sábado, julio 04, 2009

¿Qué nació primero el instrumento o el canto?



3 de Julio de 2009, 9:41 a.m.

Las Tunas, Cuba.- Esta señora de blanca cabellera, piel mestiza y sonrisa afable de pequeña oía a su mamá cantar música campesina en la casa, había nacido en el campo pero después de la guerra como la familia murió, la llevaron para La Habana con apenas 10 años.

Maria Teresa Linares Savio se acuerda de todo lo que cantaba en Puerta de la Güira, en Artemisa y Guanajay. Aprendió todo lo que cantaba su abuela, que fue quien la crió, y era la única persona que entonces sabía leer en la comarca.

Al charlar con los periodistas en el patio de la Casa Iberoamericana “El Cucalambé” aludía que los campesinos iban a verla con los libros que le compraban a los vendedores ambulantes, y que llamaban cacharreros, para que ella se los leyera. Después esos labreros analfabetos de la Cuba neocolonial, hacían esas historias en décimas.” Mi madre consideraba todo esto muy notable y me lo trasmitió desde pequeña.”

La Jornada Cucalambeana del 2006 se le dedicó hace dos años porque esta señora ha vivido para el rescate y preservación de la memoria histórica de la nación.

“Siempre tuve gran admiración por todos los campesinos. Una vez me encontré un viejito y le pregunté cómo él había aprendido a hacer décimas. Me dijo que una vez le leyeron un libro sobre literatura preceptiva y que cada vez que él necesitaba saber cosas, se lo, leían, y ya se lo sabía de memoria. Le pregunté: “¿Pero usted no lee?” No, yo no sé leer, yo lo que se es contar, sumar, restar y multiplicar”, me respondió. Ese hombre no leía y lo que tenía en la cabeza era un cúmulo de rimas y palabras.

La primera vez que yo oí la palabra ´tatagua´ (después busqué en el diccionario: mariposa nocturna), era yo la ignorante ante ellos. Rimaban tatagua con Managua.

¿Cómo lo sabía esa persona? Chanito Isidrón me decía que él prefería leer o que le leyeran prosa porque si le leían décimas se le quedaban en la mente y podía plagiarlas.

La musicóloga María Teresa recuerda que desde muy joven se acercó al campesino y a su cultura. De hecho nació en la campiña insular de Puerta La Güira, en Artemisa, Argeliers León, su esposo, se dio cuenta que ella conocía esa música y la podía trabajar y comenzó a comprar discos.

Una viejita amiga de ella le regaló una grabadora que pesaba como unas setenta libras y grababa directamente en placa de acetato. Como tenía radio, grababa los programas campesinos, también la música africana y los testimonios de los trabajos de terreno que hacíamos.

Empezamos a asistir a las grandes romerías de La Tropical. Allí conocimos a los trovadores Pedro Guerra, Justo vega, Alejandro Aguilar, Patricio Lastra y José Marichal, a Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí), Pedro de Armas y Armandito Fernández.

Un año antes en el 2005 el concertista e investigador de la escuela cubana del tres y el laud, el profesor del Instituto Superior de Arte, Efraín Amador había significado en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García que el tres devino guitarra y que esta había sido importada de Ibero América, por lo que admitió que primero nacieron las cuerdas y luego el canto.

¿Cuál nació primero el Punto cubano o el canto?

Esta señora me miró a los ojos y me dijo- el sonido es una cualidad humana que nació con el individuo, es tan antiguo que también se pierde en la noche de los tiempos, de todas formas lo que hace falta es que continúe vibrando el Punto en la campiña insular para motivos del verso y seguir admirando la música campesina de nuestra cubanidad.

La profesora adjunta del Instituto Superior de Arte, Investigadora Emérita y Académica de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, Doctora Honoris Causa por el Instituto Superior de Arte, Investigadora Titular y vicepresidenta de la Fundación Fernando Ortiz, miembro del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, Miembro de la presidencia y del Ejecutivo de la Asociación de Músicos de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, María teresa Linares Savio otra vez asiste a la Jornada Cucalambeana de El Cornito, en Las Tunas, prevista para los días del 29 de junio al 5 de julio.

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