Lídice Fernández Espino
Fotos: Nelson Juan Martín Alonso
Desde 1847 comenzaron a llegar los chinos a Cuba, el fin: trabajar en las plantaciones de azúcar y así sustituir la mano de obra esclava anteriormente traída desde el continente africano. Así los chinos traerían también su cultura, se mantendrían muy unidos a Cuba en cada uno de nuestros momentos históricos, pero su cultura la mantuvieron resguardada de ese polvo que mezcla las raíces de los pueblos. Su caja permaneció cerrada para quienes no fuimos parte activa o descendientes de su círculo, los chinos con su paciencia se unieron al temperamento guarachero y hablador del cubano y llegaron a hacer buenas migas, pero los secretos de su cultura los mantienen para sí.
Será por eso que esta muestra que llega a La Habana como parte de la décima Bienal suscitó el interés entre muchas personas. China: arte contemporánea revista es una muestra colectiva con seis exponentes de la producción artística contemporánea de ese país asiático. Los artistas son Chen Bo, Qiu Xiaofei, Wang Chengyun, Wang Qingsong, Xiong Yu y Zhou Wenzhong.
No es quizás este muestra lo que muchos esperan cuando de pintura china se trata, el culto a los personajes triviales sacados de lo cotidiano, o de recuerdos literarios de la infancia reflejados en largas pinceladas, descontextualizadas representaciones se apoderan de los cuadros. En unos se representan escenas chinas mediante seres fantásticos, con una dinámica propia en plena metamorfosis por adaptarse a los momentos actuales que atraviesa aquel país. Otras, repletas de carácter surrealista, exploran también una figura fantástica extraída de la influencia contemporánea de los diseños de animación: se presenta entonces una criatura indiferente al contexto que le rodea, su postura es excelsa, envuelta en un universo ilusorio. Sumándole a ello escenas con un carácter extremadamente impresionista que simplemente muestran algo más de lo cotidiano.
La fotografía es lo más interesante que aparece en la muestra China: arte contemporánea revista. La fuerza de la influencia de los patrones del mercado en esa sociedad y en el mundo, representar la prostitución como fenómeno global y aceptado por las sociedades, la recreación de escenas críticas e irónicas en escenarios creados como alusión a hechos reales que pasan a ser distorsionados, predominando un aire de contexto mundial, más allá del propio país, son de los temas elegidos por Wang Qingsong para sus piezas.
Esta exposición que se exhibe en el Centro Hispanoamericano de Cultura hasta el treinta de abril busca mostrar un fragmento del arte contemporáneo chino, reflejar el hoy en los lienzos y presentarlos en esta ciudad como parte sustancial del contexto asiático que es resultado de la evolución en el ámbito social, político y económico que vive China actualmente.
China: arte contemporánea revista es una buena manera --quizás única para muchos‑- de conocer parte de la actualidad que llega a nosotros para ser apreciada, palpada, disfrutada y analizada mediando únicamente la pincelada, el ojo del artista y nuestra sensibilidad.
Fotos: Nelson Juan Martín Alonso
Desde 1847 comenzaron a llegar los chinos a Cuba, el fin: trabajar en las plantaciones de azúcar y así sustituir la mano de obra esclava anteriormente traída desde el continente africano. Así los chinos traerían también su cultura, se mantendrían muy unidos a Cuba en cada uno de nuestros momentos históricos, pero su cultura la mantuvieron resguardada de ese polvo que mezcla las raíces de los pueblos. Su caja permaneció cerrada para quienes no fuimos parte activa o descendientes de su círculo, los chinos con su paciencia se unieron al temperamento guarachero y hablador del cubano y llegaron a hacer buenas migas, pero los secretos de su cultura los mantienen para sí.
Será por eso que esta muestra que llega a La Habana como parte de la décima Bienal suscitó el interés entre muchas personas. China: arte contemporánea revista es una muestra colectiva con seis exponentes de la producción artística contemporánea de ese país asiático. Los artistas son Chen Bo, Qiu Xiaofei, Wang Chengyun, Wang Qingsong, Xiong Yu y Zhou Wenzhong.
No es quizás este muestra lo que muchos esperan cuando de pintura china se trata, el culto a los personajes triviales sacados de lo cotidiano, o de recuerdos literarios de la infancia reflejados en largas pinceladas, descontextualizadas representaciones se apoderan de los cuadros. En unos se representan escenas chinas mediante seres fantásticos, con una dinámica propia en plena metamorfosis por adaptarse a los momentos actuales que atraviesa aquel país. Otras, repletas de carácter surrealista, exploran también una figura fantástica extraída de la influencia contemporánea de los diseños de animación: se presenta entonces una criatura indiferente al contexto que le rodea, su postura es excelsa, envuelta en un universo ilusorio. Sumándole a ello escenas con un carácter extremadamente impresionista que simplemente muestran algo más de lo cotidiano.
La fotografía es lo más interesante que aparece en la muestra China: arte contemporánea revista. La fuerza de la influencia de los patrones del mercado en esa sociedad y en el mundo, representar la prostitución como fenómeno global y aceptado por las sociedades, la recreación de escenas críticas e irónicas en escenarios creados como alusión a hechos reales que pasan a ser distorsionados, predominando un aire de contexto mundial, más allá del propio país, son de los temas elegidos por Wang Qingsong para sus piezas.
Esta exposición que se exhibe en el Centro Hispanoamericano de Cultura hasta el treinta de abril busca mostrar un fragmento del arte contemporáneo chino, reflejar el hoy en los lienzos y presentarlos en esta ciudad como parte sustancial del contexto asiático que es resultado de la evolución en el ámbito social, político y económico que vive China actualmente.
China: arte contemporánea revista es una buena manera --quizás única para muchos‑- de conocer parte de la actualidad que llega a nosotros para ser apreciada, palpada, disfrutada y analizada mediando únicamente la pincelada, el ojo del artista y nuestra sensibilidad.
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