lunes, diciembre 15, 2008

Pedro Aznar nunca defrauda


Pedro Aznar hizo su presentación el sábado en Capital, luego de su gira, en la cual presentó su reciente y último disco "Quebrado".

El ex-Serú abrió su concierto con el tema que da nombre al ya mencionado álbum. El show siguió su marcha. Era hora de que los espectadores hicieran su primera participación: mientras sonaba "Alcira y La Torre", el propio Aznar (como es costumbre) les pidió que lo acompañaran.
Entre temas como los covers "Angie" y "Jealous Guy" (que no pasaron desapercibidos), comenzó uno de sus hits: "Amor de Juventud". Los presentes comenzaron a cantar a su par durante todo el tema: ésa fue la primera gran ovación.
Con casi una hora y media de ruedo, el escenario se tornó oscuro. Entre esa oscuridad, se podía suponer que estaba deshabitado. Pero de pronto, un juego de luces se encendió lentamente y el excelente percusionista de la banda soportó más de 3 minutos con un impresionante solo, con el cual terminó de ganarse al público en su totalidad.
La segunda parte de la presentación fue más relajante, donde se dedicó más que nada a hacer temas de bossa nova.
"Gracias, Buenos Aires", dijo y se retiró. Pedro no está acostumbrado a saludar de esa manera en los cierres, es por eso que la gente se quedó gritando, sabiendo que iba a regresar.
"¿Quieren mas? Tienen más: un aplauso a David Lebón", propuso, para darle lugar a la más grande ovación de la noche.
Con David tocaron únicamente dos temas: comenzaron con "Casa de Arañas", con Aznar en su contrabajo eléctrico. Hizo un solo tan perfecto que en medio de la canción Lebón gritó "eso Pedro, eso". El segundo y último que hicieron juntos fue "A Cada Hombre Cada Mujer", con Pedro y su guitarra de 12 cuerdas.
Todos creyeron que ahí finalizaba, pero no fue así. Tomó su acústica e invitó nuevamente a la banda para que se sentara al borde del escenario. Ahora, todo fue en "off". Ningún instrumento estaba siendo amplificado, ni siquiera un micrófono. "El Blues de la Piedad" fue el final, para dar lugar a los aplausos y ovaciones.
Si hay un músico que en vivo nunca defrauda, ése es Aznar. Y ésta no fue la excepción.

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