lunes, diciembre 15, 2008

SILVIO RODRÍGUEZ: EL TROVADOR DE LA LUZ

Por Rufino del Valle Valdés

"Maniobrando entre corchetes y semicorchetes, la imaginación creativa de Silvio Rodríguez se entrelaza con la riqueza del movimiento, la composición, la luz y el diseño fotográfico. Es desde la proyección de la luz en alargadas sombras y con mirada creativa, que conforma un abanico artístico (musical y plástico) Son imágenes que asoman como en descanso, en retratos de simple cubanía".

Ramón Cabrales Rosabal

Hemos creído durante años que Silvio Rodríguez Domínguez (1946) es solamente cantautor y durante los últimos treinta años esa ha sido su única permanencia. Es cierto que el ARTISTA con mayúscula, del que tratamos ahora, ha sido uno de los más internacionales cantantes cubanos de todos los tiempos. Sin embargo su trabajo
creativo va mucho más allá de cantante y autor, o como se le llama hoy en día "cantautor".

Las letras de sus canciones, todas llenas de poesía, también están abarrotadas de improntas. Recuerdo con nostalgia mis años mozos. Soy de su misma generación, incluso, nacimos en el mismo año. Seguidor de su trabajo creativo, podemos recordar su primer recital en público, en la sala-teatro del Museo Nacional de Bellas Artes,
fueron canciones cargadas de imágenes poéticas saturadas de emocionantes discursos juveniles.

Mencionemos sólo una y se dicen todas "La era está pariendo un corazón". Fue el himno por excelencia de toda una generación, y porqué no, de las posteriores también. Hay artistas que llegan a ser populares o conocidos por diferentes caminos, pero en una sola dirección. Es por eso que ha sido sui géneris el caso particular de Silvio Rodríguez.

El ahora reconocido artista de los corchetes, las fusas y semifusas es también un impecable artista del lente. Se ha movido en ambos medios con gran soltura y donaire, desde siempre. Ha estado ligado indisolublemente a su máquina fotográfica,
con diversidad de miradas y gran sentido de la vida; a este cubano se le puede llamar el "trovador de la luz", no solamente por su doble condición de cantautor y fotógrafo, sino porque entre sus canciones y fotografías existen una interrelación entre armonía y ritmo compuestos con musicalidad y lenguaje comunicacional. Nunca
se ha despegado de su cámara fotográfica, le ha servido de testimonio en todas sus
presentaciones, ha sido su compañera de viaje, registrando lo que ve y desea perpetuar.

Ya en pleno siglo XXI Silvio se desnuda de sus ataduras (únicamente musicales) y nos regala su primera exposición fotográfica personal Imágenes de una expedición. No por casualidad es su primera muestra. Es su visión testimonial de un recorrido por toda Cuba por los establecimientos penitenciarios en los que laboró junto a otros artistas convocados. Cada estampa grabada en el papel fotográfico es la representación direccional y única de poesía y musicalidad. A las claras, se observa la sensibilidad humana y emotiva en cada una de las fotografías presentadas. Aunque fueron fotos tomadas muy recientemente, en ellas se puede inferir los títulos de canciones pasadas como "Fusil contra fusil", "Playa Girón", "Ojalá", "Cuba va", y "Por quien merece amor", entre otras.

Vimos durante esta exposición presentada, primeramente en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y después en el Centro Cinematográfico Fresa y Chocolate, rostros, miradas, gestos, detalles y movimientos con fuerzas que desatan y comunican disfrute de la vida. Supuestamente se hizo una selección de las tantas imágenes capturadas por el trovador. Esta selección monotemática escogida durante la
"expedición" hacia las prisiones cubanas, es una experiencia liberadora de fuerza mayor en cada instante expresivo. Los retratos allí expuestos son parte de la confianza que cada protagonista depositó en el cantautor para darle también apoyo, ánimo y aliento. Con esta incursión, nos percatamos que cientos de "pentagramas fotográficos" deben haber salido de su cerebro, dando armonía y composición a sus
encuadres, de la misma forma que canta una nostálgica o efusiva melodía emotiva.

En esta exposición el hombre emana transparencia, fuerza, unidad, hermandad y sobre
todo alegría de vivir. Se nota que prefiere el retrato ante otros temas fotográficos, sabiendo manipular el retrato con luz ambiental para dar esa sensación de naturalidad franca.

Como dijera el propio Silvio, el "estar privado de la libertad es lo más terrible que le puede pasar a un ser humano, pero yo creo que la cultura puede ayudar. Puede ayudar porque en mí mismo lo he notado, porque me ha hecho mejor, me ha hecho mejor persona, me ha hecho entenderme con los demás, me ha hecho querer a los demás y
por supuesto que me quieran, cosa que es muy importante para cada uno de nosotros, y en la medida en que todo eso se consiga en un ámbito tan especial como son las prisiones me parece que vamos a ser un tilín mejores".

Con estas sabias palabras se encierra la idea y el objetivo fundamental de la Revolución y sus artistas revolucionarios de que "Nuestro sistema social no abandona a sus hijos, sino que los educa hacia el bien".

A la exposición sólo le faltaría un trabajo de curaduría y museografía más riguroso con lo que se elevaría más la calidad de expresión. Esto es lo que complementaría la investigación y selección de la muestra expositiva. Exhortamos al
Silvio trovador que no deje morir esta otra iniciativa de recuerdos memorables, que siga mostrando ese quehacer anónimo y cayado que durante años ha sido de uso exclusivo para él y los más cercanos. Con esta propuesta se abre una invitación para hacer un trabajo investigativo, en conjunto, sobre todo el material fotográfico
existente y seguir paralelo ambas manifestaciones de la cultura (la música, la poesía y la fotografía). El arte en general y el buen arte, en particular, debe ser entregado con el mismo amor con que se desprenden las genuinas canciones
trovadorescas para poder ser apreciado por todos.

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