jueves, abril 16, 2009

El Montalvo escritor sigue vigente


El 13 de abril se cumplen 177 años del nacimiento del polemista y refinado prosista
Redacción Cultura

En su tiempo, la segunda mitad del siglo XIX, a Juan Montalvo lo reconocieron como escritor de genio figuras como José María Vargas Vila o Eloy Alfaro. Prosista adicto a la pendencia y a las polémicas públicas, se forjó para sí mismo el puesto de educador de la patria por el cual, a 177 años de su nacimiento (ocurrida el 13 de abril de 1832), se le recuerda en la historia nacional.

La vigencia de Montalvo, en tanto escritor e independientemente del pedestal histórico, debería verse, creen varios escritores, en la capacidad que tiene su obra para provocar a nuevos lectores y nuevas miradas.

Elogiado hasta el ditirambo, Montalvo en general es poco conocido, en tanto escritor, entre los lectores jóvenes, cree Juan Pablo Sigüenza, de 17 años, quien, además, admite que su relación con el escritor ambateño se ha fundamentado en la obligación “y de allí no ha pasado”. El principal obstáculo ha sido la prosa estilizada y la composición de compleja estructura sintáctica.

Esa situación no es aislada, según reconoce Mario Mera, el director general de la Casa de Montalvo en Ambato. “Para contrarrestar ese obstáculo logramos que se instaurará la cátedra de Montalvo mediante decreto ministerial. A través de ese instrumento los maestros pueden acercar a los jóvenes a un Montalvo más asequible y digerible”.

Por su inclinación política, Juan Montalvo aplicó su talento literario sobre todo en el ensayo. Para el poeta ambateño Juan José Rodríguez, el mejor Montalvo está “en los ensayos en los que trata de literatura y no necesariamente en los políticos. Hay dos ensayos ejemplares en ese sentido, uno sobre la risa y otro sobre la literatura francesa”.

Parecido juzga el escritor cuencano Jorge Dávila Vásquez, pues “hay un Montalvo demasiado retórico en varias obras. Naturalmente era más un pensador que un fabulador y, como tal, juzgaba necesario adoptar un tono admonitivo y retórico. Sin embargo, cuando juega con el lenguaje y se entrega a su humor, ácido e inteligente, uno halla al gran escritor que fue”.

La obra de ficción que más se le recuerda es ‘Capítulos que se le olvidaron a Cervantes’, una novela en la que, para Rodríguez, “Montalvo construye una visión más completa y amplia sobre el Quijote, la visión de un hombre americano. Jorge Luis Borges la nombra, aunque ciertamente no con estima”.

Por lo demás, Montalvo fue hombre de grandes y múltiples curiosidades. Pese a la brevedad de su incursión en la ficción, el ambateño escribió un cuento que Rodríguez reivindica como el primer cuento que en el género se escribió en América Latina. El texto, titulado Gaspar Blondin, narra una aventura gótica en los Alpes, en la que aparecen fantasmas, seres extraños y hasta vampiros. Un Montalvo distinto del polemista, y en cuya obra, también, se halla su vigencia.

Gaspar Blondin (extracto)

Atravesaba yo los Alpes en una noche tempestuosa, y me acogí a un tambo o posada del camino: silbaba el viento, lurtes inmensos rodaban al abismo, produciendo un ruido funesto en la oscuridad; y en medio de esta naturaleza amenazadora, reunidos los pasajeros, el dueño de casa refirió lo que sigue:

“No ha mucho tiempo llegó aquí un desconocido con el más extraño y pavoroso semblante: mis hijos le temieron al verle, y me rogaron no recibirle en casa.

¿Qué secreto enlobreguecía a ese hombre?, ¿qué horrible crimen pesaba sobre él? No sé. Le designé un cuarto, no muy firme de ánimo yo mismo, suplicándole se recogiese en él, atento que era tarde, si bien a ello me inducía el deseo de librarme de tal huésped. Húbose apenas retirado, cuando los hombres armados se presentaron en el mesón, inquiriendo por un malandrín, cuyas señas dieron: eran dos gendarmes que le seguían la pista

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