viernes, enero 09, 2009

Inéditos durante medio siglo poemas dedicados a Fidel Castro y a Cuba




Juan Marrero

La vida tiene grandes sorpresas, muchas veces insospechadas. Y eso ocurrió en Quito cuando descubrimos la existencia de poemas dedicados a Fidel Castro y a Cuba escritos en 1958, y que han permanecido inéditos durante medio siglo.
Mi amigo Edmundo Bastidas y su médico, el doctor Cedeño, me invitaron una mañana a ir a una cafetería, situada en la calle Italia 454, para que probase algunos platos de maíz y yuca, típicos de la cultura manabita, región del noroeste del Ecuador de la cual ambos son oriundos.

Apenas nos sentamos e hicimos el pedido, se acercó a la mesa el dueño del establecimiento: "Edmundo, ¿no me recuerda? Yo soy el hijo del poeta Elías Cedeño Jerves, el autor de la letra del popular pasillo "Manabí". Por supuesto, Edmundo lo reconoció y lo abrazó, al mismo tiempo que nos presentaba como el periodista cubano que realizó la investigación sobre el asesinato en La Habana en 1958 de su hermano Carlos Bastidas, luego de haber estado en la Sierra Maestra.

"Mi padre fue un admirador de la Revolución Cubana desde sus mismos inicios, y escribió algunos poemas dedicados a Fidel Castro y a su país antes de que triunfase la Revolución. No se han publicado jamás. Pero yo los conservo, y puedo mostrárselos", me dijo. Pidió permiso para ir a su oficina y localizarlos.
No habíamos concluido de saborear unas deliciosas frituras de maíz y yuca cuando Jorge Elías colocó sobre la mesa dos voluminosas libretas, una de carátula roja, la otra negra, donde su padre escribió la mayor parte de sus poemas. Abrió una de ellas, y Jorge Elias, con gran orgullo, señaló: "Aquí está el dedicado a Fidel Castro, el 28 de enero de 1958."

Y lo leyó en alta voz:



A Fidel Castro, Héroe de la Resistencia Cubana
Admira y entusiasma tu temeraria empresa,
águila de la Sierra Maestra – Tu valor
supera al de Sandino en constancia y grandeza,
Pues luchas casi solo por salvar el honor.
"De la tierra más bella que jamás ojos vieron"
esa "Perla Antillana" que es tu Cuba sin Par
que, asesinos a sueldo del tirano cubrieran
de ignominia y de sangre – Fidel Castro, ejemplar
Líder del Movimiento de ruda resistencia;
guerrillero incansable que atraes sobre ti
el sadismo del déspota que gime de impotencia
al no poder vencerte… ¡Alumno de Martí!
Ni con todo el enjambre de esbirros que acaudilla,
logra extirpar de tu alma la luz de libertad
que tu lucha abrillanta; ( y ¡tu pueblo no se humilla
ante el sangriento impacto de la brutalidad!)
El sable pretoriano, el palo que acanalla,
no son para tus hombres de nobles tradiciones…
La represalia bárbara tu civismo no acalla…
tu tierra no es redil, ¡es antro de leones!
Águila audaz y altiva de la Sierra Maestra,
que con tus pocos bravos guerrilleros la gesta
más diáfana rubricas con plomo de fusil.
¡Igual que a Venezuela, impones presurosa,
para tu noble patria la hora venturosa
de arrojar por la borda al Gansterismo vil!
¡Fidel Castro: compendio de audacia y rebeldía,
para América pauta, que arriesgas día a día
la vida por tu Cuba, sumida en el dolor.
Alma de hierro y bronce lleno de fe y coraje;
acepta de mi lira el cálido homenaje.
y de mi patria un beso por tu épico valor!


Guayaquil 28 de enero de 1958


Volante que se entrega a cada cliente que acude a la cafetería del hijo del poeta manabita.



¿Qué significación tuvo como poeta Elías Cedeño Jerves?, preguntamos. Mucha en todo el noroeste del Ecuador, porque sus versos cantaron al árbol, al río, a los campos, a los pájaros, al canto del gallo, a los insectos, al banano, al maíz, a la yuca, a las flores, en fin a la naturaleza y sus riquezas, sin olvidar a los hombres y mujeres de su región natal en la que trabajó como agricultor y ganadero, como carpintero ebanista y contratista de obras públicas, como profesor y corrector de pruebas de un periódico. Y le cantó, además, a los que muchos hicieron por la independencia y libertad del Ecuador y América Latina, entre ellos al Libertador Simón Bolívar y al bravo general Eloy Alfaro, a ese que José Martí llamó "uno de los pocos americanos de creación", de quien el padre de Elías fue un estrecho colaborador.

La consagración como poeta de Cedeño Jerves aconteció a partir de 1940 cuando su poema Manabí fue musicalizado por el compositor Francisco Paredes Herrera, y se convirtió en un himno inmortal para todos aquellos que se encuentran lejos de la añorada geografía manabita. El pasillo, que para algunos investigadores proviene de Colombia y para otros es una derivación de melodías y tonadas españolas del siglo XVII, lo caracteriza y domina un tono romántico. El pasillo fue el ritmo de moda en Ecuador desde principios del siglo XX, lo más cantado y bailado por la juventud.
Su hijo también nos leyó aquella mañana otro poema de Cedeño Jerves dedicado a Cuba en 1958. Lo tituló "Perla Antillana". Y dice así:


¡Hurras! por el glorioso movimiento
del veintiséis de julio, que flamea
la enseña de Martí, que en los cubanos
libres, prendió la enrojecida tea.
del patriotismo que ultrajado, escolta
de noble indignación el alma en gesta
de Fidel Castro que en bastión convierte
de insurgencia viril, Sierra Maestra!
¡Hurras! Cuba por ti, por tu exotismo
por tu largo lidiar y el heroísmo
de aquellos que segó la tiranía!
Mi admiración por ti, ¡Perla Antillana!
a nombre de mi patria ecuatoriana
por tu gloriosa y Santa Rebeldía!
¡Cuba!; Perla engastada en el regazo
plata y azul del mar de las Antillas!
¡Rico filón del Continente Hispano!
¡País de ensoñación y maravillas!



El poeta Cedeño Jerves falleció en 1971, víctima de un enfisema pulmonar. Desde entonces, Jorge Elías, su único hijo, no ha descansado para rescatar su memoria. Con sus recursos ha costeado la edición de un libro con una selección de los versos del padre, y en el café de la calle Italia, tiene una pizarra donde cada día escribe algunos de sus poemas para que los clientes los disfruten mientras saborean los platos de yuca y maíz. Incluso, en volantes de publicidad de la cafetería, en su dorso reproduce versos del padre. Algo bien lindo, en verdad.

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