jueves, abril 23, 2009

Los 80 del maestro Tejada Gómez



El poeta y letrista mendocino Armando Tejada Gómez, puntal indiscutido del llamado Nuevo Cancionero de los '60 junto a Oscar Matus, Mercedes Sosa y Tito Francia entre otros, cumpliría 80 años.

"Lo asombroso que recordamos es que sus letras viven en permanente actualidad y calidad de una poesía que nos refleja a todos y que nos sostiene en los valores fundamentales de cada ser humano como propio y como semejante del otro", recordó su hija Gloriana.

Por ese motivo hace dos años se editó el CD "Vigencia", que posee la voz del mismo Tejada recitando parte de su obra poética, como también grabaciones inéditas, canciones, conferencias y el desarrollo de un multimedia donde se podrá encontrar su biografía, descripción completa de su obra, testimonios, filmaciones y fotos.

"Me preguntan por el legado de papá. Para mí el legado más importante que recibí es la capacidad de soñar. Hay que soñar la vida para que sea cierta, nos decía y en este momento cuando las utopías parecen estar tan lejos, es esa capacidad de soñar la que nos mantiene en pie", remarcó.

Armando, nació el 21 de abril de 1929 en Mendoza, a orillas del zanjón Guaymallén. Hijo de Lucas Tejada, tropero (llevaba ganado de Mendoza a San Juan y Chile, a través de la cordillera), y de Florencia Gómez, casada a los 14 años.
Comienza a despertarse su inquietud social, participando de jornadas de protesta, luchas obreras y políticas al mismo tiempo que comienza a expresarse a través de su poesía.

Corría por allí el año 1950 e inicia su tarea autoral junto a Oscar Matus (comprovinciano y luego marido de Mercedes Sosa) y más allá de sus experiencias políticas publica libros como "Antología de Juan", "Los compadres del horizonte" y "Ahí va Lucas Romero" de lo primeros tiempos.

En 1963 funda el Movimiento del Nuevo Cancionero junto a Oscar Matus, Mercedes Sosa, Tito Francia, Eduardo Aragón y otros y un año después se radica en Buenos Aires y se dedica íntegramente a su tarea artística.
Su primer espectáculo y disco se llamó "Sonopoemas del horizonte", al que luego le siguieron otras obras grabadas y escritas como "Tonadas para usar", "Los oficios de Pedro Changa" con los Trovadores, "Profeta en su tierra", "Amanecer bajo los puentes" y "Canto Popu-lar de la comidas".

Luego de que su novela "Dios era olvido" consigue el premio internacional de Bilbao, España, regresa a Buenos Aires en 1979 y comienza a utilizar el seudónimo de Carlos de Mendoza para registrar sus temas nuevos y que puedan pasarse por las radios.

"Toda la piel de América" (cancionero), "Historia de tu
ausencia", "Bajo estado de sangre", "La Poesía", "Cosas de niños" y "El río de la Legua", son algunas de sus últimas publicaciones de poemas que quedaron inmortalizados en la páginas.

El 3 de noviembre de 1992 fallece en Buenos Aires y dos años más tarde de edita su libro póstumo "Los telares del sol". Algunas de sus composiciones más reconocidas fueron "Fuego en
Animana", "Canción con todos" compuesta con César Isella y con el tiempo se convirtió en un "himno" latinoamericano, "Zamba de la distancia", "Canción para un niño en la calle", "Zamba del laurel", "Trovador del rocío", "El mundo es un pañuelo" y "Resurrección de la alegría".

"El creía firmemente en un gran futuro y para ese futuro escribía sus poemas de amor y de lucha. Y, a ese hombre del futuro y del hoy, dedicaba sus versos que dejaron testimonio de su infancia, de sus amores, de las luchas de América y por eso son tan universales", recordó su hija Gloriana Tejada.

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