martes, enero 06, 2009

Las lenguas como arma política / DALMACIO NEGRO

El vasco, en realidad batúa, un lenguaje artificial, el catalán y el gallego, del que también se quiere hacer una lengua artificial aportuguesándalo, junto con el bable, el balear o el valenciano, y poco a poco, a medida que progresa la "profundización" del llamado Estado de las Autonomías, otras modalidades dialectales, están siendo utilizados por las oligarquías locales como armas políticas. Así caminan, lamentablemente, hacia su extinción. No por lo que dicen los
nacionalistas, sino precisamente por utilizarlas como arma política a fin de justificar o legitimar los intereses oligárquicos. La posible independencia de alguna o algunas de esas regiones acabaría con ellas en seguida. La gente afectada se daría cuenta de que el rey está desnudo. Si esas lenguas o idiomas han persistido hasta ahora, ha sido en el seno de la común Nación española. Sin la Nación española
desaparecerían rápidamente, pues, aunque los oligarcas fuesen capaces de eliminar el español, tendrían que sustituirlo, por ejemplo, por el inglés (en realidad ya lo hacen). Y así como en Filipinas el inglés sustituyó al español, aquí sustituiría al catalán, al vasco, al gallego, al bable o al panocho, a menos que se prefiriese sustituir el español por el chino, que está de moda, el ruso por antinorteamericanismo o el árabe, en previsión de la sustitución del cristianismo tradicional por el islam, que es más progresista.

La lengua únicamente puede utilizarse como arma política, igual que todas las armas políticas, cuando corresponde a la fortaleza y vitalidad de una Nación. Quizá por eso, el absurdo Partido Popular, el del patriotismo constitucional, en vista de que la Nación española ha llegado a estar tan desvitalizada, desmoralizada, bajo la Monarquía juancarlista, propone demagógicamente implantar como segunda lengua el
inglés; hacer de España una colonia cultural del mundo anglosajón, más exactamente, de Norteamérica. ¿Piensa –es un decir- este partido que da así una réplica a los nacionalistas desnacionalizando España? La diferencia consiste en que el español es una de las lenguas universales y por eso se puede permitir el lujo –es otra manera de
decir- de no tener una segunda lengua casi obligatoria. De hecho, la lengua que corre peligro en el mundo hispánico es el portugués. Pues en Brasil –uno de los ocho o nueve Grandes Espacios que se prevén hacia 2020, en torno a los cuales girará la constelación política mundial- el español prospera rápidamente, con lo que podría ocurrir que el portugués –que procede del gallego- quedase circunscrito a
Portugal.

La política lingüística de las oligarquías locales amparadas por el poder central es suicida. En lugar de hacer atractivas sus respectivas lenguas minoritarias en el conjunto de la Nación mimándolas, se empeñan en imponerlas como instrumento de dominación, lo que, a medio plazo, acabará seguramente provocando el rechazo de los naturales. Se puede engañar al pueblo durante algún tiempo. Pero la superchería
acaba cansando y con el aburrimiento de la propaganda se descubre el engaño, aunque se cuente con el apoyo del poder central.

Dalmacio Negro
MCRC

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