domingo, julio 31, 2011

Canción protesta en África

A través de los siglos se han escrito canciones inspiradas en toda clase de motivos. Para celebrar eventos felices, para llorar la muerte de los seres queridos, para orar o incluso para luchar por un mundo mejor.
Esta es la segunda de una serie de historias producidas por Radio Nederland Wereldomroep sobre canciones de protesta en todas partes del planeta, un género que va desde el simple relato de los sufrimientos en la vida cotidiana hasta la crítica directa de la sociedad.
Africa conoce una larga tradición de odas. Reyes, presidentes, acaudalados comerciantes e incluso los peores tiranos fueron afectuosamente honrados con canciones – a menudo por los máximos exponentes musicales del país.
Esa es la mitad de la historia, como se suele decir. En una ocasión, el poeta zimbabuense Albert Nyathi me explicó la otra, desconocida mitad. “Esas odas también tenían el propósito de informar a los líderes lo que estaba ocurriendo en la sociedad. Eso ya no ocurre.” Los presidentes modernos cuentan con modernosCanción indignada
Lapiro de Mbanga lo sabe por experiencia propia. Sus tres años de reclusión en la cárcel de la capital de Camerún, Douala, casi le cuestan la vida. “Las condiciones son un peligro de muerte”, me relató desde su celda, “te niegan toda asistencia médica. Si todavía estoy vivo es gracias a mi esposa y la atención internacional.” ¿Cuál fue su delito? Criticar los planes del presidente, Paul Biya, de modificar la constitución para perpetuarse en el poder. Lapiro escribió una indignada canción, “Constitution constipée”, en la que, con una multitud de proverbios y referencias, condena los planes de Biya sin una sola mención de su nombre.
Trasmitir mensajes sin referencias explícitas. Ese es un arte que los cantores de protesta africanos dominan desde hace tiempo. En 1968, Luis Visconde grabó la canción ‘Chofer de praça’ en la capital angoleña de Luanda. Aparentemente, es una inocente canción sobre un taxista que se niega a llevar a un pasajero. Pero cualquier angoleño comprendía inmediatamente que se refería a un conductor portugués, blanco, que no tenía intención de llevar al pasajero pobre, negro, hacia los barrios pobres de Luanda donde vivía su amada. La canción era una protesta contra el racismo cotidiano de las autoridades.
 
Textos con proverbios
En Angola, las autoridades coloniales podían comprender los textos. No así en la Rodesia de los años setenta, algo que fue hábilmente aprovechado por el poeta y cantante Thomas Mapfumo. Dejó de escribir en inglés y pasó a hacerlo en el Shona, empleando una gran cantidad de proverbios que para el buen entendedor eran claros como el agua. Aún así, las autoridades no eran completamente ignorantes: Mapfumo estuvo preso durante tres meses en 1979. No obstante, su música se convirtió en la banda sonora de la liberación de Zimbabue, exactamente un año más tarde.
“Siempre apoyé nuestra lucha”, cuenta Mapfumo años después al concluir un concierto nocturno en Londres. “Pero eso no significa que haya que ensalzar a algún individuo ciegamente. Después de la liberación ocurrieron cosas equivocadas en mi país, y yo se las señalo a la gente.” Así, se publicaron discos con títulos como “Corrupción” y más tarde “Desastre”, algo que no le cayó bien al régimen. Mapfumo recibió amenazas telefónicas y ahora vive exiliado en Estados Unidos.
Fela Kuti
La historia de Thomas Mapfumo ilustra un gran problema. Has luchado contra las injusticias del antiguo régimen – pero el nuevo régimen exige odas y fidelidad. Un artista que se mantenga fiel a sus principios se enfrentará a duras circunstancias. En Nigeria, el provocativo Fela Kuti fue detenido en innumerables ocasiones. Su canción “Zombie”, que describe a los soldados como robots sin cerebro, le costó una violenta represalia de los militares.
No siempre debe acabar mal, sin embargo. La malinesa Oumou Sangaré lucha desde hace años contra la poligamia porque, por su propia y amarga experiencia, conoce el daño que un padre puede causar cuando abandona a su familia por otra mujer – o incorpora una nueva esposa a la familia. Sus críticos textos le reportaron un torbellino de críticas. Pero hoy en día, Sangaré es de lejos la diva más popular de su país. Sus conciertos son verdaderas fiestas, con miles de mujeres coreando sus canciones, palabra por palabra.
De igual manera, para Lapiro de Mbanga abandonar sus composiciones sería como capitular. Desde la cárcel declaró: “He escrito canciones de protesta toda la vida. Apenas salga en libertad, continuaré haciéndolo.” Que conste: este año saldrá a la luz su nuevo CD.
Organizaciones de cantautores que entran en conflicto a causa de sus ideas: www.freemuse.org

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