lunes, mayo 04, 2009

Andres Calamaro: "Recomiendo escuchar mis discos con auriculares y un porro"


Próximamente saldrá a la calle “Obras incompletas”, un ostentoso Box Set que Andrés Calamaro acaba de editar en España. Antes de su arribo al país desde Madrid, el músico tuvo tiempo de hablar del material que tiene más de 100 canciones, de las cuales 54 son inéditas. El 12 y 13 de mayo se presentan en el estadio Luna Park.
Por Fabián Rodríguez

Neuquén > En el año 2000 dio la nota con el “El salmón”, un disco quíntuple que se convirtió en una gran novedad en el ambiente discográfico argentino. Hoy, a nueve años de esa maratónica producción, Andrés Calamaro vuelve a llamar la atención con el lanzamiento de su Box Set: “Obras incompletas”, un trabajo compuesto por 6 CD’s y 2 DVD’s y reúne todos los éxitos, rarezas, inéditos, grabaciones en vivo y grabaciones encontradas desde “Alta Suciedad” (1997) hasta “La Lengua Popular” (2007). En total, la antología contiene 109 canciones, 54 de las cuales son inéditas.

Los dos DVD’s contienen casi 4 horas de videoclips, conciertos, apariciones en TV e imágenes inéditas, más un libro de 184 páginas con las letras de las canciones, fotos e ilustraciones.

Antes que el Box Set llegue en las próximas horas a la bateas del país, “El Cantante” se encargó de hablar de su obra desde Madrid, a la que considera un retrato digno. Como suele suceder en cada entrevista, el ex abuelo de la Nada dejó su sello al despacharse con frases como “Me siento un intérprete más que un creador” o “Recomiendo escuchar mis discos con auriculares y un porro”.

Haciendo una revisión por los distintos discos. Has creado una euforia dentro de vos mismo y en muchos “Calamaritos” que han salido en la música nacional. ¿Te sentís un transformador?

Es una pregunta para hacerle a un electricista (risas). Pero me gusta servir como ejemplo a otros músicos. Siempre es un gran cumplido y un privilegio el respeto del conglomerado musical.

Cuando uno piensa que el mercado del disco está cambiando y ve que el soporte físico del disco se va reduciendo tanto -del LP pasamos al CD- parece que hoy ese soporte está casi en extinción. ¿Por qué la decisión de hacer un Box Set con seis discos?

Ahora hay un nuevo auge del vinilo, pero un buen equipo de audio es un lujo para pocos. Además estos seis cd en vinilo serían veinte. Tampoco lo hago para ver quién tiene el pen drive más grande. No es por sumar cds, “El Salmón” tiene 100 canciones. Elegir sesenta de mi discografía contemporánea no es exagerado. Muchos oyentes van a extrañar alguna canción que no está. Asimismo creo que era importante seleccionar otras grabaciones, colaboraciones, los instrumentales, versiones y cosas que navegaron fuera de las rutas discográficas.

¿Qué cosas tuviste en cuenta para armar esta caja con seis discos? ¿Y cuánto es el material que decidiste descartar o guardar para más adelante?

Tomamos en cuenta el interés musical y poético, pero también el audio, el sonido, ya que reunimos grabaciones ultra-profesionales y material “rough” (rústico), con canciones sin terminar y grabaciones de alevosa nocturnidad. Queda “muchísimo” material en los archivos. Incluso cosas que no escuchamos nunca.

Para armar este Box tuviste que escuchar y abrir muchos archivos y haber reescuchado discos de la era Warner. ¿Qué disco de Calamaro recomendarías?

“Obras incompletas”. Me representa muy bien. Es un retrato digno. Abrimos algunos archivos y otros no los abrimos. Teníamos bastantes cosas catalogadas, y fue imposible abarcarlo todo porque vivimos grabando o tocando.

En esta producción se encuentran temas donde has colaborado con Chiapas, bandas de sonidos, etc. ¿Qué cosas te movilizan para participar y colaborar en producciones de otros?

Me encanta el “featuring”, cuando alguien me invita a grabar en su disco. Lo primero que hago es darle las gracias. Me siento un intérprete más que un creador. Mi naturaleza es la del músico de rock de vanguardia y retaguardia… En el buen sentido, ¿no?

En cuanto al material del DVD ¿La selección fue toda tuya?

Los CD los hicimos con Rafael Arcaute y los DVD con Vicente Linares. Con ellos compartimos responsabilidades. El material lo elegimos de un catálogo que fuimos armando durante años con David Bonilla (de Dro en Madrid), también le pedimos cosas a “Bebe” Contepomi. No revisitamos mis archivos privados porque no sabíamos dónde estaban esas cajas.

A la hora de consumir música, ¿cuál es el medio por el cual la conseguís?, ¿lo bajas o comprás por Internet, comprás los temas por celular o bien comprás el CD?

No me gusta mucho que me regalen discos, aunque Warner tiene un repertorio extraordinario. Prefiero elegirlos. Siempre fui un consumidor del formato físico.

Tengo una colección de Cds muy interesante y una colección de vinilos que logró sobrevivir a los tiempos. No escucho música con auriculares, aunque recomiendo escuchar mis discos con auriculares y un porro. Por otro lado, jamás usé un teléfono para bajar música. Me gustaría comprar por Internet pero creo que hay que tener una tarjeta “yanqui” para el itunes store. Me he bajado música porque todo el tiempo estamos recibiendo información, y además quedan tan pocas disquerías que cuando llego ya me olvidé qué discos quería comprar. No puedo alentar la libertad del Download. Lo que fue un intercambio privado ahora tiene el tamaño de una empresa y genera ganancias que corresponden a la propiedad intelectual y al derecho de autor, que es un derecho. La publicidad encubre el negocio detrás de los Download gratuitos, que en gran escala son un desfalco.

A la hora de hacer cóvers, ¿qué hacés para que esa canción sean tuya, teniendo en cuenta que has elegido canciones tan dispares entre sí (“Sobreviviré”, de Gloria Gaynor; “Un vestido y un amor”, de Fito Páez y “Durazno sangrando”, de Luis A. Spinneta)

Es que hay tantas canciones y tan buenas… Viviría cantando canciones de otros autores. Aprendo, es como la universidad. Me gusta mucho cantar y me pongo a prueba cantando otras melodías y encontrándoles sentido y sensibilidad.

Este año saca un nuevo disco Gustavo Cerati y Gustavo Cordera muestra su primer trabajo solista. ¿Cómo ves el mercado del rock en Argentina?

Para el rock el mejor momento siempre es hoy. En los ochenta había una sensación de muchas cosas pasando, pero también sufrimos la decadencia de la década y la estética. Para la música no existe el tiempo.

En este nuevo siglo muchos de los músicos consagrados se están transformando en “pincha discos”. ¿Te ves como un Dj? ¿Cuál sería tu repertorio?

Fui post DJ. Usaba máquinas de DJ para generar música caótica y para la anticonstrucción del groove. En el disco (CD 5) hay un track que se llama “Mosaico Aleccionador” que es un ejemplo de lo que hacía. Elegir música es otra cosa, en ese sentido también soy DJ.

Leonard Cohen dice que salir de gira está bueno. Que no ve a nadie. Que del hotel va al escenario y viceversa. ¿Cómo es Andrés Calamaro cuando está de gira? ¿Qué cosas tiene de positivas?

A mí solamente me preocupa mi caudal vocal. Vivo tratando de no quedarme afónico. Dos meses antes de la gira ya estoy pensando en eso. Soy un artista torturado en ese sentido. Pero entiendo a Leonard, además siempre tiene razón. Las giras pueden llegar a ser experiencias imposibles de olvidar.

Este año es la primera gira por México. ¿Por qué no hacés giras por América, donde siempre se sabe de tus actuaciones en España y Argentina?

Hice mi primera gira global americana en octubre del año pasado. Si no se supo fue porque no las estaba haciendo o porque la psiquis de la prensa es compleja y no participan de la consagración de los artistas locales. Antes no viajaba porque pensaba que ya tenía un territorio interesante. Pensaba como los depredadores del reino animal. Fue un error no viajar antes por América. Debería haber ido en el ‘97, pero en el ‘99 dejé de tocar por cinco años… ¡You can´t always get what you want! (“No siempre puedes alcanzar lo que buscas”).

Se dice que hay cierta tensión subyacente en el espacio que hay entre el cantante y la canción. ¿Cómo es ese puente que se debe cruzar?

Oh… es la interpretación. Es parecido al trabajo actoral pero no tiene nada que ver porque es otra disciplina. También tiene algo en común con la tensión que hay entre el pintor y una tela. Hay que encontrar el registro, el tono, el color, el feel. Son muchas decisiones. Algunas hay que tomarlas sin pensar mucho.

Cuando uno ve el historial de la gente con la que has trabajado, ¿hubieras trabajado con Ariel Minimal si no fuera que está colaborando con Lito Nebbia?
Sí, claro. Sin ninguna duda. Tengo los discos de Pez y con Ariel tenemos muchas cosas en común. Espero encontrarnos y grabar juntos más veces.

Hiciste una colaboración para el disco “Cantando al León”. ¿Cómo fue que elegiste esa canción y de quién fue la idea de la transformación que tuvo?

Quería hacer algo más reciente y que no sea anterior a “Pensar en Nada”. Afo Verde (productor) me mandó tres canciones de “Bandidos Rurales” para elegir y me gustó “Sin Querer”. Creo que sienta otra clase de testimonio, es personal y es universal. No está afectada por la admirable militancia que Gieco ejerce para bien de la justicia y la música. Hablé con Luis Gurevich y me propuso este ritmo y este sonido, una idea que acepté con agrado y sin duda después nos encontramos en el estudio con los instrumentos ya grabados. Es una canción difícil de cantar, ya que hay que afinar mucho una melodía que no es sencilla. Finalmente pensé en los discos de Invisible (Spinetta), porque la canté con ritmo y sonidos de bolero pero con la “técnica” única de Luis Alberto (por Spinetta) que es un cantante original y genial.

Juan Subirá de Bersuit dijo que para que participes en el disco tuvo que hacer una canción no tan oscura. ¿Qué cosas le exigiste para participar en su disco solista?

No exigí nada, al contrario. Solamente pedí un vaso de agua, también unos mates. Estoy en deuda con Juan por todo lo que hizo por mí, por su generosidad artística y personal. Además lo respeto mucho su persona, sus creaciones y a su pensamiento.

Creo que la canción estaba en el repertorio de Bersuit. No estoy seguro si la escribió especialmente para mí. No es una canción fácil, había que encontrarle el carácter justo y después cantarla. No fue una obligación estar junto a él, fue una grabación íntima y placentera. No podía negarme ni arruinarle el disco.

¿Qué pasó con el Andrés Calamaro productor?

De una manera distinta, también cumplo con mi cuota de producción en lo que hago, pero ya no me banco ocho horas en el estudio, ni pensar las 24 horas en un disco. Me gustaría producir a alguien que pueda grabar en dos días. Un jazzero o un folklorista.

Si estuviéramos en una partida de póker y hay un póker de ases, y uno de esos ases se llama Andrés Calamaro, ¿cómo se llamarían las otras tres que forman el póker?

No quisiera bajar a nadie a mi nivel. Pero estaría muy honrado de formar un póker con Indio Solari, Gustavo Cerati, Ricardo Iorio, Adrián Dárgelos, Daniel Melingo, Skay o Fito Páez… Ni hablar de los fundadores. De los monstruos como Nebbia, Manal, Zaguri o Spinetta, entre otros. Ojalá pudiera acceder al olimpo de la música argentina en un imaginario póker con genios como Cátulo Castillo, Pichuco, Roberto Goyeneche, Yupanqui o cualquiera de nuestros creadores eternos.

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