Mercedes Santos Moray • CubAhora
Carga el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal con 84 años a sus espaldas, y sin embargo, continúa vital y dinámico como en su juventud; siendo el mismo que se movía entre los jóvenes por los salones de la Casa de las Américas en la década de los 70, el mismo que compartía su vida con la Teología de la Liberación y la poesía.
Unos años atrás, en el 2005 y en ocasión de sus 80 años, fue nominado el centroamericano al Premio Nobel de Literatura. Ahora, en este 2009, por acuerdo unánime del jurado se le ha concedido en Chile el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
Y tal aval se sostenía, como se apuntó en el acta leída por la Ministra de Cultura Paulina Urrutia, en haber escrito durante varias décadas una lírica que logra "remozar la tradición occidental clásica aplicándola a la actualidad contemporánea, su interés y preocupación permanente por los pueblos originarios", entre otros méritos estéticos y éticos.
En su tierra natal, sembrada de voces líricas como las de Rubén Darío y José Coronel Urtecho, irrumpió la creación de Cardenal, como lo destacó otro grande de la poesía latinoamericana, el maestro Mario Benedetti, quien dijo que la poesía del nicaragüense es "testimonio de un lirismo espontáneo y cotidiano, pero también de un formidable dominio del verso, de una particular aptitud para hacerlo sonar de un modo natural, comunicativo".
Desde su ordenación como sacerdote en Nicaragua, 1965, la voz de Cardenal ha expresado las inquietudes de su pueblo, y no sólo las del artista como sujeto lírico. De ahí que recordemos su participación en la lucha contra la tiranía de los Somoza, y esa acción solidaria que lo ha llevado a manifestar en cualquier tribuna su compromiso con los pueblos latinoamericanos y caribeños, y muy especialmente, su adhesión a Cuba.
Múltiple es la obra en verso y prosa de Ernesto Cardenal, y por ella, desde su profundo humanismo y sus valores artísticos, ha ido ganando cada vez mayor trascendencia. La sustancia universal de su vocación poética es reconocida con este Premio Pablo Neruda del 2009, que le será entregado al poeta en el próximo mes de julio, y que lo hacen sumarse a otros con ese alto galardon, concedido en años anteriores al mexicano José Emilio Pacheco (2004), el argentino Juan Gelman (2005), el peruano Carlos Gastón Belli (2006), la cubana Fina García Marruz (2007) y la chilena Carmen Berenguer (2008).
Carga el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal con 84 años a sus espaldas, y sin embargo, continúa vital y dinámico como en su juventud; siendo el mismo que se movía entre los jóvenes por los salones de la Casa de las Américas en la década de los 70, el mismo que compartía su vida con la Teología de la Liberación y la poesía.
Unos años atrás, en el 2005 y en ocasión de sus 80 años, fue nominado el centroamericano al Premio Nobel de Literatura. Ahora, en este 2009, por acuerdo unánime del jurado se le ha concedido en Chile el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
Y tal aval se sostenía, como se apuntó en el acta leída por la Ministra de Cultura Paulina Urrutia, en haber escrito durante varias décadas una lírica que logra "remozar la tradición occidental clásica aplicándola a la actualidad contemporánea, su interés y preocupación permanente por los pueblos originarios", entre otros méritos estéticos y éticos.
En su tierra natal, sembrada de voces líricas como las de Rubén Darío y José Coronel Urtecho, irrumpió la creación de Cardenal, como lo destacó otro grande de la poesía latinoamericana, el maestro Mario Benedetti, quien dijo que la poesía del nicaragüense es "testimonio de un lirismo espontáneo y cotidiano, pero también de un formidable dominio del verso, de una particular aptitud para hacerlo sonar de un modo natural, comunicativo".
Desde su ordenación como sacerdote en Nicaragua, 1965, la voz de Cardenal ha expresado las inquietudes de su pueblo, y no sólo las del artista como sujeto lírico. De ahí que recordemos su participación en la lucha contra la tiranía de los Somoza, y esa acción solidaria que lo ha llevado a manifestar en cualquier tribuna su compromiso con los pueblos latinoamericanos y caribeños, y muy especialmente, su adhesión a Cuba.
Múltiple es la obra en verso y prosa de Ernesto Cardenal, y por ella, desde su profundo humanismo y sus valores artísticos, ha ido ganando cada vez mayor trascendencia. La sustancia universal de su vocación poética es reconocida con este Premio Pablo Neruda del 2009, que le será entregado al poeta en el próximo mes de julio, y que lo hacen sumarse a otros con ese alto galardon, concedido en años anteriores al mexicano José Emilio Pacheco (2004), el argentino Juan Gelman (2005), el peruano Carlos Gastón Belli (2006), la cubana Fina García Marruz (2007) y la chilena Carmen Berenguer (2008).
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