sábado, abril 05, 2008

EL ORÁCULO PERSONAL DE LA POESÍA MULTICOLOR


EL ORÁCULO PERSONAL DE LA POESÍA MULTICOLOR
A propósito del 21 de marzo
Arlen Regueiro Mas



hay que leer la literatura con fe, es decir, como modelo de vida, como un oráculo personal.
Ricardo Piglia

Si en algo debieran atreverse a creer los hombres es en la poesía, fundamentalmente bajo los aires posmodernos y globalizadores que nos rondan. La poesía es de los últimos recursos que pueden salvar la esencia del hombre como raza, por su carácter emancipador y plural. Cuando el poeta español Gabriel Celaya advierte que "la poesía es un arma cargada de futuro", esta confiriendo al verso una capacidad inigualable de redención, pero también se aventura a potenciar su perfil fundacional como ente activo.
En su mensaje con motivo del Día Mundial de la Poesía (21 de marzo) el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, ha declarado que la poesía "por sí misma, traza una cartografía de diálogos posibles entre las culturas, las historias y las memorias", implicando en dicho acontecimiento a todas las mentes sanas del universo, y al mismo tiempo propone que esta celebración llegue a todos los rincones del mundo.
Para alcanzar el difícil espectro de tal comunión debieran los hombres situarse a sí mismos en un plano "apenas sensitivo", aprovechando esas raras ocasiones donde el poeta abre su mundo interior y nos deja participar del éxtasis inigualable de la palabra, cuando se vuelca a la multitud y desgrana la tenue marea de sus versos en una lectura pública; o bien cuando imprime su desconcierto en el papel y lo coloca a nuestro alcance para que logremos otra afinidad posible, más íntima.
Quizás tengamos los hombres que echar mano a la literatura como actitud ante la vida, y quizás también podamos ver en ella un oráculo personal, como de algún modo supo verlo el chileno inmortal: Pablo Neruda, cuyo centenario celebramos este año todos los poetas del mundo y a quien especialmente dedica la UNESCO este 21 de marzo.
Nuestra capacidad de entendimiento debe entregarse a ese acto de fe que propician las palabras, pero también los muy diversos modos de sentir de nuestros semejantes. El propósito de la celebración debe inspirarse en el afán de salvar y promover cualquier modalidad de intercambio y diálogo, al servicio permanente de la diversidad creadora y multicolor.
Dejemos que el inicio de la primavera y el Día Mundial de la Poesía se conviertan en una ocasión propicia para abrir múltiples encuentros y lecturas para con la poesía, desde todas las partes y todas las lenguas, desde todas las razas y todos los sexos; pues no se debe olvidar, en medio de tanto verso por hacer y decir, que este equinoccio es también el Día Mundial de la Lucha contra el Racismo.
Quede, pues, todo dicho y por escuchar bajo la sombra de perpetua del gran viejo Walt Whitman:

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, porque es tu deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Somos seres llenos de pasión. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Aporta con tu estrofa. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente y sin mediocridad. No permitas que la vida pase por ti sin que la vivas.

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