viernes, agosto 31, 2012

Ismael Serrano: “El artista debe exigir espacios de calma en los tiempos que corren”

La Viola web tuvo una charla distendida con el músico español antes de sus shows en Buenos Aires.
ÍNTIMO. Habló de la crisis en España, la cultura Argentina y sus canciones.
ÍNTIMO. Habló de la crisis en España, la cultura Argentina y sus canciones.
Por Mariano Alonso Belamendia
Ismael Serrano se toma un café en Buenos Aires y se pregunta cómo es que un muchacho empieza tocando en los bares madrileños durante la noche y termina siendo unos de los referentes de la música española de autor.

"El otro día me sorprendía recorriendo las carreteras por España cuando de repente empezó a sonar el disco Mano a Mano de Silvio Rodríguez y Luis Eduardo Aute. Fue un concierto en el que estuve como espectador con mis amigos. Empecé a recordar conciertos en los que había asistido y pensé: 'joder hombre quién me iba a decir a mí que tantas cosas iban a suceder'.

Ismael Serrano es de esos artistas que forjaron su destino y su suerte a punto tal de poder revisar un viejo baúl de recuerdos y encontrarse con un joven músico que con 23 años y un incipiente disco debut, Atrapados en Azul, le escribía a uno de sus ídolos y referentes musicales. “El otro día revisando una caja con recuerdos que mi madre decidió repartir entre los hermanos me encontré con una carta que le escribí a Joan Manuel Serrat cuando publiqué mi primer disco en el año 1997”.

“Me gustaría hacérsela llegar. Fijate lo que es la vida. Con todo y con eso, aún hoy cuando me paran en la calle y me piden fotos. Sigo preguntándome si no me estarán confundiendo con otro. Estoy en ese punto de mi popularidad en que 'tu cara me suena aunque no sé de donde'. A veces pienso que se hacen fotos conmigo por si acaso", bromea.
 
-El contexto madrileño en el que viviste en tus primeros años de carrera es muy diferente al actual ¿Cómo ves el proceso político español con un presidente que es nuevo pero conocido?
-Creo que uno de los momentos más patéticos y más dramáticos de la historia de la democracia española fue cuando el presidente Mariano Rajoy anunció una batería de ajustes terribles que, lejos de solucionar la crisis van a agravarla. Que van a pagar los de siempre, los que menos tienen. Luego de esta declaración dice que no tiene más remedio. Que no tiene margen de maniobra que le vienen impuestos desde afuera.
El tono de voz va en un in crescendo con la firmeza de quien está convencido, hasta llegar al volumen adecuado que tiene que tener una idea para lograr su cometido: "Es inaudito que un Presidente electo declare públicamente su incapacidad y al día siguiente no renuncie, o llame a elecciones".
"Esto no es algo que sorprenda. Este Gobierno en cierto modo tenían una agenda oculta que no se atrevía a declarar en jornada electoral y que finalmente se ha visto obligado a mostrar.  Un senador del partido de derecha dijo: 'ahora que acabaron las elecciones es momento de que digamos la verdad'. Creo que esa frase revelaba muy bien cuál era el pensamiento generalizado de la política en España.
 
-¿Qué creés que revela esa declaración?
-Revela el déficit democrático en el que realmente vivimos. Esta crisis más allá de lo económico evidenció un serio déficit: se le ha usurpado la soberanía a la ciudadanía. Y más aún, no sólo a la ciudadanía sino a los propios gobiernos que son rehenes del chantaje del mercado. Y que asumen ese chantaje con un Síndrome Estocolmo preocupante y terrible.
 
- Sin embargo, en los últimos años España tuvo presidentes de diferentes ramas ideológicas. La derecha con Aznar, el PSOE con Rodríguez Zapatero, una postura más de centro con Mariano Rajoy ¿cómo ves al ciudadano español?
-Las cosas no cambiaron tanto hasta la crisis. Se dice que el origen de la crisis en España fue la liberalización del suelo que hizo Aznar y que generó el boom inmobiliario. Una burbuja que finalmente estalló. Dicen que el origen está ahí pero Rodríguez Zapatero, durante 8 años de gobierno, no hizo nada para proponer otro modelo productivo real. Hasta llegó a decir que bajar los impuestos era de izquierda".
A diferencia que el resto de Europa, España es uno son los países con más gobiernos conservadores a lo largo de la historia. "Ya sea de una derecha conservadora o una izquierda menos ambiciosa y por eso más conservadores también. No fueron capaces de implementar un sistema impositivo progresivo, redistributivo. No fueron capaces de ser ambiciosos en reformas estructurales que los equipararan al resto de Europa. Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda, aparte de ser locomotoras desde el punto de vista industrial económico, son ejemplos de Estado de Bienestar muy distantes al nuestro. El gasto que se hace por habitantes en políticas sociales, al igual que la distribución de los impuestos en función de la renta, está alejadísimo de la media europea", sostiene el músico y remata: "España no tiene un problema de deuda pública, es de deuda privada. El Estado español tuvo que tapar un agujero financiero que no generó la sociedad española y que no generó el Estado de Bienestar por más que nos intenten convencer de que así fue.

 
EL MODELO ARGENTINO
Ismael Serrano es un torbellino de ideas. No responde preguntas, reflexiona acerca de tópicos y dobla la apuesta. Analiza la crisis económica y social de España y no pierde el eje para mirar la actualidad Argentina.
“Creo que una de las cosas positivas desde la crisis es que se dignificó en algún punto la vida política. La gente asumió un protagonismo en el debate político que hasta ahora no había tenido. Es verdad que el debate está enconado hoy por hoy. Se plantea en términos de confrontación contraproducentes que no dejan espacios para el matiz. Creo que el matiz es enriquecedor: la realidad no es blanco o negro.
 
-¿Qué podés destacar de ese matiz?
-Creo que el ejercicio de soberanía que hizo Argentina, luego del 2001 es una buena señal de cómo deben ser las cosas. Hay quien critica al modelo argentino. Pero por lo menos es un modelo, y eso no es poco. El hecho de que en España el político no sea capaz de presentar alternativas a esos recortes y que hable de esos recortes como deberes inexorables y obligatorios revela el fracaso del político que no es capaz de proponer un modelo alternativo. El modelo argentino fue un golpe en la mesa en las injerencias que vienen desde afuera, nos queda por ver hasta qué punto esos cambios son realmente estructurales y se sostienen con el tiempo. Falta determinar hasta qué punto hay una mirada a largo plazo que va más allá de la rentabilidad política a corto plazo.
 
- ¿Por dónde debería empezar el cambio?
-Tiene que ver con el cambio en la cultura. Argentina merece una mirada que vaya más allá que esos maniqueísmos con el que se mira la realidad y sobre todo más allá de ese paternalismo con el que desde España se mira a este país.

Su último disco se llama Todo empieza y Todo acaba en ti, con él muestra un claro fin a una etapa musical sin dejar de lado la tradición española del contador de historias con las canciones de autor. Las crisis pueden ser buenas oportunidades para dejar comenzar otra vez.
"Si bien en Argentina existe la tradición del payador, es cierto que su música moderna viene más del rock. En España creo que tiene que ver mucho más con el cantautor. El storyteller el cantor moderno. Hay dos corrientes, por un lado la de Bod Dylan que viene de la Woody Guthrie, un tipo comprometido que estuvo en el Partido Comunista de Estados Unidos. Tocaba la guitarra en los trenes, para los huelguistas y los mineros. Tiene que ver con el folck norteamericano. Por otro lado la canción francesa. Y el resultado es un Aute Dylaniano y un Sabina Dylaniano pero más rockero. Todos ellos vienen de la tradición del juglar que cuenta historia.
 
-¿Y cuál es el lugar del cantor en la actualidad?
-Hacer la crónica social, sentimental y no oficial del momento histórico que les tocaba vivir. Las noticias iban de pueblo en pueblo porque iba un juglar que contaba las gestas históricas y lo que sucedía en la corte. Era como leer un diario. Esa tradición continúa.
El rock viene de otra cosa, tiene otro código tiene una contundencia poética más rotunda y no tanto ese discurso narrativo del relato.

 
- ¿Creés que la innovación tecnológica cambió el rol del artista actual?
- No sé hasta que punto el cambio tecnológico cambia el rol. Este debe generar un espacio de encuentro.  
Las expresiones artísticas sirven para saber que estamos acompañados. Para reforzar la  naturaleza de animal social del ser humano que en algún punto estamos perdiendo. Vivimos en sociedades cada vez más atomizadas. Esto genera una devaluación del arte, estamos en una crisis artística, no hay una renovación, no hay corrientes realmente novedosas o rupturistas. La música debe servir para generar vínculos, ya sea sentimentales o políticos. Sirve fundamentalmente para saber que no estás solo en el cuestionamiento de la realidad.
 
-¿Cuál debería ser el rol del artista?
-En tiempos en los que la tecnología impone una forma de consumo voraz, quizá el rol del artista sea exigir espacio de calma que nos falta. Detener el tiempo de algún modo. Poner el freno y ser capaz de que entendamos que las innovaciones tecnológicas van encima del debate y debamos parar y ser capaces de analizarlo. A veces me doy cuenta que tengo el explorador abierto con cuatro pestañas correo, Facebook, Twitter, a veces el consumo que hacemos es totalmente superficial, no interiorizamos. Tal vez el rol sea lograr que tomemos la calma necesaria para apreciar los detalles, y reflexionar con la calma que merece sobre el mundo que de por sí ya es frenético. Esa prisa, ese ritmo, desdibuja nuestra propia personalidad. El arte tiene que combatir contra eso. Es el andamio sobre el cual se construyen las identidades y memorias. Preservar una cierta identidad me resulta realmente saludable. En tiempos en los que se trata de imponer un pensamiento único que precisamente trata de evitar el debate. Que tengamos en cuenta que existen alternativas al modelo que estamos viviendo.