martes, marzo 03, 2009

Todos íbamos a ser revolucionarios


“El poeta Kavafis escribió que Itaca no
existe, lo que existe es el viaje hacia Itaca.
Lo mismo se podría decir del socialismo.
Y también se podría decir que a pesar de los naufragios, el viaje vale la pena”.
Eduardo Galeano

La Revolución Cubana es el acontecimiento más importante del siglo XX en América Latina, y así será valorado por la historia. Cuba se hizo cargo -con todos los peligros y costos que ello implicaba- de la continuidad de la lucha independentista en nuestra América. En los años 60 encarnó con gallardía lo más auténtico del genio rebelde, audaz y valiente de los héroes de la independencia. Y en los años siguientes, hasta hoy, se convirtió en símbolo de una asombrosa resistencia a todo tipo de agresiones imperialistas.

Al proclamar en 1961 el carácter socialista de su revolución -en vísperas de la invasión de Bahía Cochinos-, Cuba rompió las cadenas que la ataban al neocolonialismo norteamericano. Su revolución no sólo derrotó ejércitos bien armados. También ganó una importante batalla ideológica que refrescó la teoría e hizo volar por los aires los manuales y dogmas revolucionarios. Inspirada en el marxismo-leninismo pero incorporando a su ideario la herencia de los libertadores del siglo XIX, los valores fraternos del cristianismo y de las culturas comunitarias de la América indígena y mestiza, la Revolución Cubana dotó de un sistema de ideas al movimiento revolucionario latinoamericano.

La primera revolución socialista de América Latina tomó por sorpresa al mundo. Hizo posible lo que incluso los revolucionarios de entonces creían imposible hacer en el área de dominación de EE.UU. Cuba lanzó un reto que ha debido pagar con muchas vidas y grandes sacrificios materiales. El heroico y admirable pueblo cubano ha sufrido -y aún sufre- muchas penurias. Las soporta a pie firme gracias a la enorme fuerza de su patriotismo, a su unidad y a la firmeza de su ideología socialista. Estos valores le han permitido defender la soberanía de la patria y alcanzar conquistas sociales únicas en América Latina y que podrían ser mucho mayores sin el cepo de acero que bloquea su economía.

Su ejemplo produjo en los años 60 y 70 un vigoroso impulso en la lucha de liberación latinoamericana. Cuba prestó ayuda a los movimientos revolucionarios que surgieron en casi todos los países de la región y que hicieron suya la tesis de que la lucha armada era la forma fundamental de enfrentar al imperialismo y las burguesías locales. Esto abrió una intensa lucha ideológica que separó las aguas entre el reformismo y el campo revolucionario. Las consecuencias de ese áspero debate aún se observan en la Izquierda latinoamericana. La dirección cubana se enfrentó no sólo al Imperio, a los gobiernos, partidos e intelectuales reaccionarios -que expulsaron a Cuba de la OEA, redoblaron el bloqueo y alentaron el sabotaje y la formación de bandas armadas en la isla-. La Revolución también se batió con los gobiernos reformistas burgueses que seguían los lineamientos de la Alianza para el Progreso impulsada por EE.UU., con los partidos reformistas de Izquierda y hasta con el poderoso Partido Comunista de la Unión Soviética, su principal y casi único aliado. El punto más alto de esa controversia ideológica -en cuyo fragor se formó una nueva generación revolucionaria en América Latina-, lo constituyó la Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) que se efectuó en La Habana en agosto de 1967. La resolución general de la OLAS, hoy casi olvidada por unos y otros, lleva como título un pensamiento de Simón Bolívar:”Para nosotros la Patria es América”, afirmación que ha recuperado lozanía y vigencia impulsada por la revolución bolivariana en Venezuela. El documento señala que “siendo la lucha armada la vía fundamental, es igualmente necesario emplear otras formas de lucha siempre que se encuentren en desarrollo o tengan por objetivo ayudar a desarrollar la que se estima principal. Las formas de lucha sólo tendrán un valor revolucionario en la medida en que contribuyan al desarrollo hacia las formas más altas de la lucha de clases y estén dirigidas a crear conciencia acerca de la inevitable confrontación revolucionaria en todo el continente” (ver PF N° 35).

La declaración ponía énfasis en la necesidad de unificar el mando político y militar en la guerra revolucionaria. Aquello -hoy se sabe- tenía directa relación con las dificultades que encontró en Bolivia el comandante Ernesto Che Guevara para incorporar al Partido Comunista a la guerrilla. El secretario general del PCB, Mario Monje, había reclamado el mando del destacamento guerrillero como condición para que su partido se sumara a la lucha armada, lo cual el Che rechazó invocando la experiencia de la guerra revolucionaria en Cuba.

Mucho más explícito fue el discurso de Fidel Castro en la clausura de la conferencia de la OLAS. Comentó y respondió con suma dureza un documento público del Partido Comunista de Venezuela que había decidido abandonar la lucha guerrillera iniciada con apoyo cubano. El PCV acusaba de “agentes de Cuba” a los ex comunistas que continuaban combatiendo en las montañas y denunciaba al PC cubano de intervenir en los asuntos internos del PC venezolano. Fidel Castro, además de calificar de “derechistas” a los dirigentes del PCV y refutar sus afirmaciones, admitió que la Revolución Cubana no sólo tenía contradicciones con el imperialismo y con “estos señores reaccionarios del partido de Venezuela. En este país también tenemos nuestra microfracción”. Se trataba, explicó, de “los que nunca creyeron en la Revolución”. Describiendo el llamado “período del sectarismo”, dijo que “los sectarios nos causaron serios problemas, con un feroz oportunismo, con una implacable política de persecución contra mucha gente, trajeron elementos de corrupción al seno de la Revolución”. Se burló de las “características de iglesia” de algunos partidos comunistas y de sus tesis de esperar el triunfo de las ideas revolucionarias en las masas antes de pasar a la acción. “Quienquiera que se detenga a esperar que las ideas triunfen primero en las masas, de manera mayoritaria, para iniciar la acción revolucionaria -dijo Fidel-, no será jamás revolucionario”. Este era el punto central de la polémica con el reformismo de Izquierda (ver PF N° 35).

Las resoluciones de la OLAS repercutieron fuerte en el movimiento de Izquierda latinoamericano, agudizando la confrontación entre partidos comunistas y las organizaciones revolucionarias surgidas a partir de la Revolución Cubana y que ya adelantaban la lucha armada urbana y rural en varios países del continente. Fidel dijo en su discurso: “Hay un movimiento en este continente mucho más amplio que el movimiento constituido simplemente por los partidos comunistas de América Latina, y a ese movimiento amplio nos debemos nosotros, y juzgaremos la conducta de las organizaciones no por lo que digan que son, sino por lo que demuestren que son, por lo que hagan, por su conducta”.

Un mes después de la conferencia en La Habana, el Che anotaba en su diario de campaña en Bolivia: “Un diario de Budapest critica al Che Guevara, figura patética, y, al parecer irresponsable y saluda la actitud marxista del Partido Chileno que toma actitudes prácticas frente a la práctica. Cómo me gustaría llegar al poder, nada más que para desenmascarar cobardes y lacayos de toda ralea y refregarles en el hocico sus cochinadas” (Diario del Che en Bolivia, 8 de septiembre de 1967, ver PF N° 59.)

Un mes después de esta amarga reflexión, el Che fue capturado y asesinado en Vallegrande.

La polémica con sectores políticos chilenos, sin embargo, venía de antes. En un discurso del 30 de agosto de 1966, Fidel Castro respondió el reto que le lanzó el presidente de Chile y líder democratacristiano Eduardo Frei Montalva, para demostrar cuál de los dos gobiernos había hecho más por su pueblo. “Este señor -dijo Fidel- nos reta a que le diga lo que hemos hecho en la industria. En primerísimo lugar, convertirlas de industrias yanquis en industrias cubanas. Algo que jamás tendrá el señor Frei el valor de hacer en Chile”. Fidel agradeció al Partido Socialista -que por lo demás fue el partido chileno más receptivo a las tesis cubanas y el único que incluso formó una filial en Chile del ELN para apoyar la lucha guerrillera en Bolivia- “porque sin titubeos, sin vacilación alguna le salió al paso a las campañas calumniosas de Frei y comparsa, sin miedo al chauvinismo”. También agradeció al “movimiento democratacristiano rebelde” que enfrentaba al ala derecha del PDC. Pero a la vez respondió al diputado comunista Orlando Millas por declaraciones de ese dirigente criticando el discurso del líder cubano del 26 de julio de ese año. Dijo Fidel: “El señor Milla, o Millas, coincidiendo con el señor Frei -y ¡qué lejos llegamos por ese camino!- se sintió con el derecho a increpar con ácidas palabras nuestros pronunciamientos. ¡Allá él! No son los únicos en Chile, los únicos elementos seudorrevolucionarios, hay otros que también se han lanzado con una serie de diatribas, dicen que desde posiciones revolucionarias. Ya discutiremos y a su debido tiempo arreglaremos cuentas con esos farsantes también. El Partido Comunista de Chile no ha hecho ninguna declaración solidarizándose con las declaraciones de Millas. Ha participado en los actos de solidaridad y de defensa de la Revolución Cubana, ha hecho pronunciamientos solidarios con motivo del 26 de julio y, en nuestra opinión, no ha adoptado ninguna actitud beligerante contra nosotros. ¿Tenemos que coincidir necesariamente todos los partidos? No. Nosotros no podemos obligar a nadie que piense como nosotros, pero nadie nos puede obligar a nosotros a que pensemos como otros que creemos que están equivocados”. (Ver PF N° 11).

En este escenario de abierta lucha ideológica se formó toda una generación de revolucionarios latinoamericanos. En ella se inserta la revista Punto Final que tomó parte -y escogió bando- en los debates. Desde luego, lo que en esos años considerábamos la forma fundamental de lucha -la lucha armada- fue derrotada en varios países. La más dolorosa ocurrió en Bolivia y costó la vida inapreciable del Che y de sus compañeros. Pero la lucha armada triunfó en otros países. La victoria más resonante de la guerra del pueblo se produjo el 30 de abril de 1975, cuando los revolucionarios vietnamitas entraron a Saigón e hicieron huir con la cola entre las piernas al ejército norteamericano. En Angola tropas cubanas derrotaron al ejército sudafricano en 1988. En América Latina también se alcanzaron victorias: como en Nicaragua (19 de julio de 1979) o se logró un desarrollo excepcional que obligó a firmar la paz en El Salvador (16 de enero de 1992). Esa forma de lucha prosigue en Colombia -desde hace 60 años- sin que las FARC ni el ELN hayan sido derrotados. La vía electoral -criticada en la conferencia de la OLAS- triunfó en Chile en 1970.

Salvador Allende, que participó en la reunión de La Habana, fue elegido presidente constitucional para iniciar “una revolución con sabor a vino tinto y empanadas”. Ese proceso pacífico llamó la atención del mundo y, desde luego, provocó la solidaridad activa de Cuba. Pero también hizo detonar la reacción del imperio. Chile no estaba preparado para enfrentar su propia Playa Girón. El golpe del 11 de septiembre de 1973 confirmó la advertencia de Fidel en la OLAS: “Los que crean de verdad que el tránsito pacífico es posible en algún país de este continente, no nos explicamos a qué clase de tránsito pacífico se refieren como no sea un tránsito pacífico de acuerdo con el imperialismo (...). La esencia de la cuestión está en si se les va a hacer creer a las masas que el movimiento revolucionario, que el socialismo, va a llegar al poder pacíficamente. ¡Y eso es una mentira!”. La rica experiencia de la Unidad Popular terminó con la sangrienta venganza del terrorismo de Estado -respaldado por el imperialismo y la derecha chilena- que se prolongó 17 años. En ese período, Cuba acogió a miles de exiliados y apoyó incondicionalmente a todos los que lucharon contra la dictadura, tanto a quienes lo hicimos con las armas como a aquellos que optaron por métodos pacíficos.

La aspiración revolucionaria de los pueblos latinoamericanos -como tenía que suceder- ha vuelto a la carga. Venezuela, Bolivia y Ecuador iniciaron el tránsito pacífico hacia el socialismo. Han retomado el camino que abrió Salvador Allende, pero con toda seguridad sus dirigentes no olvidarán en ningún momento las lecciones que dejó el fracaso en Chile. Ellos se orientan hacia un socialismo que en términos generales caracterizan como socialismo del siglo XXI. Cada país lo hace a su manera, sin anteojeras ni mordazas, sin dogmas ni prejuicios. Inventando, acertando, errando y rectificando en un proceso sin fin de recreación que es propio de la naturaleza liberadora y desprejuiciada del auténtico socialismo. Su eje central es la integración y unidad de América Latina, como lo quiso Bolívar y como lo proclamó la conferencia de la OLAS.

En Chile también deberemos asumir en algún momento esa tarea y ponernos a trazar la silueta de nuestro socialismo. Cumpliremos de ese modo con el deber de todo revolucionario, que es hacer la revolución.

MANUEL CABIESES DONOSO
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 678, 9 de enero, 2009. Suscríbase a PF)

1 comentario:

Anónimo dijo...

POLIZONTES EN LA IZQUIERDA
Diga lo que diga la falsa izquierda de las ONGs derechistas financiadas por el imperio, la realidad imposible de ocultar es que el obispo Fernando Lugo ganó las elecciones del 20 de abril con notorio respaldo de la embajada norteamericana ocupada por James Cason, y con el apoyo de la prensa vinculada a la Secta Moon. Su plataforma política la constituyeron grupos de activistas vinculados a ONGs derechistas relacionadas con el NED, IAF, USAID, etc., neoliberales como el sector de Luis Alberto Castiglioni y los partidarios del desaparecido dictador Alfredo Stroessner, todos ellos disidentes del partido colorado que presentó una candidatura que no era del agrado de estos grupos de extrema derecha.

Algunos grupos que se autoproclaman izquierdistas alegaron razones de coyuntura para seguir como furgón de cola la candidatura del obispo. La presencia de ellos constituye parte del libreto de la derecha, que los utiliza para fustigar sobre supuesta infiltración marxista en el gabinete del clérigo, aunque en realidad esté constituído en su totalidad por personeros del neoliberalismo y la embajada norteamericana.

IZQUIERDA GESTADA EN LA EMBAJADA NORTEAMERICANA

La totalidad los integrantes del gabinete del obispo Fernando Lugo provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.
Asimismo, Fernando Lugo ha anunciado que se mantendrá la política de sometimiento al imperio nortemericano en Paraguay, y se desconoce lo tratado por Lugo en New York con referentes de la mafia ítalo-norteamericana como John Tonelli, o con el heredero del imperio petrolero que en la década de 1930 llevó a la matanza a cien mil bolivianos y paraguayos, David Rockefeller. Lo único cierto es que ofició de guía turístico en la gran manzana Conrado Pappalardo, un personaje conocido por haber operado para el Plan Cóndor y haber proveído pasaportes para el asesinato en Washington de Orlando Letelier.

Otros cónclaves nunca aclarados por parte del obispo fueron sus reuniones con James Cason y Roger Noriega, pocos segundos después que Aleida Guevara March, hija del Che Guevara, haya abandonado la misma oficina por la misma puerta por la que entraron estos grandes amigos de Cuba y los hermanos Castro.
No se sabe el motivo de las visitas de Christopher McMuller, subsecretario norteamericano de Asuntos del Hemisferio Occidental, al viceministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Jorge Lara Castro, un viejo favorecido de la embajada norteamericana de Asunción.

UNA OPERACION ENCUBIERTA DE LA CIA PERFECTA

Todo el andamiaje de la CIA y sus extensiones y derivados, como USAID, la National Endowment for Democracy y la prensa adicta al imperio, se jugó por el obispo Fernando Lugo el 20 de abril.

En Paraguay, llamó la atención que las ONGs recibieran fuertes donaciones a partir de la llegada al país del embajador James Cason, un conocido desestabilizador apadrinado por Otto Reich. El objetivo de la operación encubierta era sufragar la alternancia en el poder, ubicando al obispo Fernando Lugo en la presidencia de Paraguay.

Entre las numerosas organizaciones beneficiarias de estos dólares distribuidos por la administración de George W. Bush que apoyaron a la campaña del obispo, sobresalieron Gestión Local y la Casa de la Juventud, que financiaron con fondos de USAID e IAF a los movimientos Tekojoja y Pmas, como en Nicaragua la NED y otros organismos alternativos de la CIA propiciaron la elección de Violeta Chamorro en 1989.

Las organizaciones no gubernamentales y voluntarias –lo que hoy conocemos por sociedad civil— son conocidas como una extensión de las políticas neoliberales de EE UU en todo el mundo.

La CIA y la US Agency for International Development (USAID ó AID) tienen un protagonismo central en el esquema de promover las ideas y hechos políticos favorables al imperio, y a ellas se añadió un nuevo organismo, creado en 1983, bautizado como The National Endowment for Democracy (NED).

En Paraguay, la NED ejerce un control total sobre la prensa mediática, a la que presenta listas indicando cuáles son los referentes políticos que puede promocionar. Son los principales referentes de la NED los propietarios de ABC color y radio Ñandutí, Aldo Zucolillo y Humberto Rubín, dueños de gran parte de lo que en el país se puede decir. En Brasil, a comienzos de los 60, se utilizaron idénticas operaciones de la CIA junto a las de la sociedad civil opuesta al gobierno, con el resultado de provocar el golpe militar de 1964 contra el presidente Joâo Goulart, que dio comienzo a 20 años de una represión política indescriptiblemente brutal.

En fechas más recientes coordinaron un golpe mediático contra el gobierno de Raúl Cubas en Paraguay (marzo de 1999) y aceitaron a la sociedad civil de oposición al gobierno venezolano de Hugo Chávez, donde el papel de organismos gubernamentales estadounidenses, la CIA y otros como la AID y la NED detrás del fallido golpe de estado de abril de 2002 fue evidente.

El embajador norteamericano James Cason, como un flautista de Hamelín dedicado a cantar folklore paraguayo, fue determinante para alinear a todas las ONGs y fundaciones que reciben dólares americanos detrás del clérigo-presidente, sobrino del agente de la CIA Epifanio Méndez (delatado por Agee) y que perpetúa hoy la tradición familiar.

Entre las organizaciones aparecieron incluso grupos de feministas, que se vieron obligadas a impulsar una candidatura de un obispo católico, a pesar del clásico antagonismo con el Vaticano.

Entre estas supuestas organizaciones civiles estuvieron las feministas de convicciones subsidiadas por USAID como las Mujeres Políticas en Red, Parlamento Mujer, Red de Mujeres Políticas, Red de Mujeres Munícipes del Paraguay (RMMP), Coordinadora Interpartidaria de Mujeres del Paraguay (CIMPAR),), Mujeres Políticas por la Democracia y el Desarrollo,etc.

Son sufragadas desde la embajada norteamericana además de las redes de mujeres, Ideco (Roberto Ferreira), el Partido Demócrata Cristiano, Partido Encuentro Nacional, Patria Querida, el grupo de adherentes del Partido Unace que lidera Emma Rolón, la Red de Contralorías ciudadanas del Paraguay, la Contraloría Ciudadana de Ypané, Afosci, CIDSEP, CISNI, Fedem, Transparencia Paraguay, Semillas para la Democracia, radio Los Angeles, Radio Comunitaria de Villa Elisa, Fundación Tierra Nueva y GEAM, todos estos grupos aglutinados en el Grupo impulsor para la Regulación del Financiamiento Político en Paraguay.

La nómina sigue con Sakã (transparencia, en guaraní), integrada por cinco organizaciones no gubernamentales, Gestión Local, vinculada al Moviendo Tekojoja. Los "proyectistas" son Raúl Monte Domecq y Guillermina Kanonnikoff).

Otros grupos paraguayos financiados por extensiones de la CIA son Decidamos, Instituto de Geopolítica y Estudios Internacionales (IPEGEI), Radio CARITAS, Mujeres Por la Democracia, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos Fundación Paraguaya para la Cooperación y Desarrollo, Centro de Estudios Democráticos (CED), Centro de Información y Recursos para el Desarrollo, Instituto de derecho y Economía Ambiental, Centro de Estudios y Formación para el Ecodesarrollo, Asociación de Empresarios, Comité Paraguay-Kansas, Asociación Afro Paraguaya Kamba Cua, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política, Fundación Arlequín Teatro", Casa de la Juventud – Paraguay, cuna del Pmas de Camilo Soares, Cooperativa La Norteña y la Escuela Agrícola de Carumbey, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales.

En el marco de la campaña pro-obispo, maletines de George W. Bush ingresaron en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos de los partidarios del obispo de los pobres y teólogo de la liberación, el marxista clérigo-presidente Fernando Lugo.

Por ejemplo, los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió recientemente la guevarista Casa de la Juventud (ONG que recauda para el PMas) de mano de organismos imperialistas bajo control de George W. Bush, supuestamente para enseñar a estudiantes secundarios algo fundamental: "identificar la corrupción" en Paraguay. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibe Gestión Local, ONG cuyos responsables son a la vez financistas de Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro (refugio de organizadores de manifestaciones contra la actual administración municipal) para objetivos tan relacionados con el arte escénico como "ayudar a adolescentes de centros educativos a identificar, estudiar, discutir y atender las prioridades de la comunidad". Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para "apoyar a las organizaciones de la sociedad civil", la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro.

Como puede advertirse, la lista es bastante extensa y garantiza un amplio control sobre la "sociedad civil" paraguaya. No es la victoria electoral del Obispo Fernando Lugo la primera operación exitosa de la NED, USAID y la CIA en Paraguay, que ya actuó en Paraguay con eficacia varias veces. Por ejemplo, cuando en 1989 se derrumbaba la Unión Soviética, y con ella la propaganda con que el dictador Alfredo Stroessner justificaba sus abusos, se aseguró de promover un cambio a la medida de los intereses imperialistas, limpiando expedientes y ubicando en la presidencia a un célebre narcotraficante.

El mismo año el gobierno norteamericano invirtió mil millones de dólares en el triunfo de Violeta Chamorro en Nicaragua, imponiendo así una jefa de estado con los billetes provenientes de la National Endowment for Democracy, un inofensivo organismo llamado a tomar la posta de la CIA desde 1983.

Considerando inminente el fin de Stroessner, el imperio norteamericano se movilizó en ese entonces para impedir que sus adversarios tomen las riendas a su caída, para lo cual se apresuró a ganar para su causa a los disidentes con una muy buena remuneración.

El encargado de distribuír los dólares para "el cambio" fue el Dr. Carl Gershman, presidente de la NED. La Freedom House funcionó como un embudo por donde pasaron los fondos que concedía la NED, y gran parte de ellos fueron a parar a los bolsillos de los comunicadores destacados.

Radio Ñandutí, a través de la Casa de la Libertad, recibió importantes sumas de dinero de la National Endowment for Democracy (NED). Leonard Sussman, agente de la CIA y Director Ejecutivo de la Casa de la Libertad, realizó una visita a Paraguay a fines de 1987, guiado por Humberto Rubín, estableciendo contactos con varias organizaciones que luego recibirían fondos de la NED. El objetivo era "madurar" la idea del cambio.

A partir de entonces, estos organismos promovieron la estructuración de un andamiaje que hoy controla todo lo que en Paraguay se puede decir, paradójicamente con la coartada de que defienden la libertad de expresión.
Un organismo es la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), a la que acompaña Cerneco. Reciben con frecuencia los auspicios de USAID. Por ejemplo, el "Foro por la libertad de expresión", organizado por la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) y CERNECO en noviembre de 2004, fue auspiciada por la USAID (Agencia Internacional de desarrollo de los Estados Unidos). A este "Foro" asistió el señor Kevin Goldberg, "experto norteamericano en Libertad de Expresión y Derecho a la Información". Otro apéndice de la embajada norteamericana es el Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (CERNECO), fundado en 1990. Humberto Rubin, vinculado con la Nacional Endowment for Democracy (NED), fue presidente de CERNECO entre 1992-2002.
CERNECO proclama que "Surgió como un medio para canalizar inquietudes, ideales y el espíritu de servicio y progreso de un grupo de personas vinculadas al campo de la comunicación masiva".
Se formó una línea de acción que enfocaba el tema del Código de Ética, que regulaba la conducta de los propios medios de comunicación, de las empresas anunciantes y de las agencias de publicidad. Integraron la comisión pro-Código de Ética: Carlos Jorge Biedermann, Rufo Medina e Ilde Silvero. Rufo Medina e Ilde Silvero son empleados de Aldo Zuccolillo, dueño del diario ABC Color. En cuanto a Carlos Jorge Biedermann, basta con señalar que es yerno del general de la "Operación Cóndor", Guillermo Federico Clebsch, egresado de la Escuela de las Américas, detalle que alcanza para conocer cuál es la tendencia de su "ética"
Otra organización vinculada a este grupo es CONAR: Consejo de Autorregulación Publicitaria de CERNECO, un ente privado cuyo objetivo es la autorregulación de la publicidad, proponiendo a través de sus recomendaciones, que los mensajes publicitarios se encuadren dentro de los principios de la legalidad, honestidad, decencia y veracidad".

Toda esa estructura estuvo al servicio del Obispo Fernando Lugo, en una operación magistralmente coordinada por el desestabilizador estrella de George W. Bush, James Cason, y presentada ante la prensa mediática y los incautos como "un gran triunfo de la izquierda". Lo que se dice una perfecta operación encubierta de la CIA en Paraguay.