martes, noviembre 18, 2008

Savia Nueva le sigue cantando a la utopía

Tras 23 años de ausencia de los escenarios, salvo un par de fugaces encuentros, el emblemático trío retornará a la actividad con un recital programado para diciembre

Por:Martín Zelaya Sánchez

Fondo Negro La Prensa
Pero yo soy como un río que crece en caudal y esencia, y he de buscarte a mi paso, tal vez un día te encuentre…". Ésta es parte de la letra de Mientras estás ausente, una de las canciones bolivianas más conocidas y cantadas en todo el mundo, inspiración de César Junaro. Es la primera que escuchó para iniciar esta nota.
Donde haya una buena guitarreada, hoy como hace un cuarto de siglo, en La Paz, en Oruro, en Sucre o Cochabamba… tarde o temprano se cantan temas de Savia Nueva. La calmada, melancólica y potente voz de Jaime Junaro no dejó de acompañar a tres o más generaciones, en casetes, en los ya hace tanto olvidados vinilos y, hará no mucho, en un par de CD recopilados.
En un medio en el que las opciones de oír música de calidad y disfrutar textos elaborados y poéticos no son tan frecuentes y abundantes como es deseable y en el que los anuncios de llegada de artistas míticos o del resurgimiento de proyectos que marcaron época son parte de la leyenda urbana, no amerita menos que congratularse y lanzar albricias y fanfarrias a los cuatro vientos ante la certeza, ya realidad irreversible, del regreso de Savia Nueva.
Tras 23 años de ausencia de los escenarios, salvo un par de fugaces encuentros, el emblemático trío retornará a la actividad con un recital programado para el jueves 18 de diciembre en el Círculo de Oficiales del Ejército, en Calacoto. Los hermanos César y Jaime Junaro estarán esta vez acompañados del cantante, compositor y guitarrista David Portillo.
Una vieja casona con el típico pasillo largo que conduce a un patio del que se desprenden habitaciones, oficinas y vericuetos hacia más ambientes fue el punto de encuentro para conversar sobre este notición. Se trata de la Fundación Kjarkas de la zona de Miraflores, donde es anfitrión Rilber Herbas, representante de los fokloristas y nuevo manager de la remozada agrupación paceña.
"Acá pueden charlar tranquilos", dice Rilber, señalando la secretaría, y por más que cierra la pesada puerta de dos hojas aún se escuchan acordes de guitarra, quenas y charangos: los ensayos de muchachos que buscan en la música un complemento u horizonte.
"Este año y parte de 2007 —dice Jaime— estuvieron particularmente marcados por los retornos de bandas, como The Police, Genesis, Soda Stéreo o, sin ir más lejos, LouKass; todas ellas, sin desmerecerlo, volvieron para efectuar sólo algunos conciertos basados en el repertorio con el que triunfaron años atrás. Los nuestro va más allá, es algo serio y de largo aliento".
En silencio, puliendo detalles y asegurando un proyecto sólido, los tres músicos vienen trabajando hace un año y medio, periodo en el cual, entre ensayo y ensayo e interminables charlas, terminaron además cada quien sus planes pendientes en solitario —Jaime acaba de lanzar su disco Liberando utopías— para entrar de lleno en un ciclo de no menos de cinco años, según asegura Portillo.
(A estas alturas ya casi termina el disco …De colección editado hace unos años, con 17 temas fundamentales, como Los caballitos del río, Los mineros volveremos y Guitarra.)
"Vamos a volver en grande —dice David, desde un costado del escritorio de la secretaria en el que gentilmente me cedieron la silla principal—, con un trabajo vocal de alta calidad y un montaje escénico de primera en cuanto a audio, escenografía e iluminación".
Doce músicos acompañarán con instrumentos nativos, piano, flauta, corno, violín, viola y otros las presentaciones que inicialmente se restringirán a las 30 mejores canciones de la primera etapa del grupo, las que, según Jaime, fueron escogidas y seleccionadas de entre unas 80 y que, "pese a los nuevos arreglos", se reconocerán desde el primer acorde.
"Pero ahora ya estamos trabajando —cuenta el intérprete de Deja la vida volar, desde un sofá ubicado al centro de la sala, completando un triángulo entre los interlocutores— en un disco con canciones nuevas, enriquecidas en todo sentido, pero sin salirse de la identidad músico-estética de Savia Nueva".
César no llegó a la cita, terminaba esa noche de miércoles de cerrar algunos últimos trabajos personales, porque el equipo quiso resurgir sí o sí antes de que acabe el año, y la expectativa se difundió y contagió velozmente.
Cuenta David que hace un par de meses, tras un ensayo en un departamento en Sopocachi, "nos dimos cuenta de que un grupo de personas nos escuchaba desde el pasillo y al final empezaron a aplaudir". A Jaime, también por esos días, un taxista le confesó que se había enterado del retorno del conjunto y no quiso cobrarle un solo peso por la carrera.
Historia
Y es que los álbumes de Savia Nueva —melódicos, sencillos pero bien trabajados y sobre todo con mucho que decir y bien dicho— forman parte del selecto grupo de obras hechas para perdurar.
Desde las composiciones nacidas al ritmo de la Bolivia de los 80, para los mineros, para los campesinos de ciudad, para los reprimidos y para los amores y desamores en dictadura y crisis, hasta las bien seleccionadas versiones de Víctor Jara, Adrián Goyzueta o Alfredo Zitarrosa, sin olvidar las recopilaciones del folklore latinoamericano. (Ya el otro CD, El cóndor vuelve, deja oír Por qué estás triste, luego de Jallalla, del "Jechu" Durán; Nicaragua y Ricardo Semillas.)
Desde siempre admirador, ahora actor protagónico, Portillo sostiene: "Para mí, Savia Nueva es un icono de la historia de la música popular de Bolivia, porque ha perdurado en el tiempo demostrando que hay música imperecedera, profunda, reflexiva y humana. Ha sido referente en mi vida, y esperanza y fortaleza de muchas personas".
Para dar idea cabal de la importancia del grupo, César (ausente en la charla de Miraflores, contactado después) repasa los orígenes y los hechos sobresalientes: "La trayectoria de Savia Nueva puede ser descrita a partir de algunos hitos importantes: la grabación en 1976 de Deja la vida volar, primer long play (los discos de vinilo de larga duración), cuyo primer título es Paloma, una canción que ha pervivido hasta el presente a través de numerosas grabaciones dentro y fuera del país".
"Luego viene el I Festival Folklórico Universitario en Santa Cruz, en junio de 1980, que fue el último concierto antes del golpe de Estado de Luis García Meza".
"La larga permanencia del grupo en Ecuador y la salida de su fundador Carlos López, el retorno a Bolivia con la reconquista de la democracia, el primer concierto reincorporando a Carlos y el Festival de Nuevo Canto Latinoamericano realizado en Nicaragua. Luego se produjo la segunda salida de López y una serie de conciertos durante la visita de Silvio Rodríguez y Vicente Feliú a Bolivia, ya con la incorporación de Javier Caballero".

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