sábado, abril 04, 2009

El sueño americano duerme en carpas

EE.UU.
DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu

Un show televisivo destapó la caja de Pandora. En el país más rico del mundo hay pobreza. Y extrema. Los tent-cities o ciudades de carpas develan el rostro oculto del sistema y se irguen como triste símbolo de tiempos de recesión y crisis en Estados Unidos
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Los campamentos de carpas para los nuevos pobres grafican la gravedad de la crisis.

El diario mexicano El Universal así lo refleja: "Hasta hace poco eran trabajadores de clase media que vivían en casas con jardín, pero la recesión está empujando a miles de familias en EE.UU. a lo inimaginable: vivir en tiendas de campaña, trasteros o moteles baratos de carretera.

"En Sacramento, capital del estado de California y una de las zonas del país donde la crisis inmobiliaria ha golpeado con más fuerza, un campamento para gente sin hogar alberga ya a cientos de personas y crece a un ritmo de unos 50 nuevos residentes diarios", insiste otro diario.

Mientras, The New York Times indica: "Campamentos de pobres y personas sin hogar formaron siempre parte de los paisajes de grandes urbes como Nueva York y Los Ángeles, pero en la actualidad aumentan de población, y se tornan comunes también en ciudades más pequeñas. Seattle, Sacramento, Saint Petersburg, Nashville y Olimpia reproducen esa realidad a lo largo del país, pero es en la localidad californiana de Fresno, donde el fenómeno aumentó de proporción con mayor celeridad en los últimos tiempos".

Para Joel John Roberts, director de Path Partners, una organización que auxilia a desempleados, la situación es terrible. "Hoy ves un terreno libre y a la mañana siguiente encuentras a cientos de familias instaladas en carpas", aseguró.

Imágenes tan difundidas como estas no se veían en Estados Unidos desde la Gran Depresión iniciada en 1929, cuando la crisis destapó las miserias del imperio. Hoy, la historia se repite. La debacle no solo cayó sobre los ejecutivos de Wall Street. El desahucio, la crisis hipotecaria y el agotamiento de los ahorros afecta a millones de hogares norteamericanos y, en la actual coyuntura, la gente que lo ha perdido todo hace lo que puede con tal de poner, al menos, un techo sobre su cabeza.

GRAN SUR EN EL INMENSO NORTE

La Oficina Presupuestaria del Congreso de EE.UU. admitió que 28 millones de norteamericanos están usando los cupones públicos de alimentos porque no tienen con qué comer.

Al mismo tiempo un estudio del grupo National Coalition for Homeless (NCH) notificó que alrededor de 3,5 millones de estadounidenses experimentarán situaciones de indigencia al menos una vez al año en una docena de estados de la Unión, tendencia que, según el propio análisis, se mantendrá en tanto perdure la recesión económica.

Una encuesta del Centro Nacional para Familias sin Hogar, reveló por su parte que alrededor de 1,5 millones de niños en Estados Unidos, uno de cada 50, carecen de vivienda, el 42% de ellos, menores de seis años. "Estos números crecerán a medida que las ejecuciones de (embargos de) casas sigan aumentando", dijo Ellen Bassuk, su presidenta, en un comunicado.

La NCH ha instado a la administración Obama a la activación de un programa financiero de casi 10 000 millones de dólares para poder reforzar la red de rehabilitación social; sin embargo, el escenario es cada vez más dramático, al complejo panorama social se suman también los nuevos pobres.

Jennifer Thompson, es testigo. Hasta hace poco esta mujer de 45 años, casada y con tres hijos, vivía sin grandes sobresaltos, pero perdió su puesto en la sucursal californiana de General Motors y entonces todo se vino abajo. Ella, que laboraba en la administración, en el área encargada de autorizar los recortes de personal, fue despedida. En la actualidad vive en una tienda de campaña.

Renee Hadley, de 38 años, residía en Seattle y de la noche a la mañana su castillo se desvaneció. "En este lugar no hay ni agua corriente ni electricidad ni baños y los trenes pasan cerca con un sonido atronador", cuenta acerca de lo que padece en la carpa que levantó en Sacramento.

Para ella los programas estatales solo consiguen poner "una curita en todo" y se pregunta en medio de la angustia "¿por qué no nos dan trabajos o casas con un alquiler moderado? El 90% de los que estamos en esta situación no queremos vivir aquí. Esto empieza de verdad a dar miedo", comentaba a la AFP.
El alcalde de Sacramento, Kevin Jonson, reconoció recientemente que durante años habían intentado "meter a los sin techo debajo de la alfombra", mas "ahora el problema nos supera".

Tal vez lo peor está por llegar. El de-sempleo no se detiene, crece a ritmo acelerado y los planes de rescate del presidente Barack Obama —quien pide tranquilidad y confianza en medio de la de-sesperación de muchos— son como compresas de agua tibia para un enfermo grave. ¿El sueño americano se disipa? Mientras, duerme en una tienda de campaña.

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