sábado, agosto 09, 2008

Sepulcros blanqueados

Sepulcros blanqueados
Lucrecia Maldonado

lmaldonado@telegrafo.com.ec



El cristianismo en pleno anda horrorizado, pero sería de preguntarse si saben bien por qué. Las palabras del personaje principal de los cuatro Evangelios canónicos permanecen en blanco y negro, indelebles, fuertes, revolucionarias. Tanto que, como dijo el escritor Augusto Monterroso, había que crear la Iglesia (¿las iglesias?) para impedir que se cumplieran.

Por ejemplo, aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Ahí los vemos, los oímos, rasgándose las vestiduras ante la supuesta posibilidad de lo que se ha dado en llamar 'matrimonio gay'. La paja en el ojo ajeno. Gente que de alguna manera quisiera formalizar una unión que ya se ha dado en los cuerpos, en el corazón, y que convendría oficializar legalmente para evitarse todos esos líos de las herencias, de las sucesiones, de la disputa familiar y tantos asuntos más. Escándalo. Escarnio. Horror. Persignadas a escondidas y en público. Voten por el NO porque se va a 'legalizar' el matrimonio gay. Si por lo menos leyeran el texto de la Constitución antes de hablar de oídas.
"Si por lo menos leyeran el texto del nuevo proyecto de Constitución antes de hablar de oídas"

Nos basta con dar una ojeada a los noticieros para darnos cuenta de que tal vez hablen con conocimiento de causa, ¿no? Y desde la peor parte. Alguna vez ya dije: ¿con qué cara? La viga en el ojo propio, pues una pareja de personas del mismo sexo que quisiera formalizar su unión estaría haciendo algo mucho más sano y decente que lo que ha hecho alguien que, aprovechándose de su posición de supuesto liderazgo espiritual, violenta y mancilla el cuerpo de alguien menor de edad.

Y vuelven a llenarse la boca con el tema del 'respeto a la vida'. Repito, ¿con qué cara? Autos de fe. Fray Luis de León encerrado en una celda durante diez años. San Francisco de Asís y Santa Teresa de Jesús cuestionados y amenazados por querer regresar a la pureza original de la enseñanza evangélica en oposición al boato y al poder de una iglesia que insultaba a los pobres con su opulencia. Gente torturada y masacrada por suposiciones que un perverso aparato legal volvía imposibles de refutar. Y más cerca, más vergonzosamente, la cúpula eclesiástica argentina avalando el horror de los procedimientos de la guerra sucia sin ningún escrúpulo, parapetándose en la supuesta defensa de una sociedad y una cultura 'occidentales y ¿cristianas?'

Si paseamos de una forma exploratoria por las páginas de la Biblia, y sobre todo del Evangelio, veremos que Jesús jamás menciona en todo el vasto conjunto de sus enseñanzas los temas del aborto o las diferentes opciones sexuales. Quizá por eso ahora quienes se dicen sus seguidores pretenden 'llenar el vacío', corrigiendo así a quien ellos mismos llaman Dios. Las palabras de Jesús siempre se enfocan hacia la comprensión, la acogida y la reconciliación. Su dureza la reserva para quienes, precisamente por creerse los dueños de la ley y del poder, se convierten en esos hermosos mausoleos en el fondo de cuyas almas anidan solamente la carroña y la podredumbre de la soberbia y la ambición. 'Sepulcros blanqueados', les dijo, y casi ninguna expresión resulta más actual que esta en los momentos en que vivimos.

Remitido por Lourdes Camacho Z, comunicadora

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