jueves, abril 09, 2009

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA: ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA COMPLACENCIA

MÚSICA

Yanelys Abreu Babi y Anette Jiménez Marata
Si para la promoción hay que hacer reguetón,
Pues, renunciamos a la radio y a la televisión.
Más interesa la diversión a los medios de difusión
Que una canción que dé educación a nuestra generación.
Alber-sario



Tradicionalmente, las funciones que se atribuyen a los medios de comunicación son: entretener, educar e informar. Aunque, ciertamente, dentro de este trío con frecuencia tiene mayor importancia el entretenimiento, por encima de la educación e, incluso de la información. Para muchos directores, asesores y productores de programas audiovisuales en Cuba, complacer al público es la primera meta. Según la práctica de estos agentes sociales pareciera que la misión primordial del ICRT es proporcionar entretenimiento a la población, sin contar que otro de sus deberes fundamentales es satisfacer las necesidades de información y, sobre todo, educación de los diversos públicos a los cuales van dirigidos.

Para el público, en general, la información que se trasmite en los medios posee un alto porciento de veracidad, lo que incide notablemente en la opinión que se crea la población sobre determinado hecho o fenómeno. A juicio de Córdova, “los medios masivos, a través de su acción, contribuyen notablemente al proceso de valorización de los hechos artísticos”(1). Ellos se erigen como paradigma de lo que es aceptado y lo que no, de lo que se debe consumir y lo que no.

En Cuba, una de las principales vías de difusión de la música, son los medios. Ellos son los responsables de proponer al público diferentes manifestaciones de la música cubana. En este sentido, existe un grupo de géneros musicales que es privilegiado con respecto a otro. En este caso se encuentran, por ejemplo, la llamada timba y el reguetón, ambos géneros muy controvertidos pero que sin duda deben gran parte de sus popularidad a la difusión que han tenido en los medios, concretamente en la radio y la televisión nacionales. Dentro de los géneros poco “atendidos” por los medios se encuentra el rap, objetivo principal de nuestro trabajo.

Desde su propio surgimiento el rap ha estado situado en los márgenes de la sociedad, lo que ha incidido notablemente en la recepción de la cultura Hip Hop a la cual pertenece.

¿Existe una cultura Hip Hop cubana o es sólo una estética foránea con cierta influencia en Cuba? ¿Son equivalentes el rap y el reggaetón? ¿Las referencias temáticas de esta cultura constituyen sólo alusiones a riñas callejeras y precariedades económicas?

ólo algunas posibles interrogantes del cubano de a pie, inofensivas en apariencia, pero relevantes en el complejo proceso de recepción y valoración de esta cultura.
En la actualidad, la difusión del rap, en Cuba, es mínima con respecto a la de otros géneros, además de estar permeada por los prejuicios y la falta de información. Con respecto a él existe una subrepticia política de exclusión que lo sitúa sólo en determinados programas. Según Marisela de la Lastra, especialista en temas musicales del ICRT, la presencia del rap en la televisión se da “fundamentalmente en Cuerda Viva (…) más que nada respetando al público” porque “ya el público que gusta del rap va a Cuerda Viva, y no sucede así en otros espacios”(2). Ello obedece sobre todo a la política que ha seguido la televisión en este sentido: el público busca en ese espacio rap, porque a lo largo de los años solo ha podido encontrarlo allí.
Con la llegada del fenómeno del reggaetón, el rap ha quedado relegado en los medios, lo cual ha influido en su recepción por parte del público. Uno de los factores que ha incidido en la repercusión social que ha tenido el reggaetón es el tratamiento que se le ha dado en los medios con el objetivo de “aligerar los espacios”. En opinión de Marisela de la Lastra:


Ciertamente rap y reggaetón no son equivalentes: el rap es rítmicamente más elaborado y posee un discurso mucho más complejo y profundo que el del reggaetón, que es más ligero, se pega más, no entraña una filosofía o un cambio de actitud. Es, además, menos incisivo, menos crítico y eso influye en la apertura que los medios le dan. El rap, a mi juicio, necesita medios de comunicación menos ortodoxos. (3)

La cultura Hip Hop tiene, entre sus premisas, el fomento de la paz, el respeto a la diversidad étnica, racial, cultural. Denuncia la violencia en sus variadas manifestaciones, promueve la equidad de género y tiene una función crítica respecto a los males que afectan la sociedad actual. El reggaetón, en cambio, aunque posee en su base rítmica elementos del rap, carece del contenido político, ideológico y social de aquel, y está sumamente manipulado por el mercado y los intereses comerciales de las industrias culturales mundiales.

Llama la atención cómo en diferentes certámenes competitivos y concursos artísticos, se engloba en una misma categoría al rap y el reggaetón. Así lo demostró, por ejemplo, Cubadisco 2008, el evento de mayor trascendencia nacional de la industria del disco en Cuba. El grupo Ogguere, perteneciente a la Agencia Cubana de Rap, y ganador del premio en esta categoría competía también con grupos de reggaetón. Igualmente sucedió en los Premios Lucas.

Otro elemento importante en cuanto a la difusión de este género musical en los medios, es qué tipo de rap se difunde. Más allá de Cuerda Viva podemos encontrarlo, esporádicamente, en otros espacios, pero es una vertiente comercial, mayoritariamente, que atenta contra la ya deteriorada imagen del género en nuestra sociedad. En este sentido, creemos que ha permeado la difusión del género el fuerte contenido crítico de los textos que pone una barrera entre rap y medios masivos.
En el caso de la radio la presencia del rap es aún mucho menor que en la televisión. Existen muchos programas radiales dirigidos exclusivamente a un público joven que nunca lo seleccionan en sus propuestas. Su inclusión en estos espacios sería muy útil para la educación y formación de valores en las nuevas generaciones, por los temas que abordan, a través de un lenguaje popular muy cercano a la juventud.

Otro de los factores que ha influido en la poca difusión ha sido la labor que ha desempeñado la Agencia Cubana de Rap a través de los años. Desde su llegada a Cuba este género había estado operando sin apoyo institucional, hasta septiembre de 2002 en que surge, como parte de la política cultural del estado, la Agencia Cubana de Rap. A partir de su fundación se comenzó a pensar en una mayor difusión, con la creación, dentro de ella, del sello discográfico Asere Producciones y de la revista Movimiento. La labor de la Agencia ha resultado controvertida en varios aspectos. Por ejemplo, su catálogo está conformado por cinco agrupaciones de rap y cinco de reggaetón, lo que atenta claramente contra la difusión del rap. Otro de los desaciertos que ha tenido la Agencia en su andar es el hecho de operar mayoritariamente desde y hacia Ciudad de la Habana. De las diez agrupaciones que conforman su catálogo, solo una es provincia. Ello produce un silenciamiento del quehacer de los raperos del resto del país y crea una falsa imagen al mundo del rap producido en Cuba. Actualmente, la Agencia se encuentra inmersa en un proceso de reestructuración de su política, hay una voluntad de rectificar los errores del pasado para tratar de difundir la cultura Hip Hop en su totalidad.

Habría que hacer una apertura en nuestros medios para aquella música que se produce fuera de los centros de poder, para dar una idea integradora e inclusiva de lo que se hace en nuestro país. Al respecto ha expresado Gómez Cairo: “la información tiene que ser democrática. No se puede informar sólo acerca de lo que gusta; la divulgación tiene que considerar todo lo que existe y tiene valor.”(4)

BIBLIOGRAFÍA:
--Álvarez Reyes, Sady; Oyarzo-Hinojosa, Tania. “La historia del rap” en Movimiento. Año 2, #1. Ed. Agencia Cubana de Rap.
--Córdova, María: “Música y espacio social” en Temas 39-40, p. 30.
--Del Puerto, María. “Altas expectativas” en http://www.lajiribilla.cu. La Habana, 2001.
--Fernández Díaz, Ariel R. “¿Poesía urbana o la Nueva Trova de los noventa?” en http://www.lajiribilla.cu/2001/n15_agosto/414_15.html. La Habana, 2001.
--Gómez Cairo, Jesús: “La música y el mercado”, en Temas 6, p. 77.
--Linares, María Teresa. “Hip-Hop: de estilo a género” en http://www.lajiribilla.cu/2004/n172_08/172_06.html. La Habana, 2004.
--Tabares, Sahily. “Rap cubano” en Bohemia. Año 93, # 18. La Habana, sept 2001.
NOTAS:
(1) Córdova, María: “Música y espacio social” en Temas 39-40, p. 30.
(2) Entrevista concedida a las autoras
(3) Entrevista concedida a las autoras
(4) Gómez Cairo, Jesús: “La música y el mercado”, en Temas 6, p. 77.

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