domingo, noviembre 23, 2008

Entrevista a Liliana Herrero "Las personas hacen que uno sea lo que es"



Por Claudio Carraud (Especial para ANALISIS DIGITAL)

Con una amplia discografía que va desde Liliana Herrero de 1987 con producción propia y de Fito Páez, dedicado a su hija cuando cumplió doce años, con temas como Canto al Río Uruguay de Ramón Ayala y Para el cachilo dormido de Atahualpa Yupanqui; hasta Igual a mi corazón editado este año y dedicado a su nieta y a Fito Páez; con Canto labriego de Teresa Parodi, La casa de al lado de Fernando Cabrera y Cais con letra de Ronaldo Bastos y música de Milton Nacimento, entre otros temas; Liliana Herrero se ha consolidado como una de las artistas más importantes de la música argentina.

Como una forma de festejar los veinte años desde el lanzamiento de su primer disco, Liliana está recorriendo -desde el año pasado- todo el país y Uruguay llevando a su público Todos estos años de gente.

¿Qué significado tiene Todos estos años de gente?

- Todos estos años de gente es una expresión de una canción de Luis Alberto Spinetta. Significa casi contar una vida lo cual no es poco. Es decir, todas las personas que hacen que uno sea lo que es. Todos estos años de gente es un reconocimiento a tantos con los que estuve cerca, como un homenaje a la capacidad que tenemos de juntarnos y escucharnos.

En su prolífica carrera artística, además de los once discos editados, Liliana ha puesto su voz en muchos discos de otros artistas y en películas, interpretando canciones como el tema final de la película XXY dirigida por Lucía Puenzo, El cometa rojo de Nordeste el film de Juan Diego Solanas o la maravillosa interpretación de Palabras para Julia el poema de José Agustín Goytisolo musicalizado por Paco Ibáñez, tema final de la película Kamchatka dirigida por Marcelo Piñeyro.

Esta artista entrerriana, reconoce que sus influencias musicales "son muy variadas, creo que en el acto de escuchar todo tipo de música uno enriquece el oído y trata con verdaderos monumentos de la música universal y de la propiamente argentina o latinoamericana. Escucho música clásica, tango, rock, jazz, folklore y la llamada world music".

Nacida en Villaguay, en 1948, Liliana pasó su niñez y su adolescencia en esa ciudad de Entre Ríos. "Estuve en Villaguay hasta los dieciocho años, toda la primaria y la secundaria la hice allí".

¿Cómo estaba constituida tu familia?

- Mis padres, claro, ellos ya no están; y dos hermanos: uno mayor que yo y otro menor. Uno vive actualmente en Santa Fe y el otro en Villaguay.

¿Qué cosas recordás de tu infancia?

- Es una pregunta compleja porque no se puede expresar en pocas palabras lo que es la infancia ya que la infancia es exactamente la patria, como decía el escritor Juan José Saer. Recuerdo el arroyo Villaguay, el río Gualeguay. Nuestros viajes en tren a Gualeguay todos los veranos, la siesta, las escapadas al arroyo. Los infinitos amigos que uno tiene en la infancia, los juegos. Todo eso más el estudio, la música y las lecturas conforman mi infancia y la siento preciosa aún.

En 1966, Liliana viaja a Rosario para estudiar Filosofía. "En Rosario habían estudiado mis padres, mi papá estudió Bioquímica y mi madre hizo la carrera de Farmacia. Se recibieron los dos y se fueron a vivir a Villaguay. También mi hermano mayor ya estaba estudiando en Rosario medicina y teníamos todos los familiares de mi madre", relató.

¿Sentiste el desarraigo?

- Sí, claro. Sentí que estaba fuera de mi lugar pero los otros lugares siempre se van conformando con el tiempo como propios.

¿Cómo era ese Rosario, cómo te sentiste vos en esos primeros tiempos?

- Bien y mal. Fueron tiempos de profunda alegría, de combates y festejos por el futuro y también son momentos de mucha pena por los sucesos que la historia nos tuvo preparados y tal vez, nosotros, los de aquella generación no pudimos ver. Los momentos en Rosario están absolutamente ligados a los movimientos políticos y las vanguardias culturales de los años '60 y '70. Luego en los ochenta mi actitud también fue muy comprometida no solo con los derechos humanos sino también con todo el proceso democratizador del país.

¿Cómo era esa bohemia rosarina?

- Más que bohemia era un momento de mucho miedo e incertidumbre de modo que nos juntábamos para protegernos, para contarnos cosas, para cuidarnos y cobijarnos en la música.

¿Cómo conociste a Fito Páez?

- Conocí a Fito a través de Juan Carlos Baglietto y a Juan a través del gran músico y poeta Chacho Muller.

¿Qué es Fito en tu vida personal y profesional, y qué significa Mercedes Sosa?

- Fito es ya mi familia. Mercedes es la creadora de una forma de cantar que antes de ella no existía en la cultura argentina.

Cuando desembarcó la trova rosarina en Buenos Aires en el '82, vos te quedaste en Rosario, ¿por qué?

- Porque yo tenía una hija a quien cuidar y porque ya se venía preparando el proceso democrático en el país y quería regresar a la universidad a dar clases. También porque no era mi intención cantar profesionalmente.

¿Cuándo fue tu venida a Buenos Aires?

- Vine en el año '95 cuando ya sentí que no quería estar más en la universidad y porque mi marido, Horacio González, vivía en Buenos Aires.

Empezaste tu carrera haciendo folklore, ¿definirías lo que hacés hoy, como música latinoamericana?

- No, jamás definiría mi música con esa generalidad que es la palabra latinoamericana. Mi música es argentina y se recuesta fundamentalmente en el folklore.

Te lo pregunto porque escuché tu interpretación maravillosa de Palabras para Julia, el poema del español José Agustín Goytisolo musicalizado por Paco Ibañez y cantar temas de Fito, es decir, excede lo que es el folklore tradicional...

- Sí, por supuesto mi música excede lo que es el floklore tradicional no solo porque suelo cantar otro tipo de canciones sino por el tratamiento mismo que le doy a los temas propiamente folklóricos.

¿Qué le has dado a la música y qué te ha dado la música a vos?

- Todo.

Con todos estos años de carrera has madurado, eso se transfiere a tu forma de cantar. ¿Te sigue importando la calidad o más que nada la forma de comunicar y lo que transmitís?

- Si no persiguiera la calidad estaríamos en serios problemas. La calidad artística y musical es fundamental para hacer esta actividad. Con dos acordes no arreglamos los temas. Cantar es cantar afinado, con calidad y responsabilidad y además pensar y decir un territorio cultural.

¿Cuánto tenés de entrerriana, de rosarina y cuanto de porteña ahora?

- No sé. Tengo de todo un poco en todo lo que hago.

http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=91780

2 comentarios:

Claudio Carraud dijo...

Gracias por reproducir la nota.Saludos.Claudio

Anónimo dijo...

Claudio: me pareció maravillosa la entrevista. Muchas gracias a tí por regalarnos notas que alimentan el alma fuera de la cotidiana guerra...
Un abrazo desde mi cheqa..