx se concebía el periodo de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen las ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En éstos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema. La lucha de liberación contra un opresor externo, la miseria provocada por accidentes extraños, como la guerra, cuyas consecuencias hacen recaer las clases privilegiadas sobre los explotados, los movimientos de liberación destinados a derrocar regímenes neocoloniales, son los factores habituales de desencadenamiento. La acción consciente hace el resto.
En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande.
Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.
De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social.
Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela.
Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados por explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha.
A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible.
Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación: la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquélla a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas; es la demostracion interesada de que una mentira es verdad.
En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.
Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca.
En este periodo de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma.
Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero ésta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas; la sociedad del hombre comunista.
El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.
A pesar de la importancia dada a los estímulos morales, el hecho de que exista la división en dos grupos principales (excluyendo, claro está, a la fracción minoritaria de los que no participan, por una razón u otra en la construcción del socialismo), indica la relativa falta de desarrollo de la conciencia social. El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa; ésta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que les permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora.
Todo esto entraña para su éxito total, la necesidad de una serie de mecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización como el de un conjunto armónico de canales, escalones, represas, aparatos bien aceitados que permiten esa marcha, que permitan la selección natural de los destinados a caminar en la vanguardia y que adjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atenten contra la sociedad en construcción.
Esta institucionalidad de la revolución todavía no se ha logrado. Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el gobierno y la comunidad en su conjunto, ajustada a las condiciones peculiares de la construcción del socialismo y huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa, trasplantados a la sociedad en formación (como las cámaras legislativas, por ejemplo). Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin demasiada prisa. El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación.
No obstante la carencia de instituciones, lo que debe superarse gradualmente, ahora las masas hacen la historia como el conjunto consciente de individuos que luchan por una misma causa. El hombre, en el socialismo a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor.
Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total conciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación.
Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte.
Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento de hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.
Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.
Claro que todavía hay aspectos coactivos en el trabajo, aun cuando sea voluntario; el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos, bajo la presión del medio (compulsión moral, la llama Fidel). Todavía le falta el lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos. Esto será el comunismo.
Debemos considerar, además, como apuntáramos antes, que no estamos frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del programa de Gotha, sino a una nueva fase no prevista por él; primero período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo.
Este transcurre en medio de violentas luchas de clase y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.

manual de conservar caminos..

cuando lo leyó, él dijo: "simplemente sublime, ahora el caso está, como en la mayoría de las cosas, en llevarlo a cabo cada día...tqm"


Manual de conservar caminos




1] Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: "¿El camino que elegí era el correcto?" Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino.


2] El camino no dura para siempre. Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.


3] Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.


4] Equípate bien. Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.

5] El camino va hacia delante y hacia atrás. A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.

6] Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a su alrededor: atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.

7] Ten paciencia. A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia.


8] Los caminos se cruzan: las personas pueden explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.


9] La naturaleza sigue sus propias reglas: por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades.


10] Haz de tu camino un espejo de ti mismo: no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.


11] Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.