domingo, octubre 04, 2009

vida y obra de mercedes sosa



Una discografía bella y consecuente

Domingo 4 de Octubre de 2009 07:33 Todos sus temas, año tras año.



Desde "Canciones con fundamento" hasta las dos entregas de "Cantora", Mercedes Sosa plasmó 40 años de temas en discos que sirven para apreciar su talento vocal. El que sigue es un listado completo de sus discos registrados:

•"Canciones con fundamento" (1965).

•"Romance de la muerte de Juan Lavalle" (1965).

•"Yo no canto por cantar" (1966).

•"Hermano" (1966).

•"Para cantarle a mi gente" (1967).

•"Zamba para no morir" (1968).

•"Con sabor a Mercedes Sosa" (1968).





•"Mujeres argentinas" (1969).

•"Navidad con Mercedes Sosa" (1970).

•"El grito de la tierra" (1970).

•"Homenaje a Violeta Parra" (1971)

•"Cantata sudamericana" (1972)

•"Hasta la victoria" (1972)

•"Traigo un pueblo en mi voz" (1973)

•"Mercedes Sosa" (1973)

•"A que florezca mi pueblo" (1975).

•"Mercedes Sosa" (1976).

•"Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui" (1977).

•"Serenata para la tierra de uno" (1979).

•"A quién doy" (1980).

•"En vivo en Argentina" (1982).





•"Mercedes Sosa" (1983).

•"Será posible el Sur" (1984).

•"Vengo a ofrecer mi corazón" (1985).

•"Corazón americano" (1985).

•"Mercedes Sosa" (1986).

•"Mercedes Sosa" (1987).

•"Amigos mío" (1988).

•"En vivo en Europa" (1990).

•"De mí" (1991).

•"Sino" (1993).

•"30 años" (1993).

•"Gestos de amor" (1994).

•"Oro" (1995).



•"Escondido en mi país" (1996).

•"Alta fidelidad" (1997).

•"Al despertar" (1998).

•"Misa Criolla" (2000).

•"Acústico" (2002).

•"Corazón libre" (2005).

•"Cantora I y II" (2009). LA GACETA ©


Vida y obra de Mercedes Sosa
Paso a paso, cómo fue la carrera de "La Negra". Desde sus comienzos en Tucumán, hasta los años del exilio y el regreso a su tierra.
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04.10.2009 07:10
Haydeé Mercedes Sosa nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935. Creció en un hogar muy humilde y rodeada de pueblo aprendió a amar las expresiones artísticas populares. La joven Mercedes tenía pasión por el canto y el baile. "La Negra" comenzó unsando un seudónimo para sus primeros pasos artísticos: Gladys Osorio.

Su salto a la escena folklórica no fue común. A mediados de los '60, junto a su esposo y músico Manuel Oscar Matus, y al poeta Armando Tejada Gómez, fue parte del movimiento del Nuevo Cancionero que renovó las expresiones artísticas de raíz nativa.

Sin embargo, Mercedes aún pasaba desapercibida. En 1962 grabó su primer disco (La voz de la zafra) y en 1965 su segundo material: Canciones con fundamento. Estos dos trabajos no tuvieron repercusión en el ámbito cultural, pero la gran oportunidad llegó ese mismo año cuando Jorge Cafrune la invitó a cantar con él en el Festival de Cosquín. Aquel día maravilló al público argentino.

Durante esos años lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez. En 1967, hizo una exitosa gira por Estados Unidos y Europa. A comienzo de los años '70, publicó dos álbumes conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y Félix Luna. Se llamaron Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas.

Ese mismo año participó en el film El Santo de la Espada de Leopaldo Torre Nilsson, sobre la vida del General José de San Martín, y dio a conocer otros discos importantes en su carrera, El grito de la tierra y Navidad con Mercedes Sosa. En esas obras figuraban entre otros temas, Canción con todos, Cuando tenga la tierra y la Navidad de Juanito Laguna.

Compromiso social. Mercedes Sosa apoyó durante toda su vida las causas sociales. Luego del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país hasta que fue detenida. Sus discos fueron prohibidos y se exilió en 1979. Primero fue a París y luego a Madrid.

La tucumana regresó al país en 1982 tras la Guerra de Malvinas y realizó una serie de conciertos que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional. La actuación fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos destacados de la historia musical del país.

En el teatro Opera de Buenos Aires hizo más de una docena de conciertos a sala llena, acompañada por los más destacados músicos locales, incluso algunos provenientes del rock como León Greco y Charly García.

Con estas actuaciones tan esperadas, Mercedes no sólo se reencontró con su público de siempre, sino que allí la vieron por primera vez miles de jóvenes que desde entonces la convirtieron, también, en su ídola. De esos trece recitales en el Teatro Opera quedó el LP doble Mercedes Sosa en Argentina, en el que también intervinieron sus compañeros de aquellas noches: León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez.

En el último trimestre de 1983, se conoció "Mercedes Sosa". En 1984 se vivía la euforia del regreso a la democracia. Mercedes regresó al disco con "¿Será posible el sur?", en el que se entremezclan las canciones esperanzadas, los ritmos folklóricos y el canto latinoamericano.

El de 1985 fue un año doblemente importante. Desde el punto de vista discográfico, Mercedes dio una vez más un espaldarazo a los compositores argentinos con "Vengo a ofrecer mi corazón". Se conoce "Corazón Americano", grabado en vivo el año anterior durante la actuación realizada junto con Milton Nascimento y León Gieco.

En el primer semestre de 1986, realizó una extensa gira por Alemania y Europa Central. Aparece "Mercedes Sosa '87". El 1 de abril de 1992 en el Salón Dorado del Honorable Concejo Deliberante fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. En noviembre de ese año se publicó una compilación, titulada "Mercedes Sosa, 30 años", que reunió una veintena de temas grabados en diversas épocas por ella.

En diciembre de 1995 se editó "Mercedes Sosa - Oro", una compilación de 17 temas grabados entre 1969 y 1994.

A lo largo de su brillante trayectoria artística, además de las distinciones mencionadas, Mercedes Sosa fue declarada Ciudadana ilustre de Tucumán, recibió la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania; la Medalla al Mérito Cultural del Ecuador; la Placa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, en reconocimiento a sus 30 años de difusión del canto latinoamericano; el Premio ACE 1993, por su L.P. "Sino" y el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.

Durante 1995 Mercedes Sosa recibió varios premios y distinciones. Entre ellos, el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO; el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió, poco antes de su actuación en el Lincoln Center de New York, por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. También ese año recibió el halago de ser incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada "Global Divas".

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Gracias a “La Negra”

Por Gabriela García / LND
Tiene un río en la voz y un pueblo en la garganta. Hasta el cierre de esta edición, Mercedes Sosa estaba conectada a un respirador artificial, había recibido la unción de los enfermos y tenía a todo un continente rezando por un milagro. La falla renal y hepática que comprometió sus pulmones y su corazón no impidió que éste palpitara fuerte en el registro de duetos “Cantora”, su última obra y su más noble testamento.


Músicos chilenos que han compartido con Sosa hablan de su dimensión artística y humana

Una mocosa patipelada cruza las polvorientas calles de Tucumán. Se llama Mercedes y cucharea un guiso aguachento bajo la luna. El presupuesto familiar no alcanza para pagar la luz. Sólo una vieja radio a pilas suena de vez en cuando en la casita de San Miguel. La misma que impulsó a “La Negra” a convertirse en una de las voces más notables que haya parido América Latina.

Esta imagen de los años 40 recordó la Sosa cuando encontró dentro del repertorio de Julieta Venegas, “Sabiéndose descalzos”, la canción que acaban de registrar para su disco doble de duetos, “Cantora: un viaje íntimo” (Sony Music). Durante la grabación, ésta le confiesa a la mexicana que “era tanta la angustia que nos producía el hambre que mi mamá nos llevaba al Parque 9 de Julio para que no pudiéramos sentir el olor a comida de los vecinos por las noches”.

Nominado por partida triple al Grammy Latino, ahora que la intérprete argentina agoniza en el Sanatorio de la Trinidad en Buenos Aires, parece ser la forma que encontró para despedirse de su cancionero, de su público y de sus amigos. Con DVD incluido, el seguidor puede ver una procesión de músicos de otro planeta: Desde Charly García, pasando por León Gieco, Joan Manuel Serrat, Gustavo Cerati, Spinetta, Víctor Heredia y Caetano Veloso, hasta Shakira, Diego Torres o Residente de Calle 13. Todos acurrucados en las polleras anchas de la mujer del tórax volcánico.

El réquiem también desnuda pasajes de su vida, homenajes a su madre y al pueblo que llevó siempre en la garganta. “La pobreza siempre nos siguió pero nunca nos destrozó porque tuvimos amor”, dice apostada en una silla de la que puede pararse menos de lo que quisiera. Golpeada por el hipertiroidismo y otras crisis de salud (en 1997 y 2003 también estuvo internada), la Sosa lleva corsé y le duelen las notas altas. Pero no más que los niños robando billeteras o jalando cocaína en la calle. Repasando “Novicia”, la canción de Heredia que habla de una joven prostituta, “La Negra” no aguanta la emoción y llora al leer el verso “Cruzó la línea temprana de la niñez, se puso su vestidito color ayer”. Sensible, la voz milenaria ha ganado varias batallas y pese a que su soledad es tan larga como un tren bajo la lluvia, se va de este mundo como una vencedora. “Todos los premios que he recibido no son sólo porque canto, sino porque pienso. Pienso en la injusticia, en los seres humanos, pienso en que si yo no hubiera pensado de esta manera, otro sería mi destino”, señala en el filme.

ADIÓS, PACHAMAMA

Nacida el 9 de julio de 1935, el debut de la cantante llegó a los 15 años bajo el seudónimo de Gladys Osorio. Aunque ganó el concurso radial, no fue hasta 1965 que su talento se propagó, cuando participó en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín.

Por esos días, “La Negra” también se enamoró y se casó con el compositor Carlos Matus, con quien fundó el Nuevo Cancionero, un movimiento que revolucionó el foclore y que llamó a los artistas a hablar sobre las alegrías y dolores cotidianos del pueblo argentino. “Era necesaria una nueva poesía, hablar de la ingratitud que algunos hombres tenían con los trabajadores”, rememora en el DVD la mujer que en los 60 también se suscribió al Partido Comunista, editó su primer álbum “Canciones con fundamento” y cautivó al público europeo y de Estados Unidos.

Tras ocho años de matrimonio y con hijo incluido (Fabián, su actual representante), la relación de Matus y ella se transformó en una lucha de egos. Él se largó con otra y la Sosa supo que el amor era tan enrevesado como una arpillera. Pero ella tomó su bombo y siguió cantando. “La soledad es inevitable en mí”, dice la trasandina en “Cantora”. Aunque ella siempre se las ha arreglado para exorcizarla.

Así fue hasta que en 1969 la dictadura de Juan Carlos Onganía silenció su repertorio de las radioemisoras nacionales y estrechó el cerco militar hacia su persona. “La Negra” arremete sin embargo en 1971 con un homenaje a Violeta Parra y vuelve a ser flechada por Cupido. Esta vez por Pocho Mozzitelli, su representante. Amor que se llevará un tumor cerebral en 1978. Un año más tarde es detenida en un concierto en la ciudad de La Plata por la represión argentina. No cabía duda, el doble duelo Mercedes lo viviría en Europa.

LUNA TUCUMANA

Una india surca carreteras arriba de un Audi. Pelo azabache al viento, se traslada desde Madrid a París a 180 kilómetros por hora. Corren los años 80 y “La Negra” aprieta el acelerador hasta Bordeaux, donde se detiene por vino y cigarrillos. La patria arrebatada por la dictadura militar de Jorge Rafael Videla en 1979 y la efigie de su amante muerto todavía le duelen.

“Cuando murió llegué a fumar cuatro paquetes por día. Era un dolor muy grande”, dijo a este mismo diario en 2007. Pero el bombo la hizo reanudar el viaje.

“Yo me enamoré de las canciones como te puedes enamorar de un hombre”, dice Mercedes en el DVD sobre los temas que taparon la soledad y el desamor, y que sin ser de ella, se sueñan y palpitan en su pecho profundo. Anfitriona, madre y pachamama, según Spinetta “Sosa dice una frase y nos mata a todos porque lo dice con una fuerza indescifrable”. Potencia que hizo que Joan Báez la coronara reina y le regalara los dibujos que ilustraron su álbum “Corazón libre”. O que Lila Downs llore al grabar con ella “Razón de vivir”. “Caminar en el mismo momento en la tierra que Mercedes me da mucha emoción. Es como mi mami, una inspiración de la tierra, de la mujer”, declama en “Cantora”.

Aguerrida, la cantante que fumó hachís con Charly en plena carretera y no tenía miedo en decir que estaba a favor del aborto, “estaba desesperada por volver a la Argentina” según confiesa en el filme. Deseo que concretó el 82 cuando realizó una serie de memorables conciertos en el Ópera de Buenos Aires. Donde se reinstala definitivamente el 84, con la llegada de Alfonsín. Un año después publica otro disco de antología, “Corazón americano”, con las colaboraciones de León Gieco y Milton Nascimento. Y demuestra que el folclore, el tango y el rock pueden ser aullidos de una misma tierra, que abraza con esperanza los aires democráticos.

Considerada la voz de América, “La Negra” traspasó desde un principio las fronteras geográficas y musicales. Y como dice Vicentico, “seguirá viva por siglos”. Como un tótem creativo y sensible, Sosa dice que para cantar necesita meterse dentro de ella. Narradora innata, cierra los ojos y encuentra el registro que convierte el tema en clásico. Así ha sido embajadora de la obra de Víctor Jara, Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui y ha transformado en arte la desolación y el desamor que la rondaron como una pobre canción de guitarra.

“Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”, dice el tema “Barro tal vez” que grabó junto a Spinetta.

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