jueves, abril 23, 2009

Haydée, Roberto y la Casa de las Américas


FERNANDO ACOSTA RIVEROS

Haydée Santamaría Cuadrado y Roberto Fernández Retamar son dos grandes protagonistas de la cultura y la historia de Cuba. Desde los años 50 y 60 del siglo XX realizaron numerosos aportes a la revolución y a la literatura. Haydée participó en el asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, junto a su hermano Abel y a los compañeros Fidel Castro y Melba Hernández. Roberto estudiaba con pasión la vida y obra de José Martí, mientras preparaba su tesis sobre la poesía contemporánea cubana en el periodo comprendido entre 1927 y 1953.

Patrias se titula el libro escrito por Roberto Fernández Retamar. Por esta obra literaria, ganó el Premio Nacional de Poesía en 1951. Estudioso y promotor de la cultura, Retamar se vinculó a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. En la Universidad de La Habana se intensificaba también la vida política y los profesores y estudiantes martianos se preparaban para recordar el natalicio de José Martí en 1953. Gobernaba la isla caribeña el presidente Carlos Prío desde 1948, año en el que Retamar abandonó la carrera de Arquitectura e ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras.

A partir del golpe de Estado, realizado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, comenzó la persecución a los universitarios. Los martianos en toda Cuba, y entre ellos Haydée y Roberto, se comprometieron en la lucha contra la dictadura. Abel Santamaría, hermano de Haydée, se reunía en un departamento ubicado en el barrio El Vedado, allá en la calle 25 y O, con los patriotas decididos a participar en el asalto al Cuartel Moncada.

Dos mujeres revolucionarias, Haydée Santamaría y Melba Hernández, fueron torturadas por los militares luego del asalto al Moncada. Haydée, conocida también como Yeyé, se mantuvo firme a pesar de haber perdido a su hermano Abel y a su novio Boris Luis Santa Coloma, quienes cayeron asesinados. En el mes de octubre de 1953 fue conducida desde Santiago de Cuba hacia el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay, donde la condenaron a otros siete meses de prisión.

Preparada para realizar acciones heroicas, Haydée sacó de la cárcel en forma clandestina el texto del célebre alegado de Fidel, conocido como La historia me absolverá, convertido después en un clásico de las gestas revolucionarias en nuestra América. Unos años después, Haydée participó con Frank País en la dirección del alzamiento realizado el 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba para apoyar el desembarco del yate Granma, que llegaba procedente de México.

Roberto tenía 28 años cuando triunfó la Revolución Cubana, aquel primero de enero de 1959; Haydée había vivido intensamente sus primeros 37 años. Transcurrían los primeros meses de 1959. El gobierno revolucionario era consciente de las grandes carencias del pueblo. Desde entonces se privilegió la atención a la educación y la salud. El 16 de marzo de 1959, Fidel visitó la Universidad Central de Santa Clara, en la provincia de Las Villas, donde inauguró una biblioteca. Conversó con Mariano Rodríguez Solveira, rector de la institución educativa, y le aseguró que la revolución concedería especial atención a la educación y a la cultura. Entre tanto, Haydée preparaba otro proyecto ambicioso, heroico y revolucionario: la creación de un instituto cultural cubano para apoyar y difundir los valores artísticos de cada uno de los pueblos de nuestra América.

La Casa de las Américas se fundó el 28 de abril de 1959. Haydée Santamaría, su directora durante dos décadas, contó con el apoyo invaluable de escritores y artistas cubanos y de casi todos los países del continente, entre los cuales sobresalió siempre el de su paisano y amigo Roberto Fernández Retamar, quien dirigió la revista Casa de las Américas, publicación vocera, y también patrimonio, de la institución que ha desempeñado un rol inigualable al crear vínculos entre los intelectuales de nuestra América y convertir a La Habana en la capital cultural del continente.

Cuentistas, ensayistas, escultores, músicos, musicólogos, novelistas, pintores, poetas y publicistas han encontrado a lo largo de medio siglo en Casa de las Américas el espacio abierto y fraterno para expresarse y compartir sus obras. Dos grandes compositores cubanos y nuestraamericanos del siglo XX: Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, obtuvieron el apoyo entusiasta de Haydée y de los integrantes de la institución.

Roberto Fernández Retamar, autor de Calibán, un ensayo que ha conocido decenas de ediciones y traducciones, dirige Casa de las Américas desde 1986. Diplomático y embajador cultural de Cuba y su revolución, ha participado, primero con Haydée y hasta 1980, cuando murió la heroína del Moncada, y en los años sucesivos, en la organización de conciertos, encuentros, exposiciones, lecturas y diversas actividades culturales que distinguen a la noble institución.

Escritores destacados como Ezequiel Martínez Estrada, Julio Cortázar y Mario Benedetti han participado activamente en los proyectos y logros de Casa de las Américas. En 1967, Benedetti fundó el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa para encargarse de tareas fundamentales: organizar el Premio Literario Casa de las Américas, realizar un estudio crítico de la literatura de nuestra América y divulgar la obra de artistas literarios, musicales y plásticos de cada uno de nuestros países.

En estos primeros 50 años, la Casa de las Américas ha cumplido una tarea martiana convirtiéndose en la sede del encuentro cultural y fraternal permanente de los pueblos de la región. Dos ilustres martianos: Haydée Santamaría Cuadrado, heroína de la patria, y Roberto Fernández Retamar, poeta de la revolución, convirtieron a Casa de las Américas en el hogar creativo de los artistas de nuestra América.

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