domingo, enero 29, 2012

El Festival BarnaSants da su pistoletazo de salida

Festival BarnaSants 2012
Con el primero de los tres conciertos con todo el papel vendido de Sanjosex, ayer dio inicio la decimoséptima edición del Festival BarnaSants, con un incendiario discurso de Pere Camps —su director— y un homenaje sorpresa que le ofrecieron algunos de sus amigos trovadores.
27/01/2012 REDACCIÓN
Enric Hernáez, Dani Flaco, Pau Alabajos y Joan Isaac mezclados entre el público en el concierto inaugural del Festival BarnaSants 2012 © Xavier Pintanel
Enric Hernáez, Dani Flaco, Pau Alabajos y Joan Isaac mezclados entre el público en el concierto inaugural del Festival BarnaSants 2012
© Xavier Pintanel

Un concierto de Sanjosex con un lleno total y todo el papel vendido para las dos repeticiones de hoy y mañana, sirvió como pistoletazo de salida para el Festival BarnaSants que este año ofrecerá su concierto de clausura a finales de abril en Montevideo (Uruguay).

Previo al concierto, y como es tradición, el director del Festival Pere Camps ofreció su discurso de apertura, siempre en su línea reivindicativa, este año dedicado a la crisis económica que azota Europa y que finalizó con un "Tengo ideas y estoy organizado" en clara referencia al lema de este año del Festival basado en una frase del filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci que reza "Las ideas no viven sin organización".

Finalizado el discurso, cuatro trovadores quisieron ofrecerle una sorpresa en forma de canción. Joan Isaac, Enric Hernàez, Pau Alabajos y Dani Flaco, repartidos estratégicamente entre el numeroso público y a medida que un cañón de luz los iba descubriendo, cantaron una canción que Isaac le había dedicado a Pere Camps, Conec un home bo (Conozco un hombre bueno).

Un buen principio para una bella aventura.


Texto íntegro del discurso de apertura del Festival BarnaSants 2012 por Pere Camps

Modelo Las Vegas

Pere Camps en el discurso de apertura de la decimoséptima edición del Festival BarnaSants. © Xavier Pintanel
Pere Camps en el discurso de apertura de la decimoséptima edición del Festival BarnaSants.
© Xavier Pintanel
Dentro del marco del sistema capitalista —esto desgraciadamente no cambia— está en juego un modelo basado en una legislación social, fruto de unas conquistas históricas que han hecho posible en Europa una política que conocemos como el estado del bienestar.

Para acabar con este modelo, aprovechando la crisis que el mismo sistema ha creado, es necesario que los gestores políticos disfruten de una hegemonía cultural y que desarmen a los que se puedan oponer con suficiente fuerza a sus intereses.

La herramienta ideológica es muy clara: se trata de repetir hasta la náusea que hemos que hemos gastado lo que no teníamos, que tenemos unos servicios públicos sobredimensionados, que tenemos unos empleados públicos no con derechos sino con privilegios, etc.

Todo ello me recuerda —o por decirlo de otra manera, es la misma canción que oíamos en los años 70 del siglo pasado— cuando los padres o los abuelos de los mismos cabecillas de ahora explicaban que los trabajadores de la Seat eran unos privilegiados porque tenían más derechos, trabajaban menos horas y tenían más vacaciones.

Nadie contaba en los medios oficiales del sistema que esto había costado sangre, sudor y lágrimas, es decir, muertos, despedidos, torturados y sueldos.

Pero lo cierto era que lo que se buscaba era que los demás trabajadores —en general y los del metal en particular— no tuvieran como modelo los combativos trabajadores de la Seat.

Afortunadamente, no lo consiguieron, y con las movilizaciones que encabezaron los trabajadores y las clases populares de Cataluña se alcanzaron nuestras libertades individuales y colectivas.

Ahora pasa lo mismo con las y los trabajadores públicos, bien sea el maestro de nuestros hijos, la doctora que nos atiende en el ambulatorio, el bombero que quizás un día nos salve la piel, la trabajadora que nos ayuda en gestiones cotidianas en un distrito de la ciudad o ayuntamiento del país, o bien los y las trabajadoras sociales que luchan para hacernos menos pesadas las miserias del día a día.

No nos dejemos engatusar: a peores condiciones laborales de los que nos atienden, peores condiciones recibiremos los que somos atendidos.

Esta política de precariedad en las condiciones de trabajo y la obsesión enfermiza por el déficit público es un planteamiento profundamente antieuropeo, porque corroe los fundamentos en que se ha basado la construcción de Europa, su modelo social, cultural y democrático. Es una política que gratifica a los responsables de la crisis y penaliza a los que no tuvimos nada que ver.

En definitiva, es una estrategia que hace más ricos a los ricos y genera más pobreza y fragilidad en la amplia mayoría de la población. Una política en la que los de siempre seguimos pagando aún más y, por el contrario, los de toda la vida pagan aún menos.

¿Cuál es este modelo? Nos preguntaremos...

La respuesta es clara: son las condiciones que nos ponen para montar unos casinos de Las Vegas en nuestro país. Es el modelo yanqui. Sin derechos laborales, sin impuestos y sin cultura.

¿Este es el futuro que queremos para Cataluña, para Europa?

Yo no. Y tengo ideas y estoy organizado.

Buenas noches, salud y bienvenidos y bienvenidas a la decimoséptima edición del BarnaSants Canción de autor.

Pere Camps

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