miércoles, octubre 08, 2008

Che, entre campeones de ajedrez Por: Osvaldo Rojas Garay


El Che fue el gran propulsor de los torneos Capablanca in Memóriam.

«Me gustaba jugar ajedrez desde la edad de 11 años. Las primeras noticias que tuve de la existencia de Cuba fue a través del gran ajedrecista José Raúl Capablanca, cuando el campeón cubano visitó la Argentina», dijo en una oportunidad el inolvidable Comandante Ernesto Che Guevara.
Distante estaba el legendario guerrillero de imaginar que veintitrés años después de tener referencias de nuestro archipiélago gracias a la participación de Capablanca en la Olimpiada de Buenos Aires '39, se convertiría en gran propulsor del tradicional torneo que desde 1962 rinde
tributo al tercer monarca del planeta en el juego ciencia.
Su constante preocupación por el buen desarrollo del Capablanca in Memóriam, le permitió conocer en las versiones iniciales a tres de los diecinueve jugadores que han ostentado la corona del orbe.

El Che jugó con Mijail Tal.

Fotos, partidas simultáneas y testigos de aquellas citas cuajadas de «monstruos» del ajedrez mundial dan fe del acercamiento del Che a dos trebejistas que en ese entonces ya habían reinado en el mundo, como Vasili Smislov (1957-1958) y Mijail Tal (1960-1961), así como un tercero que entre 1969 y 1972 sería el décimo soberano del tablero escaqueado: Boris Spaski.
De este último se ha publicado en nuestra prensa una instantánea en la que el valeroso combatiente lo observa jugar en el primer Capablanca, en el cual Spaski terminó en el tercer puesto, detrás de los grandes maestros Miguel Najdorf (ARG) y Lev Polugaevsky (entonces soviético).
Con Vasili Smislov, tres veces triunfador en justas de este tipo, conocemos al menos dos constancias gráficas correspondientes a la lid de 1964. En una se ve al Che premiándolo por su victoria en el certamen y en la otra
aparece analizando una partida junto al séptimo rey del planeta y al reconocido GM Mark Taimanov, dueño de la tercera plaza en el mencionado torneo.

El Che observa la jugada de Silvino García, quien sería el primer Gran Maestro de ajedrez de Cuba.

A Mijail Tal, representante como Smislov y Spaski de lo que fue la escuela soviética de ajedrez, lo enfrentó en una simultánea en ocasión del II Capablanca in Memoriam (1963). El cotejo terminó en tablas.
Un día antes de la inauguración de esa versión del prestigioso torneo, Che pronunció las proféticas palabras de que Cuba tendría Grandes Maestros.

Fue durante la clausura del campeonato de ajedrez del Ministerio de Industrias, a la cual Mijail Tal asistió como invitado.
«Cada día surgen nuevos valores del ajedrez en Cuba, verdaderos talentos: habrá muchos jugadores de alta calidad, otros Capablanca y Tal. Vamos a tener Grandes Maestros y esa será también obra de la Revolución», afirmó.

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