jueves, abril 23, 2009

Entrevista a Frank Fernández 'Lo difícil en esta carrera es ser un viejo prodigio'


'Lo difícil en esta carrera es ser un viejo prodigio'
Publicado el 22/Abril/2009 00:11
Entrevista a Frank Fernández

¿Quién es? Pianista cubano

Contar con los dedos le resulta una tarea que rebasa sus aptitudes, quizá por eso ni siquiera intentó convertirse en contador público como quería su padre. Las manos de Frank Fernández estaban destinadas para el piano, a ese instrumento que lo revive física y espiritualmente, a ese sonido que purifica su "miseria humana" y que transmite sus sentimientos.

Esa irreverencia por los números y su abnegación por la música clásica lo ayudaron sin problemas a renunciar al apoyo económico de su familia. Y así salió de su natal Mayarí para instalarse en La Habana y vagabundear por bares y cantinas buscando la vida con lo poco que había aprendido. Pero su vuelo a Moscú (Rusia), directo al conservatorio Tchaikovski, estaba reservado.

La crítica especializada de Moscú (Rusia) lo catalogó en su momento como "el creador de la escuela contemporánea de piano en Cuba". ¿Eso tiene que ver con los 27 premios internacionales que ganaron sus alumnos sin salir de la Isla?

Claro. Fue un hecho histórico. Todos los músicos cubanos que habíamos ganado premios internacionales teníamos preparación en Europa o en los EEUU. Pero no fue solo trabajo mío, sino también el de pianistas como Ignacio Cervantes que ganó premios en conservatorios de París. Después, Margot Rojas, Iveth Hernández, Cecilia Aristi y Ángela Quintana, y otros que acumularon sabiduría en la pianística cubana.

¿Esa distinción otorgada por la cuna de la pianística mundial (Rusia) le da más méritos que los que tuvieron artistas como los que mencionó anteriormente?

No hay comparación, porque desarrollamos nuestros trabajos en épocas distintas. Cecilia Aristi, por ejemplo, es la responsable de la escuela de piano en Cuba. Diría más bien que, sin ellos, yo no hubiera sobresalido artísticamente. Pero la crítica siempre destaca hitos y coyunturas, y en este caso son los premios que han ganado mis alumnos.

¿Cuánto significa para su carrera la escuela rusa a la que llegó luego de ganar la beca con la que había soñado durante toda su niñez?

Hay tres pilares fundamentales en mi carrera, pero ninguno de los tres es más importante que el otro. La enseñanza de mi madre fue fundamental. A los 5 años, ya tocaba piano porque la escuchaba a ella constantemente y a otros maestros. Margot Rojas me dio la herencia del siglo XIX. Pero si no hubiera ido a la escuela rusa a perfeccionarme, no podríamos hablar de una carrera tan laureada como la que creo tener ahora.

¿Y dónde queda la influencia de Sindo Garay y Manuel Corona, grandes maestros autodidactas de la trova tradicional?

Hace poco, di un concierto en Moscú y toqué una obra de Sindo Garay, y las 1 700 personas que estaban en el auditorio no pararon de aplaudir. Él y Corona son música popular de alto nivel.

¿Por qué dejó de enseñar hace 23 años y se dedicó al concertismo y a la composición?

Enseñar es un apostolado, y tan obsesivo como el concertismo y la composición. Pero me di cuenta de que se estaba afectando mi carrera. Dejar la docencia fue una decisión altruista, no vanidosa.

¿Cree en los niños prodigios o en los viejos talentos?

Hay miles de niños prodigios, pero se suelen frustrar. Lo difícil es ser un viejo prodigio.

En un homenaje que le rindió en 2004 Silvio Rodríguez en el teatro Karl Marx de La Habana, dijo que le rendía "culto a la amistad". Usted produjo su primer disco. Cuéntenos esa relación.

Yo regresé a La Habana graduado del Conservatorio de Moscú (1974) cuando surgió mi amistad con Silvio. Intenté reencontrarme con mis raíces a través de la trova tradicional cubana porque buscaba una música más culta que aportara a los textos sociales y a los amatorios. (LCH)

Así soy yo

Frank Fernández nació en Mayarí (Cuba) en 1944. Cuando apenas tenía 6 años de edad, quedó huérfano de madre. Fue su progenitora precisamente quien le inculcó el gusto por el piano. Pero a los 14 años, luego de ganarse la vida en bares y restaurantes, ganó una beca para estudiar en el conservatorio Tchaikovski (Rusia), donde se graduó con honores. (LCH)

No hay comentarios.: