sábado, enero 31, 2009

GENOCIDIO A NOMBRE DE LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO


ELN de Colombia

Con sobrada razón, un periodista colombiano, comentaba una nota editorial el pasado 13, en referencia al genocidio palestino, concluyendo que, a nombre de la lucha contra el terrorismo no pueden asesinarse miles de inocentes, incluidos niños de todas las edades.

En Colombia no es muy diferente el enfoque con que se ha desarrollado la "lucha contra el terrorismo".

Merecen examinarse, las implicaciones que tiene para Colombia, el altísimo rubro del presupuesto dedicado a la guerra, que sacrifica los servicios públicos de la población, asunto obligatorio para el Estado y sus gobiernos por definición constitucional.


¿No es esa otra manera de matar a los pobres que rondan el 67 por ciento de la población? ¿En particular del 15 por ciento de ellos que viven en la espantosa hambruna?
Cuatro millones de desterrados, que deambulan en Colombia, son el tortuoso sacrificio de una población expulsada de sus tierras y sus viviendas - donde a pesar de su pobreza, tenían condiciones de paliarla - porque "era necesario quitarle el oxígeno al terrorismo".


Y para "combatir el terrorismo", los sucesivos gobiernos y la clase dominante, con auspicio imperialista crearon el paramilitarismo con incontables e inocultables consecuencias, donde resaltan la terrible ola de desapariciones, los homicidios y masacres, el robo de tierras a sus legítimos dueños, el incremento del narcotráfico, que sumados, presentan hoy el más espantoso cuadro de injusticia, coronada por la más miserable impunidad.


A nombre del "combate al terrorismo" se militarizó la vida del país, se generaron los mecanismos legales e ilegales para penalizar la lucha y la protesta social y de esa manera se descabezaron y dispersaron a sangre y fuego, sólidas organizaciones sociales y populares que reclamaban sus justos derechos. Las que hoy existen, nacieron desde sus cenizas y siguen siendo criminalizadas, chantajeadas y perseguidas a nombre de una estrategia terrorista denominada, Seguridad Democrática.

La terrible masacre continuada de más de 1000 inocentes, cometida a sangre fría y con premeditación por parte de miembros de la fuerza pública, con fines personales, se ha producido al amparo de "combatir el terrorismo". El comandante del ejército gubernamental necesitaba presentar muertos, como prueba de que estaba ganando la guerra. Esas Ejecuciones extrajudiciales han pasado en Colombia como un hecho más de violencia y son tan graves como el asesinato brutal producido en Gaza, con la diferencia que las ocurridas allí reciben hoy la condena internacional y las de Colombia siguen sin alcanzar la urgente difusión, condena y reparación.


Por ello, podemos concluir que esa pretendida "lucha contra el terrorismo" es igual, fuera y dentro de nuestras fronteras, es criminal, terrorista y a quien más daño le causa es a la inmensa masa desprotegida, que es a su vez el soporte de las sociedades.


El camino y destino de los pueblos, no puede detenerse invocando "la lucha contra el terrorismo", cuando en realidad los verdaderos terroristas son los mismos impulsores de tan siniestras políticas y los pueblos solo recurren a la fuerza porque no encuentran en los espacios legales e institucionales, las mínimas garantías para luchar por sus legítimos derechos.


En este espiral de violencia que vive Colombia, es necesario destacar que las masacres contra inocentes que los paramilitares cometen en coordinación con la fuerza pública, no son errores. Tampoco lo son los asesinatos en personas protegidas o las ejecuciones extrajudiciales, que ahora se llaman folclóricamente, falsos positivos. Dichos actos son políticas agenciadas para crear terror. Para eso crearon el paramilitarismo.


Entre tanto, en el desarrollo de la confrontación, la insurgencia ha cometido errores y excesos, fruto de desvíos en su política, en varios momentos los hemos reconocido y han sido sancionados los responsables conforme a nuestra normatividad interna. Seguimos haciendo esfuerzos por enmendarlos, pues nos guía la ética y las convicciones humanistas en el desarrollo de una confrontación que hemos asumido, que no escogimos, que se nos impuso como se ha demostrado históricamente.

"El ELN, ha construido una estructurapolí tico-militar que irradia todo el país con capacidad operativa,acompañ ando las expresiones de las luchas sociales, con un mandocentralizado, elegido democráticamente, con fundamento ideológico dedignificar la vida y la humanidad y con propuestas de transformacionesen favor de las mayorías.

(...) El ELN es una Fuerza Beligerante, que acoge el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho de La Haya;que ha planteando concertar una Solución política de paz y justiciasocial para superar el conflicto colombiano y desde la década delochenta del siglo pasado, ha insistido en llegar a acuerdos sobre lahumanizació n de la guerra para evitar la barbarie que adelanta elEstado colombiano y como insurgentes corregir errores cometidos."


Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN)
¡De la Resistencia al Poder Popular!
¡Siempre junto al Pueblo!
¡Ni un paso Atrás...Liberació n o Muerte!
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