miércoles, mayo 28, 2008

Entrevista con el poeta Silvio Rodríguez

Entrevista con el poeta Silvio Rodríguez
Por MARTHA RIVERA

"Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que a diestra
yo quiero hacer un congreso del unido
yo quiero rezar a fondo un hijo nuestro"
(S.R. "El Necio")



Viene hacia mí con la mitad de una sonrisa en la boca y estoy aterrada. No es fácil lo que me propongo : quitar el velo a una estatua, descubrirle la piel al sueño, ponerle rostro a muchos años de asombro...
Me han contado tantas cosas : que si es brusco, que si parco, cortante...En todas las entrevistas que he leído de él sus respuestas son más bien cortas, puntuales, y yo estoy aquí para hablarle al poeta ; no al músico famoso que fundó una leyenda. Estoy aquí para hablarle al hombre que nació de una revolución que conmovió al mundo, dándole un nuevo giro a la historia. Pero no es fácil : Silvio impresiona y debo admitirlo. Mis intenciones eran claras, no así mis emociones, que se desbordaron frente a éste hombre que ha cantado los himnos de mi tiempo. Pero estalla la magia y los ojos comienzan a brillar, y somos niños...porque así nos descubre la palabra cuando es buena : como niños. Y transcurren las horas en un diálogo que ya no nos pertenece y por eso transcribo.


Martha Rivera : Silvio, tengo una concepción de tí, de tu trabajo, y en torno a esta quiero hacer girar la entrevista. Pienso en la mayoría de los cantautores de la que fue llamada Nueva Canción, se da una intención hacia lo poético, pero lo que veo en tí es una tensión hacia el hecho poético, que es claramente la tensión del poeta. En los demás (salvo algunas excepciones), veo esa intencionalidad, por una conciencia, por una reflexión de que hay que transformar, humanizar el contenido de los textos en las canciones, etc. En lo que tú has escrito, además de esa reflexión, existe una poética ; un discurso que se define a sí mismo. Manejas algunos conceptos y algunos contextos de tono mayor. Nos remites al azar, a la causalidad, a cuestionamientos ontológicos, de modo que en tu trabajo está planteada también una filosofía, una definición del ser que va más allá de los simples discursos para y por lo bello. Tu concepción de la belleza puede llegar a ser, existencialmente, desgarradora. Entonces, Cómo has halado para la música ? Cuéntame cómo no ha vencido el poeta al músico, puesto que son formas de crear diferentes : a las canciones tienes que regalarles la música, pero el poema genera su propia música, su propio ritmo.

Silvio Rodríguez : Voy a empezar diciéndote que creo que tú has pensado más en lo que he escrito que yo, y me parece que sabes más de lo que he escrito que yo. Tengo esa impresión y realmente me inhibe hablar delante de una especialista...

MR : Yo no soy especialista Silvio, de nada..

SR : Una especialista de...

MR : ...de tí ?

SR : Sí, de mí ; eso es lo que quería decir, (se ríe) y me inhibe un poco. (Un silencio). Bueno, esto podría comenzar como un cuento simple y común : a mí siempre me gustó la poesía. Mi papá me leía poesía cuando yo era niño. Me leía a Juan de Dios Peza, a Rubén Darío, y también una poesía costumbrista, vernácula, que a él le gustaba. Ya en 5to. Grado conocí un poco más a Martí ; no sólo por aquello de que era el apóstol de la Libertad de Cuba, el Padre de la Patria, sino que empecé a profundizar, a preguntarme quién había sido interiormente, y lo conocí a través del prólogo que hizo Emilio Roig de Leuchsenring, para la edición de La edad de oro, del centenario del natalicio de Martí, o sea en 1953-fue el mismo año del asalto al cuartel Moncada, por cierto. Ahí descubrí una serie de puntos de contacto, no solamente del Martí poeta, del patriota, sino del Martí persona, y más que persona del Martí niño, porque así se llamaba ese prólogo : Martí niño.

Entonces, yo pienso que esto fue algo muy inteligente de parte de Roig, porque no hay una cosa que acerque más a un lector de un libro, o a un oyente de una canción, o a un admirador de un cuadro, que un recurso a través del cual uno se pueda reconocer, y como yo era un niño, empecé reconociéndome en ese niño que fue Martí. Allí leí algunos de sus primeros versos y, por supuesto, también La edad de oro porque era mi material de lectura en la escuela. Pienso que esas son cosas que marcaron de alguna forma mi sentido de la estética, pero también mi sentido de lo humano. Hay quien ha dicho de Martí y de Vallejo...y qué curioso porque son las influencias que más se me atribuyen...que para ellos la poesía no era un acto literario, sino un acto vital ; y eso se comprende cuando se lee la poesía de esos dos hombres : eran personas que realmente... como podría decir alguien de muy mal gusto... escribían con su propia sangre sus versos. Ese fue luego un factor que definió muchas cosas en mí.

Tuve, por distintas razones, hábito de lectura desde pequeño. Mi padre leía, yo lo veía leer y me leía también a mí, a pesar de que no es un hombre de instrucción, porque fue un obrero agrícola, un campesino. En esa época vivíamos en la ciudad y teníamos un pequeño negocio. Fue hombre de ideas, de mente inquieta y mucha curiosidad, y de amor a las cosas artísticas y literarias. Así empezó todo ; te puedo sacar mil conclusiones después, pero pienso que de ahí depende ya todo : de ese hábito de lectura que me inculcó mi padre, fundamentalmente de la poesía, y de mi encuentro con Martí niño.

Luego pasaron muchas cosas y empezó la vida a transformarse en una poesía maravillosa. Vino el triunfo de la Revolución en el 59, cuando yo tenía 12 años ; y es curioso, porque al mismo tiempo que para mi patria se inauguraba una era nueva, para mí también, desde el punto de vista de lo que es la vida humana a los 12 años. Es decir, se inauguró una vida colectiva y privadamente nueva para mí como adolescente, porque a los 12 años uno comienza a salir solo de la casa y a hacer sus propias cosas. Y luego también la Revolución me ayudó y ayudó quizás a acelerar un poco ese salto de niño a hombre, producto de las mismas necesidades del país. Te podría contar sobre la campaña de alfabetización, a la que me sumé teniendo sólo 14 años, o de ser miliciano para defender a mi país con la misma edad ; de los primeros trabajos voluntarios. Esas fueron las cosas que marcaron mi adolescencia, cosas que empezaban a suceder y que eran grandes. En otro adolescente, en otras circunstancias, son otros los factores que impresionan, los que se graban. Pero esa gran conciencia en la inauguración de una vida nueva para mí y para mi país, pienso que fue definitoria en mi manera de entender el mundo, de ser y por supuesto de cantar.

Nunca he tenido una teoría muy definida sobre el arte, sobre la literatura, y muchísimo menos del "papel" ; siempre que oigo hablar del "papel del artista", del "papel en tal momento", cada vez que me preguntan sobre los papeles esos yo no entiendo. Es que hay tantos papeles como artistas hay, y por más que todos se puedan reunir en determinado momento, producto de las circunstancias, de ideas comunes, de cosas coincidentes, yo pienso que cada artista un poco juega su propio papel, a veces solo, a veces acompañado. En cuestiones literarias, como en muchas otras, suelo disparar primero y dar el alto ! después. O sea, que nunca me he puesto a analizar mucho lo que voy a hacer dentro de determinados esquemas, etc. Lo que siempre me ha interesado es tener algo que decir ; cuando no he tenido algo que decir, o he pensado que no lo tengo, es cuando estoy en crisis. Ahora, en cuanto encuentro algo que decir, se hace la fiesta ! Pienso que eso es lo que te puedo decir, grosso modo, sobre esa pregunta que me hacías de cómo yo manejaba esa tensión -que tú le llamas - y que se siente - o que tú sientes -en lo que yo escribo.

MR : Siempre que oigo hablar a los cubanos, me siento un poco desolada, un poco huérfana. Esa figura de Martí formó la calidad humana de ustedes, su verticalidad, porque los enseñaron a amarlo. Sentí eso mismo con Retamar.

SR : es curioso, porque yo a Martí no lo he sentido nunca como una propiedad exclusiva de los cubanos. Y no solamente porque exista la frase tan repetida de que Martí es universal ; es cierto que lo es, pero para mí, sobre todo, es latinoamericano. Pasa igual con Bolívar, y con otros.

MR : Pero Martí fue todo : el patriota, el poeta, el visionario...

SR : Y el Ché ? qué tú me dices del Ché , que era argentino ? Tú crees que yo lo siento argentino ?

MR : Yo podría sentir esa cuna, esa cosa que me acoge en Martí, igual que en Vallejo. Sé que Martí es mío también, pero debes admitir que siempre es un poco más de ustedes, porque todo lo hizo por Cuba, aunque en el fondo hubiera un planteamiento humano, colectivo. Aunque ustedes no lo tengan como una propiedad, en torno a él hay toda una cultura en su país ; ustedes lo han interpretado, lo han seguido, lo han emulado. No son tan huérfanos en ese sentido.

SR : Claro.

MR : Como escritor, Martí para mí tiene siempre algo indescubierto. Hace unos días, para ponerte un ejemplo, encontré un poema de él dedicado al haschisch, bellísimo, que me sorprendió mucho...

SR : " Oh beso de mujer, llama a mi puerta ! Haschisch de mi dolor, ven a mi boca !...El árabe es un sabio : cobra a la tierra el terrenal agravio..." es un poema de juventud. Yo estuve hablando con Lezama una tarde, entre otras cosas de Martí, y entre muchas otras cosas de Martí de ese poema, porque yo me hacía siempre la pregunta de si habría sido escrito como producto de una experiencia personal de Martí con el haschisch, y Lezama creía que no. Este es un poema que Martí escribe muy joven, y Lezama pensaba que era un asunto de la moda, de escribir sobre temas exóticos ; que había algo de poeta joven buscando motivaciones lejanas, orientales, y haciendo, como tú ves, una analogía entre el beso de la mujer amada, la seducción que ejerce la mujer que se ama, y la seducción que puede ejercer la droga con el hombre. Ese es el símil que tiene. Es curioso que tú me hayas hablado de ese poema. Casi todos los poetas le han escrito a las drogas ; es curioso eso.

MR : Sí. Paz escribe sobre la mezcalina, Neruda sobre el opio, Baudelaire le escribe al láudano...

SR : ...Poe también. Hay un poeta cubano -por cierto fue uno de los fundadores del Partido Comunista --llamado Rubén Martínez Villena...

MR : "La pupila insomne..."

SR : Tú sabes que él hacía muchos sonetos, y tiene uno maravilloso al opio que se llama Página de la droga celeste. Conozco toda la obra de Rubén, sobre todo la poética, y es una obra que me impactó mucho también. Musiqué ese poema que mencionaste, junto a otros versos, El anhelo inútil :" Oh mi ensueño, mi ensueño vanamente me exhaltas !Oh el inútil empeño por subir donde subes ! Estas alas tan cortas y esas nubes tan altas, y estas alas queriendo conquistar esas nubes ". Tiene otro poema que es una maravilla, El gigante : "Qué hago yo aquí donde no hay nada tan grande que hacer ?". Muy Martiano.

MR : Siento mucho a Vallejo en tí. Sobre todo está en esa forma de manejarse en medio de las contradicciones, del absurdo como reconciliación ; en esa manera de confrontar al sí mismo, que hay en tí y en Vallejo.

SR : La sinestesia, y esas cosas...

MR : Que en tí no se dan como recurso ; aunque este sea siempre un recurso. Tú enfrentas las contradicciones como una forma de concebir un absoluto, un intento de ser a contraluz de las verdades.

SR : No, si yo las usé toda la vida sin saber que existían. A mí una de las cosas que me enseñó Vallejo es la siguiente : Vallejo escribía como cuando uno piensa. Fíjate que uno no piensa con palabras, sino con imágenes, con sensaciones, con certidumbres ; y con certidumbres donde no hay un orden de palabras. Yo no sé si lo hizo a propósito, pero es lo que yo veía cuando empecé a tratar de entender su poesía, porque cuando me empaté con Vallejo la primera vez...Madre Mía !

MR : No me digas que fue con Trilce...

SR : No.

MR : Con Los heraldos negros ?

SR : Fue con una antología muy modesta, que editó una editorial en Cuba que si mal no recuerdo se llamaba Pueblo y Revolución, o algo así, donde había un poco de cada libro de él.

MR : Pero después Casa de las Américas publicó su Obra Poética, con prólogo de Retamar, y ahí lo conocí yo.

SR : Sí, pero después se han descubierto otros poemas. Yo tengo varias antologías de él. Sabes qué ? Vallejo habla con esos susurros con que uno se dice a uno mismo...Trilce es el libro más...

MR : ...más terrible de Vallejo.

SR : Sí, el más terrible.

MR : Hay un verso en Trilce que eres tú : "Me desvinculo del mar cuando vienen las aguas a mí". Lo siento en una estrofa de una canción tuya que dice : "Por eso canto espuma, cresta que cuando logra ser ya no es ninguna". Lo habías pensado ?

SR : "Canto arena" se llama la canción. Pero no, no lo había pensado.

MR : Hace un rato hablabas de una persona muy importante para mí y para muchos poetas de mi generación...la llamada generación de los 80 en República Dominicana. Esa persona es José Lezama Lima. Yo soy una...

SR : ...lezamiana.

MR : Una enferma, apasionada de Lezama. Es increíble lo que significa para mí. Pero mi pregunta es : al margen de la generación de Orígenes, significa Lezama eso mismo para ustedes, los cubanos ?

SR : En Cuba, indudablemente, hay un culto a Lezama. Es curioso, lo hay por parte de algunos de sus contemporáneos... un culto afectivo además de literario...de gente que estuvo cerca como Cintio Vitier y Fina García Marruz ; y por otra parte, en las nuevas generaciones de poetas y escritores, el culto es prácticamente mitológico, desde hace algunos años. El día que lo conocí le escribí un poemita, y después que murió se lo enseñé a Cintio, quien me preguntó si nunca se lo llegué a enseñar, y le contesté qué va ! no, yo no me hubiera atrevido ; y Cintio me dijo : Ay, cómo le hubiera gustado leerlo ! Era muy simpático Lezama...

MR : Cuéntame algo de él.

SR : Tú sabes que era asmático, y que vivía en una calle muy popular, llamada Trocadero, cerca de La Habana vieja. El era una humanidad inmensa, enormemente gordo ; se sentaba con su asma, con sus ruidos, en medio de tantos libros y en una casa como la suya, un tanto misteriosa. Los muchachitos del barrio se paraban en la ventana para verlo, y él les disparaba con el aparatito del asma, desde donde estuviera sentado, y decía : "esos son los Tupamaros !" (risas).

MR : Descubrí un fragmento de una carta de Lezama a su hermana, donde daba una definición de poema que me maravilló. Decía : "pues qué cosa es un poema sino un bosque inaudible, una casa que rueda sus arenas, un reloj que diseca el tiempo, para crear una cantidad habitable entre la metáfora que penetra y la imagen que se ausenta para estar y fijarse".

SR : Esa última parte de la metáfora que penetra y de la imagen que se fija, es muy interesante, a propósito de la poesía más metafórica, con tropos y esas cosas, y de la poesía que ha sido llamada hermética...a veces contenidos que no saltan a la vista a la primera lectura. A mí, al principio, me atacaban mucho en Cuba por ser oscuro ; me acusaban de elitista, de que no escribía canciones para la gente, de que no era popular. Decían que cantaba para mí ; imagínate el honor que me estaban haciendo, porque yo pienso que en definitiva, lo que uno escribe, lo que uno hace, en realidad es para uno mismo para quien lo hace. Si luego le sirve a los demás, maravilloso, pero si uno disfruta eso y si no está dirigido fundamentalmente a uno mismo a quién va a estar dirigido ?

Recuerdo que este tipo de acusaciones me pusieron muchas veces en conflicto conmigo mismo, porque una parte de mí siempre ha tenido una vocación popular, en cuanto a mi compromiso con mi pueblo y todo eso.... Entonces...caballero ! cómo es que yo, queriendo hacer tantas cosas para la gente, y teniendo esa vocación de servir-no de servidumbre sino de servir-tenga esta contradicción en mí que provoque que sólo salgan las cosas que nadie entiende ? Empecé a sentirme tranquilo cuando me dije : Bueno, pero ven acá yo entiendo frase a frase, palabra a palabra, texto a texto, cada poema de Martí ? Yo entiendo a Vallejo en todas sus implicaciones, en todos sus vericuetos, en toda su exuberancia ? Yo puedo entender a Lezama Lima en todo su significado ? Y sin embargo, cómo es que esa gente me transmite tanto ? Y ahí fue que me dí cuenta de lo que era la poesía. La poesía es eso. Tiene dos formas de lectura : las que habla Lezama justamente, de la metáfora que penetra y de la imagen que se queda.

MR : Sí. Lezama lo teoriza en Las eras imaginarias. Habla de la doble causalidad, de dos duraciones en el tiempo del poema. Pero volviendo a Vallejo, tienes una canción, un poema muy hermoso que se llama Emilia...

SR : Emilia fue quien me presentó a Vallejo.

MR : Y a Byron ?

SR : No. Yo le enseñé a Byron. " Vallejo así nos descubrió, Byron estaba en su lugar " ( Emilia, S. R.).

MR : Cuéntame de tí y Byron.

SR : Te voy a explicar cómo llegué a Byron. Fue a través de Tchaikovski ; de un poema sinfónico que se llama Manfredo. Me puse a averiguar de dónde sacaba Tchaikovski la inspiración, y supe que había sido en un poema de Byron. Entonces me enredé persiguiendo a Byron desesperadamente, y en ese tiempo conocí a Emilia. Yo era un joven soldado, recluta, que hacía su servicio militar ; Emilia conocía a Vallejo, y fue ella quien me regaló ese primer librito del que te hablé.

MR : Tú le enseñas a Byron y ella a tí a Vallejo... qué intercambio !

SR : Salí ganando yo...(se ríe)

MR : Yo te veo, Silvio, y sólo te pongo música porque te estoy oyendo cantar desde mis 15 años. Pero para mí, más que nada, tú eres un poeta

SR : Siempre admiré tanto la poesía que traté de imitar a los poetas te das cuenta ?

MR : Y te salió bien.

SR : Bueno, yo no sé como me salió. Lo que te puedo decir es que si logré algo en la poesía fue por gustarme mucho, por admitir tanto esa forma de expresión, tanto, que quise parecerme a las personas que conseguían esas cosas maravillosas que me tocaban tan hondo. Así, creo que por imitación, por pasión, es que me enredé en este asunto.

MR : Te bloqueas alguna vez ?

SR : A mí me viene dando hace 33 años un bloqueo bastante desagradable (una carcajada).

MR : Sí, pero no me refiero al del "cara pálida" que te acosa.

SR : Lo fundamental es tener algo que decir para que se haga la fiesta.

MR : Sí, pero tú no crees que siempre tenemos algo que decir ? Si no se dice la otredad se dice el sí mismo...

SR : Sí, lo que pasa es que no siempre se da con eso. Generalmente, claro, uno tiene algo que decir, pero o no lo sabe, o no se da cuenta, o está abriendo las puertas que no son, o está distraído....o alguien o algo no le ve a uno. Quizás no sea solamente que uno no ve, o que uno no llega. Puede ser algo que no lo esté viendo a uno y que no sabe cómo llegaremos. Las musas existen, y a veces se distraen.

MR : Y quién fue tu musa en esa canción tan terrible, Ojalá ?

SR : Se la escribí a Emilia, muchos años después.

MR : Creo que Emilia fue fundamental en tu vida.

SR : Es una gran amiga que tengo.

MR : Alguna vez se te ha ocurrido escribir tu epitafio ?

SR : No, jamás...Pero recuerdo el de Keats, quien quiso que le pusieran en su tumba "Aquí yace un hombre que escribió su nombre en el agua"...

MR : Sin embargo, la muerte está muy presente en tus canciones. No has escrito un epitafio pero sí un Testamento, porque "la muerte anda en secreto" y tú lo sabes.

SR : Está en muchísimas cosas que escribo, constantemente. Es algo de lo que no me he podido, y lamentablemente creo que no me podré librar.

MR : La muerte como reafirmación de la vida o como temor ?

SR : La muerte como ausencia. Dicen que todo el mundo en realidad lo que tiene es uno, dos, tres a lo sumo, y que todo lo que se escribe son variaciones sobre esto. Es una vieja teoría que no anda muy desacertada, no ?

MR : Tú estás contento Silvio ?

SR : Esa palabra me suena a piñata.

MR : Es en el sentido de la piñata que te lo digo.

SR : Yo a veces estoy contento y a veces no..

MR : Pienso que tú nunca debiste haber sido famoso. Eres una persona ideal para andar con los amigos, oír música tomarse un helado, y hablar de poemas...

SR : Estoy de acuerdo contigo Martha...

MR : ...quizás conocerte en el siglo XIX.

SR : Y por qué no en el XXV ?

MR : Una vez dijiste que querías cantar encapuchado. Por qué no lo hiciste ?

SR : Pienso igual que tú. Pienso que todo eso se dio por accidente. Por algunas causas, pero más por azares. Al principio no quería aparecer cantando mis canciones, en primer lugar porque nunca me consideré cantante, ni hoy tampoco, por supuesto. Pero la gente me embulló : los amigos, mi familia y alguna gente del medio artístico que acababa de conocer, y sobre todo un director de orquesta de TV, Mario Romero, quien fue la persona que me sentó delante de una cámara. Me hizo trampas, incluso. Un día me llevó a un estudio de grabación y tenía todo preparado para que yo grabara con una orquesta ; además había hecho los arreglos, las orquestaciones, y me sentó allí diciendo : "Toca en la guitarra tal canción". Yo empecé a tocar, la orquesta me siguió y ahí quedó la grabación. Con esa primera grabación me presenté en la TV. Pero ya te digo, que si no hubiera sido de esa forma hubiera sido difícil. Claro, pienso que el hecho de que yo cantara mis canciones, de que fuera mi propio intérprete, condicionó el contenido, e incluso la forma de éstas; porque si hubiera compuesto para los demás no hubiera dicho las cosas, quizás, que dije, y en todo caso es probable que no las hubiera dicho de la misma manera.

MR : Nunca vas a publicar un libro de poemas ?

SR : Yo no tengo mucha fé en mi poesía.

MR : Yo sí, pero una vez dijiste : "No he estado en los marcados grandes de la palabra"...

SR : Mercados...pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente.

MR : Siempre entendí marcados.

SR : Tiene otras implicaciones. Pero no te pongas triste porque he dicho lo mío a tiempo y sonriente no varía, haya estado en los mercados o haya sido de los marcados.

MR : Todavía crees que "donde hay hombres no hay fantasmas" ? Yo no pienso eso...no sientes uno talvez en esta habitación ?

SR : Eso, bueno...es algo que le dicen a uno cuando niño...


Y ahora, a dónde van las palabras que no se quedaron ? A dónde van las miradas que un día partieron ? Acaso flotan eternas para poder esperarnos en ese intangible siglo XXV, en el que talvez andemos en verso y vida tintos, con todas las banderas trenzadas de manera que no haya soledad.

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