martes, mayo 26, 2009

Correa habla de la segunda independencia


La llegada de Evo Morales fue la sorpresa en los actos conmemorativos por la Batalla de Pichincha. Rafael Correa dijo que profundizará el modelo socialista.

Niños en la ceremonia. Un grupo de menores, representando la diversidad del país, acompañó a los mandatarios y funcionarios. Foto:EL COMERCIO

Redacción Política

Lo que iba a ser parte del ‘V encuentro presidencial’ entre los presidentes Rafael Correa, de Ecuador y Hugo Chávez, de Venezuela, terminó siendo un encuentro regional de exaltación socialista

En efecto, la sorpresiva llegada del presidente boliviano, Evo Morales, para participar en los festejos del aniversario de la Batalla de Pichincha, hizo que el colofón del “V encuentro presidencial”, que se había iniciado el sábado, termine siendo un acto de respaldo al socialismo en la región, inspirado en la gesta del 22 de mayo de 1822, cuando las tropas bolivarianas derrotaron a las españolas.

La presencia de Morales no había sido planificada y la primera noticia se produjo el sábado pasadas las 21:00, cuando el Presidente ecuatoriano anunció su llegada durante la rueda de prensa que sostenía con su homólogo de Venezuela. “Esa era la sorpresa”, dijo. Morales llegó a las 07:30.

Precisamente, las alusiones históricas le sirvieron a Rafael Correa para articular un discurso según el cual el proyecto político del Gobierno constituye la segunda independencia del país.

“El segundo nacimiento libertario es el que resultó de la decisión soberana de nuestro pueblo. Este 26 de abril, por quinta ocasión, se dio con votos la sepultura de la partidocracia”, dijo
Correa durante su discurso en el llamado Templete de la libertad, en las faldas del Pichincha, durante el acto en el que estuvieron Hugo Chávez y Evo Morales.

Según Correa, los ecuatorianos eligieron en las urnas “por quinta vez consecutiva la revolución profunda, rápida y en paz”.

Los paralelos históricos no pararon ahí. Correa llegó a comparar su visión comercial enemiga del “bobo aperturismo” con la que tenía Antonio José de Sucre de quien dijo defendía la industria nacional y a quien contrapuso con Santander de quien dijo era partidario del libre comercio.

“Sucre tuvo la clarividencia de atender la industria nacional, el derecho de nuestro país al desarrollo y a su manufactura, o su producción local, cuando el aperturismo de Santander terminó con la producción textilera”, dijo.

Poco antes, ya había recurrido a la historia para criticar a quienes en Guayaquil pretenden cambiar el nombre de una parte del Malecón Simón Bolívar por el de León Febres Cordero.

“Todo es posible para las oligarquías que han dominado y sometido a América Latina”, dijo Correa.

En general, el contenido del discurso del Presidente no se apartó de lo que han sido sus intervenciones en actos políticos y masivos, aunque esta vez estuvo mucho más impregnado del discurso bolivariano que impulsa Chávez. “Acaso la claridad de su ideas (Bolívar) son tan grandes que después de dos siglos aún atemorizan a quienes se creyeron dueños del país”, dijo en alusión a los sectores opositores.

“El pueblo ha despertado de esa larga y triste noche neoliberal, noche de pesadillas, de traiciones, de amos y lacayos, noche larga pero no interminable, en la que la tristeza y la miseria en ese oscuro desvelo, gracias al milagro del pueblo, de su despertar heroico, dio paso a lo único que no habían usurpado, ni exterminado: la esperanza”, dijo Correa.

Al acto asistieron todos los ministros de Estado más las cabezas de las diferentes funciones. Un extenso relato histórico precedió el discurso de Correa, quien se despidió con un “hasta la victoria siempre”.

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