Con un aval de más de treinta años de trayectoria, Peteco Carabajal se ha transformado en uno de los principales referentes de la música folclórica que siempre apuesta a la renovación sin olvidar la simpleza de una chacarera. Acaba de presentar en nuestra ciudad, en el marco del Festival Internacional de Folclore los temas de Aldeas, su último disco, y por supuesto los clásicos que el público quiere escuchar.
Aldeas fue concebido como un trabajo que busca recuperar las particularidades, personajes, situaciones, idiosincrasias de distintas "aldeas" en tiempos de globalización. Y entonces, una chacarera dedicada a La Banda, en Santiago, convive con el Mediterráneo de Joan Manuel Serrat; Oh! Melancolía, de Silvio Rodríguez; Los Libros de la Buena Memoria, de Luis Alberto Spinetta; o Sebastián de Rubén Blades.
"El disco es este tiempo de globalización. Creemos que todo se puede usar, que todo es de todos y que todo está al alcance de todos. Si bien uno vive eso, porque está dentro de este sistema, Aldeas busca lo contrario. Creo que primero hay que saber quiénes somos. Yo busco afirmarme en mi lugar, en mi identidad, para después recién hermanarme con otras aldeas. Es importante recuperar las particularidades, porque de lo contrario este sistema termina comiéndote", reflexionó Peteco.
Y en este afán por no perder esas pequeñas diferencias de los pueblos, es cómo surge esa chacarera que le dio el título al disco. "Con Aldeas me sentí gratificado. Fue como un premio al sacrificio de quedarme quieto y esperar a que surja una chacarera. Con esta canción tengo la posibilidad de volver a hablar de mi lugar, pero esta vez con un condimento nuevo y no tan agradable".
Aldeas fue concebido como un trabajo que busca recuperar las particularidades, personajes, situaciones, idiosincrasias de distintas "aldeas" en tiempos de globalización. Y entonces, una chacarera dedicada a La Banda, en Santiago, convive con el Mediterráneo de Joan Manuel Serrat; Oh! Melancolía, de Silvio Rodríguez; Los Libros de la Buena Memoria, de Luis Alberto Spinetta; o Sebastián de Rubén Blades.
"El disco es este tiempo de globalización. Creemos que todo se puede usar, que todo es de todos y que todo está al alcance de todos. Si bien uno vive eso, porque está dentro de este sistema, Aldeas busca lo contrario. Creo que primero hay que saber quiénes somos. Yo busco afirmarme en mi lugar, en mi identidad, para después recién hermanarme con otras aldeas. Es importante recuperar las particularidades, porque de lo contrario este sistema termina comiéndote", reflexionó Peteco.
Y en este afán por no perder esas pequeñas diferencias de los pueblos, es cómo surge esa chacarera que le dio el título al disco. "Con Aldeas me sentí gratificado. Fue como un premio al sacrificio de quedarme quieto y esperar a que surja una chacarera. Con esta canción tengo la posibilidad de volver a hablar de mi lugar, pero esta vez con un condimento nuevo y no tan agradable".
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