sábado, junio 11, 2011

Sir Winston Leonard Spencer Churchill


Sir Winston Leonard Spencer Churchill, (1874-1965 Londres) fue un estadista, historiador, escritor y orador británico. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1953. Se le concedió por sus obras históricas, sus artículos periodísticos y por sus brillantes discursos.


"Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema."


"La falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes".


"Las actitudes son más importantes que las aptitudes".


"Tu creas tu propio universo durante el camino"


"Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad"

.
"Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores".


"Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar".


"El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada".


"Pasé más de la mitad de mi vida preocupándome por cosas que jamás iban a ocurrir".


"Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos".


"El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse".


"Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones".


"Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores".


Cuando Churchill cumplió 80 años un periodista menor de 30 fue a fotografiarlo y le dijo:- Sir Winston, espero fotografiarlo nuevamente cuando usted cumpla 90 años.
Respuesta de Churchill:
¿Por qué no? ¡Ud. parece bastante saludable!

Shaw: "Estimado Winston Churchil y muy digno primer ministro: Tengo el honor de invitarlo al estreno de mi obra Pigmalión. Venga y traiga un amigo… si lo tiene".
Firmado Bernard Shaw.

Respuesta: "Agradezco al ilustre escritor la honrosa invitación. Infelizmente no podré concurrir a la primera presentación. Iré a la segunda… si la hay".
Firmado Winston Churchill.

Sucedió en el Parlamento inglés. Fue durante uno de los discursos de Churchill en el que una diputada de la
oposición, pidió la palabra.
Todos sabían que a Churchill no le gustaba que interrumpiesen sus discursos. Pero la palabra le fue dada a la diputada y ella dijo en tono alto y claro:

-"¡Sr. Ministro, si Vuestra Excelencia fuese mi marido, yo pondría veneno en su café!"
Churchill, con mucha calma, se quitó los lentes, y en aquel silencio en el que todos estaban esperando la respuesta exclamó-
¡ Y si yo fuese su marido, me tomaba ese café !

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