domingo, enero 18, 2009

Otra exposición inspirada en Silvio Rodríguez


El universo es mi casa, justo como el escaramujo
Por Onedys Calvo Noya, curadora, Oficina del Historiador de la Ciudad

Escaramujo: el universo es mi casa, quedará inaugurada este jueves 15 de enero en la Casa Oswaldo Guayasamín, sita en Obrapía núm. 111 e/ Oficios y Mercaderes, a las 6:00 pm

Sencilla y seductora, sutil y profunda –justo como el tema pretexto de la obra–, se nos presenta la exposición Escaramujo: el universo es mi casa, propuesta que nos hace la Casa Guayasamín, y que es el resultado de la fascinación y la identificación de Fernanda Vargas, artista de la plástica de origen brasileño, con la canción de Silvio Rodríguez.


Esta música la descubrió –como suele suceder en estos casos–, en un paraje azaroso para ella e improbable para escuchar una sonoridad como la del cantor cubano. No solo le pareció una obra emotiva, inteligente y universal, sino que desde ese momento se convirtió, más que en una inspiración para la creación plástica, en una ruta irreversible de búsqueda y autodescubrimiento.

El proceso de concepción y producción de Escaramujo… ha sido largo y oficioso, tanto en la decodificación y reinterpretación de otra obra de arte, como en la hechura de cada pieza, a partir de las técnicas elegidas: el batik y el trabajo con el yeso. La complejidad de estos procedimientos artesanales, en que cualquier efecto es bastante determinante, demandó extremo rigor en el hacer, y en la colocaron de la dimensión necesaria para la indagación plástica en nociones como “las relaciones” y “lo cíclico”, en sintonía con el ritmo y el lirismo traspolados desde la canción.

El carácter decorativo asociado a la utilización del batik –técnica poco difundida y explorada en la visualidad occidental, en la cual cada pieza exige varias fases de teñido, dibujo y encerado–, es aprovechado por Fernanda para reiterar y recrear su propia interpretación iconográfica del escaramujo –especie de muchas variaciones. Así construye rítmicas y orgánicas composiciones, en las cuales forman parte los textos con la reflexión, que ha hecho de cada verso contundente del trovador.


Lejos de cualquier postura pretenciosa, la obra de Fernanda, íntima y sincera, construye un puente lírico entre la poesía de la pieza musical y su interpretación plástica. Escaramujo: el universo es mi casa es una experiencia creativa, pero también de vida, en la cual la artista ha volcado su infinita sensibilidad y su tácito respeto por todo aquello que nos identifica y nos inquieta; lo que nos hace vivir y tener sentido para hacerlo; lo que nos particulariza y nos iguala; lo que pretendemos y lo que nos pertenece; lo que nos determina y nos trasciende…, pero, sobre todo, por la necesidad del cuestionamiento y la indagación, porque saber no puede ser lujo.

Publicado: 13/01/2009
Dirección de Patrimonio Cultural
Oficina del Historiador de la Ciudad

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