miércoles, mayo 26, 2010

Liuba María Hevia: “El amor tiene misterios tremendos”

25 Mayo 2010





Liuba María Hevia y Amaury Pérez, en el programa "Con 2 que se quieran". Foto: Peti

Amaury Pérez: Muy buenas noches, estamos en “Con 2 que se quieran”, en el corazón de Centro Habana, en Prado y Trocadero, el barrio de Lezama Lima, en los legendarios Estudios de Sonido del ICAIC.

Hoy me acompaña, nos acompaña, la más importante cantautora cubana de los últimos 50 años. Es una mujer dulce, bella, extraordinariamente femenina, una amiga a quien adoro, que hace canciones para los niños, desde los niños y llega a los adultos. Mi amiga querida, mi adorada princesa, Liuba María Hevia.

Bienvenida Liuba querida, gracias por aceptar venir a estar conmigo un ratico y con los televidentes.

¿Por qué privas al público de la Liuba del humor agudo, sarcástico, burlón, salvaje, esa Liuba que sólo estás dejando para los amigos y que el público no conoce?

Liuba Mª Hevia: Si tú supieras, eso es algo que me han dicho varios amigos que me quieren muchísimo. Eso aflora, a veces, en momentitos cuando hago conciertos muy personales, en el concierto de los 25 años, por ejemplo, que hago cuentos, hablo un poco de la familia. Pero es que como que no tengo fin. Cuando empiezo a jugar, me tengo pánico, cuando se me sale esa niña traviesa, no sé cómo la voy a controlar. Pero además, Amaury, yo creo, y supongo que tú lo sepas, que eres amigo de años; yo soy una mujer muy tímida… ¿Tú no lo piensas? ¿Tienes dudas?

Amaury Pérez: A veces, a veces.

Liuba Mª Hevia: Todo, al final, es para esconder esa timidez. Yo no sé si tú recuerdas que yo estaba en tu casa una vez y llegó Eusebio Leal, que ya yo conocía, y me empecé a esconder detrás de la columna, llegó un momento en que Eusebio dijo: ¿Y a Lubita qué le pasa?

Igual pasó un día en que llegó Silvio Rodríguez, o sea, ese punto de contacto con personas que yo quiero, o con una cámara que sé además lo que eso implica: que te va a ver mucha gente, me aterra.

Le tengo pánico a esa otra Liuba que no tiene fin, que es como una pelota brincando que no para.

Amaury Pérez: Cuando ella llegó al estudio hoy, me dijo: “a mí no me hagas preguntas de pensamiento porque yo soy fragancia” (risas).

Liuba Mª Hevia: Y dile que yo la quiero (risas).

Amaury Pérez: Pero tú dijiste que eras tímida, la timidez a veces es consustancial al hecho de las personas que son del campo. Mucha gente piensa que tú eres del campo.

Liuba Mª Hevia: Yo creo que de alguna manera lo soy, porque mi mamá era una guajira de Matanzas, mi papá de Santa Clara, y la conducta de ambos es de gente de campo, que heredé yo también.

Amaury Pérez: Pero tú no eres del campo.

Liuba Mª Hevia: No, pero tengo mucho de ellos, yo escuché música guajira desde niña y tengo que ver con esas cosas y tengo salidas que tenían ellos, rasgos de su personalidad que me han marcado, esa timidez también, esa cosa recogida, guajira, yo la tengo también por ellos, seguramente.

Amaury Pérez: ¿Y dónde tú naciste?

Liuba Mª Hevia: Yo nací aquí en La Habana.

Amaury Pérez: ¿En qué parte?

Liuba Mª Hevia: En Maternidad de Marianao, el 14 de diciembre de 1964, un lunes, pero soy muy apegada a las cosas del campo, y precisamente por hacer canciones vinculadas al mundo del campo: las guajiras, las tonadas, muchas personas piensan que soy del campo, lo soy de raíz, pero nací en La Habana.

Amaury Pérez: Sí, pero sacaron a la niña de maternidad de Marianao y la llevaron ¿adónde?

Liuba Mª Hevia: Al Cerro, a la casa de mis abuelos paternos, una casa inmensa, donde vivían muchos tíos con sus hijos, tenía muchos primos, vivíamos en una zona aisladita de la casa, en el garaje y fui una niña muy feliz, aunque viví cosas muy fuertes porque soy hija de padres divorciados. Fui una niña muy enfermiza, siempre estaba enferma; yo recuerdo mi infancia correteando en los hospitales, siempre estaba enferma de la garganta. Entre los hospitales, los teatros y el Malecón recuerdo mi infancia y creo que fue muy feliz.

Amaury Pérez: ¿Y ya cuando niña tú cantabas, te gustaba cantar?

Liuba Mª Hevia: Sí, me gustaba cantar desde niñita y casi todos los juegos estaban vinculados a la música, jugábamos a los cantantes, o si jugábamos a los pistoleros siempre había un pistolero que cantaba, todo tenía que ver con la música.

Amaury Pérez: ¿Y qué cantabas?

Liuba Mª Hevia: Lo que estuviera en la radio, yo me sé todas las canciones del mundo; desde una canción de los Fórmula V, hasta Marisol, Nino Bravo, lo que fuera, lo que estuviera en la radio. Las canciones infantiles; mi mamá siempre me ponía canciones infantiles, me las sabía todas.

Amaury Pérez: ¿Es lo que te lleva a lo largo de tu ya extensa carrera a cantar canciones para los niños?. ¿Fueron útiles esas canciones de niños para ti?

Liuba Mª Hevia: Sí, si lo fueron, yo nací en el 64, y recuerdo en mi infancia que había muchos programas de televisión y de radio, muy buenos donde aparecían canciones infantiles muy buenas, sobre todo de María Elena Walsh, de Gabilondo Soler, de Teresita Fernández y otros autores también, cubanos y eran cantadas no sólo por los que las componían, por Teresita, o por algún otro autor, sino por actores de la televisión. Había muchos actores que destinaban su trabajo a los niños y eso me marcó.

Amaury Pérez: Estaban también Celia Torriente, Enriqueta Almanza, muchas personas que escribían y cantaban.

Liuba Mª Hevia: …Edwin Fernández, Consuelito, tu mamá, muchas personas, muchos actores dedicaban una buena parte de su trabajo a los niños y eso era muy rico, ¿no? Eso sería bueno que se recuperara.

Amaury Pérez: ¿Con qué hermanos te criaste?, porque tienes varios.

Liuba Mª Hevia: Bueno, con todos. Yo tengo dos hermanos por parte de mamá y papá. Mi hermana mayor, Elsita, que era una niña fantástica en la escuela, era la que alegraba a mi mamá en las reuniones de padres, después venía yo que era la que atormentaba a mi pobre madre en las reuniones y después mi hermano Pepe que la atormentaba todavía más, los cuentos de Pepe son tremendos. Y por parte de papá tengo dos hermanos que quiero mucho, Danay y el Chino, que son también artistas y que quiero mucho, aunque seamos hijos de diferentes mamás, son personas que yo adoro, además adoro a su mamá también, a Elba, que es una persona muy especial para mí.

Amaury Pérez: Tú debutaste, al menos, yo te vi por primera vez en Todo el mundo canta. ¿Es cierto?

Liuba Mª Hevia: Es cierto, la de la carita redonda era yo.

Amaury Pérez: Tú cantabas una canción que hizo a todo el mundo pensar que tenías un niño, ¿qué canción era?

Liuba Mª Hevia: En realidad no fue en Todo el mundo canta donde yo canté Mi niña imaginada, fue posteriormente.

Yo canté una canción que decía: “Canción de un orador de poesía, canción a una sonrisa compartida. Canción a un pensador que se aproxima”. Que seguramente se parecía a todas las tuyas, a las de Silvio, a muchas canciones que me marcaron a mí. Eso fue realmente lo que yo canté en la competencia anual y en otro momento canté una canción de Alberto Cortéz, canté canciones de Atahualpa Yupanqui, canté canciones de Chabuca Granda, yo siempre he sido una enamorada de la música latinoamericana y de la trova en general también, pero la canción Mi niña imaginada viene un poquito después con un video, que salió, digamos que demasiado.

Amaury Pérez: ¿En qué lugar quedaste en el concurso?

Liuba Mª Hevia: No tuve ningún lugar, estuve además muy mal en la competencia, pero me sirvió de mucho.

Amaury Pérez: ¿Por qué, estabas nerviosa? Porque tú cantas muy bien y cantabas muy bien también esa época.

Liuba Mª Hevia: No, estuve espantosa el día de la competencia.

Amaury Pérez: Y esos concursos que se han perdido, ¿crees que son útiles, que promueven a la gente?

Liuba Mª Hevia: Yo creo que sí, pero también va en la persona que participa en el concurso, en que tome conciencia de lo que está pasando y no se crea cosas si le va bien un día. Porque, por ejemplo, yo fui ganadora hasta la trimestral, la semestral, y el último día no estuve bien.

Esta es una carrera que es de todos los días. A mí me sirvió mucho para prestarle más atención a mi trabajo, para ser más obsesiva con él y para demostrarle también a mi familia que podía ser no muy mala haciéndolo. En mi familia no había algún precedente artístico, yo soy la primera que, digamos, empieza a hacer un trabajo que se ve. Después vienen mis hermanitos, que estudiaron en la Escuela Nacional de Arte. Bueno, y mi hermana también que fue la primera en cantar, pero la primera que estuvo frente a una cámara de televisión fui yo.

Amaury Pérez: ¿Y cómo se sintió la jovencita Liuba que pierde?

Liuba Mª Hevia: Desafortunadamente daba mucha tristeza porque había estado muy bien antes, o sea, todo había salido muy bien hasta ese último día. Y ahí fue donde decidí estudiar música, bueno, hice nivel elemental, después hice nivel medio; soy muy mala en la teoría de la música, soy muy mala, tengo que estar; fa, sol, sol, mi, sol, la, fa. Soy muy mala, tengo que contar con los dedos, no soy amante de la teoría, pero me sirvió de mucho estudiar y tuve maestros fantásticos y te puedo citar a una, que fue Argelia Fragoso mi profesora de canto. Es una lástima que no viva aquí, porque si no, estuviera obligada a seguir dándome clases. Me encantaría tener un maestro de canto.

Amaury Pérez: De alguna manera Argelita vive siempre aquí, viene y da vueltas.

Liuba Mª Hevia: Si, lo que no he podido lograr es que me dé una clase.

Amaury Pérez: Bueno, ya tú estás al nivel de Argelita, claro es una opinión absolutamente mía.

Liuba Mª Hevia: ¡Qué va, Amaury!

Amaury Pérez: ¿Cuándo llegas al Conjunto Artístico de las FAR? Y ¿qué era el Conjunto Artístico de las FAR?

Liuba Mª Hevia: Yo llego al Conjunto Artístico de las FAR en los años 80 y era una empresa que tenía la misión de llevar arte donde estuvieran cubanos, militares cubanos, fuera y dentro del país. Jóvenes de la EJT, personas cumpliendo misión en Angola, Etiopía, de hecho yo tuve diez visitas, cinco a Nicaragua, cuatro a Etiopía y una a Angola, cosa que me marcó muchísimo como ser humano en todos los sentidos.

Trabajé con músicos extraordinarios, con cantantes fabulosas como Raquel Hernández, Flora Mazorra, trío Guitarras Cubanas, la orquesta Sonoridad, trabajé con los artistas, los bailarines fabulosos que había en el Conjunto Artístico de las FAR.

Conocí artistas plásticos tremendos, fue una experiencia muy buena. Y ese concepto de espectáculo que fui imaginándome luego, realmente nació con esas vivencias del Conjunto Artístico de las FAR. Le debo muchísimo a ese trabajo.

Amaury Pérez: ¿Y tus primeras canciones? ¿Cuándo surgen?

Liuba Mª Hevia: Mis primeras canciones surgen en la secundaria.

Amaury Pérez: ¿Te acuerdas de algún pedacito?

Liuba Mª Hevia: Ay, sí, pero no soy capaz de decirlo, un pedacito, pero no soy capaz.

Amaury Pérez: Bueno, un pedacito.

Liuba Mª Hevia: Ay, no me hagas eso, Amaury, pero ¿cómo que un pedacito?

Amaury Pérez: Un pedacito, eras la niña que está en la secundaria, un pedacito.

Liuba Mª Hevia: ¡Qué horror!

Amaury Pérez: ¡Una línea!

Liuba Mª Hevia: No te voy a lanzar una línea como diría un amante del béisbol, deja ver qué te puedo decir: ¿Dónde estás amor de adolescencia? / ¿Dónde estás amor de mis ciudades? ¡Ya, una línea!

Amaury Pérez: Pero eso está muy bonito.

Liuba Mª Hevia: Muy bonito pero lo otro no tanto, hay falta de coherencia, no sé, esas tienen el encanto de la ingenuidad.

Amaury Pérez: Pero ¿y las primeras canciones que tú consideraste…?

Liuba Mª Hevia: …Fueron bastante después.

Amaury Pérez: Sí, está bien, bastante después, pero, por ejemplo, ¿cuáles eran?, ¿cuándo de atreviste a pararte en un escenario y decir; voy a cantar mis canciones y las voy a cantar sin ningún tipo de vergüenza?

Liuba Mª Hevia: Un poquito después, en la escuela también.

Amaury Pérez: ¿Y cuándo empiezas a hacer canciones para los niños?

Liuba Mª Hevia: A mí me gustaba, en las descargas y en los encuentros con amigos, me gustaba recordar canciones de Maria Elena Walsh, a veces amanezco, y eso me pasa hace muchos años, escuchando los discos de María Elena Walsh.

En realidad lo que las personas conocen de mí, con el mundo de los niños, es la canción Mi niña imaginada que decías tú, que no es exactamente una canción infantil, no la considero una canción infantil.

Es una canción que expresa esa conmoción ante el mundo de la infancia, ese estremecimiento ante los niños, pero no es una canción para los niños precisamente. Creo que yo soy más bien una intérprete de canciones infantiles porque lo que canto son las canciones que escribió Ada, letra y música…

Amaury Pérez: …Ada Elba Pérez.

Liuba Mª Hevia: …Ella era más conocida como poeta, tenía varias publicaciones, era una joven que se destacaba mucho por su inteligencia, por su talento, y no la conocía mucha gente como trovadora. De hecho yo conocí a Ada en una exposición de Olimpia Ortiz, una gran artista plástica y ahí Ada estaba tocando la guitarra. Canciones como “Señor arcoiris”, “Ana la campana”, “El Cangrejo Alejo”, el “Trencito y la hormiga”, “El Vendedor de asombros”, todas esas canciones son de Ada, ¿qué ocurre? que cuando Ada fallece dejó un cassette con algunos fragmentos de canciones como “Caracolillo de coral”, que tuve la dicha de compartir contigo en un disco. “Estela granito de canela” y “Travesía mágica”, que es la Calabacita. En Estela, por ejemplo, ella dejó grabada: “Estela es un granito de canela / que no quiere, que no quiere / caer en la cazuela”. Y ¿qué hago yo? Se escapó por la ventana / con comino, con laurel / con orégano y su amigo pimentón.

Yo hago letra y música, pero a modo de continuidad, algo que no te sé explicar cómo salió, no te lo sé explicar porque continuar un trabajo que alguien tiene insinuado me parece que es algo complicado. Pero el amor tiene misterios tremendos.

Si yo no te digo dónde están los empates, tú no puedes imaginarte dónde están, en “Travesía mágica”, ella hizo toda la primera parte, yo lo que hago es continuar la segunda, como ves no tiene estribillo, es una canción que es A, B.

Amaury Pérez: Bueno, ese humanismo tuyo, eso que la gente no sabe porque no se publicita demasiado, y tú eres una mujer muy discreta, siempre lo has sido. Tú vas a los hospitales, cantas para los niños que están enfermos, enfermos terminales, que la gente muchas veces le tiene miedo ir a esos hospitales, asilos de ancianos, como vas a ver a Eloína, la viuda del Indio Naborí. Siempre preocupada de la enfermedad, del padecimiento, del dolor, de la soledad de tanta gente. ¿Tú piensas que esa vocación samaritana tuya proviene también de aquella muerte de Ada Elba tan temprana o viene de haber sido una hija de un padre que no estuvo en los primeros tiempos de formación de una niña?

Liuba Mª Hevia: Yo creo que es una especie de vocación, digamos, que se fue forjando desde la infancia. Mi abuela materna era una mujer con una candidez extraordinaria, con una voz de ángel que yo nunca olvido. Todos los días me acuerdo de mi abuela María. Y recuerdo, estando en casa de mi abuela, que siempre me decía: mira, ese arroz con leche, llévaselo a un vecino, a aquel viejito, o llévale a Josefa, o sea, ese placer, esa satisfacción cuando ayudas a los demás, a los viejitos, a la gente, yo creo que empezó desde la infancia con mi abuela.

Conocer a Ada, que es una mujer tan grande, una mujer con un espíritu tremendo, con una sensibilidad extraordinaria, a la que le importaban los demás también y los trabajos sociales, empezaron con ella, en el Hospital Fructuoso Rodríguez, por ejemplo.

Creo que fueron muchos poquitos que me fueron llevando a lugares y me fueron marcando una manera de pensar. Muchos me hablan de eso que hago yo, pero lo que la gente no se imagina es lo que me llevo yo de esos lugares, la sensación de paz, de armonía que experimenta mi espíritu cuando yo salgo de esos lugares, porque hay una cosa que me decía mi madre que me acompañó muchas veces a todos esos lugares, me decía: es que lo más lindo de esto es que nosotros pudiéramos estar donde están ellos ahora mismo. Y así mismo es la vida. Es verdad que podíamos haber estado en la cama, o en la silla cuidando al niño que está enfermo.

Amaury Pérez: Pero cualquiera que te está viendo ahora en televisión en esta entrevista puede decir, por el tono en que has estado hablando, estás hablando en tonos menores ¿quiere decir que Liuba es una mujer triste?

Liuba Mª Hevia: No, no, no lo creo, hay matices de tristeza, pero no creo que sea una mujer triste, pero conozco la tristeza. Que sí, le vi los ojos a la muerte por primera vez, yo tenía 27 años, Ada tenía 30 y quedamos en vernos en la noche todos, el grupo, nos íbamos a reunir para festejar en casa de Teresita Fernández, precisamente y lo último que recuerdo es: nos vemos más tarde. Y por primera vez viví ese impacto. Con mi abuela fue muy fuerte, yo tenía 16 años cuando la perdí, mi abuela materna, pero también tuve el consuelo de que mi abuela era mayor, estaba enfermita.

Con Ada fue un impacto muy violento, esa impotencia, ¿cómo es posible?, una mujer con 30 años, con tantos planes, con tanto talento, con tanta bondad, con tanto para dar, ¿Cómo es posible que esto ocurra?, te sientes… puede sonar pretencioso, pero yo hasta discutí con la muerte. Pero llegué a un punto en que dije: yo tengo que asumir otra vida y la forma que tengo, ínfima, de hacerlo por Ada, es que los niños conozcan sus canciones, que la gente sepa quién era Ada y eso lo puedo hacer yo a través de mi trabajo. Y es lo que he tratado de hacer todos los días de mi vida.

Cuando estoy haciendo un acto de bondad, cuando estoy compartiendo con los niños, con los viejitos que están enfermos, estoy con Ada también y eso para mí es maravilloso.

Amaury Pérez: Hablaste de Teresita Fernández, tú has sido como una hija para Teresita. Has sido el ángel custodio de Teresita, yo puedo dar fe de eso. ¿Cuántas veces no te he llamado? ¿Cuántas veces no te he invitado a una fiesta, a una reunión? Ven Liuba, para acá, como yo me pongo de imperativo contigo, ven Liuba y tú me dices: no puedo ir porque quedé en ir a ver a Teresita, llevarle esta medicina a Teresita. ¿Qué significa Teresita Fernández para ti?

Liuba Mª Hevia: Fíjate que me emociono de que me preguntes. Yo la quiero muchísimo y me parece extraordinario que nazcan personas para dar tanto amor como Teresita. Ella, a veces, me dice que está triste, que no tiene hijos y yo le digo: bueno, no tienes hijos, pero tienes canciones, has dado canciones que son como hijos, ¿Quien ha abrazado a tantos niños en este país?, tienes muchos motivos para ser una mujer feliz, Teresita, le digo.

Amaury Pérez: ¿Cuánto perjudica el trabajo para niños, que la gente te reconozca cuando haces el trabajo para adultos, canciones para adultos? ¿Tú sientes que te perjudica, que te encasilla?

Liuba Mª Hevia: El trabajo para niños, cuando logras realmente calar en una zona especial, es contundente. Desde el punto de vista familiar, se queda en un rincón espiritual tan fuerte, que por ejemplo, te puedo decir, de María Elena Walsh y Teresita Fernández, por hacer ese trabajo tan estremecedor, muchas personas se han perdido, digamos, las canciones llamadas para adultos. A mí me cuesta mucho eso de para adultos…

Amaury Pérez: …”Ausencia” es una canción que no asimilarían los niños.

Liuba Mª Hevia: …Exactamente, “Barco quieto” que sería una canción de María Elena Walsh que está reflexionando sobre las relaciones. En fin, yo creo que sí es un riesgo. Una vez hablábamos sobre esto, incluso con Silvio, creo que es un riesgo, porque quizás la gente no tome en cuenta la otra parte del trabajo o piense que es menor, o quizás lo sea, pero yo creo que vale la pena.

Vale la pena que sea menos visible y menos tomado en cuenta lo otro cuando uno tiene la satisfacción de hacer felices a los niños.

Amaury Pérez: Liuba, hay veces que tú llegas por la mañana a mi casa a llevar un disco o a llevarte un disco.

Liuba Mª Hevia: ¡Que casi siempre devuelvo!

Amaury Pérez: Liuba es de las pocas personas que devuelve libros y discos y películas. El que no te ha devuelto una película soy yo.

Liuba Mª Hevia: Viste, qué bueno que te acordaste.

Amaury Pérez: Y siempre cuando tú llegas por la mañana yo te pregunto: ¿dormiste bien? Y siempre me respondes: no, yo no dormí bien. ¿Tú duermes?

Liuba Mª Hevia: Yo duermo muy poco.

Amaury Pérez: ¿Muy poco, cuánto?

Liuba Mª Hevia: A veces logro dormir seis horas, siete horas, pero a veces no es seguido, tengo que tomarme una pastillita. Me pasa como a algunos colegas.

Amaury Pérez: Porque yo tomo pastillas para dormir, ¡somos maracas humanas!

Liuba Mª Hevia: Tengo que tomarme pastillitas también para dormir, sí, es verdad, y si estoy trabajando peor, porque la música o las ideas no me dejan descansar, es como un leit motiv, una repetición que realmente no me deja descansar, que también es delicioso, tiene sus encantos. Me pasa eso.

Amaury Pérez: Pero tú eres obsesiva, perfeccionista con el trabajo, con los afectos. Cuando quieres a alguien no paras de celebrar a esa persona y cuando alguna vez alguien te ha hecho mal, tú, no odias, pero resuelves esa ira que te provoca esa traición de una amiga, de un amigo, la resuelves burlándote.

Liuba Mª Hevia: Pero burlándome casi siempre de mí, por haber creído.

Amaury Pérez: ¿Qué siente una persona, cuando alguien a quien uno le ha entregado su vida -quizás suena cursi- su corazón, su piel, te traiciona?

Liuba Mª Hevia: Pena de esa persona, al final, pero bueno, somos hijos del dolor, del amor, de la traición. No creo que sea especialista en eso, no me ha pasado mucho, por suerte. Pero sí le he visto también un poquito los ojos, aunque me ha pestañado de lejos.

Amaury Pérez: ¡Y con grandes pestañas!

Liuba Mª Hevia: ¡Y levantando las cejas!

Amaury Pérez: Pero tú no eres una mujer de rencores…

Liuba Mª Hevia: No, no, si yo me quedo fría de cómo se me olvidan las cosas. A veces me tienen que recordar cosas así, digo: ay, qué bueno que yo ni me acordaba de eso, no me acordaba, ¡qué bueno! ¿no?, parece que tengo una especie de defensa inconsciente allí, un borrador, que no es la bandeja de reciclaje, no he tratado de borrar la bandeja y solita se borra.

Amaury Pérez: ¡A la papelera!

Liuba Mª Hevia: ¡La papelera, vacía la papelera!

Amaury Pérez: Te he visto en el estudio, he estado contigo en el estudio, hemos cantado juntos en un par de discos, y veo que eres perfeccionista hasta el delirio. ¿Tú crees que el trabajo salva, salva de la tristeza, salva de malos humores, salva de traiciones?

Liuba Mª Hevia: Estoy convencidísima. Yo he estado en momentos críticos y he podido sobrevivir gracias a mi trabajo, te lo puedo decir así, en momentos de mi vida tremendos.

Amaury Pérez: Quisiera pasar a otra cosa, estas entrevistas son verdaderamente locas. Cuando te veo respirar profundo, digo, bueno, voy a otro tema. Tu último disco se llama Puertas. ¿Por qué se llama Puertas?

Liuba Mª Hevia: Se llama Puertas por una canción.

Amaury Pérez: ¿Es el título de la canción que más te gustó o el disco abre puertas a determinadas cosas?

Liuba Mª Hevia: Por eso, porque presiento que el disco abre puertas, porque estoy viviendo una etapa diferente en mi vida, porque he cumplido más años, porque me hago las mismas preguntas y otras más. La canción, el detonante de la canción fue, digamos, una mirada indiscreta al mundo del Derecho. Conocí a tres amigas fiscales que se quieren mucho y asistí a varios debates sobre verdades, verdades que son tan relativas y que tienen tantos matices, tantas compuertas. Y me gustó mucho viéndola (la puerta) como símbolo del disco, como tema gráfico, porque las puertas simbolizan tantas cosas. Por una puerta llegamos, por una puerta nos vamos.

Cuántas puertas dejamos entreabiertas, aparentemente al descuido, cuántas puertas clausuramos, cuántas puertas abrimos siempre y cuántas puertas derribamos. Y un poco es eso, ¿no?

Amaury Pérez: Y está la canción Tristeza, hoy la estaba escuchando antes de venir para el programa: “Dime tristeza si en tu montura / cabalga siempre la soledad / si eres escarcha, si eres la bruma / si llevas presa la libertad”.

La canción tiene un texto exquisito, y una melodía sobrecogedora, la cantas a dúo con Ana Belén, pero me dices que no conoces a Ana Belén y parece que han grabado el dúo juntas y que son amigas de toda la vida, por la relación tan extraordinaria que se establece. ¿Ella puso su voz en España?

Liuba Mª Hevia: Ella puso su voz en España.

Amaury Pérez: Pero tú no estabas vigilando su puesta de voz.

Liuba Mª Hevia: Lo extraordinario de todo esto es, primero, que cuando yo escuché la voz de Ana dije: ¡qué maravilla, le estoy haciendo un regalo a mi madre, a quien le tengo dedicado este disco!, ese tema mi mamá lo pudo escuchar, lo escuchó sin mi voz, pero escuchó la voz de Ana y yo creo que la voz femenina que más se ha escuchado en mi casa, en mi adolescencia, en mi juventud, fue la voz de Ana Belén, creo que fue la banda sonora de la familia.

Amaury Pérez: Es que tiene una voz tan bella como la tuya.

Liuba Mª Hevia: ¡Qué va, de la mía a la de Ana Belén!

Amaury Pérez: La tuya también, Liuba.

Liuba Mª Hevia: La voz de Ana no se parece a ninguna, ¡es una cosa..!. Fue una delicia. Ana me mandó varias preguntas y se quedó inquieta con la yagruma, la imagen de “tristeza, nido de la yagruma”, hasta el punto que un músico de cabecera de Ana, un músico de toda la vida de Ana, que se llama Mariano, que es un gran amigo, cuando vino aquí a Cuba se llevó una yagruma y se la regaló a Ana.

Amaury Pérez: ¿Porque ella no conocía la yagruma?

Liuba Mª Hevia: No conocía la yagruma.

Amaury Pérez: Bueno, tendré que decir el texto completo. Ya dije el primer verso; “Tristeza, escarcha, tristeza bruma / tristeza nido de la yagruma/ letal suspiro de las alturas / salva el imperio de la locura…

“Dime tristeza si tus pupilas / son el espejo de esta ciudad / si ya no escampas, si me adivinas / si eres el precio de la verdad.

“Tristeza escarcha, tristeza bruma / tristeza nido de la yagruma / sal de mis labios / tristeza muda, tristeza nido de la yagruma / letal suspiro de las alturas / salva el imperio de la locura.

“Dime tristeza si en tu montura / cabalga el sueño / dime tristeza si en tu montura / cabalga el sueño que se nos va”.

Este es un texto como para publicarlo solo, con música, con Ana Belén, sin ella, yo creo que es una de las grandes canciones que integran tu último disco.

Liuba Mª Hevia: Yo agradezco mucho el motivo de la canción y le dedico esta canción a Fernando Pérez en mi disco, porque esa canción fue motivada en la premier de Suite Habana.

Amaury Pérez: Cuando llegaste a la casa me dijiste: ¡cómo he llorado!

Liuba Mª Hevia: Yo estuve una semana llorando, pensaba, qué capacidad tiene este hombre de con ese amor intenso, con esa coherencia que lo distingue como creador, tocar tanto fondo, estremecer tanto, a veces sin palabras.

“Sal de mis labios tristeza muda”, esa línea es tuya. Tristeza muda fue una frase que me sugeriste tú en tu casa, a lo mejor te olvidaste, pero yo no. Tristeza muda. Yo te estaba hablando del silencio que había en el cine y todo lo que estaba pasando y tú me dijiste: entonces cuando repitas, di tristeza muda ¿te acuerdas que yo lo copié?

Amaury Pérez: No, no me acuerdo.

Liuba Mª Hevia: Pues mira ¿qué te parece?

Amaury Pérez: No me acuerdo y ¡qué bueno que se me olvidó!.

Liuba Mª Hevia: Esa línea…

Amaury Pérez: …O qué bueno que me lo recuerdas, porque a lo mejor lo hubiera utilizado en una canción mía y hubiera sido un plagio (risas).

Hay una canción en el disco que es una canción muy importante y antes del programa te pregunté si querías hablar de tu mamá, de Elsa, tan querida y tú me dijiste que sí, que sí querías y yo me permití traer las líneas que tú escribiste para presentar la canción “Se busca”, que es una canción que a nosotros que conocimos a Elsa nos encanta, a mi esposa le gusta mucho.

Yo me voy a permitir leerlo, es un poco extenso, pero quiero que ustedes sepan lo que Liuba escribió porque vamos a hablar de Elsa:

“Tres notas me asaltaron apenas un mes después de ver por última vez a mi madre. Esas tres notas: sol-re-sol resonaban con tres obstinada sílabas; se-bus-ca. Misteriosamente esta sensación me remontó a aquellos años que siendo muy niña y sentada en sus rodillas saboreaba su lectura del cuento de Cenicienta.

También esta vez, como en aquella historia infantil, justo a las 12 de la noche, atenta la ciudad, la realidad se impone. Mi madre no está, la cocina es un desierto y el teléfono ya no me acerca su voz.

Fueron esas tres notas las que me acompañaron apoderándose de aquellas horas de incertidumbre. Me impedían el sueño y resonaban imágenes de mis primeros años donde me sentí gigante y segura de su mano.

Se busca, (la canción) es una denuncia a la injusticia de la muerte, es un portazo, un grito de dolor, pero también es una puerta que se resiste a los cerrojos, un canto a la vida. A la vida de una mujer inmensa que defendió la virtud y la utilidad y se entregó a los demás sencillamente.

Ella es mi mayor orgullo, se llama Elsa Jorge, una guajira auténtica, culpable del privilegio de este viaje” (fin de la cita).

Háblame de tu madre.

Liuba Mª Hevia: Tener de madre una guajira, una guajira ruda, una mujer…! Ella hablaba con dichos. Mi madre era muy guajira y hablaba con dichos. Cuando iba a hablar de alguien que trabajaba mucho decía: no se le mueren los puercos en la barriga, así era ella, una mujer de mucha intensidad, de una palabra aguda, incluso dura, con un sentido del humor profundo, irónico. Un sobrenombre de mi mamá podía acompañarte toda la vida. Por ejemplo, te voy a decir algunos míos: “Hija, tú eres guitarra y bandoneón”. Es que no soy muy dada a las labores domésticas y esa era una manera de decirme que no trabajaba mucho. Otra cosa que me decía muy buena es: “eres una fiera para el descanso”, eso es buenísimo, es terrible. Ella decía que mi cocina era una ferretería, porque a mí me encanta fregar, pero no sé cocinar, entonces lo que hay es plástico y hierro sin usar, es todo lo que hay, metal, plástico, cosas de cristal.

Era una mujer extraordinaria, una mujer que vivió para los demás, una madre fuera de serie me tocó, la verdad que fui privilegiada; tuve la dicha de compartir tantas cosas con ella gracias a mi trabajo. ¡Cómo no voy a bendecir cada día mi trabajo! Y la oportunidad de hacer lo que me gusta, ¡cuánta gente hay con talento en el mundo y no pueden hacer lo que les gusta! Yo he tenido ese privilegio. De montarme en una guagua y hacer una gira nacional con mi madre y verla con un mapita y con un diario preguntando cuando para: señor, ¿cómo se llama este pueblo? Tal lugar y ponerlo, ir feliz recordando los lugares donde ella fue a alfabetizar, regresar a esos lugares, yo le regalé muchas satisfacciones, lo que pasa es que el amor es egoísta y uno quiere siempre más. Me hubiera gustado que viviera más, me hubiera gustado, merecía vivir más. Mi mamá muere con 68 años. Estuvo estudiando, leyendo hasta sus últimos días. Hizo hasta la Universidad del Adulto Mayor, me acuerdo que una amiga le pasó en computadora la tesis. Hacía sus ejercicios por la mañana con sus amigas, atendía escuelas. Hacía muchas cosas útiles y buenas. Me gustaba verla con su jaba buscando los mandados, discutiendo en el agro. Me gustaba esa mamá que yo tenía, me gustaba su manera de pensar, su empecinamiento amoroso con cosas en las que creía.

Esa era mi mamá, una mujer cómplice de tantas cosas, yo con mi mamá tenía una complicidad que nada más tenía que mirarla. Me tocó eso.

Amaury Pérez: Bueno, no era, en realidad es. ¿Y le gustaba cuando cantabas tangos, porque tú cantas tangos?

Liuba Mª Hevia: Le encantaba, fíjate, pero mis canciones no me las halagaba mucho, era muy aguantada en eso, o sea, a mi mamá yo le cantaba una canción nueva y me decía: ah, qué bueno mi hija, ella no me decía: está buenísima, como otras madres le hacen a sus hijos: ¡Excelente, buenísimo! No, no, no, mi mamá siempre era: ¿tú te estudiaste bien todo? Y, mi’ja, ¿tú sabes, eso estará bien?, mi’ja, ¿tú le preguntaste, por ejemplo, a José María, tú le dijiste a Amaury?, ¿Y cuéntame, qué dijo Sara? Eso era muy importante para ella. Era muy simpática. Mi mamá era muy simpática, tenía unas salidas tremendas.

Amaury Pérez: Y ella pudo disfrutar además el hecho de que llegaste a convertirte en una artista popular, célebre y todo eso, me imagino que en lo profundo aunque no te lo dijera, lo disfrutaba. Pero la pregunta entonces a la que yo me iría en este momento es: ¿cómo se lleva el peso de ser considerada por mí y por muchos, la más importante cantautora que ha dado la historia de la música cubana?

Hemos tenido grandes cantautoras; a ver, desde María Teresa Vera, hemos pasado por Marta Valdés, Sara González, la misma Teresita Fernández, pero hay mucha gente que considera que tú eres la más importante cantautora de la historia de la música cubana.

Liuba Mª Hevia: ¡Uf, que va!, sería una creída si pensara así, la verdad. Qué va, si yo miro al lado y veo las barbaridades que han hecho las grandes mujeres, mujeres y hombres de este país, qué va, para nada.

Amaury Pérez: Yo estaba hablando de mujeres. Quizás por la dedicación, tú has sido muy dedicada.

Liuba Mª Hevia: Sí, es verdad, quizás se marque porque yo soy muy obsesiva con mi trabajo como lo eres tú.

Amaury Pérez: Bueno, pero yo no soy cantautora (risas).

Liuba Mª Hevia: Bueno, creo que no (risas).

Amaury Pérez: Sería mucho más bonito (risas).

Liuba Mª Hevia: No, ¡hubiera sido terrible! (risas).

Amaury Pérez: ¡Habría sido terrible, hubiera sido la cantautora más fea de la historia de la música cubana! (risas).

Liuba Mª Hevia: Mentira, mentira, no, Amaury, en realidad yo trato de hacer lo mejor que puedo mi trabajo, como todo el mundo y vivo agradecida de todas las cosas que he vivido. Pero una Teresita Fernández, una Marta Valdés, monstruosas creadoras que hay en este país.

Y las tantas desconocidas que yo conozco en las provincias cuando voy, mira, aquí hay una en La Habana fantástica, que se llama Niuska Miniet.

Nada, yo trato de hacer lo mejor que puedo, trabajo y esa es mi vida, no sé y en eso implico a un grupo de personas con la que lo hago posible. Las personas con las que trabajo, son personas que se implican completamente, y cuando ya dejan de estar en esa frecuencia de creación desaparecen de mi entorno porque este medio en que yo me muevo es terrible, ¡estar al lado mío hay que pagarlo caro!

Yo soy obsesiva y la gente obsesiva sufre mucho y hace sufrir a los que están a su lado.

Amaury Pérez: Pero tú eres una artista que está viviendo en este momento, en los últimos años -porque tú no eres una artista del momento- viviendo de una gran popularidad. ¿Tú estás preparada para cuando esa popularidad acabe?, acaba siempre, esos grandes momentos, ese pico…

Liuba Mª Hevia: Yo me imagino… lo que me preocupa es que se acabe el amor o las ganas de trabajar, la sensación de utilidad, creo que eso sería horrible. Pero, Amaury, me has hecho una pregunta increíble porque muchas veces yo he pensado y he dicho: ay, Dios mío, ojala yo tenga la humildad, la sabiduría, el sentido común o la suerte de tener buenos amigos al lado para que me ayuden a retirarme cuando me corresponda.

Porque cuando uno se esfuerza tanto y da todo lo que puede dar, hasta dónde pueda, echarlo abajo después por obstinamiento, porque…, sí me da miedo…

Amaury Pérez: …¡Porque hay que seguir, porque el artista muere en el escenario!…

Liuba Mª Hevia: Yo creo que hay artistas que se mueren en el escenario como Chabela Vargas, hay artistas que pueden cantar siempre, que hasta muertos están cantando, pero hay artistas que no quieren salir de la palestra pública y ojalá que a mí, si me ocurre eso…

Yo sufro de casos que veo, de casos que veo y sufro mucho, mucho, porque son personas que me enamoraron y de pronto digo pero ¿cómo es posible que no tengan la fortuna de tener gente a su lado?, ese sentido de decir: déjame parar. Ojalá, ojalá, ojalá me apague. Ojalá me pierda en otro espacio siendo útil, haciendo alguna cosa si voy a vivir… Ojalá pudiera ser útil para poder tener ganas de vivir, fíjate lo que te digo. Pero ojalá no me demore más de lo que deba por respeto a la gente que quise, a la gente que quiero, a todo lo que arrastra mi persona que arrastra millones de amores, de historias.

Amaury Pérez: Bueno, no te voy a poder acompañar en esa decisión.

Liuba Mª Hevia: Quién sabe.

Amaury Pérez: Porque yo ya estoy pa’l retiro (risas).

Liuba Mª Hevia: Ay, ¿qué es eso, Amaury?

Amaury Pérez: Yo te veo siempre tan bonita vestida.

Liuba Mª Hevia: Y tú también.

Amaury Pérez: Tan bonita maquillada, tan bonita arreglada. ¿Tú crees que el desaliño es consustancial a la imagen del trovador?

Liuba Mª Hevia: Yo soy de tu equipo, Amaury, y tú sabes que te lo he dicho siempre. Mira, tú, Amaury Pérez, Nacha Guevara, Alberto Cortez, Joan Manuel Serrat, son mis modelos de artistas en el concepto del espectáculo, yo soy de las que me intereso por el último bombillo, el primero, la luz, la escenografía, todos esos embrujos que tengo se los debo a las visitas que mi madre me regaló a los teatros. A fijarme que había personas diciendo cosas que me interesaban mucho, desde la elegancia, desde el respeto al público, desde el aprovechamiento de todos los misterios que hay y que componen la magia, el arte es magia y hay que ofrecerlo de la mejor manera.

No quiero decir con esto que hay personas que tienen una imagen más sencilla y funcionan muy bien, pero es que están los extremos también de otros que tienen, no una imagen sencilla, sino descuidada y piensan que es una tendencia de modernidad, o sea swing y eso para mí… no me identifico con eso, no lo critico pero no soy partidaria.

Yo soy de las que piensa que no es el adorno por el adorno, es demostrarle a la gente que aquí hay espacio para comunicar cosas desde el respeto.

Amaury Pérez: Eres una mujer muy joven, ¿que opinas de lo que están escuchando los jóvenes?, hay ese criterio paternalista, de que los jóvenes deben escuchar esto, que deben escuchar lo otro, los jóvenes deben cantar esto, o deben cantar lo otro. ¿Qué piensas tú de los cantautores jóvenes cubanos y qué piensas tú de la música que oyen los jóvenes cubanos?

Liuba Mª Hevia: Bueno, la música cubana y los jóvenes cubanos… Es la música de este mundo que es un desastre, entonces está todo, está esa cosa desastrosa, porque el arte es una expresión del mundo en que se vive, es el espejo directo del mundo y están otras cosas también que están un poquito más allá, pero están. O sea, yo pienso que hay de todo y que uno tiene que escuchar de todo. Yo no sé dar consejos, yo no creo que tengo autoridad para ello, pero…

Amaury Pérez: No, te lo preguntaba porque eres joven, o sea, eres una persona joven hablando de otros jóvenes.

Liuba Mª Hevia: Yo no soy tan joven, tengo 45 años.

Amaury Pérez: Todo el que viene a este programa es muy joven.

Liuba Mª Hevia: Entonces yo tengo 15.

Amaury Pérez: Un poquito menos.

Liuba Mª Hevia: Por ahí.

Amaury Pérez: Bueno, mi última pregunta, quizás la más complicada.

Liuba Mª Hevia: ¡Ay, mi madre!

Amaury Pérez: Yo no te oigo a ti hablar mucho de Cuba en nuestras conversaciones, en tus conciertos. ¿Será porque dentro de esa timidez tuya que te acompaña, dentro de esa Liuba discreta, tú sientes que Cuba eres tú y que no hace falta hablar de uno mismo siempre?

Liuba Mª Hevia: Caramba, no me doy cuenta de eso. Uno habla más de Cuba fuera de Cuba, fíjate. Hay muchas maneras de hablar de Cuba, con canciones, por ejemplo, cuando canto una Habanera, la Habanera es la primera forma que tuvo la cancionística cubana, por ejemplo. No soy una autora dada a contar historias tampoco, soy más bien de símbolos. Creo que los amores se distinguen solos. Soy una mujer que estoy enamorada, que vivo enamorada de mi país, absolutamente enamorada de mi país.

No concibo, me han preguntado muchas veces, me imagino que a ti también, sobre todo cuando viajamos ¿por qué no te has quedado fuera de Cuba? Y siempre he tenido la sensación o casi la certeza de que viviendo en otro lugar no iba a ser una mujer feliz, fíjate, no iba a tener eso que se llama felicidad que uno experimenta, no lo iba a tener, yo creo que mi país está en todo lo que hago, en todo lo que soy, en lo que me propongo todos los días.

Amaury Pérez: Si no te pones brava conmigo, permíteme decirte en público que yo te adoro.

Liuba Mª Hevia: Yo también te quiero muchísimo.

Amaury Pérez: Muchas gracias. Gracias por venir, te quiero mucho.



Liuba María Hevia y Amaury Pérez, en el programa "Con 2 que se quieran". Foto: Peti





Silvia, José María, Kenia, Amaury y Liuba
Liuba María Hevia y Amaury Pérez, en el programa "Con 2 que se quieran". Foto: Peti



Liuba y Yamil Santana, camarógrafo.
Liuba María Hevia y Amaury Pérez, en el programa "Con 2 que se quieran". Foto: Peti


Liuba y Manolito Iglesias, el editor del programa.

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