domingo, julio 27, 2008

Carta abierta al señor José Luis Rodríguez Zapatero

Carta abierta al señor José Luis Rodríguez Zapatero


¿Por qué apoya Usted las disposiciones contra hombres y mujeres que han emigrado a su tierra ibérica, señor Rodríguez Zapatero? Ellos, mis hermanos, han decidido viajar a tierras de Machado o de Alberti en procura de una vida mejor que les ha sido negada en las tierras de origen. Sistemas de desocupación y de pobreza, de jornadas de trabajo de más de quince horas, con salarios míseros, o de carreras profesionales truncadas por la inexistencia de plazas laborales que permitan la realización de los estudios, han obligado a mis hermanos a emigrar. Pero ahora Usted también les quita la posibilidad de permanecer en su tierra si no cuentan con un puñado de papeles y de firmas.

Sepa Usted que me honra la presencia en mi país, Uruguay, de asturianos, gallegos, vascos, catalanes o canarios que eligieron mi tierra para asentarse y nos dieron lo mejor que tenían y recibieron la generosidad de mi patria y de mi pueblo.
Me honran los polacos y judíos y portugueses y yugoslavos e italianos, entre otros, que también se vinieron a estas tierras generosas del Sur para quedarse en ellas, ayudándonos a ser lo que hoy somos, formando parte de nuestra identidad oriental y latinoamericana..

Usted, señor Rodríguez Zapatero, hoy los deshonra y nos humilla ofendiendo la noble historia de emigración que tuvo su pueblo en décadas pasadas, no tan lejanas, y la generosa apertura de mi pueblo que siempre los recibió con las puertas abiertas, sin otra condición que la de integrarlos de la mejor manera que nos fue posible.
Su actitud no es digna de un socialista. Se abren sí las puertas a los capitales devoradores, a la droga, a las armas, pero se niega la estancia a los trabajadores, a las manos nobles que construyen y laboran. Me queda el consuelo de pensar que nadie puede matar lo que todavía no ha nacido, así que Usted no está matando el Socialismo por el que luchamos tantos, sino más bien atrasando el nacimiento y lo que es peor, señor Rodríguez Zapatero, Usted se está comiendo su propia cola porque impide que se asienten mis hermanos que tanto podrían darle a su España que bosteza, para ayudarla a despertar de siglos de atraso, décadas de miedo y años de quimeras consumistas que pueden terminar consumiéndolos a ustedes en el libre mercado de los efímeros bienes materiales y de la estupidez.

La generosidad parece no ser parte de su condición humana. ¿Ni siquiera se ha puesto a pensar en todo lo que España le debe a mi continente americano? ¿No lo invade, siquiera, un rayo de vergüenza por más de trescientos años de colonización, de codicia, de matanzas y despojos cometidos por sus reinos en mis tierras? ¿No ha pensado, acaso, que está expulsando descendientes de su propio pueblo y de tantos europeos arribados a mis tierras prometidas? ¿No se siente Usted corresponsable del exilio económico al que sistemas coloniales de nuevo tipo condenan hoy a millones de mis hermanos latinoamericanos? Permítame sentirme defraudado y no contarlo entre los mejores hombres representativos de la generación a la que pertenecemos ambos. Permítame no contarlo entre los mejores hijos de Valladolid ni de León, la cuna del linaje de Quijote. Permítame sentirme más honrado que nunca de mi condición de uruguayo y latinoamericano, y más lejano de mi ciudadanía europea, alguna vez obtenida por los andares del exilio, cuando alguno de los pueblos nórdicos mostró ejemplo de grandeza y solidaridad que ahora su gobierno y el de los de la Europa racista e imperial parecen haber perdido en el olvido y la codicia. Ya llegará el día, señor Rodríguez Zapatero, en que todos sintamos que nuestra patria es el mundo y nuestro pueblo es la humanidad y que, al decir de Machado "sólo la tierra en que se muere es nuestra"

Ignacio Martínez
C.I. 1:385.476-3
www.ignacio-martinez.com

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