miércoles, septiembre 24, 2008

¿Por qué el Autor Intelectual?


(2008/07/18)
Por: Miralys Sánchez Pupo


José Martí con la herencia de su pensamiento y palabra siempre fue una voz inapagable. Bajo esa luz La pléyade de esos jóvenes marchó al ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Estaban convencidos de su estirpe martiana al decidir marchar hacia el lugar donde descansaba el Maestro en emocionado homenaje.
Pero quienes representaron a la dictadura que ensangrentaba el país sin pensar en la profundidad del gesto solo preguntaban en medio del juicio por los sucesos ¿quién era el autor intelectual? Las hienas buscaban un culpable de las acciones. La autodefensa pronunciada por Fidel Castro, en el pequeño espacio de la Escuela de Enfermeras de Santiago de Cuba, fue clara y contundente al asegurar "Traigo en la mente las ideas del Maestro", cuyos materiales no le dejaron consultar en su celda. En otros fragmentos de la intervención el joven líder describió la nefasta situación de un país que había dado la espalda al pensamiento político más alto del siglo XIX latinoamericano.
Fidel también ratificó que era imposible dejar morir al Maestro en el año del centenario de su natalicio, por eso ellos estaban allí para demostrarle que él vivía en esa nueva hornada de combatientes fieles ante su memoria y decididos a continuar la batalla que no llegó a coronar la verdadera independencia de la patria. Y abrió un paréntesis histórico al convertir aquel revés militar en victoria política que cimentó las futuras acciones. Ellas aparecieron en el texto del alegato bajo el título exacto y preciso de La Historia me Absolverá. La espiritualidad martiana aparecía a lo largo de sus páginas, el Maestro estaba ahí totalmente vivo porque latía nuevamente como un gran David vencedor de Goliat.
La autodefensa del líder de la revolución se fue escribiendo con zumo de limón en hojas muy finas. Ellas salieron entre los cabellos de Haydee Santamarina de la cárcel y poco a poco se fue conformando página a página para ser reunidas y difundidas. La histórica que justificaba al Maestro como Autor Intelectual de la nueva etapa de la gesta se convirtió en el programa de la revolución que debía triunfar. Ella contenía la descripción de los males que existían en el país al definirlos como llamas a desaparecer en el sagrado deber de la justicia social y la igualdad de todos los cubanos, la educación, la salud pública, el problema del desempleo, la agricultura, la vivienda, la entrega de las riquezas del país a extrañas fuerzas exteriores.
El dramático cuadro planteaba tareas gigantescas. Por eso aseguró Fidel "¡Ése es el pueblo, cuyos caminos de angustias están empedrados de engaños y falsas promesas, no le íbamos a decir: "Te vamos a dar", sino: "¡Aquí tienes, lucha ahora con toda tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad."

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