sábado, junio 04, 2011

Víctor Jara y Atahualpa Yupanqui

El folklorista argentino y el músico chileno fueron dos talentos a los cuales Isella pudo conocer bien de cerca.

  • 02.06.2011
Don Ata

“Yo era muy amigo de Yupanqui”. Una carta de presentación que no todos pueden ostentar; César Isella abre las puertas para conocer un poco más al genial Atahualpa Yupanqui.

- Don Ata anduvo mucho tiempo solo. Cuando yo estaba con los fronterizos, descubrí a don Ata sólo en el monte chaqueño. Los paisanos me decían, sí, anduvo por acá hasta que de repente un hombre aparece sólo a caballo, en pleno monte donde había pumas y todo tipo de animales silvestres; era Atahualpa Yupanqui. También estuvo de arriero trabajando en La Pampa; anduvo solo aprendiendo los oficios para cantarle a las cosas. En los fuegos del campo, era de conversa fácil, para que le den letra. Luego de que logró su fama en Europa, era más monologuista. Yo era uno de los que lo escuchaba en la época de monologuista.

Isella cuenta que Yupanqui vivió años en Hungría, por lo cual hablaba perfectamente el idioma magiar. Y deja otra anécdota, en este caso con Silvio Rodríguez, quien deseaba que fuera a la Isla, hecho que en última instancia no ocurrió.

-Un día me llama Silvio Rodríguez, en el 90 y vino a mi casa ‘César sé que tenés una buena amistad con el viejo. Tenés que convencerlo para que venga a Cuba. Tiene que venir a ver lo que él cantó y lo que nosotros hicimos’, por el socialismo. Lo cito en SADAIC y dice ‘no, no’, pero lo convenció su mujer Nené –era canadiense-. Así fue que se encontró con Silvio en un hotel del centro, y evitó que hubiera testigos de esa reunión. El acto de Silvio era un acto de amor.

Víctor

“Con Zitarrosa estuvimos en Chile del ‘70 al ‘73 en la etapa de la Unidad Popular (Fuerza que llevó a la presidencia a Salvador Allende) con Víctor Jara, que era un súper amigo; yo le grabé y la viví nacer la primera versión de Te Recuerdo Amanda. Allá, eran todos los alumnos de Violeta Parra, pero Víctor era el preferido”, nuevamente las palabras del salteño imponen atención.

Al tiempo que cuenta que su amistad “era muy simple” y que el chileno vino varias veces a la Argentina a dirigir piezas de teatro en el Pairó, explica cómo podría haberse quedado con los derechos de la obra de Violeta Parra. “Isabel y Ángel (Parra), me preguntaron a mí, dónde editaba, porque toda la obra de Violeta, no estaba editada. Me la dieron a mí. Porque se enteraron que Víctor me había dado unos temas. Yo la llevé a la editorial y la dejé. Otro tipo se hubiera hecho una editorial o hubiera pretendido llevarse el 50 %. Luego, esa editorial la compró Warner…y fuck you, se terminaron todos los favores. No me arrepiento para nada. Éramos así, bohemios.”

No hay comentarios.: