lunes, mayo 03, 2010

El canto rebelde, de todos, con rosas y espinas, resonó en Ecuador

02 de mayo de 2010
Por Pedro Rioseco

Quito, 2 may (PL) El canto rebelde, de las viejas y nuevas generaciones, el que acompañó las luchas por la segunda y definitiva independencia latinoamericana y se enfrentó a las dictaduras, resonó hoy, triunfante y vigoroso, en el centro histórico de Quito.

La amplia Plaza de San Francisco acogió este domingo el segundo concierto en Ecuador del Festival Latinoamericano y Caribeño Canto de Todos, bajo el auspicio del Fondo Cultural de la Alternativa Bolivariana para las Américas y el Ministerio de Cultura.

La vieja trova que nunca muere y sus nuevas corrientes, sustituyeron nostalgias por alegrías, porque como dijo el trovador chileno Francisco Villa, "no hay gesto más grande y generoso en el ser humano que luchar para que otros toquen el cielo con las manos."

El rechazo al golpe de Estado en Honduras con la condena a la represión impune, el buscado camino de la unidad latinoamericana, y la oposición a las bases militares de Estados Unidos en Colombia, fueron algunos temas en las canciones de más de 20 destacados artistas y grupos.

Músicos, en su mayoría figuras de gran prestigio nacional e internacional, provenientes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Chile, Argentina y Perú, actuaron para los ecuatorianos en Santo Domingo de los Tsáchilas y en Quito.

Canciones con rosas y espinas, como el símbolo original de la canción protesta en los años 70, donde el amor trasciende lo personal y abarca en su abrazo los valores esenciales del hombre y la lucha por el bienestar de los pueblos, florecieron en ambos.

Larga sería la lista de destacados artistas, ecuatorianos e invitados, e imperdonable pecar de omisión, por ello, y entre el coro del numeroso público concentrado en esta plaza, preferimos concluir con una canción de Vicente Feliú, uno de sus organizadores.

Cantada a siete voces, como digno final después de escuchar al nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy, el abrazo musical de Feliú y otros seis colegas proclamó "soy de donde soy, de donde habita el corazón, donde se sueña con palomas y se muere por amor."

El canto rebelde demostró hoy que nunca se fue de Ecuador y se mantiene vivo en varias generaciones.

lac/prl

Santiago Feliú: Te doy una canción


El cantautor cubano logró dos objetivos juntos: tocar con Silvio Rodríguez y conocer la Argentina.
Por: Eduardo Slusarczuk

Cuando Santiago Feliú nació, en La Habana, su hermano Vicente ya tenía casi 15 años, y la revolución cubana estaba por cumplir sus primeros tres. Metido de lleno en el mundo de la trova parida por la utopía revolucionaria, no sorprende que Vicente entrara en contacto con Silvio Rodríguez, y que el pequeño Santiago fuera espectador privilegiado de la maravilla de la creación de una nueva expresión artística.

"Lo veía a Silvio en casa de mi padre y de mi abuela, y embobecía al verlo guitarrear y cantar. Varias de sus más famosas canciones las escuché cuando las estaba haciendo. Yo, ya por entonces, tocaba la guitarra y las canciones de Silvio eran parte de mi repertorio tanto en festivales como en eventos estudiantiles que se organizaban por toda la isla", cuenta Santiago, más de cuatro décadas después.

Casi al mismo tiempo, el cine lo ponía en contacto con un país al que pronto comenzaría a tener ganas de conocer más de cerca. Sigue el relato: "En mi infancia y adolescencia me encantaban las películas argentinas de Carlos Gardel, Luis Sandrini (tartamudo, como yo) y Hugo del Carril. Me atraían muchísimo esas historias de amor de cantantes. Me flasheaban la imágenes de Buenos Aires y del campo argentino, los gauchos, los guitarreros, las chacareras. en fin."

Cuestiones en apariencia tan lejanas entre sí, ambas comenzaron a formar parte de los deseos más profundos del músico. "Ser como Silvio, un TROVADOR, se convirtió entonces en un sueño permanente. Y, por otro lado, conocer ese país que me deslumbraba a través de la pantalla del cine comenzó a ocupar también un espacio en mi lista de sueños", explica Feliú.

En ese camino, relata el cantante que en 1978 ingresó, "después de una evaluación, en lo que fue el prestigioso Movimiento de la Nueva Trova. En el jurado estaba Pablo Milanés". Sin embargo, pasarían unos años hasta que, una tarde, sus añejados sueños comenzarían a ser desempolvados. "Apenas cumplí los 23, una tarde le canté a Silvio mis nuevas canciones, muchas de las cuales formaron parte de mi primer disco, Vida, de 1986. Al terminar, me dijo que me invitaba a compartir escenario con él en su gira por España y Sudamérica. ¡Imagínate! -exclama Feliú desde su e-mail-. Yo ni soñaba cantar con él y ya me estaba invitando a hacer juntos una gira".

El resto de la historia no precisa guía. Con prosa ágil, Santiago transmite sus sensaciones a través del correo electrónico como quien habla frente a un grabador.

"El primer país que visitamos fue la Argentina. ¡Qué alegrón conocer la tierra de Gardel y Ernesto Guevara! Dos grandes ídolos de los cubanos. De la música argentina, en realidad, sólo sabíamos del tango y el folclore a través de artistas como Gardel, Astor Piazzolla y Mercedes Sosa. Pero cuando llegamos, descubrimos que además existía un rock en castellano y que encima era buenísimo. Así conocimos a León Gieco, a Fito Páez y a Juan Carlos Baglietto, con los que luego grabé y canté varias veces."

En aquella primera visita "fueron cinco Luna Park tremendos, además de una inmensa gira. A Silvio venía acompañándolo la súper banda Afrocuba, que se quedaba sobre el escenario para tocar conmigo en dos temas. Algo increíble es que Silvio, cuando yo le preguntaba cuántas canciones debía cantar, me decía: 'Tú haz lo que entiendas que debes hacer'. Digo esto, porque a través de los años he visto que cuando una estrella tiene invitados, generalmente éstos cantan una o dos canciones, y quizás alguna a dúo."

Tiempos en los que la palabra política recibía más adhesiones que rechazos. En los que, para muchos, creer en que se podía cambiar para mejor era cuestión de todos los días. Tiempos que Feliú atesora en detalle en su memoria. "Recuerdo que, para presentarme, cantaba una canción mía, Para Bárbara. Luego, cantábamos, a dúo, Historia de las sillas. Después me quedaba tocando solo, cuatro canciones: dos con Afrocuba, tras lo cual invitaba a León para otras dos. Es decir, era un invitado que invitaba. Creo que Silvio nunca más hizo algo así. Fue bello, la verdad. Siempre le estaré agradecido. Gracias a esos conciertos pude entrar a este país para quedarme. Para siempre volver. Y cumplir un sueño doble: cantar con Silvio y conocer la Argentina."

Músicos latinoamericanos en un solo canto en Ecuador


Domingo 02 de mayo del 2010 Arte y cultura
Músicos latinoamericanos en un solo canto en Ecuador
QUITO

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QUITO. El artista Fabian Chokilla Durán durante la promoción en el hotel Howard Johnson del Festival Latinoamericano y del Caribe Canto de Todos.

Veinte músicos provenientes de diez países participan en el Festival Latinoamericano y Caribeño Canto de Todos, que se realiza hoy en Quito.

Este proyecto, auspiciado por el Fondo Cultural de la ALBA, y del Ministerio de Cultura presenta a artistas de Cuba, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Chile, Argentina y Brasil.

La primera presentación tenía previsto realizarse ayer en Santo Domingo de los Tsáchilas, con la participación de los artistas Vicente Feliú (Cuba), Cecilia Todd (Venezuela), El Papirri (Bolivia), Ricardo Flecha (Paraguay) y Pueblo Nuevo, Los cuatro del Altiplano, Hugo Idrovo, Ataulfo Tobar, Fernando Chávez y Enrique Males, de Ecuador.

La segunda función es hoy en Quito. Participan Luis Enrique Godoy (Nicaragua), Karla Lara (Honduras), Francisco Villa (Chile), Paula Ferre (Argentina), Omar Camino (Perú) y Curare, Sal y Mileto, Grupo Fragua, Chelo Granda y Fabián Chokilla Durán, de Ecuador.

Según los organizadores, esta actividad busca democratizar el acceso de la población a las experiencias culturales y artísticas de alta calidad. Está concebido desde la posibilidad de recuperar la memoria social de un tipo de canto que se identifica como Nueva Canción Latinoamericana.

Washington Barreno, director de riesgos de patrimonio y vulnerabilidad del Ministerio de Cultura, expuso que este festival se da en el marco de un proceso de integración que se realiza con los músicos de América Latina y el Caribe. Ya se realizaron tres ediciones en el 2005, 2008 y 2010, y fueron simultáneas en el Cono Sur.

Vicente Feliú dijo que esta es una muestra de que el canto latinoamericano no ha perdido vigencia. “Las razones por las cuales empezamos a cantar la trova, la nueva trova chilena, el folk, es por mejorar la vida del hombre”. Agregó que a “la vida hay que cambiarla siempre, porque no estoy de acuerdo con la vida tal como está. El mundo debe cambiar, o se va del aire, o se va al carajo. Debemos seguir cantando porque en este mundo debe acabarse la muerte injusta, la muerte agresiva”.

Hugo Idrovo, cantautor ecuatoriano, expresó su emoción al cantar con los trovadores y recalcó que este festival fortalece la integración latinoamericana. El ingreso al festival es libre.

Miguel Barnet: “Contarlo todo es un acto de extrema vanidad”


(+ Fotos)
27 Abril 2010

Entrevista de Amaury Pérez al poeta, ensayista y Presidente de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) Miguel Barnet.

Amaury Pérez. Buenas noches. Estamos en “Con dos que se quieran”, como siempre me gusta decir, en el corazón de Centro Habana, en Prado y Trocadero, en el barrio de Lezama, en los legendarios estudios de sonido del ICAIC. Hoy nos acompaña, es un orgullo y un privilegio para mí recibir al gran poeta, escritor, ensayista, periodista, editor, etnólogo, Miguel Barnet. Muy buenas noches.

Miguel Barnet. Y víctima tuya ahora.

Amaury Pérez. No, para nada, se le quiere mucho. Hay un escritor cubano, Miguel, que me dijo un día que los escritores cubanos no se leían entre sí, que se odiaban, ¿suscribe usted ese punto de vista?

Miguel Barnet. Bueno yo no lo suscribo, porque ¡imagínate tú! si no hubiera leído a Cirilo Villaverde, a Ramón Mesa, que admiro tanto, Anselmo Suárez y Romero, a Julián del Casal, a Zenea, a Alejo Carpentier, a Lino Novás Calvo, a Nicolás Guillén, a José Lezama Lima, a Virgilio Piñera, entonces ¿qué sería yo ahora? Sería una burbuja. Estaría enajenado con escritores de otras latitudes a quienes admiro también, pero yo pienso que los que dejaron una huella y un legado importante y un camino, una brecha que pudieron abrir y que pudimos seguir nosotros, fueron esos. Y desde luego, Lidia Cabrera, Fernando Ortiz, que es mi brújula. Alejo Carpentier, que me despertó al mundo del Caribe, a la imaginación. Lezama, que dictó claves poéticas en mi vida que permanecen vivas, porque me enseñó, o nos enseñó que la poesía, de todos los géneros, era el género más abarcador, el mayor.

Leo a mis contemporáneos también y tengo una gran valoración de la literatura que se hace hoy en Cuba, no soy feminista ni machista, pero sí admiro mucho la literatura que hacen las mujeres hoy y también de algunos de mis compatriotas masculinos. Creo que uno se nutre de los contemporáneos y de los que nos han antecedido. Y creo que odiar, bueno, he tenido razones para odiar a mucha gente, pero se me olvida, se me escapa, es como un perfume malo que no tiene fijador.

Amaury Pérez. ¿Los perdona, los disculpa?

Miguel Barnet. No soy de vocación cristiana, pero no conozco el rencor y no es que los disculpe, pero es algo evanescente, se va, es un sentimiento que se escapa de mí muy rápidamente. A los que me han hecho mucho daño no los perdono, los tengo engavetados. A veces cuando me acuerdo de ellos abro la gaveta y ya podrás imaginarte los conjuros y la vuelvo a cerrar. No han tenido buena salud.

Amaury Pérez. ¿No han tenido buena salud?

Miguel Barnet. No, no por culpa mía, por culpa de ellos, porque el que odia no puede tener salud. Hay que cantar.

Amaury Pérez. Hablemos de escritoras. Le voy a decir cuatro nombres y me dice qué opinión le merecen: Gina Picart, Marilyn Bobes, Fina García Marrúz, Dulce María Loynaz.

Miguel Barnet. Bueno, a mí no me gusta juzgar.

Amaury Pérez. No, es sólo un criterio de gusto.

Miguel Barnet. Pienso que de todas las que has mencionado, la escritora que tiene más dominio de la palabra y que ha alcanzado una dimensión poética y metafórica y tiene un mundo más coherente es Fina García Marruz. Para mí es la gran poeta viva que tenemos en Cuba.

A Dulce la quise mucho, como sabes, y la admiro mucho. Por cierto, el otro día me estaba duchando en casa y escuchando las canciones que compusiste, que son bellísimas, de los poemas de Dulce María Loynaz, es de lo mejor que has hecho.

Amaury Pérez. Gracias.

Miguel Barnet. Sinceramente, y Gina Picart ha sido una revelación para mí. Es una escritora rara y por eso me gusta, además, osada, atrevida. Va al mundo de los celtas, de los griegos, a los clásicos y se desenvuelve muy bien en ellos. ¿La otra que me mencionaste?

Amaury Pérez. Marilyn

Miguel Barnet. Es mi amiga y la admiro mucho, creo que Marilyn tiene una prosa muy clara y de una facilidad para tejer historias, historias que parecen sencillas, que parecen intrascendentes y sin embargo, trascienden mucho, ella tiene ese don de elevar las cosas aparentemente cotidianas a una categoría poética.

Amaury Pérez. Usted acabó de cumplir 70 años el pasado 28 de enero.

Miguel Barnet. Pero por el hecho que haya cumplido 70 años no te permito que me trates de usted. Sé que estamos en la televisión, pero no me gusta eso de usted contigo. No me siento cómodo, tú me dijiste que me sintiera cómodo.

Amaury Pérez. Cuando uno mira hacia atrás, siempre hace un balance, los hace a los 40, a los 50, a los 60, y a los 70 imagino que los balances sean de más peso, más sólidos, más densos. Cuando tú miras hacia atrás ¿cuál es el Miguel que ves? Cuando andas buscando por tus recuerdos. ¿Qué Miguel anda por ahí?

Miguel Barnet. Un personaje curioso. No te voy a decir que me cae mal, es un personaje curioso que se fue edificando, construyendo su propia personalidad y fue haciéndolo a partir de la creación y siempre he tenido mucha curiosidad. Precisamente muy cerca de aquí, en el año 1958, había una asociación que se llamaba Asociación de Reporters donde vi una colección de organografía afrocubana y nunca había visto eso organizado, nunca lo había visto así de golpe.

Era una exposición que hacían Argeliers León y María Teresa Linares sobre instrumentos de los abakuá, de los lucumíes, o sea, el cuchi-eremá, el obiapa, los tambores batá.

No salí más de ese mundo, me gustó tanto, me cautivó tanto. Porque era el mundo que tenía muy cerca de mi casa y que veía a distancia y ahí lo veía de cerca. Los tambores que oía por la noche, los veía ahí con sus falderas, con sus cascabeles, el batá. Me llamó mucho la atención todo eso y a partir de ahí se me abrió el camino de damasco; de la investigación.

Amaury Pérez. ¿Tú eres habanero?

Miguel Barnet. Soy habanero del Vedado.

Amaury Pérez. ¿Eras de una familia clase media, clase media alta, humilde?

Miguel Barnet. Era una familia humilde espiritualmente, que por supuesto, el tema de la africanía no era afín a ellos. No es que tuvieran ningún prejuicio, pero cuando me metí de cabeza en eso, enseguida aquel chico curioso se convirtió en un bicho raro en la familia.

Amaury Pérez. Por eso tú dices en un poema que a mí me estremece, como toda tu poesía, tengo que decirlo en público.

Miguel Barnet. Muchas gracias.

Amaury Pérez. “Pero la familia sabe que yo no participo del todo. / Que me da igual una cosa que la otra. / El prestigio y las trastadas silenciosas. / Y un día me llaman hijo casi con terror”. ¿A qué se refería Miguel en ese poema?

Miguel Barnet. Al susto de mi madre que me veía en esas cosas, en esas lecturas; mi padre igual, pero nunca me dijeron: ¡no hagas eso, no vayas por ahí! Pero no olvides que la poesía, que es un género de ficción, y tú eres novelista también y he leído tus novelas, son formas noveladas de interpretar la vida.

Amaury Pérez. Ahora estoy intentando ver en tus ojos claros a ese Miguel que cumple 70 años gozoso, con salud, con responsabilidades altas y con la confianza de sus discípulos y de las personas que están bajo su dirección y de sus compañeros. Tiene que haber también un Miguel que sufrió incomprensiones. ¿Qué haces con esas incomprensiones, también las engavetas, como a los enemigos?

Miguel Barnet. No pueden engavetarse porque no hay gaveta que tenga un espacio para ellas. Son cosas que no se olvidan, heridas que no se restañan, pero no se puede lucrar con eso. Hay cosas que están más allá, sentimientos mayores y pienso, no sé si es un orgullo o el amor propio que uno tiene, que es mejor no hablar de esas cosas, para qué, si la vida como dije es evanescente, es tan corta, son cuatro días y vamos a estar regodeándonos en eso. Tengo que decirlo con objetividad. ¿Tú estás hablando del llamado quinquenio gris?

Amaury Pérez. Yo estoy hablando de todas las incomprensiones que una persona talentosa como tú puede haber pasado.

Miguel Barnet. Creo que afortunadamente mis amigos, la sociedad en que vivo, este pueblo de Cuba que es tan extraordinario, tan curioso, tan optimista, tan estoico, tan valiente.

Amaury Pérez. ¡Tan generoso!

Miguel Barnet. ¡Tan generoso! Y no me ha permitido caer en un hueco, caer en un vacío. En esos años caminaba mucho, iba a casa de amigos que no tenían nada que ver con la cultura. Me aislé un poco de ese mundo, porque había como que un morbo, un círculo vicioso.

Amaury Pérez. No sentirse víctima.

Miguel Barnet. No me puedo sentir víctima nunca. Tengo mucho orgullo para eso. Ni víctima ni victimario.

Amaury Pérez. Oficio de Ángel es una novela de ficción, pero yo que te conozco y los que te conocen encontramos una cantidad tremenda de elementos autobiográficos más que en otras novelas. Si un día te diera por escribir tus memorias ¿serías capaz de contarlo todo?

Miguel Barnet. No quisiera tener que contarlo todo porque iba a ser demasiado explosivo. Es mejor que el escándalo esté subyacente. Porque cuando se hace demasiado evidente a veces es grotesco.

Amaury Pérez. Es mucho más delicado así.

Miguel Barnet. Contarlo todo es un acto de extrema vanidad. Creo que hay que contar las cosas que uno quiere. En definitiva la memoria es arbitraria, no te permite nunca contarlo todo porque la memoria no es una secuencia, no es cronológica, no es lineal y es una parte de eso que yo admiro tanto que es la imaginación, que es así, como los sueños. Oficio de Ángel son viñetas, es muy autobiográfica.

Amaury Pérez. Muy autobiográfico, pero sigue siendo ficción.

Miguel Barnet. Sigue siendo ficción, todo es ficción, eso es lo bueno. Acaso no soy un poco Esteban Montejo, un poco Rachel también, soy un poco Julián Mesa de La vida real y el Gallego. Toda obra literaria, por muy antropológica o científica que pretenda ser tiene elementos de tu biografía personal. No vamos a entrar en la psicología que es muy pesada.

Amaury Pérez. No, no, no, y yo que no sé nada más que ir al psiquiatra.

Miguel Barnet. ¿Tú vas al psiquiatra?

Amaury Pérez. Sí, yo voy al psiquiatra, voy al psicólogo y voy al loquero.

Miguel Barnet. No chico, no, siéntate en el muro del Malecón y mira el mar, ese es el mejor psiquiatra que hay.

Amaury Pérez. El mar me pone nervioso, no soy el capitán Nemo.

Miguel Barnet. Lee Moby Dick y verás que se te quita el nerviosismo con el mar.

Amaury Pérez. Hay una cosa que no es ficción, que es Miguel Barnet, muy jovencito, un adolescente, en Santa Clara. ¿Qué fue a hacer Miguel a Santa Clara?

Miguel Barnet. No. ¿Qué fue a hacer mi padre, que tuvo que salir huyendo de La Habana en la época de Batista? Porque le fue mal en todo, en los negocios, en la política. Él tenía un negocio que quebró y tuvo que irse a Santa Clara con una compañía norteamericana. Yo me iba los fines de semana, a veces me pasaba quince días con ellos y allí me cogió la Batalla de Santa Clara.

Amaury Pérez. ¿Qué edad tenías cuando eso?

Miguel Barnet. Iba a cumplir 18 años.

Amaury Pérez. Un muchacho, un niño.

Miguel Barnet. Todavía recuerdo a los rebeldes caminando por el techo de mi casa en Santa Clara. Estuve un tiempo en Santa Clara, nunca viví permanentemente porque cuando mis padres me dijeron: ¡Vámonos! yo dije: ¡no! Me quedé con una tía mía aquí porque quería estudiar, pero figúrate, con tan mala suerte que empecé a estudiar y cerraron la Universidad. Entonces tuve que entrar en la Escuela de Publicidad y ahí tuve la suerte de conocer gente muy valiosa como Eloísa Lezama Lima, a Frank Pérez, que es mi amigo más antiguo, que fue el que me habló por primera vez de marxismo, de la Revolución, en época de Batista. Ahí conocí a Samuel Feijoo después.

Amaury Pérez. Hace un rato hablamos de Algeliers (León) y de María Teresa Linares. ¿Qué importancia tiene en tu vida, Algeriers, específicamente y Fernando Ortiz?

Miguel Barnet. Los dos tienen una importancia cardinal. Argeliers fue mi maestro directo, con quien comencé a trabajar. Estaba trabajando en una compañía norteamericana antes del Triunfo de la Revolución, con estos dedos gordos pasaba 82 palabras por minuto en una máquina de escribir, facturas de neumáticos, de gomas de la Firestone.

Entendí muy bien a William Faulkner cuando dijo que la peor cosa que había en el mundo era estar 8 horas en una oficina, y yo digo: ¡Caramba, yo me paso 10 y 12 a estas altura con la edad que tengo!

Pero en aquel momento que estaba muy joven, 16, 17, 18 años, tenía que trabajar porque quería tener mi propio dinero para moverme, para coger la guagua, para jugar al bingo en Tropicana, para las cosas que hacíamos los jóvenes.

Amaury Pérez. ¿Y ahí apareció Fernando?

Miguel Barnet. No, ahí apareció Argeliers León, a quien había conocido en este lugar, en Prado en el 58 que me quedé conectado con él. Conocí a Don Fernando unos meses después, justamente por Argeliers que me indujo a que fuera a ver a Don Fernando. Argeliers me llevó después, cuando triunfó la Revolución de asistente personal, de secretario de él.

Estuve un año de secretario hasta que entré en el Instituto de Etnología, con un carné que decía, las cosas extraordinarias de la Revolución: Investigador Científico. Yo tenía 20 años, pero ahí estudié como 9 años. Muchos cursos de etnología, de antropología social, me formé bastante.

Después iba a casa de Don Fernando, los miércoles y los sábados. ¡Figúrate, qué privilegio! Lo he contado tantas veces. Don Fernando es mi Dios tutelar. Fue mi brújula porque toda su obra fue una gran lección de visión global integral de la vida, de intelectual orgánico, de hombre con una visión muy cóncava, yendo a todos los lados del país sin prejuicios.

¡Qué cosa tan extraordinaria! Un hombre de la alta burguesía, que no tuviera ningún recato en ir a los negros curros, a los negros brujos, en hacer la obra inmensa que hizo en los cinco tomos de los instrumentos de la música afrocubana, incluso sus contemporáneos, la gente que lo visitaba en su casa y yo fui uno de ellos, era el más bisoño, el más joven.

Sentía que, con excepción de Argeliers y de María Teresa Linares, no tenían un diálogo con él, un hombre como Jorge Mañach, por ejemplo, no entendía a Don Fernando, porque Jorge Mañach era muy conservador. Y Yo me aproveché de eso y me gané a Don Fernando, en el sentido que dialogaba con él, me sabía sus libros de memoria. Cuando me leí Los bailes en el teatro de los negros en el folklore de Cuba, a los pocos días fui a casa de Don Fernando y me los recité y le empecé a hacer preguntas de los bereberes, de cómo se prepara una sopera de Yemayá, de los cabildos, las cofradías, en fin, las cosas que a él le motivaban.

Amaury Pérez. ¿Pero le motivaban porque era un mundo exótico, colorido, que le llamaba la atención o él llegó a involucrarse pasionalmente en ese mundo?

Miguel Barnet. Se involucró intelectualmente, académicamente, como antropólogo empírico, como historiador. Entendió muy bien que sin la comprensión de ese mundo no se entendería jamás qué cosa éramos nosotros los cubanos y su gran preocupación en la dimensión suya, que es una dimensión muy alta, que es mi gran preocupación también, en otra dimensión más modesta es: qué somos los cubanos y por qué somos como somos. Él fue el gran pionero de la musicología en Cuba sin ser musicólogo. Fue el gran pionero de la antropología social sin ser un antropólogo social de formación. La obra de Don Fernando es una obra infinita y no me canso de admirarlo mientras más lo leo. Por eso es que me decidí a crear la Fundación Fernando Ortiz en el año 94, bueno, se oficializó en el 95 y estamos desarrollando ahí un trabajo intenso.

Amaury Pérez. ¿Y Fernando murió sabiendo qué era ser cubano?

Miguel Barnet. Creo que se aproximó bastante a eso que él llamó la vocación de cubanía, más que otros intelectuales. No sé si murió con esa certeza, pero sí en la búsqueda; en la búsqueda de esa interrogante que nos conmueve a todos, porque sabiendo qué somos los cubanos como masa, como mosaicos culturales, sabemos también qué somos nosotros y por qué somos capaces de resistir tantas vicisitudes, tantas contingencias.

Somos producto de una cultura plagada de contradicciones, pero de no haber sido por el impulso que le dio Don Fernando a sus estudios, quizás hoy estaríamos todavía con muchas más interrogantes de las que tenemos.

Amaury Pérez. Hay un poema tuyo que se llama “Los sesentas”, voy a citar: “Como entonces no voy a sentir nostalgia / Si ahora nadie se desnuda bajo la lluvia…”

Miguel Barnet. “Nadie enarbola una bandera / Nadie se saca el corazón y los tira contra las piedras”/.

No sé como sigue, no me acuerdo. Pero es verdad, siento una gran nostalgia. Realmente donde quiero vivir es en el futuro, no en el pasado, aunque me alimento del pasado, como nos alimentamos todos aunque no lo queramos admitir, nos alimentamos del pasado porque no hay otra cosa.

Amaury Pérez. ¿No sientes una nostalgia especial por aquellos años fundacionales de los años sesenta?

Miguel Barnet. Fue una época extraordinaria, pero con muchas contradicciones también. Había que romper barreras de incomprensión y de silencio y tengo que decir que esa lucha, esa batalla que yo libré contra la modorra, contra algunas cosas que uno arrastraba del pasado, me ayudaron mucho a ser como soy. Siento un poco de nostalgia, sobre todo porque fueron los años en que todavía hacíamos muchas conquistas amorosas. Ahora ya no es igual.

Amaury Pérez. No seas modesto. Los que te conocemos sabemos que todavía hay.

Miguel Barnet. No, ese departamento de mi vida no lo conoce casi nadie, porque yo he sido en eso muy discreto. Tú si eres mi amigo y sabes.

Amaury Pérez. Ahora que me hablas de discreción, hay un poema, que a mí me gusta mucho, que dice: “Pero no vengas / Porque lo que yo quiero realmente es esperarte”.

Miguel Barnet. Ah, sí, claro, fue el “Barrio Chino”. Creo que no hay amor más bello que el amor platónico. Ese no es egoísta; no quiere morder.

Amaury Pérez. Pero se puede convertir en obsesión.

Miguel Barnet. Sí, pero en una obsesión maravillosa que te da fuerza, que te estimula. Porque como dice: “pero no vengas/ porque lo que yo quiero realmente es esperarte”. Esa es la idea del amor.

Amaury Pérez. Pero también a finales de los 60 se escribieron muchos poemas al Che. Recuerdo el de Mirta Aguirre, que era extraordinario, el de Fina, también, el de Nicolás…

Miguel Barnet. Che Comandante.

Amaury Pérez. Pero “No es que quiera darte pluma por pistola, pero el poeta eres tú”, fue de las cosas más atrevidas que se escribieron sobre el Che, de las más apasionadas, de las más encarnadas. Mucha gente piensa que la canción de Pablo es un poema de Miguel Barnet.

Miguel Barnet. No, él se inspiró.

Amaury Pérez. Él dice: si el poeta eres tú / como dijo el poeta.

Miguel Barnet. Tú sabes que Pablo me llamó por teléfono y me dijo: ¿tú vas mucho al cine? Le dije: ¡bueno, voy pero poco, voy más al teatro! Entonces me dice: ¡ve al cine en estos días que en el noticiero hay una sorpresa para ti! No había escuchado la canción, que es bellísima. Fue una cosa muy linda de Pablo y ese poema lo escribí en el año 65. No sé si fue el primer poema que se le hizo al Che, a lo mejor su papá le hizo un poema al Che. Sí sé que ese poema se lo hice al Che en vida y se publicó en La Gaceta de Cuba, cuando el Che todavía no estaba en Bolivia, estaba en África, después pasó a Praga.

Amaury Pérez. Sí, claro, la historia que conocemos.

Miguel Barnet. Ese poema lo escribí en una cajetilla de cigarrillos que tenía Margarita Dalton, una amiga mía, la hermana de Roque Dalton.

Amaury Pérez. En ese momento Miguel va dejando atrás todas las famosas incomprensiones de las que hablamos antes en el poema “Los Setentas” que dice: “Y heme aquí contando las vicarias de mi bello patio / desenvainando mi espada / subiendo de mi caída / soplando los polvos del atrio / tarareando Una rosa de Francia”.

Miguel Barnet. Así es.

Amaury Pérez. Vamos a hablar de Una Rosa de Francia, que ya nadie concibe si no es cantada por Miguel Barnet.

Miguel Barnet. Escribí una vez en una entrevista que me hicieron, una boutade, quizás una exageración, que cambiaría toda la obra que he hecho, que he escrito, por haber compuesto una canción como “Una rosa de Francia”. A mí me parece una auténtica joya del cancionero cubano, compuesta por Rodrigo Prats cuando tenía 16 años, creo que la compuso en Sagua la Grande y la cantó bastante bien.

Amaury Pérez. Tú la cantas muy bien. ¿Alguna vez pensaste en convertirte en cantante lírico?

Miguel Barnet. Sí, claro y muy seriamente. Me lo tomé tan en serio que fracasé.

Amaury Pérez. Es que tengo un recuerdo fascinante de los dos, estaba también mi compañera, Petí, en una catedral en Portugal, en Oporto.

Miguel Barnet. Yo te canté el Ave María de Gounod.

Amaury Pérez. Pero aquello resonó en aquella capilla con mucha potencia canora. No recuerdo la capilla, recuerdo la voz de Miguel Barnet.

Miguel Barnet. ¡De verdad!, mira que me pongo a estudiar canto de nuevo.

Amaury Pérez. Hay una cita de otro poema y quisiera dedicar un tiempo, porque además no es que uno trate de buscarle una explicación a la poesía, sino que uno quiere entenderla y el público que nos esté mirando seguramente disfrutará mucho de este verso y es de un poema que se llama Miami.

Miguel Barnet. “Nada cubano es ajeno excepto Cuba”

Amaury Pérez. ¿Qué quiso decir el autor?

Miguel Barnet. Ese es un poema que hice hace unos años y que se ha publicado en antologías y claro, Miami es en alguna medida una parte de nosotros, porque allí está parte de nuestra familia y yo soy respetuoso con mucha de la gente que está en Miami, que se fue por razones filosóficas o económicas o por lo que fuera, pero sí se han detenido los relojes en Miami, es lo que quiero decir. Por eso es ese verso de que en Miami nada cubano es ajeno…

Amaury Pérez. … excepto Cuba.

Miguel Barnet. Excepto Cuba, porque la Cuba nuestra, la Cuba de los cincuenta años de Revolución, de socialismo, de contradicciones, de una vida diferente, pues a veces por la gran mayoría de quienes viven en Miami no es asimilada y eso es lo que quiere decir el verso. Porque dice: “mira que en Miami las palabras pesan / mira que la confusión pesa”, pero después dice: “mira que el corazón pesa a pesar de todo”. Porque está parte de nuestra familia ahí.

Amaury Pérez. Bueno, Miguel, tenemos que empezar por Cimarrón ya. ¿Cómo es que conoces a Esteban Montejo? Sé que esa historia te la han preguntado en entrevistas, en todos lados, pero los televidentes de mi programa estoy seguro que quieren saber eso.

Miguel Barnet. Lezama decía que Martí era el misterio que nos acompañaba, efectivamente, pero para mí, Esteban Montejo también es un misterio más modesto que me acompaña, porque aprendí mucho de la historia de Cuba con él, lo conocí cuado tenía 103 años, en el Hogar del Veteranos, yo iba a cumplir 23 años y la primera pregunta que me hice cuando empecé a oírlo contar las historias de su vida en el monte, en los barracones, de cimarrón en las sierras de Guamuaya, por allá por Trinidad, dije: “¿Cómo es posible que ningún escritor, que ningún historiador, se haya acercado a este hombre?” Me dije: ¡Tengo que hacer algo con esta vida! Y así fue que surgió Cimarrón. Y después todo lo demás.

Amaury Pérez. ¡Qué raro que no se ha llevado nunca al cine, porque se llevó al cine Gallego y Canción de Rachel!

Miguel Barnet. ¡La bella del Alhambra!

Amaury Pérez. ¿Qué ha pasado con Cimarrón? ¡Qué raro! Un libro tan atractivo y yo lo veo muy cinematográfico.

Miguel Barnet. También lo veo muy cinematográfico y ese es el temor mío, de verlo demasiado cinematográfico, porque no me gustaría ver a Esteban Montejo encarnado en nadie, honestamente.

Amaury Pérez. Esperemos que alguien se atreva.

Miguel Barnet. ¡Ojala, pero que se atreva estando vivo yo!

Amaury Pérez. Pues tienes que dejarlo en el testamento

Miguel Barnet. Voy a echarle una maldición.

Amaury Pérez. Miguel, hablemos brevemente de tu etapa en Nueva York, tú hablas y lees inglés perfectamente.

Miguel Barnet. Lo leo perfectamente pero lo hablo más o menos, hago mi esfuerzo.

Amaury Pérez. ¿Qué tiempo estuviste tú viviendo en Nueva York?

Miguel Barnet. He ido muchas veces, pero viví un año y tres meses cuando obtuve la beca de la Fundación Guggenheim. Hice el libro La vida real, que es un libro que quiero mucho, de ese sí me gustaría que se hiciera una película, están los ambientes, están las locaciones y la historia es muy cercana porque a mí me interesa mucho el tema de la inmigración. De hecho todos mis libros, todas mis novelas tienen que ver con inmigrantes.

Ahí estuve año y medio y después entregué el libro a la Guggenheim vine para Cuba, el libro se publicó y regresé allá, estuve otros tres meses, una experiencia tremenda porque Nueva York es una ciudad muy compleja, muy rica y donde uno vive experiencias tremendas. Truman Capote decía que en Nueva York uno tenía varios rostros y varias personalidades y es verdad. Caminas tres cuadras y es un mundo diferente al que dejaste atrás.

Amaury Pérez. Es muy curioso Miguel, tú eres de lo más cubano que conozco y sin embargo, te gusta la nieve, te gustan los abedules, te gustan los abetos.

Miguel Barnet. Hubiera querido que El Morro estuviera cubierto de nieve desde octubre hasta marzo, por lo menos, porque a mí el calor no me gusta nada.

Amaury Pérez. Pertenecemos a un grupo, es una cofradía. Ahí está Alfredo, está Silvio, está Eusebio…

Miguel Barnet. Alicia Alonso, que es una mujer tan extraordinaria, a quien quiero tanto, decía que un día los japoneses iban a inventar un software en que uno no tuviera que coger aviones, que uno cerrara los ojos y ya apareciera en otro país. Eso sería ideal.

Amaury Pérez. Y nos sacábamos de arriba el calor.

Miguel Barnet. Creo que algún día nevará en La Habana.

Amaury Pérez, ¿Quién dijo en tu familia “Patria o Muerte, Amén”?

Miguel Barnet. ¡Yo!

Amaury Pérez. Sin embargo, tú no eres un hombre de filiaciones religiosas marcadas; pero eres una persona mística, evidentemente.

Miguel Barnet. Sí, bueno, si no fuera un místico no estaría sentado aquí contigo, tenemos que tener una mística. Esta maravilla que vivimos en este país, esta Revolución que hemos vivido con todos sus logros y sus reveses, con todo, se tiene que vivir como una gran mística, y el fruto de ella se ve hoy en el mundo…, yo siento un orgullo tan grande…, y esa es la mística.

Amaury Pérez. Eso que has dicho, me lleva a una de las frases más importantes que se han dicho en 50 años en la poesía cubana. Siempre digo es mi criterio: “Yo soy el que anda por ahí empujando un país”. Esa frase, por supuesto, es de Miguel Barnet. ¿Qué ocurrió durante los años en que estuvo representando a Cuba en la UNESCO? Creo que todavía andas cumpliendo funciones vinculadas con la UNESCO en París.

Miguel Barnet. Ya no estoy en el Consejo Ejecutivo, pero soy uno de los vicepresidentes del Comité de la Ruta del Esclavo, que es un tema que llevamos en Cuba que lo llevo yo con el apoyo de amigos y compañeros muy valiosos como Jesús Guanche.

Amaury Pérez. ¿Empujando un país?

Miguel Barnet. ¿Qué fue lo que hizo Fernando Ortiz siempre, qué fue lo que hizo Lezama Lima, qué fue lo que hizo Alejo, qué es lo que hacemos los escritores y artistas cubanos? Aún los que no están aquí, aún los que no están aquí estamos empujando este país hacia el futuro, hacia esa otra dimensión, no se puede cansar uno de llevar las riendas, yo me siento que estoy haciendo algo útil. Por eso digo, “Así que perdonen si no escucho/Las quejas de mis contemporáneos/ Yo no puedo hacer otra cosa/que seguir empujando un país”, y lo hago con mucho orgullo, con mucho amor y pienso que esa mística da frutos, que es lo que estás haciendo tú también.

Amaury Pérez. Muchas gracias, Miguel, ha sido un gusto vivir el tiempo tuyo también.

Miguel Barnet. Gracias.

Amaury Pérez. Te quiero mucho.

Usted puede escribirle a los realizadores del programa a través de los comentarios de esta página o al correo con2quesequieran@cubadebate.cu

Miguel Hernández sigue siendo un delincuente


En su centenario

Alrededor de 3.000 personas acompañarán esta noche en Elx (Alicante) al cantautor Joan Manuel Serrat en el concierto inaugural de su gira Hijo de la luz y de la sombra, un homenaje Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento. El concierto se convierte así en uno de los actos principales para honrar al poeta que murió en una cárcel.

23/04/2010

"Honor a quien honor merece" reza un viejo adagio castellano y es incuestionable que Miguel Hernández los merece todos. Conciertos, discos, conferencias, exposiciones y cientos de actos se sucederán a lo largo de este año para honrar como es debido al poeta oriolano.

Pero ¡ay! esta España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía todavía no le ha restituido —ni parece que vaya a hacerlo— el honor de dejar de ser un delincuente convicto.

El 18 de enero de 1940, un tribunal militar franquista —léase una pantomima sin las más mínimas garantías, sin justicia y sin vergüenza— condenó a Miguel Hernández a muerte por el delito de "adhesión a la rebelión militar" —una grotesca ironía de un régimen que no brilló precisamente por su sentido del humor—. Unos meses más tarde, en un gesto de magnánima bondad, Franco le conmutó la pena por la de 30 años de prisión. El poeta republicano moría en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942 de tifus, tuberculosis y bronquitis.

Casi sesenta años después, con gobiernos de derechas y de izquierdas, todavía no se ha revisado la sentencia, ni anulado el juicio, ni se ha reconocido jurídicamente su inocencia. Es decir, Miguel Hernández sigue siendo un delincuente a los ojos de la Justicia.

Lamentablemente, no es el único caso. Lluís Companys, Presidente democráticamente electo de Cataluña fue detenido por la Gestapo en su exilio francés el 13 de agosto de 1940 y extraditado a España, donde fue juzgado y condenado a muerte también por "sedicioso" y finalmente fusilado en Barcelona el 15 de octubre de 1940.

El 15 de octubre de 1990, el entonces Canciller alemán Helmut Kohl, pidió perdón al pueblo catalán por la participación de "instituciones alemanas en aquel acto" y calificó a Companys como "uno de los mártires más insignes de la fidelidad a la democracia y a la libertad".

En España sigue siendo, como Miguel Hernández y otros miles, un traidor y un delincuente.

Y aquí no termina la historia. El juez Baltasar Garzón —el que arruinó la vejez a Pinochet— podría ser procesado y condenado a 20 años de inhabilitación —a petición de la Falange y Manos Limpias, ambas de extrema derecha— por intentar investigar los crímenes del franquismo.

Ya lo dijo Machado: una de las dos Españas nos habría de helar el corazón. El problema es que siempre nos lo hiela la misma España. Y la otra, no sabe/no contesta.
Xavier Pintanel
Director de CANCIONEROS.COM

Declaración de voto


Frei Betto *

Adital -
Este año votaré para presidente de la República al candidato decidido a implementar las reformas estructurales tan prometidas y nunca llevadas a cabo: agraria, tributaria, política, judicial. Y que la de seguridad y la laboral no sean un artificio para penalizar todavía más a los trabajadores y jubilados y beneficiar a las grandes empresas.

Votaré a quien se proponga revolucionar la salud y la educación. Es una vergüenza el desguace del SUS y de la enseñanza pública. De 190 millones de brasileños, apenas 30 millones se agarran esperanzadamente a la tabla de salvación de los planes privados de salud. Los demás son tratados como ciudadanos de segunda, abnegados penitentes de filas hospitalarias, obligados a adquirir medicinas gravadas por una carga tributaria del 39% de media.
Según el MEC, hay 4.1 millones de brasileños, de entre 4 y 17 años de edad, fuera de la escuela. Por tanto, virtualmente dentro del crimen. Nuestros profesores son mal remunerados, la inclusión digital de los alumnos es un penoso camino a ser recorrido, el turno curricular de 4 horas diarias es el barniz que encubre una nación de semianalfabetos.

Votaré a un candidato dispuesto a un control riguroso de la emisión de gas carbónico de las industrias, de los pastos y de las áreas de reserva ambiental, como la Amazonía. No se puede permitir que el agronegocio acabe con la selva, contamine los ríos y utilice mano de obra desprotegida de una legislación laboral o en régimen de esclavitud.

Votaré a quien se comprometa a superar el carácter compensatorio del programa Bolsa Familia y a rescatar el emancipatorio del programa Hambre Cero, abriendo la puerta de salida a las familias que sobreviven a costa del gobierno, de modo que puedan generar su propia renta.

Votaré al candidato dispuesto a cambiar la actual política económica que, en el 2008, canalizó US$ 100 mil millones para amortizar deudas internas y externas y apenas US$ 20 mil millones para la salud. En términos porcentuales, fueron: un 30% del presupuesto destinado al mercado financiero y apenas un 5% para la salud, un 3% para la educación, un 12% para toda el área social.

Votaré al candidato contrario a la autonomía del Banco Central, pues la economía no es una instancia divorciada de la política y de lo social.

Votaré por la reducción de los intereses, la desgravación de la canasta básica y de las medicinas, el aumento real del salario mínimo, la reducción de la jornada semanal de trabajo a 40 horas.

Votaré por la legalización y preservación de las áreas indígenas, de los descendientes de esclavos y ribereños, en diálogo permanente con los movimientos sociales y repudio a cualquier intento de criminalizarlos, por las iniciativas de una economía solidaria y de comercio justo, por la definición constitucional del límite máximo de propiedad rural.

Votaré por el candidato convencido de que urge reducir las tarifas de la energía destinada al consumo familiar y al uso de telefonía móvil. Dispuesto a valorar las fuentes alternativas de energía, como la solar, la eólica, la de los mares y basuras, etc. Y que sea contrario a la construcción de termoeléctricas e hidroeléctricas nocivas al medio ambiente.

Votaré al candidato que priorice el transporte colectivo de calidad, con precios accesibles subsidiados; que exija la identificación visible de los alimentos transgénicos ofrecidos al consumidor; que impida la participación y el uso de niños en campos publicitarios; y que condene vehementemente el trabajo infantil.

Votaré al candidato decidido a instalar la Comisión de la Verdad, de modo que se abran los archivos de las Fuerzas Armadas concernientes al período dictatorial y se juzguen los crímenes cometidos en nombre del Estado, así como el paradero de los desaparecidos.

Votaré a quien dé continuidad a la actual política exterior, de fortalecimiento de la soberanía e independencia del Brasil, diversificación de sus relaciones comerciales, apoyo a todas las formas de integración latinoamericana y caribeña sin la presencia de los EE.UU.; derecho de nuestro país a tener un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU; de repudio al criminal bloqueo de los EE.UU. a Cuba y a la instalación de bases militares estadounidenses en América Latina.

Votaré, sobre todo, al que presente un programa convincente de reducción significativa de la mayor llaga del Brasil: la desigualdad social. Éste es mi voto. Queda por hallar al candidato.

[Autor de "Calendario del Poder", entre otros libros. http://freibetto.org
Copyright 2010 - Frei Betto - Se prohíbe la reproducción de este artículo por cualquier medio, electrónico o impreso, sin autorización. Contacto - MHPAL - Agência Literária (mhpal@terra.com.br)
Traducción de J.L.Burguet].

* Escritor y asesor de movimentos sociais

domingo, mayo 02, 2010

Cecilia Todd participará en festival "Canto de Todos" en Ecuador



La cantante venezolana compartirá con artistas de nueve países más (Oswe Díaz Mireles/Archivo)

11:35 AMQuito.- Más de veinte músicos provenientes de diez países participarán en el Festival Latinoamericano y del Caribe "Canto de Todos", que comenzará en este país andino el próximo sábado, informó hoy el Ministerio de Cultura.

La institución puntualizó que en el festival participarán artistas de Cuba, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Chile, Argentina y Brasil, informó Efe.

La primera presentación, que tendrá lugar el 1 de mayo en la provincia de Santo Domingo de los Tsachilas, participarán Vicente Feliú (Cuba), Cecilia Todd (Venezuela), El Papirri (Bolivia), Ricardo Flecha (Paraguay) y Pueblo Nuevo, Los cuatro del Altiplano, Hugo Idrovo, Ataulfo Tobar, Fernando Chávez y Enrique Males, de Ecuador.

La segunda presentación, que se desarrollará en Quito, tendrá lugar el 2 de mayo con la participación de Luis Enrique Godoy (Nicaragua), Karla Lara (Honduras), Francisco Villa (Chile), Paula Ferre (Argentina), Omar Camino (Perú) y Curare, Sal y Mileto, Grupo Fragua, Chelo Granda y Fabián "Chokilla" Durán, de Ecuador.

El Ministerio de Cultura, que organiza el festival en conjunto con la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), informó en un comunicado de que la entrada a las presentaciones es gratuita.

Trovador paraguayo canta a antiterroristas cubanos



29 Abril 2010

Cantautor paraguayo Ricardo FlechaEl cantautor paraguayo Ricardo Flecha dedicó a los cinco antiterroristas cubanos encarcelados en Estados Unidos desde 1998, la primera noche del Festival Latinoamericano y Caribeño Canto de Todos que prosigue hoy en esta capital.

Yo creo que no sólo tenemos el pensamiento en quienes marcaron y surcaron el camino; yo quiero decir que nuestro corazón también cantó esta noche por los cinco Héroes que están presos en Estados Unidos, dijo el intérprete en entrevista con Prensa Latina.

Flecha recordó la vez en que habló por teléfono con Antonio Guerrero, desde la casa de Vicente Feliú, en La Habana, sentí realmente una emoción muy grande, aseguró.

Creo que el canto nuestro habrá volado, surcado el océano y llegó hasta Toni y demás compañeros (René González, Fernando González, Ramón Labañino y Gerardo Hernández), quienes cumplen largas condenas por alertar a su país de planes terroristas organizados y financiados por contrarrevolucionarios asentados en el sur de la Florida.

El trovador no quiso perder la oportunidad de enviar un saludo al pueblo de Cuba, diciéndole que nosotros estamos con ustedes para lo que necesiten, en cualquier campo y momento, enfatizó.

Yo siempre dije -recordó- que a partir del 59 había un solo Comandante, que era Fidel (Castro) y un solo pueblo que era Cuba.

Hoy ese ejemplo se ha multiplicado y tenemos, por suerte, gobiernos progresistas en América Latina como el de (Rafael) Correa, en Ecuador; Hugo Chávez, en Venezuela; y Evo Morales, en Bolivia, expresó.

Conocido en Paraguay por el rescate de la música tradicional, fundamentalmente la campesina, el cantautor agradeció a todos los que vinieron a la nación suramérica a apoyar este proceso de canto y reflexión.

Y aquí estamos hoy los cantores populares de todas partes de América Latina, apoyando este proceso de cambio tan necesario en el Paraguay para caminar hacia la definitiva independencia, que es lo que queremos todos, acotó.

A pesar, dijo, de una prensa que nos hostiga, no nos deja a veces trabajar, la prensa manejada por los empresarios, y son a veces cautivos los periodistas de esa dictadura mediática, señaló.

Así que estamos muy contentos por responder de alguna manera a esa Batalla de la Ideas como decía José Martí, señaló.

Hoy respondimos con música a los que ofenden, que es la mejor manera de responder en estos tiempos en los que es mejor la batalla de ideas que las de balas.

Todas las propuestas que estuvieron hoy en el escenario demuestran que América Latina tiene hijos dignos, que de alguna manera no hacen más que conducir hacia la victoria final, que es lo que creemos que va a ocurrir, tal vez en muy poco tiempo.

(Con información de Prensa Latina)

Continúa en Ecuador el festival "Canto de Todos "

Estación Central del Ferrocarril, a las 19:00 horas

El Festival Latinoamericano y Caribeño "Canto de Todos", culmina esta noche, en la Estación Central del Ferrocarril Carlos Antonio López al costado de la Plaza Uruguaya, a las 19:00 horas, inicia el evento. El acceso es libre y gratuito.
Una emotiva jornada marcó la primera noche, ayer, con la presencia de los artistas internacionales, entre ellos el cubano Vicente Feliú, y artistas locales, ante una muy buena concurrencia de público.

El Festival continúa esta noche con la participación de Gabriel Sequeira de Argentina, Duo Negro y Blanco de Bolivia, Cecilia Todd de Venezuela, Luis Enrique Mejía Godoy de Nicaragua, Alberto Rodas, Hugo Ferreira y Chondi Paredes de Paraguay

Este proyecto es auspiciado por el Fondo Cultural del ALBA, a través del Ministerio de Cultura del Ecuador y la Corporación Cultural Cuna de Brea-Canción de Autor como productora en Ecuador.

Como contraparte paraguaya en la organización se encuentra la Secretaría Nacional de Cultura, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Comunicación e Itaipú Binacional.

El festival se trasladará posteriormente a la ciudad de Quito, Ecuador.

Es una actividad que tiene como finalidad democratizar el acceso de toda la población a las experiencias culturales y artísticas de alta calidad.

Está concebido desde la posibilidad de recuperar la memoria social de un tipo de canto que se identifica internacionalmente como Nueva Canción Latinoamericana.

Contempla profundo sentido social que marca una pauta en la historia.

Cuba conmemora 50 años del histórico encuentro de Hemingway y Fidel Castro


(AFP) – hace 22 horas

LA HABANA — Cuba prepara un programa cultural para conmemorar en mayo el medio siglo del primer y único encuentro entre el líder comunista Fidel Castro y el célebre escritor norteamericano Ernest Hemingway, informaron este jueves sus organizadores.

El homenaje incluye la develación de una tarja durante el Torneo Internacional de la Pesca de la Aguja, una exposición de fotos del escritor en compañía de pescadores cubanos, así como coloquios y otros tributos, entre el 12 y 29 de mayo.

Fidel Castro, de 83 años y retirado del gobierno desde 2006 por una enfermedad, conoció a Hemingway el 15 de mayo de 1960, en la undécima edición del torneo, cuando dialogaron durante horas.

Entonces, el novelista, apasionado de la pesca de la aguja, entregó el trofeo que ganó en la competición a Castro, llegado al poder con el triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959. El histórico momento fue captado en una foto expuesta en la Marina Hemingway, en el oeste de La Habana, donde se realiza el torneo que lleva el nombre del escritor y este año celebra su 60º aniversario de creación.

"El principal objetivo de las acciones es contribuir a la confirmación de la memoria histórica de la nación", dijo Ada Rosa Alfonso, directora del museo Finca Vigía, que organiza la conmemoración.

Hemingway vivió 21 años (1939-1960) en Finca Vigía, casa colonial a 25 km de La Habana, donde creó su obra cumbre, 'El viejo y el mar'. Antes, pasó períodos en el hotel Ambos Mundos, en La Habana Vieja, donde se preserva la habitación con su vieja máquina de escribir.

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Patricio Anabalón, sobredosis de melancolía y leyenda



Por Gabriela García / La Nación

La cita es a las 20:30 horas en la Sala Master. En la ocasión, el artista, que ha compartido escenario con Silvio Rodríguez, evocará esos secretos que le arrebatan al hombre cuando es arrojado al mundo.

“Soy un lobo estepario que busca el trance”, dice Anabalón sobre la atmósfera que envuelve a “Umbilical”, el cual puedes escuchar en vivo desde $3.000.

Cantan los pájaros ciegos, las ánimas, el alba, los miércoles de lavanda. En la música de Patricio Anabalón siempre es invierno. “Es mi estación favorita, la de la melancolía”, dice sonriendo el hombre que para sobrevivir en un país de silicona y plasmas se ha refugiado en la poesía. La que encuentra en el insomnio y en los libros de Huidobro, en las leyendas griegas y en la almohada en que descansa. “Soy un lobo estepario que busca el trance. Las canciones me las dictan los sueños”, dice para introducir “Umbilical”, un disco en el que el cantautor lleva la mirada hacia dentro, a lo íntimo, a lo maternal e infantil que suele ser la conexión con nuestro mundo propio.

“Tiene que ver con esos secretos que los antiguos trovadores guardaron, con los cuentos de los abuelos que aquí se traducen en canciones escritas en haikú como ‘El viento’ o ‘Desnuda mi taza de té’, donde narro la historia del rey del bosque con arreglos que te evocan una China milenaria”, explica refiriéndose al espíritu de la naturaleza que el pasado 27 de febrero, y como versa dicha letra premonitoria, agitó hogares e hizo sudar “las frías almas que no volverán jamás”. “Escribí y canté ese tema en una gira con Fernando Ubiergo antes del terremoto y se hizo carne cuando la tierra se sacudió para recordarnos que no somos intocables, que tenemos que dejar la arrogancia y volver a la humildad que tienen las culturas originarias, que estamos llenos de despojos, que somos efímeros y primitivos”, expresa.

PUPILA ANTIGUA

Sobre la base de la guitarra y el chelo que, según Anabalón, nunca a nivel de cantautor había adquirido tanto protagonismo, en once temas el artista habla de esa pequeña muerte que se produce cuando el ser humano es arrojado al mundo. “Es un momento mágico. De hecho, Jodorowsky dice que el primer masaje que le da una madre a un bebé es el cordón umbilical y que por eso los que nacen por cesárea están llenos de traumas. Es el primer túnel, el próximo ya sabemos cual es”, afirma quien piensa a la poesía como el refugio de los sobrevivientes. “Es ella la que le permite a los que no tenemos opinión en esta sociedad dejar la vergüenza de lado. Y si la cantas haces política, filosofía”.

Nacido en 1975 en Chile, Anabalón vivió algún tiempo en Cuba y dice que los presos políticos de La Habana son una realidad que le ametralla el corazón. Aun cuando uno de sus referentes es Silvio Rodríguez, defensor de la revolución y con quien ha compartido escenario, al igual que con trovadores como Vicente Feliú, Ismael Serrano y el mexicano Alejandro Filio. “Siempre voy a estar en contra de su situación política. Creo que el poder siempre corrompe, ya sea de izquierda o de derecha. Y lo que es peor, es el pueblo el que sufre siempre”, reflexiona quien esta noche encabezará su propia batalla: la de cantar su undécimo álbum junto a los versos de Manuel Silva Acevedo y el chelo de Ángel Cárdenas, con la ilusión de que la lluvia no se ensucie cuando caiga.