miércoles, febrero 17, 2010

Las Puertas con alma de Liuba María Hevia



Todos los derechos de publicación de estos materiales han sido concedidos a este sitio web por cortesía de Liuba María Hevia

Entrevista: Olga Lidia Pérez
Redacción Radio Ciudad de La Habana
olga@rciudad.icrt.cu

Será porque diciembre

Concluye el año 2009 y para Liuba María Hevia ha sido, como casi todos los precedentes, agotador por la intensidad con que ha asumido su trabajo. Una gira nacional desarrollada en dos etapas, con actuaciones en todas las ciudades cabeceras provinciales, en numerosos municipios, en decenas de hospitales infantiles y en dos de las universidades más importantes del país: la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en Santa Clara, y la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba; presentaciones mensuales en la capital para niños en hospitales pediátricos y escuelas especiales, y también para los círculos de abuelos, como aquella del 7 de abril en el antiguo Convento de Nuestra Señora de Belén en la Habana Vieja cuando recibió además La Giraldilla de la ciudad; participación en eventos, programas radiales y televisivos, grabaciones…, hasta concluir con el concierto del 25 de diciembre, para la familia, en la Catedral de La Habana.

Sin embargo, a mi modo de ver, hay cinco acontecimientos bien relevantes en su quehacer durante el año que termina. El primero en el tiempo, el extraordinario y memorable concierto en el Teatro “Karl Marx”, cuando el 14 de marzo celebró, con una sala repleta a más no dar y durante más de dos horas, sus veinticinco años de trabajo artístico. Luego, un hecho poco conocido y divulgado en Cuba: fue invitada, en abril, al Festival de Cançó BarnaSants, en Barcelona, España, en un homenaje especial a Haydée Santamaría y al cincuenta aniversario de Casa de las Américas. Y días después, en mayo, recibió el Premio Especial del Cubadisco por Liuba María Hevia entre locos bajitos, y el aún el más importante Premio de Honor del Cubadisco, en una edición dedicada a la música para niños, pero que distingue, sin duda alguna, toda su discografía, la exigencia y excelencia de su obra.

Meses más tarde, el cuarto acontecimiento: en septiembre representó a Cuba en el Festival de Habaneras de Cádiz, en España, organizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Y el quinto, indudablemente, la terminación de Puertas, su último CD. Desde Ilumíname, en el 2002, no hubo otro consagrado a su obra. Casi seis años bien “apretujaditos” en esas trece canciones que finalmente seleccionó para conformarlo.

Trasponer entonces el umbral de Puertas, asomarnos a su historia, a su nacimiento, escuchar su convite, es privilegio, tentación, embrujo al que no podemos sustraernos.

—En una entrevista anterior me explicaste que tratabas de buscarle un color diferente a cada disco y que en Puertas estarían entonces presentes instrumentos que siempre habías amado profundamente y que no aparecían en trabajos anteriores, como el arpa y los metales, y que te habías propuesto que la canción estuviera “delante, casi desnuda, recibiendo todos los golpes o las flores”. ¿Cuántos de aquellos propósitos están hoy en Puertas? ¿Qué otros colores lo diferencian de Ilumíname, Del verso a la mar, Alguien me espera o Coloreando la esperanza? ¿Dónde vive la continuidad?

—Creo que Puertas se acerca mucho a lo que había soñado. Nuevamente me propuse trabajar las cuerdas, pero esta vez destacando los registros medios y graves, así que encontrarán en varios temas dúos de cellos y combinaciones de violas con cellos, ejecutadas con inmensa fortuna por Felipa Moncada, Ellis Regina y Martha Salgado.

Y si de continuidad hablamos, debo mencionar también la presencia de las guitarras que aquí se mueven con más libertad y variedad tímbrica en las manos de dos invitados que aportan un sello particular al disco: Emilio Martiní, quien se entrega con pasión en las improvisaciones, y Samuel González, quien además de ser el arreglista más joven del disco, ejecutó varias guitarras con una limpieza francamente admirable.

La presencia de la cuerda de metales sí es algo nuevo en mi discografía: la trompeta de Robertico García, Alexander Abreu, y Robin Félix Martínez; el saxofón tenor de Orlando Sánchez “Cubajazz” y Carlos Miyares; el trombón de Amaury Pérez Rodríguez… todo un lujo para el disco y de alguna manera un modesto homenaje al trabajo de Silvio con Afrocuba y a ese disco perfecto llamado Causas y azares.

El arpa es un ángel que añoraba mi canción desde hacía mucho tiempo. Finalmente aquí aparece en complicidad con las cuerdas de acero de mi guitarra acompañando dos canciones de amor. La ejecuta la joven arpista Anayza Núñez con especial encanto.

La presencia del clarinete mezclado con la flauta, unida a la limpieza de Niurka González es otro color que agradece el disco.

Otro instrumento que me agradó muchísimo tener y que constituye otra novedad en mi discografía, fue el contrabajo, interpretado por el camagüeyano Yandy Martínez, quien logra establecer un atractivo dialogo con la voz. El bajo eléctrico regresa esta vez con el joven Arnulfo José Guerra, pero con más libertades haciendo aportaciones no solo rítmicas sino melódicas a las canciones.

En Puertas pienso que es innegable la pluralidad rítmica, gracias a la excelencia de percusionistas de la talla de Ramsés Rodríguez, Yaroldy Abreu y Tomás “Panga” Ramos.

También está el piano con un rol relevante, que no es nuevo en mi trabajo, pero que tiene ahora mayor presencia, unas veces como elemento armónico principal, otras veces sumándose a las guitarras o sustituyéndolas en las segundas partes de las canciones. Aquí he tenido la fortuna de tener también invitados de lujo, Miguel Núñez, Alexis Bosch y el joven Abel Calderón.

Quizás hay otra zona particular en el disco: hacía mucho tiempo que sentía la necesidad de trabajar mi voz con mayores libertades, quería hacerme dúos en determinadas líneas, subrayando, sugiriendo intenciones, quería mi voz duplicada, triplicada, con leves contra cantos, buscando ambientes que aportaran vida a la canción, desde mi propia voz.

Y por último, si algo lo distingue de los anteriores es su sonoridad, y hablo desde un punto de vista más técnico, del proceso de grabación, del tratamiento de los instrumentos, de la profundidad sonora, y aquí me complace mencionar al inmenso ingeniero, al gran músico y excelente amigo Orestes Águila, quien ha logrado dimensionar la música y ha realizado una mezcla insuperable.

Claro, por mucho que el disco estuvo concebido antes de entrar al estudio, hubo un espacio dedicado a la improvisación, dónde ocurrieron maravillosos “accidentes”.

Ha sido intenso el trabajo, pero no te puedo negar lo mucho que lo he disfrutado.

Las cosas con alma nunca se perdieron

—También anunciaste que Puertas era un disco nostálgico, “narrativo, un tanto fotográfico”. Sin embargo, entre añoranzas, tristezas y desasosiegos, una siempre ve el camino, la luz, reafirmación y certezas, ya sea en “Se fueron”, en “Se busca” o en “Escapar del pasado”. ¿Es entonces también un disco que mira hacia el futuro? ¿Un disco nostálgicamente optimista? ¿Es esa una de las lecturas de su título o son únicamente puertas para desandar o contemplar?

—Diría que Puertas es un disco fotográfico y muy autobiográfico. En momentos viaja al pasado agradeciendo o cuestionando; otras veces transita el presente con pocas certezas y mira al futuro curioso, indagador, inquisidor. Creo que es un disco nostálgico, dónde asoma un testarudo optimismo.

La canción “Puertas”, que da título al disco, aparece a partir de un “indiscreto” acercamiento con el mundo del derecho, más específicamente del derecho penal. Conocí a tres jóvenes fiscales y viví su afán de encontrar verdades, de intentar ser justas…, por ellas se abrieron “las puertas” a ese mundo misterioso de togas, tribunales y juicios, tan lejos y tan cerca de uno… Ese fue el resorte que me puso frente a la canción. Luego aparecieron otras asociaciones, porque las puertas colman nuestras vidas. ¿Cuánta historia guardan las puertas? ¿Cuánto y cuántos se esconden tras ellas? ¡Llegamos al mundo y cruzamos la puerta de un salón de parto!

Hay puertas que clausuramos, otras que derribamos, otras que permanecen siempre entreabiertas, y muchas que jamás nos atrevemos a cruzar. ¿Cuántas puertas encontramos en el camino?

—Pero es también un disco de homenajes, donde saldas deudas afectivas o cognitivas, de “gratitudes”, algo bien usual en tus conciertos. Aquí no solo está el estremecedor “Se busca” dedicado a Elsa, tu madre, o “Con los hilos de la luna”, el ya más conocido canto al abuelo Hevia, sino también “Cautivo” o “Benedetteando”, con expresa admiración por Benedetti, en “También como la cigarra”, explícita alusión a María Elena Walsh, o al Principito en “Lo invisible”, etc. ¿Es este uno de los cordones umbilicales? ¿Así lo concebiste o así brotó?

—Los escritores, poetas y trovadores que cito -Naborí, Miguel Hernández, María Elena Walsh, Benedetti…- han dejado una profunda huella en mí, no sólo en la canción sino en mi vida. No me propuse un homenaje consciente, pero agradezco mucho esa mirada. “El don de agradecer”, es una herencia materna que me encantaría compartir.

Por otra parte, como le concedo tanto valor a la familia, no es extraño encontrar la canción que le dedico a mi abuelo asturiano, que nunca olvidó el lugar de donde vino, y tampoco es extraño dar con la canción que aparece irremediablemente luego de la ausencia de mi madre.

Las personas que aparecen de una u otra forma en Puertas son parte de mi cotidiano, son ángeles que me acompañan y con los que suelo dialogar a diario.

—En casi todos tus conciertos acostumbras a tener invitados “de lujo”. Igual en varios de tus discos. Baste citar como ejemplos a Silvio Rodríguez y Chucho Valdés en Del verso a la mar, y a Omara Portuondo en Ángel y habanera. Tres son ahora los invitados especiales: el portugués Luis Represa (quien ya te acompañó en un concierto), el gaitero asturiano José Ángel Hevia, y la también española Ana Belén. ¿A qué responden estas presencias todas? ¿Cómo llegaron a Liuba y a Puertas estos tres últimos invitados?

—He tenido el privilegio extraordinario de compartir algunos de mis trabajos con artistas que respeto y quiero profundamente, artistas que han acompañado con su música momentos trascendentales de mi vida y de mi carrera, así que reconozco ser una mujer afortunada.

Ha sido un placer inmenso compartir en Puertas con Ana Belén, la voz femenina preferida por mi madre, la elegida de toda la familia. Cantar con Ana ha sido, no sólo un lujo sino una escuela. Ana Belén es una ARTISTA en mayúscula, una especie de Rey Midas que convierte en oro lo que toca y alguien que ha defendido y defiende como pocos la canción de autor. Ha sido un verdadero honor compartir con ella el tema “Tristeza”, una canción que dedico a nuestro inmenso realizador Fernando Pérez y a su impresionante obra Suite Habana.

Otro invitado de lujo es el cantautor portugués Luis Represas, un hombre extraordinario, un enamorado de la música y la gente de esta isla. Nos conocimos hace varios años gracias a un amigo común, Miguel Núñez, que hizo un arreglo maravilloso para el tema que compartimos “Será porque diciembre”. Hace apenas dos años colaboré en un bellísimo disco de Luis Represas, junto a Pablo Milanés y la brasileña Simone. Ahora Luis llega a Puertas para ponerle su acento encantador y el hermoso timbre de su voz.

He tenido la presencia de otro invitado especial, se trata del gaitero asturiano José Ángel Hevia, quien puso alas al tema “Con los hilos de la luna”, un canto de gratitud a los abuelos, y un homenaje a los emigrantes, a esos viajeros que cargan con su cultura y su historia como único equipaje.

La gaita única de Hevia recrea aquellos días en que caminaba de la mano del abuelo por una calle habanera y soñaba con Asturias.

—Varios son los arreglistas que han participado en el disco. Una vez más el Guajiro Miranda lleva la voz cantante pues interviene en seis de ellos, pero también están Miguel Núñez en dos, Arnulfo Guerra en tres, Samuel González en dos, Alexis Bosch y Héctor Raúl Arias en uno, y Liuba en tres. ¡Cuántas visiones, cuántos conceptos, cuántos modos! Sin embargo, Puertas logra una armonía, una unidad, un único color. ¿Cómo lograr esa voz única y múltiple a la vez?

—Cuando selecciono el repertorio del disco se disparan dentro de mí “imágenes sonoras”, por decirlo de alguna manera. Voy imaginando el formato instrumental que pudiera asociarse a la canción y de acuerdo a la temática y al género del tema, pienso en los músicos que pudieran hacer el arreglo.

Una vez que el arreglista termina su obra, comienza una fase de trabajo conjunto, donde se quitan o añaden vestiduras a los temas y se va buscando una unidad que conforma el disco. Gracias a la capacidad imaginativa de cada arreglista y a la personalidad tan diferente de cada uno, se pueden escuchar iguales o parecidos formatos con soluciones muy diversas.

Me gusta trabajar con arreglistas diferentes, disfruto unirlos, acoplarlos, que dos o tres de ellos compartan el arreglo de un mismo tema. Me atrae especialmente ese tipo de “experimento”, pienso que es algo seductor y enriquecedor para todos.

—Siempre has buscado –y logrado- que todo el diseño del disco responda artística y conceptualmente a una unidad, a un lenguaje, a la poesía propia de tu obra, que luego tiene una continuidad en el concierto de presentación y en los soportes audiovisuales. ¿A cual sendero se abrió Puertas? ¿Qué lo distingue en su presentación?

—Para el diseño de Puertas teníamos dos caminos: uno que jugara con imágenes corporales asociadas a las puertas como los ojos o las manos, y el otro con imágenes reales de puertas. La fotografía de Alderete que había captado bellísimas puertas y rejas de la ciudad, nos inclinó por la segunda variante. Los diseñadores Laura Llópiz y Pepe Menéndez hicieron, a mi juicio, un trabajo exquisito, con un formato atípico, el uso de troqueles, texturas y colores contemporáneos sin perder la sobriedad que también deseábamos encontrar en lo grafico.

De momento pensamos que el primer clip del disco debe ser con el tema “Con los hilos de la luna” y ojalá pueda salir nuevamente de la imaginación de Pepe Hevia, quien está realmente conmovido con la temática, porque el abuelo Hevia tenía con él una bellísima relación.

Se busca lo mejor de la utopía

El año 2010 abre también sus puertas. Por una o por varias de ellas, quién sabe, entrará esta última producción discográfica de Liuba María Hevia. Trece temas inteligente y estremecedoramente hilvanados por una poesía nada contemplativa, que conducen a la reflexión, a la valoración de lo que somos y a la certeza de lo que podemos ser.

“Las cosas con alma nunca se perdieron, / envían señales y reconocemos / la misma mirada con otro sombrero. / Están en nosotros reclamando sueños, / salvando este instante, desafiando el tiempo…”,[1] nos ratifica, nos alerta.

Trece canciones, todas de su autoría. Algunas ya se habían dejado escuchar en varias de sus presentaciones (“Con los hilos de la luna”, por ejemplo) o como parte de la banda sonora de la telenovela El balcón de los helechos (“Lo invisible”, “Antes que nazca el día” y “Tema para Verónica”), pero la mayoría iniciará su andar desde este disco: “Se fueron”, “Será porque diciembre”, “Tristeza”, “El sueño del ángel”, “Cautivo”, “Se busca”, “Escapar del pasado”, “Puertas” y “También como la cigarra”. Auguro que ninguna tendrá corto el sendero.

Por alguna de esas puertas hemos de salir sin dudas a buscar “lo mejor de la utopía”,[2] “aunque marchite en este tiempo la esperanza, / aunque clausuren la ventana de escapar, / aunque el silencio haga un concierto a la distancia, / aunque destierren el asombro y el azar”,[3] para seguir “cantando al sol como la cigarra”.

Entonces, “atenta la ciudad, atenta la ciudad”,[4] ya llega Puertas.

Los créditos
Producción general: Liuba María Hevia
Grabación: Orestes Águila / Lucía Huergo
Masterización: Orestes Águila / Víctor Cicard
Diseño gráfico: Laura Llópiz / Pepe Menéndez.
Fotografías: Ángel Alderete
Producción musical: Liuba María Hevia / Arnulfo José Guerra / Lucía Huergo
Estudios Abdala, La Habana, Cuba, 2009.
Las canciones
1. Lo invisible
2. Antes que nazca el día
3. Se fueron
4. Con los hilos de la luna
5. Será porque diciembre
6. Tema para Verónica
7. Tristeza
8. El sueño del ángel
9. Cautivo
10. Se busca
11. Escapar del pasado
12. Puertas
13. También como la cigarra.

[1] Tomado de la canción “Se fueron” de Liuba María Hevia. CD “Puertas”
[2] Tomado de la canción “Se busca” de Liuba María Hevia. CD “Puertas”
[3] Tomado de la canción “También como la cigarra” de Liuba María Hevia. CD “Puertas”
[4] Tomado de la canción “Se busca” de Liuba María Hevia. CD

Eduardo Galeano: "La Revolución Cubana sigue siendo contagiosa"



La Universidad de La Habana concede el doctorado honoris causa al escritor uruguayo

El escritor uruguayo, doctor honoris causa de la Univesidad de La Habana: "En un mundo donde el servilismo es alta virtud; en un mundo donde quien no se vende, se alquila, resulta raro escuchar la voz de la dignidad. Cuba está siendo, una vez más, boca de esa voz".

Intervención de Eduardo Galeano

Muchas gracias. En realidad, esas dos palabritas que expresan perfectamente todo lo que tengo que decir, porque estoy diciéndolas de verdad y no por fórmula de obligatoria cortesía. Pero voy a agregar algunas palabras más, que quizás ayuden a explicar los motivos de mi gratitud. Seré breve. No se asusten, por favor, que nadie salga corriendo: también estoy diciendo de verdad estas otras dos palabritas, seré breve, que habitualmente anuncian discursos de plomo. No digo muchas gracias a la Universidad de La Habana solamente porque ha cometido la irresponsabilidad de hacerme doctor, aunque este único gesto bien valdría, de por sí, mi agradecimiento. Porque estaba visto que yo, que nunca fui estudiante universitario y aprendí lo poco que sé en los cafés de Montevideo, sólo podía llegar a ser doctor por algún acto de magia o generosidad. Había otra posibilidad, pensándolo bien, pero no se me dio. En mi país, en un pueblo que se llama Cerro Chato aunque no tiene ningún cerro, ni chato ni puntiagudo, hubo alguien que tuvo esa suerte. Doctor Galarza, se llamaba.

El padre lo había bautizado así, Doctor de nombre, Galarza de apellido, porque quería un hijo con diploma y su bebé no le pareció digno de confianza. Pero cuando yo nací, me llamaron Eduardo. Digo muchas gracias a la Universidad de La Habana por el doctorado y por otro motivo que es, para mí, mucho más importante: porque el doctorado viene de donde viene. No me gusta citar mis propios textos, habiendo tantos otros autores que valen más la pena, y rara vez lo hago. Pero permítanme un par de pecaditos. Hace treinta años, me preguntaba yo, a propósito de la actitud del gobierno de Estados Unidos, que prohibía que sus ciudadanos viajaran libremente a Cuba: "Si esta Isla es, como dicen, el infierno, ¿por qué Estados Unidos no organiza excursiones para que sus ciudadanos la conozcan y se desengañen?" Ahora, me lo sigo preguntando. Hace diez años, formulaba otra pregunta sobre la infiernización de Cuba: "¿Por qué voy a confundirla, ahora, con el infierno, si yo nunca la he confundido con el Paraíso?" Y ahora, me lo sigo preguntando. Ni infierno, ni Paraíso: la Revolución, obra de este mundo, está sucia de barro humano, y justamente por eso, y no a pesar de eso, sigue siendo contagiosa. Pero muchos de los que antes la ubicaban en las alturas celestiales, ahora la condenan al fuego eterno. Antes confundían al socialismo con el estalinismo, y ahora son campeones de la libertad de expresión. Ahora son maestros de democracia y antes confundían la unidad con la unanimidad y la contradicción con la conspiración, porque la contradicción era un instrumento de la conspiración imperialista en lugar de ser, como era, como es, la única prueba irrefutable de que está viva la vida. En el Nuevo Orden Mundial, cuando los burócratas se hacen empresarios y los toros bravíos se vuelven bueyes mansos, cuando muchos amigos de antes se convierten en enemigos de ahora, cobran tremenda actualidad aquellas palabras de Carlos Fonseca Amador, el fundador del Frente Sandinista: "Los amigos de verdad son los que critican de frente y elogian por la espalda". Yo siempre creí que a Cuba se puede quererla sin mentir coincidencias ni callar divergencias. Y ahora estoy más que nunca seguro de que no hay otra manera de quererla, ni dentro ni fuera de sus fronteras, porque la coincidencia que se alimenta de la divergencia es la única forma de amor digna de fe. No son muy honrosos, que digamos, estos tiempos que estamos viviendo. Pareciera que se está disputando la Copa Mundial del Felpudo. Uno tiene la impresión, y ojalá sea una impresión equivocada, de que los gobiernos compiten entre sí a ver quién se arrastra mejor por los suelos quién se deja pisar con mayor entusiasmo. La competencia venía de antes, pero a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre hay una casi unanimidad en la obsecuencia oficial ante los mandones del mundo. Casi unanimidad, digo. Y digo que hoy me siento orgulloso de recibir esta distinción en el país que más claramente ha puesto los puntos sobre las íes diciendo no a la impunidad de los poderosos, el país que con más firmeza y lucidez se ha negado a aceptar esta suerte de salvoconducto universal otorgado a los señores de la guerra, que en nombre de la lucha contra el terrorismo pueden practicar a su antojo todo el terrorismo que se les ocurra, bombardeando a quien quieran y matando cuando quieran y cuantos quieran.

En un mundo donde el servilismo es alta virtud; en un mundo donde quien no se vende, se alquila, resulta raro escuchar la voz de la dignidad. Cuba está siendo, una vez más, boca de esa voz. A lo largo de más de cuarenta años, esta revolución, castigada, bloqueada, calumniada, ha hecho bastante menos que lo que quería pero ha hecho mucho más que lo que podía. Y en eso está. Ella sigue cometiendo la peligrosa locura de creer que los seres humanos no estamos condenados a la humillación. A ella le doy, en ustedes, mis muchas gracias.


Fuente: Larepublica.es

Trovador y Guitarra: En recuerdo de Esteban Valdivieso, poeta y cantautor andaluz.



14/02/2010

Decía Victor Jara en su Manifiesto: Yo no canto por cantar ni por tener buena voz, canto porque la guitarra tiene sentido y razón...


En la memoria colectiva, muchos trovadores están ligados a sus guitarras. Se podrían hacer mil artículos sobre el tema; encontraríamos muchas canciones en las que trovador y guitarra son lo mismo, inseparables. No pretendo hacer eso en este artículo, que no es un artículo, ni un comentario, es sólo un recuerdo para un cantautor que nos dejó un 14 de febrero de hace dos años, Esteban Valdivieso. En mi mente, y en la de muchos que lo conocieron, su imagen va unida a su guitarra.

Hoy esta web lo rememora exponiendo una de sus canciones más distintivas en el apartado Canción del día. Parece se encuentra publicada en el disco Estabas tú en el humo y en ella habla de sueños y esperanzas: Lo bello casi no es posible, somos actores de una mala obra, parece que nunca seremos libres, que las ilusiones no nos sobran.

En recuerdo del trovador y de su guitarra inseparable, tomo prestados unos versos del poeta malagueño Manuel Alcántara: De mí una guitarra:



Cuando yo me haya ido
-qué triste que me vaya-
de esta madera mía
que me hagan una guitarra.


Cuando termine la muerte,
si dicen: "¡A levantarse!",
a mí que no me despierten.

Que por mucho que lo piense,
yo no sé lo que me espera
cuando termine la muerte.


Que yo me conformo siempre,
y una vez acostumbrado
a mí que no me despierten...


En memoria de Esteban Valdivieso, cantautor andaluz.
María Gracia Correa


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Entrevista a Víctor Casaus



Múltiple participación del Centro Pablo de la Torriente en la Feria del Libro de Cuba

Como es ya habitual en su quehacer, el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau participará en la 19 edición de la Feria Internacional del Libro uniendo “la belleza y el compromiso, la calidad y la búsqueda artística”, según el decir de su director, Víctor Casaus.

15/02/2010

Víctor Casaus
© Juan Miguel Morales

En entrevista con este espacio, Casaus profundiza en las acciones culturales que desarrollará la institución que dirige, con énfasis este año en el homenaje al poeta español Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento.

¿Cuál será la participación del Centro Pablo en la 19 Feria Internacional del Libro?

“El Centro tendrá una participación múltiple en esta Feria: incluirá presentaciones de libros, lanzamiento de discos de música y de memoria, miniconciertos de trovadores, presentación de DVD con los ganadores audiovisuales de los salones de arte digital. Y tendremos las celebraciones por el centenario del nacimiento de Miguel Hernández.

Los libros que presentaremos pertenecen a las colecciones Palabras de Pablo y A guitarra limpia de nuestras Ediciones La Memoria. En el primer caso se trata de publicaciones realizadas a través de las Ediciones Especiales del Instituto Cubano del Libro: Testimonios y reportajes y ¡Arriba muchachos!, ambos de Pablo de la Torriente Brau. Esos títulos forman parte de las obras completas de Pablo que el Centro viene publicando, tomo a tomo, desde que se creó nuestro sello editorial y conforman la biblioteca mayor del cronista que ya abarca once títulos de sus diversos caminos creativos: periodismo, cuentos, novela, epistolario, todos preparados y prologados por especialistas conocedores de la obra pabliana como Denia García Ronda y Ricardo Hernández Otero, que tendrán a su cargo la presentación de estos títulos dentro de la programación de la Feria.

A estos libros se suma el volumen Pablo de la Torriente Brau en voces avileñas, compilado por Elizabet Rodríguez y José Antonio Quintana, que ha sido coeditado con el sello editorial de la provincia de Ciego Ávila, dando continuidad a una vocación de colaboración e intercambio se iniciada hace unos años.

Los dos libros de la colección A guitarra limpia provienen del concurso de ensayo Noel Nicola que convocamos en el año 2007. Se trata de los proyectos finalistas de aquel certamen: La primera piedra, de Ariel Díaz, quien multiplica su quehacer artístico al escribir estas crónicas sobre su generación trovadoresca, y La luz, bróder, la luz, del periodista y crítico Joaquín Borges Triana, que aporta información sobre las más recientes generaciones de la nueva trova cubana y propone una nueva, abarcadora nomenclatura –la canción cubana contemporánea–, invitando al debate necesario sobre estos temas.

Dentro de la programación de la Feria, el viernes 19 a las 4 de la tarde, en la Sala Nicolás Guillén, serán entregados los Premios Memoria 2009 a los seis proyectos ganadores de este concurso establecido desde hace doce años para estimular las investigaciones testimoniales a partir del uso de la palabra hablada. En esa misma tarde Guillermo Rodríguez Rivera presentará un nuevo volumen de la Colección Palabra viva, dedicado en esta ocasión a la vida y la obra de un sabio filólogo cubano cuyo centenario estamos celebrando este año 2010: José Juan Arrom”.

¿Cuáles han sido las acciones realizadas por el centro para celebrar el centenario de Miguel Hernández?

“Han sido, para nuestra alegría, múltiples y variadas: publicaciones de libros, volumen discográfico de Palabra viva dedicado al poeta, preparado por Virgen Gutiérrez a partir de los archivos sonoros de Orlando Castellanos; obra teatral Reino dividido, de Amado del Pino, representada bajo la dirección de Carlos Celdrán y su grupo Argos Teatro; cartelística y spots audiovisuales que documentan para la memoria estos acontecimientos culturales con los que el Círculo Hernandiano Cubano ha querido recordar la vida y la obra de Miguel Hernández, convocando a instituciones y amigos fraternos, en el camino hacia el centenario del poeta como proponía el Llamamiento que lanzamos en la pasada Feria del Libro de la Habana.

Para hacer posible estos sueños hernandianos hemos contado con el apoyo de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, la Delegación de Juventud y Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, la Embajada española y su oficina de la AECID, el Fondo Ojalá de Silvio Rodríguez y el Consejo de las Artes Escénicas, entre otras.

Con este proyecto hemos comprobado que la participación solidaria y la colaboración institucional no sólo son posibles sino necesarias, basadas siempre en el respeto mutuo, la identificación de metas comunes y la pasión por la memoria y la belleza”.

¿Qué importancia le concede a la realización de este coloquio de la II Jornada Hernandiana dentro de la Feria del Libro?

“El Coloquio da continuidad al que realizamos en el Centro Pablo en febrero de 2008, junto con la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, y que reunió a creadores y especialistas de España y de Cuba para indagar sobre la presencia de Miguel Hernández en Cuba. De aquel Coloquio surgió el volumen Actas Hernandianas que recogió los acercamientos realizados a la vida y la obra del poeta. Ahora también nos acompañarán Juan José Sánchez Balaguer, director de la Fundación oriolana y Aitor L. Larrabide, especialista y crítico de la obra hernandiana, quien compiló, junto a Concepción Allende, el volumen Presencia de Miguel Hernández en Cuba que será presentado en esta Feria.

Dos autores españoles participarán también en este Coloquio: José Luis Ferris, que presentará su biografía Miguel Hernández, Pasiones, cárceles y muerte de un poeta, y Fernando González Lucini, profundo conocedor de la canción de autor iberoamericana quien trae su título más reciente: Miguel Hernández ¡Dejadme la esperanza!, que acaba de presentar en Orihuela.

Junto a la conferencia de Víctor Fowler sobre la poesía hernandiana, varios críticos (Guillermo Rodríguez Rivera, Jesús David Curbelo, Aitor Larrabide) se reunirán en la mesa organizada por Alexis Díaz Pimienta para debatir sobre Miguel Hernández como poeta rimador y sus relaciones con los metros clásicos y la saga popular.

Además de la poesía, basamento espiritual de toda la obra de Miguel Hernández, será traído a debate otro de sus oficios creadores, sensiblemente ligado a su participación como defensor de la República agredida. Sus crónicas de la guerra serán analizadas en la mesa donde me acompañarán Denia García Ronda y Ricardo Hernández Otero para extender el homenaje de esta Feria a la labor testimoniante de Miguel Hernández, recogida en el libro que ha publicado la Editorial José Martí para esta Feria”.

¿Cómo, cuándo y dónde continuarán las acciones culturales organizadas por el Centro para homenajear al poeta de Orihuela?

“Hace unos días nos comentaba un amigo que comparte la admiración por Pablo de la Torriente Brau y Miguel Hernández: “ese programa de actividades que presentarán en La Habana en febrero será, sin dudas, el primer gran conjunto de celebraciones fuera de las fronteras españolas”. El dato nos llenó de alegría porque pensamos, de inmediato, en este otro, doblemente revelador: el primer homenaje a Miguel Hernández después de su muerte fue realizado en La Habana, en el año 1943 y en él participaron Nicolás Guillén, Juan Marinello, Ángel Augier, junto al profesor Juan Chabás y otros intelectuales españoles.

De manera que vemos estas acciones de hoy como una continuidad hermosa que une nuevamente también en la memoria a Miguel y a Pablo, quien le descubrió en un batallón de zapadores y a quien nombró Comisario de Cultura en medio de los fragores por la defensa de Madrid, asediada por las fuerzas franquistas a mediados de noviembre de 1936.

Varias de estas actividades que conforman el programa hernandiano en La Habana en este comienzo del 2010 trasladarán su alcance a diversas ciudades españolas durante el primer semestre de este año. La obra teatral Reino dividido tendrá su estreno peninsular en una fecha y un lugar de altas significaciones hernandianas: será llevada a Orihuela por la Fundación Cultural que lleva el nombre del poeta y estrenada allí el 28 de marzo. Después recorrerá diversos escenarios (en Granada, Madrid y otras ciudades) para culminar sus presentaciones en Sevilla –invitada por la Delegación de Juventud y Deportes del Ayuntamiento­– al calor de las actividades de la Feria Internacional del Libro que se celebra allí en el mes de mayo.

Precisamente aquella Feria dará espacio a las presentaciones de los libros y discos lanzados aquí en la Habana durante este mes de marzo para recordar juntos el centenario del autor de Viento del pueblo. Los trovadores ganadores del concurso Una canción para Miguel llevarán también a Sevilla la palabra poética de Miguel hecha canción y memoria: una manera de unir, una vez más, la belleza y el compromiso, la calidad y la búsqueda artística para celebrar los cien años de un joven poeta mayor”.

Vivian Núñez
Periodista


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Ellos, los imprescindibles

Ellos son los imprescindibles. Y andan tan sumergidos en el calor de sus oficios que tal vez no saben cuánto valgan. Sin la tenacidad discreta, despojada de oropeles, de que son capaces, la ciudad sería un caos, un elefante con plantas de papel, un vertedero. Ellos son los atlantes.

Preguntamos por ellos solo cuando la ausencia los hace demasiado evidentes. El resto del tiempo les vemos discurrir como suerte que se da por sentada, como personajes de segunda a quienes el gran guión de la vida les asignó tan solo un bocadillo, acaso una interjección desabrida.

Quien mire sin verlos no ha entendido nada del concierto humano. Pues ellos son más reales que otros muchos: tocan la realidad con sus manos, la transforman con solo aparecer a la luz pública.

Tienen ellos, los imprescindibles, una dignidad que no regatean a nadie. Esta filosofía los anima: «Existo; luego venzo». Allá quienes pretendan disminuir la grandeza de estos gladiadores de la humildad, de estos artífices de un esfuerzo que no espera premios.

(Texto: Alina Perera; Fotos: Kaloian)









Vida y obra de Miguel Hernández son estudiadas en dos libros


Dos libros que planean alrededor de la vida y la obra del poeta español Miguel Hernández (Orihuela, 1910; Alicante, 1942) hacen su aparición en estos días en las librerías. Se trata de un estudio sobre la influencia que ha tenido en la música el autor de Perito en lunas, por una parte, y de una descarnada biografía que desmonta varios de los conceptos establecidos sobre su vida.

El 21 de enero, la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE) presentó el libro Miguel Hernández: ¡dejadme la esperanza!, un ensayo de 195 páginas de Fernando González Lucini que acerca a la figura del poeta alicantino a través de la música que ha inspirado su obra, según anunció la entidad en un comunicado emitido el jueves 11 de febrero.

Adicionalmente, este miércoles 17 de febrero saldrá a la venta, bajo el sello Aguilar, el libro El oficio de poeta; Miguel Hernández, de Eutimio Martín, una biografía que es todo menos complaciente, y que traza un retrato irónico y poco piadoso del poeta-cabrero, que aparece como un personaje taimado y calculador a quien no le importa utilizar a sus amigos —entre ellos a Ramón Sijé— para escapar del opresivo ambiente provinciano de su Orihuela natal y hacerse un nombre en la capital.

Miguel Hernández: ¡dejadme la esperanza! es la contribución de la SGAE a la conmemoración del centenario de Hernández. González Lucini, experto en músicas populares, recorre la figura del poeta, a través de artistas tan diversos como Enrique Morente, Lole y Manuel, Extremoduro o Silvio Rodríguez. Además, analiza la música que ha inspirado la obra de este “juglar mediterráneo”.

El comunicado de la SGAE recuerda que, por ejemplo, Camarón de la Isla interpretó por fandangos “El pez más viejo del río”, o que el grupo Jarcha, tan de moda en los albores de la Transición, popularizó su famosísimo poema “Andaluces de Jaén” (sobre una letra firmada por Paco Ibáñez en 1967).

El Año Miguel Hernández, apuntaron desde la SGAE, “es una excelente ocasión para acercarse, también musicalmente, al autor de ‘Andaluces de Jaén’, ‘Perito en lunas’ o ‘El rayo que no cesa’ ”. El comunicado agrega que, “al igual que Alberti, García Lorca o Neruda han inspirado a muchos autores en sus canciones, también lo ha hecho Miguel Hernández, especialmente en países como Argentina, Uruguay o México”.

El libro aparece dentro de la colección de monográficos “Canción y Literatura”, publicada por Ediciones Autor, que recoge y da testimonio de la poesía “cantada” de los grandes poetas, músicos e intérpretes españoles y latinoamericanos.

González Lucini (Gerona, 1946) fue durante una década profesor de música popular y canción de autor en Madrid. Ha sido colaborador y director de diversos programas de radio donde la música ha sido siempre su herramienta de trabajo diario. Uno de los mayores conocedores de la canción española y de su relación con la poesía, es autor, entre otras obras, de la trilogía Y la palabra se hizo música (Ediciones Autor, 2004, 2006, 2007).




“El oficio de poeta; Miguel Hernández”, de Eutimio Martín
El oficio de poeta; Miguel Hernández: una visión descarnada.

El oficio de poeta; Miguel Hernández, es el resultado de casi dos décadas de investigación de Eutimio Martín, catedrático emérito de la universidad francesa de Aix-en-Provence. El libro, según su autor, llena una laguna en la bibliografía hernandiana, la de la biografía a la francesa, más interpretativa: “El resorte de esta biografía es la voluntad de Hernández de convertir la poesía en su oficio y en su medio de vida”. Pero aunque el autor insiste en que las luces del personaje son “cegadoras” respecto a las sombras, es verdad que ha puesto mucha dedicación en su afán desmitificador del escritor.

No es la primera vez que un biógrafo de Hernández desmonta el célebre mito del poeta-cabrero, una imagen que él mismo cultivó para darse a conocer en Madrid. El importante matiz es que el padre del poeta era el propietario del rebaño de cabras que él se vio obligado a pastorear cuando por exigencia paterna tuvo que abandonar la escuela.

“Él tiene ya un concepto moderno de la publicidad personal y lo utiliza en las tertulias literarias madrileñas. No es de extrañar que García Lorca se irrite con la presencia de Hernández cuando éste, vestido de paleto, le robe el protagonismo”, afirma Martín.

Sin embargo, al autor de Perito en lunas acaba molestándole la etiqueta que él mismo ha alimentado cuando ya no la necesita: “Quiere librarse de la maldición paterna, ‘de padres cabreros, hijos cabreros’ y para ello se ve obligado a llamar la atención, pero no veo en esta actitud hipocresía”.

1935 es un año bisagra en la biografía hernandiana. Con anterioridad, la obra del poeta ha estado profundamente influida por el catolicismo —llegó incluso a escribir un auto-sacramental. “Yo no puedo dar una respuesta neta de la dimensión fascistoide de ese primer Miguel Hernández, por influencia de Ramón Sijé [que sí cultivó las ideas fascistas]. Es difícil establecer si el breve tiempo que se dejó contagiar por esa ideología fue por oportunismo”.

Lo que sí es cierto es que en su segundo viaje a Madrid, el poeta, en contacto con Neruda y con el poeta argentino Raúl González Tuñón, se acercará al comunismo en el que acabará militando, pese a que su viuda, Josefina Manresa, niegue reiteradamente esa militancia.

“Creo que hay que dejar de hablar de la miseria económica de Hernández y empezar a hacerlo de la miseria afectiva”, sostiene Martín, y para demostrarlo establece un inventario de posibles relaciones sentimentales: María Zambrano, Delia del Carril, Carmen Pastrana y la probada relación con Maruja Mallo. No está de acuerdo el biógrafo en que el apasionado poemario El rayo que no cesa, en el que percibe un carácter claramente masturbatorio, esté dedicado a la pintora y sí a la química asturiana María Cegarra, que jamás le correspondió.

“El empeño por incluir a la pareja Miguel Hernández-Josefina Manresa en la lista de amantes célebres emana de una muy comprensible y laudable actitud conmiserativa hacia quienes tanto sufrieron, pero carece de fundamento biográfico”, escribe Martín que vuelve a remitirse a los hechos.

“En las cartas que Miguel le escribió en la cárcel a Josefina no cesa de pedirle su presencia confortadora porque sólo le va a ver a Orihuela y Alicante. No se traslada a Madrid, a diferencia de la hermana del poeta, Elvira, que sí lo hace y además acompañada de una niña de tres meses. Por otro lado, en las cartas que ella le escribe no deja de preocuparle con sus problemas, hasta el punto de que él tiene que recordarle que el que está en la cárcel es él”.

Nacido en Palencia en 1935, Martín es licenciado en filología románica por la Universidad de Madrid, obtiene el doctorado en la Universidad de Montpellier, en Francia, con una tesis sobre la obra de Federico García Lorca. Desde 1964 reside en Francia, donde ha ejercido como profesor de lengua y literatura española en las universidades de Niza y Poitiers.

Ha publicado en francés La littérature espagnole d’aujourd’hui (1972) y Federico García Lorca. Un messianisme humaniste (2007) y en castellano es autor de Federico García Lorca: “Poeta en Nueva York” y “Tierra y luna” (1981), Federico García Lorca, heterodoxo y mártir (1986) y Federico García Lorca: antología comentada (1989). Sobre literatura e historia contemporánea española (en particular sobre Miguel Hernández), es autor de numerosos artículos en diversas publicaciones.

Fuentes: El Periódico • Europa Press