miércoles, septiembre 24, 2008

Te recordamos, Víctor

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

No pocas veces, cuando de auténtica poesía se trata, las metáforas se hacen realidad. Tal fue el caso del concierto homenaje a Víctor Jara en La Habana: 35 años después de su asesinato, los versos cantados por Silvio al final de la velada -"un día, sin aviso/murió aquel hombre extraño/y muy naturalmente/en tierra lo sembraron./En ese mismo instante / desde el cielo los pájaros/descubrieron que al mundo/le habían nacido labios"- dieron razones de un ejemplo y una obra que se prolonga en el tiempo, inspiradora e irredenta.

A la convocatoria de la Oficina de Leo Brouwer, quien como compositor aportó tres obras esenciales y dirigió dos de ellas, respondieron artistas cubanos y dos amigos extranjeros (Marcelo de la Puebla y Víctor Pellegrini) para quienes el legado del cantor chileno es cada vez más vigente y necesario.

El sembrador de belleza y justicia -en él binomio inseparable- fue cantado desde su propia música y otras que se avinieron a su espíritu. De la Puebla interpretó En tus manos abiertas, tonada de Juan Antonio (Chicoria) Sánchez y la versión que este hiciera de La partida. Junto a Pellegrini rescató memorables partituras que Víctor concibió para representaciones danzarias, en dúo de acople preciso y transparente. Se acomodó al espléndido sonido de la flautista Niurka González, en la antológica Plegaria a un labrador. Y finalmente se entregó a Variaciones sobre un tema de Víctor Jara (2007), obra de Brouwer que luego de esta audición debe quedar como referencia estilística de lo que se puede lograr evocativamente a partir de un ejercicio de tan larga tradición (las variaciones temáticas) en la guitarra.

Como una bocanada de aire fresco fue recibida la pequeña suite con que los jóvenes del Cuarteto Amadeo Roldán entretejieron combativas canciones de Víctor. Mucho más hondo calado tuvieron las improvisaciones del pianista Alfredo Rodríguez Salicio sobre Te recuerdo, Amanda y Paloma, quiero cantarte, en las que conjugó acentos dramáticos y líricos.

Con el compromiso sonoro de la orquesta Solistas de La Habana, Leo asumió la parte final del concierto. El estreno mundial de Elegía por Víctor Jara colocó al auditorio ante una obra de ejemplar sentido y, al mimo tiempo, impecables principios constructivos, algo así como una vuelta en espiral de las Canciones remotas, del propio Brouwer.

No cabe duda de que, en su caso, el rigor formal es forjada herramienta para la comunicación de ideas y sentimientos, como quedó demostrado también con la audición de Cantilena para un poema, conversión recreada suya de un tema del argentino Alberto Favero, a la que contribuyó la potente proyección declamatoria del notable dramaturgo Héctor Quintero.

En el pórtico de la velada, Tato Ayress, un joven compatriota de Víctor que fue confinado al Estadio Chile pocos meses después de que los fascistas le quebraran las manos y asesinaran al trovador, leyó un testimonio en versos a la altura del recuerdo.

Con actos como este homenaje se llega a la certeza de por qué la música trasciende a la muerte y renueva la memoria.

http://www.granma.cubaweb.cu/2008/09/16/cultura/artic01.html

No hay comentarios.: