viernes, mayo 01, 2009

Trova, barrio y bolero


Marcio Veloz Maggiolo - 4/30/2009

I

En 1895, Sindo Garay, el notable compositor y trovador cubano, llegó a Santo Domingo procedente de Haití, pasando por Dajabón, luego de que el circo en el cual laboraba -era maromero- se deshizo. En Dajabón conoció a José Martí, y decía, en sus años finales, que tenía el privilegio de haber conocido a los dos grandes líderes cubanos de los últimos cien años, José Martí y Fidel Castro.

Sindo murió más que centenario y como discípulo de Pepe Sánchez, quien verdaderamente tocó boleros a tiempo completo, Garay, siendo casi un niño, aprendió con él tonos guitarreros y posiblemente ritmos nuevos, cómo era el del bolero.

Con Sindo Garay, antes del siglo XX, llegó el bolero a Santo Domingo; en nuestro libro, escrito conjuntamente con Pedro Delgado Malagón y José del Castillo, titulado “El Bolero, Visiones y Perfiles de una Pasión Dominicana”, (Verizon, 2005) seguimos con cierta precisión las posibles composiciones que en tiempo de bolero compuso Sindo en territorio dominicano, de modo que fue en nuestro país donde posiblemente el bolero al estilo de Pepe Sánchez llegó por vez primera; si pudiésemos considerar que, aparte de los boleros compuestos por él, Sindo debió interpretar igualmente aquí (en Santiago, Puerto Plata y Santo Domingo) algunas de las piezas de su maestro, quizás pudiéramos afirmar que el bolero sale de Cuba por vez primera hacia República Dominicana por el fortuito hecho de un circo que se deshace en tierras haitianas.

En la obra “Memorias de un Trovador”, escrita por Carmela León, Garay señala que compuso varias de sus obras en Santo Domingo entre 1895 y 1900. La lista que la León recoge entre 1890 y 1900 incluye, por lo tanto, composiciones de 1895, que es la época en la que Sindo visita el país y contrae matrimonio con una dominicana. Y él mismo apunta que el “bolero” titulado “Puerto Plata”, y presentado como tal, fue escrito en 1895, y desde luego, en la ciudad de este nombre.

Si el bolero “Puerto Plata” es de 1895, después de este bolero, el que el propio Sindo así denomina, hay algunos en secuencias como “Que me importa mujer si el destino,/ Quiero tenerte junto a mí,/ Quisiera ser”, /Segunda, /”Si algún día me llegas a faltar, /Si algún día te olvidas de mí, “Siento un golpe mortal y no me quejo, /Te dije adiós y aquel adiós tan triste”, entre otros.

Sindo dice que eliminó de su repertorio el bolero, -así lo llama-, titulado “Puerto Plata” por diferencias con el dictador Ulises Heureaux, (Lilís) debido al maltrato contra exiliados cubanos residentes en aquella ciudad, en donde cultivara la amistad de Danda Lockward, padre de Juan, y de Alberto Vásquez, autor de la criolla “Dorila”, la que llevo a Cuba...

Algo importante es que Sindo no confunde “canción” con “bolero”, como hemos demostrado en la obra que por cortesía de Verizon será puesta a circular en este evento, puesto que cuando compone una canción la señala como canción, según la lista que provee Carmela León.

Los boleros de Sindo, que podrían ser similares a los de su maestro Pepe Sánchez, y de los cuales no conocemos la música, no sabemos si se hacen del todo populares en República Dominicana, aunque sí se puede decir que en 1913 hay evidencias de que el género está presente en nuestros trovadores. Don Billillo Pichardo nos ha facilitado la información de que en Santiago, precisamente lugar donde Sindo hizo sus mayores presentaciones y se enamoró definitivamente, el bolero, trovadoresco y no bailable, se produjo con timbre serenatero que seguía los cánones de Sindo, y por extensión tal vez los de Pepe Sánchez y sus seguidores.

Según Pichardo, este bolero, que no era el bailable de los años posteriores, era cantado entre los años 1915 y 20 por la trova de Santiago de los Caballeros y en la bohemia santiaguera, como era la peña de Enrique Espinal, donde se reunían las voces más importantes de la trova en el Cibao. Sin embargo, vale la pena señalar que muchas composiciones grabadas en los años 20 fueron consideradas boleros aunque no lo fueran.

Con las fusiones del trío Borinquen, luego Trío Quisqueya en 1927, habían entrado en fama las canciones de Rafael Hernández, y con la presencia del dominicano Antonio Mesa como parte del trío, las primeras grabaciones, algunas de las cuales se consideraron boleros, como las canciones de Bienvenido Troncoso, Julio Alberto Hernández y Raudo Saldaña, dato que apunta Arístides Incháustegui en sus estudios sobre las grabaciones de artistas dominicanos.

Vale recordar que en los años 20 crece en la ciudad de México el llamado “bolero yucateco”, según afirma Violeta Torres, el que se asienta a finales de los años 20 en la capital mexicana bajo la influencia de Guty Cárdenas, quien lo transmite, muy posiblemente a Agustín Lara, de donde parte el bolero bailable mexicano. (Texto propiciado por la Biblioteca del Museo Antropológico de México, resumido en la internet bajo el titulo “La evolución histórica del bolero mexicano”).

Habría que colocar el llamado bolero bailable en toda su explosión rítmica en las radioemisoras cubanas que debido a la poca presencia de emisoras dominicanas, puertorriqueñas, y yucatecas penetraban en Puerto Rico, Yucatán y Santo Domingo, como bien se apunta en los trabajos de autores como Rico y Ayala, entre otros. De esos boleros de los años 30, con gran desarrollo en Cuba, copiaban nuestros músicos punto a punto músicas usando de la mano, lo mismo que copiaban otras canciones.

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