lunes, diciembre 15, 2008

el acoso sexual en los colegios / ecuador / ya basta!

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Domingo 07 Diciembre Seguridad
En colegios se evade el tema acoso

Tras denunciar los casos de violencia sexual, los alumnos enfrentan solos el proceso, pues son...

El colegio Ciencia y Fe trató de evitar que un padre (c) reclamara ante la prensa que su hija...

Evitan el tema usando un sinfín de explicaciones. Que eso lo tiene la Fiscalía y que lo poco que sabe del caso es lo que vio en la prensa; que es un problema solo entre los padres de la chica y el profesor; que no tiene responsabilidad porque, gracias a Dios, el maestro y la alumna fueron encontrados en un motel y no dentro del colegio; que ya no quiere hablar porque agitar el avispero es dañar más el prestigio de la institución.

Así los rectores de seis colegios de Guayaquil tratan de escudarse en el silencio ante las denuncias por violencia sexual presentadas este año por estudiantes contra profesores de los planteles que representan.

Según psicólogas educativas, la minimización del problema es una práctica generalizada en los centros educativos al afrontar los casos de acoso sexual y violación, pese a que esta es una forma de violencia muy frecuente en Ecuador. Una investigación del Conamu (Consejo Nacional de Mujeres), realizada en el 2001 y llamada 'A mí También', reveló que de 680 alumnas y alumnos de colegios públicos y privados 226 habían sufrido algún tipo de abuso sexual, ubicando a los profesores en el tercer lugar en la lista deDocentes y rectores evitan involucrarse en casos, prefieren privilegiar prestigio institucional. los agresores más frecuentes.

Para Perla Adrián, coordinadora regional del Programa de Equidad de Género del Ministerio de Educación, la realidad no ha evolucionado mucho en los últimos años. Una muestra es que en lo que va del año la Dirección de Educación del Guayas registra diez denuncias por acoso sexual en colegios (en el 2007 hubo cuatro). A estas se suman seis denuncias por violación presentadas en los últimos tres meses en la Fiscalía.

No obstante hay muchos hechos que quedan sin reportarse. Anabell, maestra de una escuela en la cdla. Kennedy, cuenta que este año un menor fue ultrajado por su maestro, pero nunca se presentó la denuncia. "El jardín no quiso involucrarse y botaron al niño", comenta. Ella también enfrentó un caso similar, cuando un chico con retardo mental le confesó que su maestro de deportes le tocó los genitales. "Compadecida" por la difícil situación económica del maestro que se agravaría con un despido, Anabell calló, pero cuando otro chico le dio una nueva queja contra el docente, lo denunció ante las autoridades del plantel, quienes lo expulsaron pero sin iniciarle un juicio.

Perla Adrián indica que gran parte de los casos de violencia sexual termina solo con la salida del maestro o el retiro del estudiante. "No se entra a juicio porque se privilegia el prestigio del colegio antes que los derechos de la víctima". Señala que otra de las razones de esa impunidad es que el acoso sexual no es considerado un delito por los docentes y dirigentes, sino como un hecho normal y cotidiano, tanto que, según un estudio del Cenaise (Centro Nacional de Investigaciones Sociales y Educativas), un 10% de las maestras del país se sienten expuestas a sufrir este tipo de agresión en sus trabajos y por ello ellas también callan.

Según el acuerdo del Ministerio de Educación No. 3393 del 2004, al guardar silencio los docentes se convierten en cómplices del hecho y deben ser sancionados como tales. Pero la mayoría de docentes desconoce la normativa. Un sondeo realizado por este Diario a 16 profesores de Guayaquil revela que solo uno de ellos conocía el acuerdo, pero al igual que el resto no tenía claro los procedimientos e instancias a los que deben acudir para tratar un caso de violencia sexual.

Uno de los entrevistados, un rector de un colegio fiscal del sur, comenta que el 17 del mes pasado se sintió asustado cuando siete alumnas del diversificado le dijeron que el maestro de contabilidad les proponía tener sexo con ellas, las manoseaba y besaba. "Lo que hice fue hablar con el profesor y cambiarlo al horario de la tarde para proteger a las chicas", manifiesta el rector, quien asegura desconocer cómo el supervisor de la Dirección de Educación se enteró del problema y al día siguiente suspendió al acusado.

Aunque la noticia trajo alivio a las víctimas, su pesadilla no ha acabado. Ahora ellas dicen sentirse discriminadas hasta por sus propios compañeros.
"Ellos estaban acostumbrados a pagarle al profesor para que los pase de año y no querían que los denunciáramos y ahora nos rechazan", expresa Eliana, de 16 años. La joven, quien es una de las mejores alumnas y alcaldesa de su curso, cuenta que los maestros amigos del supuesto agresor las excluyen de los trabajos en grupo, no les asientan las notas y las amenazan para que retiren la denuncia.

Según una psicóloga educativa del Ministerio de Educación, quien prefiere no dar su nombre, esa actitud demuestra "el falso espíritu de cuerpo que hay entre los maestros" y que, según ella, se extiende hasta la Dirección de Estudios. "A esta entidad le falta transparentar la información y agilizar los casos, que hasta ahora se han manejado con la 'palancocracia': si es miembro de la UNE (Unión Nacional de Educadores) o conocido de alguien no se lo sanciona, solo se cambia de colegio y a veces ni eso", critica.
Así por ejemplo, en el colegio fiscal Alejo Lascano (Guasmo sur) un profesor de ciencias naturales, de 56 años, continúa dando clases en la institución pese a que fue denunciado por seis alumnas por acoso. "Siempre nos decía: ¿tú te acostarías conmigo? Yo le tengo asco y me da miedo venir a clases y verlo todos los días", indica una de las afectadas de 14 años.
La rectora del plantel, Magdalena Fuentes, con documentos en mano se queja del lento trámite que se le ha dado al caso en los organismos de educación. "El caso fue denunciado en junio, la Subsecretaría de Educación lo suspendió por 60 días en octubre, pero el documento recién nos llegó hace una semana y el maestro se mete a la fuerza al colegio y bota a su reemplazo de la clase", asevera desesperada Fuentes.

Justo Díaz, director provincial de Educación, admite que hay retraso en las investigaciones y argumenta que se debe a la falta de supervisores (hay 62 en Guayas) y que "aún hay irrespeto a las autoridades de educación, como se había instituido en el pasado". Pero afirma que no puede "ir con el látigo atrás de cada profesor", sino que los directores deben involucrarse más y llamar a la Policía si es necesario.

TRÁMITE
DE LA DENUNCIA

Si un alumno le confía que fue acosado sexualmente o violado por un maestro, presente la denuncia ante la Fiscalía con copia a la Dirección Provincial de Educación.

Iniciada la instrucción fiscal, el Ministerio de Educación suspenderá al maestro por 60 días y pondrá un docente en su reemplazo hasta que se aclare su situación legal.

Las víctimas tienen derecho a una atención médica, psicológica, legal y social gratuita. En Guayaquil puede buscar esta protección en las siguientes organizaciones no gubernamentales: Cepam, teléfono 2447347; Comité de Derechos Humanos, 2293931; Innfa, 2204620; y fundación María Guare, 2452665.

Cifras

11 Maestros han sido detenidos este año por denuncias de acoso y violación en Guayas.

9 Sumarios administrativos se iniciaron contra maestros fiscales en Guayas este año por violencia sexual.

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