martes, enero 27, 2009

Pinto como me pide el cuerpo: Luis E. Aute


Luis Eduardo Aute habla sobre su relación con la pintura: sus motivos, estilos, influencias y correspondencias con la música.

Redacción Cultura

‘Empecé con la pintura desde muy joven, y llegué a ella de una manera muy simple. Yo sacaba malas notas en todas las asignaturas menos en dibujo; además me gustaba y de dedicarme a algo en la vida , ese algo sería a las artes.

Eso se sumó al hecho de haber sido hijo único y de no comunicarme bien con los chicos de mi edad; entonces para sentirme bien, agarraba un lápiz y unas pinturas... Lo de la música llegó después, me gustaba tocar guitarra y escribía por curiosidad, nunca pensé que llegaría a grabar discos.

Además, soy de la generación del rock and roll, es difícil encontrar a un coetáneo que no se haya conmovido por la música popular de esos años.

Ahora siempre que puedo me encierro a escribir, a pintar, a dibujar, a trabajar con diversos materiales. También hago experimentos con la cámara; para mí el cine es un arte completo, un lenguaje construido de lenguajes. En mis trabajos, el protagonista principal es el hombre, quien es todo un universo.

Seguramente descifraríamos los enigmas de la vida no saliendo a indagar por el espacio sideral, sino haciendo un viaje al interior del ‘bicho’ humano. Me estimula todo aquello que lo conforma: la duda, la angustia, la perversión, la relación consigo mismo y con su pareja.

Soy el menos indicado para hablar de estilos, pero creo que tengo influencias evidentes del expresionismo, del pop, del surrealismo, de los flamencos, del arte religioso. También, Velásquez, Goya, Picasso y de los más recientes, Francis Bacon y David Hockney. Yo pinto como me pide el cuerpo.

Desde mi primera muestra hasta hoy, me sigue interesando la iconografía religiosa. La gran pintura erótica está sobre todo en el arte religioso, desde la Capilla Sixtina hasta este cuadro (La piedad, de Guayasamín), con la Magdalena mirando a Cristo.

Imagino el cuerpo de Cristo crucificado, ese cuerpo tan perfecto, con ese paño apenas tapándole. La religiosidad es un sentido más metafísico de la realidad. Religiosidad y sexo van unidos si no son la misma cosa. La religión esta en el Vaticano.

Esto de pintar, de escribir, de hacer música, no es más que liberar fantasmas, darles forma y expulsarlos de mi cabeza, donde siempre aparecen otros.

Como todo en el universo, mis trabajos guardan una relación de complementariedad: ahí donde acaba la imagen empieza la palabra, donde acaba la palabra empieza la música y viceversa.Todo tiene su contrario, su complemento y Dios lo tiene en la Tierra, el Papa”.

Punto de Vista. Raúl Pérez Torres / escritor

‘Yo me quedo con el cantautor’

Lo que queda claro en esta muestra es que Aute es un hombre muy talentoso. Pero yo particularmente me quedo con el cantautor. He visto su obra plástica en Cuba, aquí también en la Fundación Guayasamín y la verdad es que no me gusta mucho.

Los primeros cuadros, cuando Aute aún era joven, tienen una gran transparencia y fidelidad a su espíritu. Los retratos de esta primera época, especialmente los autorretratos, tienen un trazo muy fidedigno, muy fuerte.

En cambio, lo último que ha producido, desde el punto de vista estético, me parece que pierde intensidad. Esta producción reciente está emparentada con el expresionismo alemán. Hay algo de El grito, de Edvard Munch en toda ella. La influencia puede venir por la historia, por la Guerra Civil Española, no sé...

Pero se va diluyendo esa necesidad imperiosa de decir cosas. Se nota que sigue manejando el dibujo pero la cromática se pierde. Estamos viviendo un mundo contradictorio y eso se refleja en su obra.

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