jueves, abril 23, 2009

Chavela Vargas a la manera de Concha Buika y Chucho Valdés



Chavela Vargas a la manera de Concha Buika y Chucho Valdés
Kaloian Santos Cabrera • La Habana
Fotos del autor

El pianista y compositor cubano Chucho Valdés y la cantante española de ascendencia guineana Concha Buika, celebran los 90 cumpleaños de Chavela Vargas, cumplidos este 17 de abril.

Lo hacen con la grabación de un disco titulado El último trago, una de las canciones de José Alfredo Jiménez popularizada, varias décadas atrás, por la inigualable manera de la Vargas: “Tómate esta botella conmigo /en el último trago nos vamos /quiero ver a qué sabe tu olvido /sin poner en mis ojos tus manos”.

El homenaje se materializó en Cuba, donde la legendaria cantante llegó por una semana y se quedó por dos años. En nuestra Isla compartió amistad con Nicolás Guillén y fue atraída por una cubana a la que hizo famosa por todo el mundo con un popular estribillo: "Ponme la mano aquí, Macorina".



Ahora llegan como nuevas, recreadas por dos genios musicales, con arreglos afrocubanos, flamencos y jazzísticos, “La noche de mi amor”, “El andariego”, “Somos”, “Luz de luna”, “Sombras”, entre otras canciones del repertorio emblemático de Chavela. Casi todos los temas están acompañados por Irakere. Resaltan la participación especial de la guitarra, en dos cortes, de Javier Limón, productor del CD, y “Las simples cosas”, “Vámonos” y “Las ciudades”, dúos a piano y voz de Concha Buika y Chucho Valdés.

Seducción mutua

Buika llegó a La Habana de la mano de Javier Limón para grabar junto a Chucho el misticismo mutuo por Chavela Vargas.

“Nos imaginamos un repertorio armado con esas canciones que Chavela, por muchos lugares de Latinoamérica, ha ido recolectando en años. Soñamos también que el disco podía ser grabado en esta ciudad maravillosa y con Chucho y Buika. Finalmente ese sueño se ha concretado”, rememora Limón sobre la génesis del proyecto en una conferencia de prensa realizada en los estudios Abdala donde grabaron el material.



Bastó algunos ensayos y 11 horas para dejar registrado, como nuevas obras de artes, 13 de las cientos de canciones conocidas de Vargas.

Solo fue posible porque los dos protagonistas de “El último trago” alucinaron uno con el otro dentro y fuera del estudio. Para Concha Buika esta oportunidad es una bendición, y para Chucho es una unión muy estrecha, que tiene una relación tremenda entre lo que ella hace y lo que “yo siempre he querido hacer”.

En definitiva no están aislados uno del otro. Como manifestó el músico cubano, sus raíces españolas y africanas son comunes.

Para Chucho Valdés, Buika es una artista sui generis: “El flamenco le da una personalidad única. Es muy diferente y especial el timbre y el dominio de su voz”. La comparó con Bola de Nieve, pues “son de esos casos que se dan una sola vez”.

La experiencia de Valdés con diversos artistas es basta. En los últimos tiempos ha grabado con su coterráneo Pablo Milanés, con el francés Charles Aznavour, el brasileño Iván Lins, el cantaor flamenco Diego el Cigala, entre otros. Sin embargo, el trabajo con Concha Buika resultó diferente.



“La Buika es de las pocas cantantes que conozco ―y puedo contar con una mano y me sobran dedos― que pueden cantar directo en la grabación, sin separar la orquestación de la voz. Esto permite que el efecto emocional esté en correlación con la música que la acompaña. Así se hizo este disco y fue increíble”, reveló Chucho en la conferencia ya referida.

Por su parte, Concha Buika, hija de una pareja de asilados políticos en Mallorca, quien ha seducido los escenarios de Europa y EE.UU. a fuerza de su talento, dijo venir de un lugar donde “supuestamente los sueños son realizables y he tenido que llegar hasta aquí, para hacer posible uno que llevaba mucho tiempo conmigo: Anhelaba pisar Cuba y lo he hecho de la mano del maestro Chucho”.

En lo particular confiesa ser una persona muy tímida, de muchos nervios ante proyectos como el que acaba de realizar. Pero esta vez se ha sentido muy segura y “estoy totalmente alucinada. Presiento que falta mucho por vivir con este disco. Agradezco a Chucho por no mirarme como una chiquilla, por confiar en mi trabajo tanto como para hacer esta gran labor que es muy importante para mí”, expresó Concha.



De forma genial también quedó el concierto de presentación en un repleto Teatro Amadeo Roldán. Un concierto único dedicado no solo a Chavela, sino también a Bebo Valdés, con quien Buika y Limón han trabajado en varias oportunidades. Fue una noche gloriosa, bautizo de la Buika ante el público criollo que la premió con ovaciones y aplausos al término de todos los temas.

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