lunes, diciembre 15, 2008

Víctor Heredia, el ciudadano





El cantante regresa con un disco en el que vuelve a sus temas de siempre. Figura clave del retorno de la democracia, repasa un cuarto de siglo con errores y aciertos.

La tarde es tan calurosa que la ropa parece cosida al cuerpo. Víctor Heredia abre las puertas de su casa en Palermo como esperando que uno diga que tras cruzar el umbral el calor pasa a ser una anécdota. Techos altos, ambientes amplios y una luminosidad que existe sin que el sol se entrometa dejan el sudor exclusivamente para quienes están en la calle. Heredia tiene un disco nuevo en las bateas, y la obligada ronda de notas no le quita ni un ápice de amabilidad. Conoce el juego, por supuesto, pero también lo que tiene entre manos: un álbum, Ciudadano, trabajadísimo en su propuesta estética, con letras muy cuidadas y arreglos sensibles, que constituye un peldaño más en su carrera, pero también un paso bien firme en su consolidación como artista, alguien para quien la prisa por editar discos ya no es un problema, y se nota.

–En las letras de Ciudadano se nota un cuidado especial.

–Es cierto, me preocupé más por los textos. Yo creo que el resultado es extraordinario desde el punto de vista de que trabajé los poemas y los corregí, pero no sobre la música. Después los mandé a suerte y verdad a quienes quisieran ponerle música. Y creo que acerté con esa propuesta.

Asomándose al librito interno del disco, no sólo llama la atención el cuidado en las letras sino también los nombres que llenan la casilla de "compositor": al lado de Heredia aparecen Silvio Rodríguez, Jorge Fandermole, Pedro Aznar y Luis Eduardo Aute, entre otros. "Les mandé dos o tres a cada uno para que eligieran" –explica el intérprete– "y Silvio eligió 'Lo cierto' para ponerle música. Creo que lo hizo por algunas razones que tienen que ver con nuestra paternidad de grandes: yo tengo a Camilito, de 6 años y él tiene a Malva, de 5". Los temas, muchos de ellos de corte intimista como "Te esperaré" o "Si tuviera" se cruzan con lo que podría decirse la "marca de fábrica": el testimonio. En ese sentido, la canción "Demasiado" deja su sello en la lista de temas y pone en relieve el drama del paco y la destrucción que deja a su paso: "Yo tengo una preocupación muy fuerte en ese sentido, porque entiendo que la sociedad se olvida de su participación y su compromiso" aclara, y continúa, "sólo se exige represión para determinados latrocinios o crímenes, y muy poco una solución para poder sacar de ese lugar a estos sectores que fueron excluidos o marginados de la sociedad. Hay gente que se da cuenta de esto y colabora y hay gente que no. Lo que necesitan estos chicos es cariño y abrazos; y sus padres, laburo".

Si hace 25 años Víctor Heredia se lo hubiese propuesto, habría llenado los estadios Luna Park que quisiese. Era así: sus discos se vendían por kilo, sus canciones le llenaban la boca a todas las hinchadas de fútbol y la sola aparición de su foto en la tapa de una revista la hacía batir récords de ventas. Él, como Joan Manuel Serrat o Silvio Rodríguez, llevaban la palabra libertad escrita en sus apellidos. Y también un término que empezaba a sonar en todos lados: democracia.

–En una canción, usted le decía a Alfonsín que el pueblo lo apoyaría, pero esperando respuestas, ¿siente que ayudó?

–Si uno hace un análisis de las presiones que existían desde todos los centros de poder, incluidas las Fuerzas Armadas, tenemos que convenir que todavía no estaba el camino allanado para una situación como la que hoy genera la justicia. Tal vez si se hubieran dado pasos apresurados, la democracia se hubiese puesto en peligro; y hoy, a 25 años, estamos aquí, hablando de esto. Se hizo como se pudo, yo creo.

–¿Y las nuevas generaciones? ¿Están aleccionadas de lo que sucedió con la dictadura?

–Desde mi lugar, te diría que se llegó a un techo en cuanto a la percepción y a la concientización; y no hay por qué exigirle más a la gente sobre eso. Lo que sucede hoy es que ya la mera actuación de la justicia provoca un debate y también exige una mirada sobre esa época, que es la que va a enriquecer ciertamente, porque desde el discurso está todo bien: no creo que haya nadie en la Argentina que no lo sepa. Ahora, ¿cómo retransmitírselo a las nuevas generaciones? Eso ya es tarea de la escuela, y se está cumpliendo.

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