sábado, febrero 13, 2010

Una carta inédita de Cintio Vitier


Jesús Lozada • La Habana

En 1994 Eliseo Diego y Fina García Marruz, junto a Roberto Fernández Retamar, premiaron mi primer libro de poesía en el Concurso Pinos Nuevos. En el lanzamiento, hace ya quince años, en la Feria del Libro, cuando se hacía en Pabexpo, Cintio recibió, en nombre de los dos, un ejemplar y levantándolo sobre su cabeza me dijo: "Soy muy feliz por esto". No se refería a mi libro, aunque él estaba incluido, se refería a la enorme grandeza de un país en ruinas que priorizaba la Cultura y la Poesía, que había descubierto que solo es posible lo que se funda sobre su cimiento.

Pasaron dos años y en medio de una crisis espiritual descubrí a Thomas Merton, Fray María Luis, el poeta y monje trapense, nacido en Francia pero americano hasta la raíz, en el sentido pleno de esa palabra que entraña pertenecer al mundo. Leí todo cuanto pude hallar de ese autor. Buscando descubrí su amistad y ligamen espiritual con el padre Ernesto Cardenal y con Cuba. Supe que existían cartas inéditas dirigidas a Cintio. Y le escribí, le pedí que tradujera y publicara aquellas cartas. También se lo pidieron mis amigos Rafael Almanza y Carlos Manresa. Y él lo hizo generosamente. Encontró en Enrique Ubieta Gómez un editor capaz. Era 1996 y aparecieron las cartas en la revista Contracorriente (Abril/Mayo/Junio, 1996, Año 2, Número 4, páginas 54 a la 63). José Adrián Vitier, nieto del poeta, las tradujo y él hizo un prólogo extenso y enjundioso que valdría la pena que leyeran. Como epílogo se reproduce Glosa del pecado de Ixión, poema de Merton que tradujo Cintio. Antes él me había escrito una carta, la primera y única que recibí. Está escrita a máquina más por generosidad que por distancia. Es la que transcribiré al final. Lo hago como homenaje a Cintio Vitier, fundador de Patria, y hombre de pureza singular.

Agradezco la carta, los recuerdos de mis breves encuentros con ellos, pero hay uno que es para mí una verdadera anticipación del Paraíso. Les cuento.

Vivíamos mi familia y yo en el Cerro, mi suegra en el Vedado, y fui a buscar a mi hijo, pero quise aprovechar y asistir a la misa dominical en la Parroquia de Línea, la de los Padres Dominicos. Unos bancos más abajo estaba el matrimonio de poetas. Mis ojos y los de ellos contemplaron la gloria cuando Jesús, pequeño pan, era alzado.

Tanta luz merece el silencio, mi silencio. Termino.

La Habana, 4 de abril de 1996
Jesús Lozada Guevara
Querido amigo:

Desde que recibí su hermosa carta del 11 de marzo me estoy ocupando de darle cabal respuesta. Por lo pronto le encargué a mi nieto José Adrián —el hijo de José María—, recién graduado en lengua y literatura inglesas, la traducción de las cartas que Merton me escribió. Algunas las recibí traducidas por el propio Merton, pero su español era muy defectuoso y, aunque a mí me encantan esas graciosas versiones, me pareció mejor utilizar los textos publicados en The courage for truth (The letters of Thomas Merton to writters), New York, 1993. Ese trabajo ya está realizado, y nada me gustaría más que responder al pedido de ustedes dando a conocer enseguida ese breve epistolario (unilateral, porque no guardo copia de mis cartas). Pero resulta que después de la muerte de Merton recibí una comunicación del director del Thomas Merton Studies Center advirtiéndome que su correspondencia solo puede publicarse con “específica autorización” de The Merton Legacy Trust, institución a la que corresponden los derechos del mencionado libro. Me veo obligado, pues, a solicitar esa autorización (para la traducción al español y la edición no lucrativa en Cuba). Supongo que nos la concederán, pero tenemos que esperar. Entre tanto vamos a pedir en nuestras oraciones, como ustedes ya empezaron a hacerlo, su intercesión a favor de nuestro país y del suyo. No olvido que él me escribió el 1ro. de agosto de 1963: “I do think that the United States has failed miserably in understanding the Cuban revolution and in communicating with those in charge of it. The ambiguities and confusions that have followed from this have been very tragic.”

Con nuestros mejores votos para ustedes, los abrazan y les dan las gracias Fina y Cintio Vitier.

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