viernes, marzo 06, 2009

Despertar de los Chakras mediante el Sexo.



Para que cada chakra florezca se debe enfocar la atención en la avenida sensorial correcta durante el acto sexual.

Los chakras son vórtices giratorios de energía, que se encuentran localizados entre un punto de conjunción de la mente y el cuerpo. Los primeros cinco se abren al estimular el punto sensorial o sentido que se asocia a cada uno.

El primero denominado Muladhara se ubica en el plexo pélvico, en los ovarios o en los testículos según sea el caso. Se asocia con el olor, la fragancia del inscienso, del sudor fresco, o aquellos aromas producidos por lo genitales en el momento de la exitación.

El segundo chakra se llama Swadhistana. Se ubica en el plexo hipogástrico y en las glándulas suprarrenales. Corrsponde al gusto. Así, se relaciona con el sabor salado de la piel, la saliva, y las secreciones o fluidos que producen los genitales en estado de exitación.

El tercer chakra es Manipura y se encuentra en el plexo solar y en el páncreas. Está en directa relación con la vista. Así, se activa con la adoración del cuerpo de la pareja, y permitir que aumente la tensión psíquica mientras se tiene contacto sexual.

El cuarto chakra es Anahata. Está en el plexo cardiopulmonar y en el timo. Se relaciona con el tacto y por lo tanto con las caricias, y los impulsos táctiles del pene, del clítoris o de la lengua.
El quinto chakra es Vishuddhi. Se ubica en el plexo faríngeo, la tiroides y la paratiroides. Se despierta mediante la estimulación del sonido, los latidos del corazón, la respiración, los gorgoteos digestivos, los gritos de éxtasis durante el acto sexual, y el sonido de succión de la vagina convulsiva.

Los otros dos chakras Ajna y Sahsrara se abren como respuesta a la intensidad del clímax (orgasmo) que se tenga.

Para lograr el despertar de los chakras y que de esa forma el tantra sea efectivo depende de prolongar la tensión psíquica que lleva al orgasmo. Para esto, es importante concentrarse más en los medios que en el fin, es decir que el objetivo no sea el orgasmo como tal sino más bien prestar toda la atención a las formas por la cuales se alcanza tal orgasmo.

Cuando esto se hace, y se trata con ternura y paciecia a nuestro compañero, la conciencia se atenua hasta que la mente se revienta temporalmente por el exceso de la tensión y se logra la desintegración del ego o como lo llaman los tántricos el "pequeño ser".

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