miércoles, febrero 27, 2008

saber saltar...


él dijo:

"Morelia que dibuja los tiempos nuevos, con ojos de metáfora y cuento. Ciudad de lunas eclipsadas y pájaros de lenguajes comunes…Te platico una historia. "


Le quedaba poco de esa vida; aún así, no estaba ansioso. Prefería disfrutar de cada momento, casi tan especial como el sol que ahora lo miraba fijo.
Se miraban, el sol al hombre - el hombre al sol.
Podría ser esa una despedida, pero lo cierto es que ambos sonreían, radiantes.
El hombre un poco más que el sol, estrella condenada a permanecer en el mismo lugar, por siempre.
Pero él no; y caminaba dando saltos muy chiquitos. De baldosa en baldosa, avanzaba.
No dudó en saludar con algún ingenioso ademán a cada persona que cruzaba en su camino, una por una. Primero un niño de zapatos casi blancos; luego una mujer hermosa, alta, altísima. Nuevamente un niño, pero esta vez de uniforme nuevo.
Le hubiese encantado cruzarse con algún animal peludo, pero en verano eran poco vistos. Entonces desparramó algunas miguitas por el piso y se sentó en el banco, junto al arenero.
Quizás hoy era un buen día para arrojarse por el tobogán: ya no le tenía miedo. Lo hizo, una, otra vez; innumerables.
Tampoco le importaban los números, pero los consideraba vistosos, ideales para un cuadro decorativo.
Seguramente a cada número, del dos al nueve, le asignaría un color. Le gustaba el amarillo para el siete; pero ahora el cielo comenzaba a teñirse de rosa. Era momento de regresar, avanzar por el camino elegido.
Crecer o despertar.
La diferencia es pequeña: siempre, por algún hueco, entra.
Lo importante es saber saltar.




yo digo: ojalá y pueda saltar pronto en morelia o en cualquier lugar del mundo.. pero junto a tí...

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